El Amor Secreto Del Ceo

El significado del amor

Ari
Habían pasado ya cinco meses, los gemelos ya estaban con el movimiento libre, ya se sostenían solos al momento de sentarse y comían de todo, al principio algo nuevo para mí, pero con la ayuda de Taki todo era mil veces mejor, al ritmo de las canciones de las bananas en pijamas, elaborábamos las papillas. Al principio las dulces y conforme los meses adaptando lo salado, con apoyo de la nutrióloga y el pediatra que era una maravilla. Definitivamente mis terapias cada día iban mejor y agradecía que mi novio me instara a seguirlas tomando, todo en pareja sabia mejor y, tomados de la mano todo era tan simple, tan perfecto y único.
Mi suegra había sido de mucha ayuda en esos meses, pero, mi suegro ya la reclamaba en Beijing, ya que vivían allá y obviamente no era nada lindo estar sin tu otra mitad del otro lado del mundo. Mi familia nos visitaba dos meses al mes; León había estado al pendiente todo este tiempo al igual que mi adorado hermano Gael, haciendo a que los nombrara padrinos de los gemelos que; al pasar los meses, entendían más por los nombres que su papá les había puesto aparte del que ya tenían, obviamente la decisión de los nombres yo la había tomado sola y era justo añadirles uno más y que orgullosamente dijeran que eran de descendencia japonesa.
Fermín Satoru y Emiliano Kenji, eran el delirio de su papá consentidor, sonaba raro cada que les hablaba, pero el ya insistía en hablarles en japones y repetirles que dijeran papá; Otōsan.
Apenas podían balbucear mamá y tata, y ya con eso yo era feliz, era agradecida con la vida por permitirme disfrutar así de mis hijos y del amor de un chico que siempre estuvo anhelando y esperándome al otro lado del mundo.
–¿te parecería que invitemos a Cassie para que se quede una semana con nosotros y los bebés?
–Claro, eso les ayuda a los rollitos para distraerse con otra bebé… ¿y si les damos una hermana?
–Tu estas loco Taki Nakamura, apenas acabo de tenerlos y tampoco hemos tenido intimidad, imagínate eso… ¡no puedo contigo!
Reímos como locos, bañábamos juntos a los gemelos después de la cena, aunque los colaboradores de la casa estuvieran dispuestos a hacer todo por nosotros, yo quería involucrarme en la vida de mis hijos y de mi novio, al igual que él, siendo todos los días un padre amoroso.
Me había planteado regresar a Japón, la empresa necesitaba que el CEO de la empresa estuviera ya al frente de la misma y ponerse en orden ya que quería que mis hijos también crecieran en el país de su padre y enriquecerse de cultura, crecer entre la tecnología y saber que sus padres también trabajaban duro por mantener ese imperio que tanto le había costado a su padre formar junto con sus abuelos.
Ya dormidos los niños siempre veíamos una película, o más bien, nos dormíamos a los segundos de haberla puesto ya que caíamos rendidos ante los brazos de Morfeo de tanto que hacer en el día, nuevamente se acercaba el cumpleaños numero treinta y tres de Taki, el tiempo iba pasando rápido y yo lo extrañaba demasiado en mi cuerpo. Habíamos decidido guardar el año de abstinencia, pero realmente no se podía más, siempre cedíamos al placer, pero cuando ya estaba en lo mejor y quería sentirlo dentro de mí, el retrocedía dándome besos salvajes, frotándose conmigo y dándome el mejor Cunnilingus del mundo, y cuando yo intentaba darle placer, el solamente me besaba y me arrullaba, definitivamente erra un hombre que respetaba demasiado mi cuerpo y me repetía que quería cuidarme y todo seria a su tiempo.
Hable con Cassie para invitarla a pasar una semana en Roma con su familia, su bebé era mas grande que mis hijos por cuestión de ocho meses, así que ella me daría también consejos de crianza y recargarme de amor para darle a mis hombres; ella había aceptado gustosa venir a Roma y empecé a organizar todo para su llegada, llegaría sola ya que Will tenía un viaje a Singapur, definitivamente era todo un ensueño el vivir de nuestras carreras. Yo después de todo me había graduado con honores y enorgulleciendo a toda mi familia por todo lo que había logrado y la idea loca de mi cabeza de hacer un parque temático de diversiones basado en los videojuegos que habíamos lanzado con Taki, y pensaba plantearle ser socios o trabajar por mi cuenta ya que mis ahorros alcanzarían por lo menos para empezar a armar lo básico y luego, reclutar inversores para poder armar otro de mis sueños y materializarlo.
–¿En que piensas mi bello sakura?
–En el futuro Taki, quiero hacer tantas cosas mi amor que el principal ser que está ahí siempre eres tú.
–Soy todo oídos mi amor.
