Taki
Había sido una descarga de adrenalina el haber huido de los reporteros y con los niños, lo cuáles solo reían de ver como tratábamos de salir del aeropuerto, tomamos rumbo al ático, quería mostrarle a Ariadna la casa ya cuando estuviéramos casados y ya residiendo en Japón, ella se notaba ya un poco más relajada y se lo agradecí muchísimo al eterno porque no quería que cayera en una crisis por estrés o por pensar que algo malo pasaría, en el camino íbamos hablando con Marco y Kayo sobre cómo iba la empresa, cuando haríamos esa sesión de fotos y todo lo que habíamos venido a hacer a Japón, para que en un mes nos marcháramos a casarnos a Roma, todo lo traíamos muy bien planeado, así que por fin llegamos a casa, los reporteros se habían esfumado y eso era bueno también ya que por ahora no quería poner a mi mujer en tensión.
–Gracias por recogernos y traernos a casa.
–Ya queríamos tenerlos aquí sin dudas pastelito, gracias por hacer a que mis sobrinos se familiaricen con sus raíces, en serio Ari, eres muy comprensiva con Taki y el trabajo, estoy seguro de que todo saldrá bien.
Me daba risa el mote que ambos tenian, ella le decía a Marco esponjocito y él le decía pastelito, conforme el tiempo me enteré el porqué del mote y es que, cuando ella se enteró que yo, su ligue de una noche era su jefe, le rogaba a Marco que la práctica supervisada la atrasara lo más que pudiera para que yo no me diese cuenta que era ella y, él, alcahuete, le seguía el juego a cambio de un pastelillo diario esponjoso, y así fue hasta que no tuvo escapatoria y me enterara de que era la mejor de mis pasantes en la empresa.
–Bueno, ¿pedimos algo para cenar? –pregunto Kayo, meciendo a Kenji, quien ya había comido una papilla que le habían preparado y su buena dosis de leche materna, quedando muy lleno y durmiendo en los brazos de su tía quien ya los brazos se le habían cansado porque mi hijo era muy grande y regordete.
–Yo cocinaré algo, solo denme tiempo de acostar a Satoru, ya vuelvo.
Me paré del sofá y tomé a mi hijo de sus brazos, mi mujer debía descansar también, había sido un vuelo bastante largo.
–yo lo dormiré mi amor y mejor mandemos a pedir algo, estoy seguro de que…– me quede a media palabra, ella me había callado con un beso, mientras que los chicos hicieron una bulla para ponerme nervioso, sus ojos me habían dado luz para vivir y ella me seguía poniendo nervioso, muy nervioso.
–ve a dormirlo mi amor, quiero consentirte y cocinar para nuestros amigos, por favor– acotó batiendo sus pestañas de forma coqueta.
Atendí el pedido de mi mujer, mientras que Marco tomó de los brazos de Kayo a Kenji, llevándolos juntos a la recámara que había mandado a modificar para ellos, dejando a las chicas que cocinaran y seguramente se pusieran al día en lo que necesitaban.
Acostamos a los niños en las respectivas cunas, encendiendo los monitores y bocinas para estar atentos a ellos y dejarlos descansar.
–Estás viviendo el sueño Taki-san… ¿Te habías visualizado como todo un padre y hombre de hogar? –pregunto mi amigo, sentándose en uno de los pufs que estaban en la habitación de mis hijos.
–Claro que no me vi así, pero le agradezco al tiempo por ponerla junto a mí en el momento preciso y dejarme venerarla cada mañana, hacerle el amor todas las noches y dormir en su regazo… ya en un mes me caso con la mujer de mis sueños, ella es el remedio de aquellas pesadillas que tenía cuando estaba casado con… ya sabes quién.
–definitivamente le diste una bienvenida a tu mujer desde que te robó el aliento en ese avión, imagina que te hubieses ido en tu avión privado en ese viaje de negocios y no la hubieses conocido.
–No digas eso ni de broma, que yo sin ella no soy nada ni nadie, mira ahora, el fruto de nuestro amor duerme plácidamente y después de ser alimentados con amor, no sabes cuanto he disfrutado de esta faceta.
–en estos momentos siento una pizca de envidia ¿sabes?
–¿Por qué lo dices?
–Llevo mucho tiempo intentando algo con Kayo, pero, el tema es que ella sigue enamorada de ese tonto piloto, le ha destrozado el corazón de una manera que no te imaginas, sé que uno nace solo y solo se muere, sé que no debo cambiar por nadie, pero por ella he hecho muchas cosas y ni siquiera lo nota… ya no sé qué más hacer, quisiera que ella viera en mí el amor que puedo dar, tú sabes.
–Déjalo todo al tiempo amigo, el tiempo es el único que nos ayuda a acomodar todo en su lugar y, si en serio ella pertenece a tu lado, el amor y el espacio la acomodaran a ti. Solo deja que todo fluya a su ritmo, no dejes de soñar.
Que mi amigo se abriera así a mí me daba muchísimo sentimiento porque yo también había estado en el juego del amor, aunque pasara muchos baches, aquí estábamos luchando con mi bello sakura.
El ambiente se inundó del rico aroma de lo que mi mujer y Kayo estaban cocinando, así que palmee la espalda de mi amigo y lo invite a dejar a los niños descansando, sabía que la situación de mi hermano del alma no era fácil, pero debía animarlo.
–Ahhh, Taki, antes de que vayamos al comedor, te digo que… Akira salió hace unos meses de prisión y del centro psiquiátrico, ahora, ella está fuera del país, aparentemente esta cuerda y logró convencer al juez de que estaba bien y se arrepentía de todo el mal que había hecho.
Qué me dijera eso me había hecho volar la cabeza, definitivamente… me quedé anonadado por un momento, no sabía que iba a pasar ahora y menos alterar a mi mujer con semejante noticia, pero seri hipócrita y una falta de confianza y respeto no contarle a ella lo que estaba pasando.
–¿Por qué no me había dicho esta mierda antes de insistir regresar a Japón? ¿acaso no vez que ella vino aquí con miedos y traumas y que solo por el amor que me tiene decidió venir? –para ese momento ya estaba un poco exaltado, pero debía mantenerme con la cabeza fría y evitar que ella entrara en pánico.
–no quiero que esto salga de aquí ahora, le diré mañana por la mañana, no puedo alterarla ni hacerle daño, además; prometí protegerla Marco, así que… no digas nada por favor.
Editado: 02.10.2024