Empecé a plantear el tema desde cero, mostrar en unas hojas el croquis de lo que me imaginaba, sacando costos estimativos, mientras que mi abuela que siempre llegaba a visitarnos junto con mi abuelo cuidaba de los bebés con mucho amor y ponían atención a lo que yo explicaba con tanto amor y devoción. El idear este plan por meses me había mantenido cuerda y eso me gustaba porque me mantenía útil, aparte de ser una heroína para mis hijos y mi familia, esta vez las oportunidades no las quería dejar escapar, quería crecer junto a mi eterno novio enamorado y demostrarle que la Ariadna que lo conquisto, la inteligente, la apasionada y la que sacaría la casta por él, seguía aquí, dentro de mí.
Hasta mis hijos se habían quedado prestándome atención cuando iba a terminar de plantear el proyecto que nos ayudaría a crecer en junto.
–Y, eso es todo por ahora, lo veo rentable y la verdad es que sería fuera de lo convencional, sería diferente y atraeríamos a todo el mundo– exprese, mientras hasta los colaboradores se habían quedado perplejos.
Taki me miro y empezó a aplaudir, seguido de los presentes que estábamos en el living, mis hijos imitaban a todos aplaudiendo con sus manitos regordetas y mi abuelo estaba hasta llorando.
–Tú, eres igual a tu madre, inteligente, bella y sorprendente, definitivamente las mujeres de mi familia son grandiosas– mi abuelo en un pasado era demasiado machista y legalista, pero con mi madre y mi abuela habían pasado por tanto que eso le había ayudado a cambiar la perspectiva de como ver a las mujeres dentro del mundo de los negocios y el arte.
Camine hacia donde estaba y le abrace, abrace a mi abuela y cargue a uno de mis rollitos de sushi, Taki tomo en brazos a Satoru y camino hacia mí, dándome un hermoso beso suave y sonrió entre mis labios,
–Siempre he creído en el poder que tienes y ejerces en mí, Ariadna. Fuiste mi mejor pasante, la mejor en todo, henos aquí cumpliendo un proyecto de vida enorme y aun así, sigues siendo esa hermosa hembra poderosamente inteligente, una mente potencial. ahora ven por que me enamore de ella– dijo con orgullo.
Sonreí tontamente y todos los colaboradores me felicitaron, la verdad es que yo había tenido miedo de haber perdido esa esencia maravillosa, ahí mismo me di cuenta de que estaba sanando y mi amor propio estaba volviendo.
–Debemos presentar eso ante los socios de Nakamura´s Legacy Co, claro, si tu así lo deseas y yo respaldaría cien por ciento el proyecto, si quieres hacerlo independiente también te apoyo mi hermosa sirena… todo lo que tu desees se hará, estoy siempre a tu merced.
Que me dijera eso me había reiniciado la vida; Japón pedía a gritos que regresáramos para hacer historia, para brillar y sacar a flote lo que muy bien le dije en cuanto queríamos desistir de estar juntos cuando supo que éramos jefe-pasante.
Esa tarde misma mi abuela había hablado con mis padres, no sobre el proyecto, sino de que le estaba organizando una fiesta sorpresa a Taki, por su cumpleaños treinta y tres y, caí en cuenta que ya íbamos a cumplir un año de novios, realmente el tiempo había pasado volando y era genial que en ese tiempo hayamos hecho muchas cosas, el había invertido en la universidad de Vancouver y Kayo, mi pequeña y joven amiga era la que dirigía con amor y lealtad los negocios de Taki, sin olvidar al bueno de mi ex jefe, Markus, quien con pastelillos esponjosos fue mi cómplice en todo momento, ayudándome a seguir enamorada de lo que en su momento era un romance prohibido, algo imposible: dos hijos eran el fruto de ese amor tan grande.
(***)
Se había llegado el cumpleaños de Taki, ya todo estaba listo y Cassie estaba emocionada, ella y mi mamá se habían ofrecido para cuidar a los gemelos durante el fin de semana, había organizado una pequeña luna de miel, exactamente en Cala Rossa, Sicilia, estar encerrados en un yate haciendo el amor como dos dementes sexuales y reavivar la llama del amor, de la pasión y hacerle sentir que le había extrañado todo este tiempo, me sentía hasta virgen de nuevo.
Mi abuela había dado la orden de que armaran nuestras maletas, en lo que mi papá y mis hermanos se lo habían llevado a una noche de tragos, entre chicos y yo aprovechaba a ponerme bella para él y terminando de vestir a los gemelos igualmente, con trajes monos, mi lencería la había comprado unos dos días antes y era de infarto, obviamente me daba un poco de pena por la cicatriz diminuta de la cesárea, pero era la marca del amor la que estaba ahí, aunque solo haya salido de ahí Kenji.
–¿ya estas listas? –pregunto mamá, muy emocionada.
mis padres y abuelos eran un pilar muy importante en todo, y me sentía más que bendecida por eso.
–Si mamita, ¿las maletas ya están en el auto? ¿segura que pueden con los bebés y los bancos de leche? –tenia mucho miedo, lo admito, pero es que era la primera vez que me separaría de mis hijos por unas cuarenta horas,
–Ariadna Monserrat, yo soy madre y lo fui antes que tú, se perfectamente como cuidar a un bebé.
–Son dos bebés en este caso mami.
–Si sigues así, no los cuido.
Mi mamá era igual a mi de berrinchuda, pero empecé a reír y la abracé, sabía que mi madre era excelente en su función y que podrían con todo, igual no iríamos al otro lado del mundo con Taki.
Salimos con los bebés al cuarto de estar, sonriendo y en la misma, mi padre y mis hermanos entran a casa, con Taki sonriente.
Todos gritamos ¡sorpresa! Y él empieza a reírse, camina hacia mi y todo lo que tenga que ver con amor, llegaba en ese momento a nosotros.
–¡feliz onomástico, mi amor!
–Eres maravillosa Ari, ¿Cómo es que no me di cuenta?
Nos besamos con ansias y todos aplaudían, cargamos a los bebés y empezamos a festejar, el banquete era enorme, estaba demás describir que tanto habíamos mandado a cocinar, Markus y Kayo habían venido un poco tarde, pero aquí estaban celebrando con nosotros, amaba lo que había logrado, con ayuda de todos.
Mi hermoso tenía dos pies izquierdos, al momento de invitarlo a bailar, el se sonrojaba de vergüenza, pero le instaba a seguir bailando, todos habían comido y bebido lo suficiente, los bebés y Cassie ya se habían ido a dormir junto con mis abuelos.
–Bueno, hijos, ya es momento que salgan de aquí y descansen un poco, nosotros nos haremos cargo de todo.
–Gracias mamá, eres la mejor.
Taki iba ya para la habitación, pero lo detuve, sonreí y le di la noticia.
–¿en serio? Bueno, vamos.
Mis padres reían al igual que Kayo y Markus, sabían que Taki cuando bebía se encendía un poco.
(***)
Llegamos a Sicilia, la madrugada era espectacular, los colores del cielo eran únicos y lo que restaba de la madrugada seria nuestra, ya no había restricción de nada, esta vez le haría el amor a mi novio despacio, duro, pero despacio y seria completamente suya todo el fin de semana.
El yate era majestuoso, decorado para una noche romántica y lo mejor, era que Taki si sabía conducirlo, quedaríamos en medio del agua, sin interrupciones y amándonos como hace tiempo no lo hacíamos.
–Te amo por siempre ser esa mujer especial. Detallista y la madre de mis hijos.
–Yo te amo también, gracias por tenerme paciencia y amarme como lo haces.
Lo atraje hacia mí, lo besé y luego zarpamos, reímos de las ocurrencias que decía, estaba un poco tomado, no totalmente, pero si lo estaba y cuando estaba en ese estado era demasiado gracioso, amaba cada faceta de él.
Nos quedamos en medio del mar, me tomo por la cintura y me dejo un reguero de besos en el cuello, bajando por mi clavícula y quitando la tira del vestido que tenía puesta, me quito el zipper de este, dejándome en lencería, sabia que ese era su delirio; verme en tanga y con brasier. Hania aumentado dos tallas de pecho y unas cuatro de cadera y glúteos, para el pervertido de mi novio era que me había puesto mas deliciosa, amaba cuando me decía cosas sucias subidas de tono, porque si, el era un caballero, pero em lo sexual era todo un animal.
–Me encantas Ari, me gustas tal y como eres y más, con esas libras de más, con esa piel tersa y tu humedad caliente para mí.
Me movió la tanga hacia un lado, hincándose ante mí y comiéndose mi coño con demasiada ansiedad, amaba que el fuera el que provocaba dulces espasmos en mí, estaba a punto de estallar, cuando paro y me cargo, llevándome a la habitación, estaba decorada con rosas y champaña, pero las ganas de tenernos piel con piel pudieron más, quitándome todo con fiereza y yo arrancando su camisa y su pantalón de golpe, me urgía sentirlo dentro de mí.
Ya no hubo jugueteo, solamente sentir su caliente erección rozar la parte interna de mi muslo, y se dejo entrar de una estocada profunda.
Soltó un gruñido gutural, y empezó a moverse al compás de mis caderas, con su boca mordía mis pezones, magreaba mis senos cremosos y mordía cada parte de mi cuerpo, volviéndome loca, lo gire como pude y lo cabalgue con lentitud, lo introducía mas duro dentro de mí, amaba sentirlo así, tan mio. Bese su pecho, su cuello dejando varios recuerdos de esta madrugada en medio del mar, donde podíamos incluso gemir como dos lobos en celo.
–Te amo, te amo…
–Yo te amo demasiado… CASATE CONMIGO, ARIADNA.
Solo escuchar eso hizo a que me corriera de inmediato y el también hizo lo mismo, lo bese con mas fuerzas y el también correspondió a lo mismo, lo amaba definitivamente, más de la cuenta.
–¿de verdad me lo dices amor?
–Si mi amor, Casémonos, te amo no solo por esto, te amo por todo… eres la mujer de mi vida y de mis sueños, la madre de mis hijos y la mujer inteligente y bondadosa que me ayudo a salir de ese hueco oscuro en el que me encontraba.
Sonreí y me puse a llorar, poco a poco me bajo de su regazo, poniéndome a la par suya y besándome como si me fuese a ir, éramos tan distintos y tan iguales a la vez, y ahí, agradecí a la vida por guardarme para él.




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