Ari
Tenia que tener la fuerza suficiente para lo que fuera a pasar de ahora en adelante, obviamente no podía privar a alguien de su libertad aunque esa persona me haya hecho mucho daño, asi que si, mis nervios y mi miedo de regresar a Japón era por eso, pero debía estar con mi futuro esposo en las buenas y en las malas y definitivamente había decidido creerle que iba a cuidarnos de todo peligro, tenia mis dudas en el avión, pero mi amor es más grande y entendí ahí que el amor todo lo puede y todo lo malo lo vence, así que ya estando en suelo japonés, decidí recordar lo bueno que también había vivido aquí, ahora junto a mis hijos.
Después de haber hecho el amor como dos enfermos, nos levantamos de la alfombra llevando nuestra ropa a la habitación, los bebés dormían como rocas, así que si, volvimos a hacer el amor pero esta vez de una forma mas salvaje, de la forma que me encantaba sentir el gran falo de mi japonés caliente, el mismo que me partia en dos y me hacia llorar de placer, obviamente después de los gemelos me había puesto de nuevo el implante y dar tiempo mucho tiempo para poder tener otro bebé, yo también quería más hijos, pero todo a un tiempo prudencial.
nos metimos a bañar y luego fuimos a ver a los niños dormir y constatar que estaban bien, Taki había sido tan ingenioso porque había hecho la habitación con una puerta en medio que conducía a la habitación de los gemelos, y, así nos facilitaba estarlos controlando aparte de los monitores.
Nos quedamos fundidos hasta las siete de la mañana del día siguiente, aunque el lag nos estaba haciendo destrozos, ya nos acomodaríamos en esa semana, una semana muy productiva ya que hoy descansábamos de salir y al otro día nos tocaba sesión de fotos para la revista y dar la cara al mundo entero de que el empresario ya había hecho hogar y por eso su ausencia en un año y meses, así que me desperté antes, me bañé de nuevo, me hice un peinado fácil y que no me estorbara el cabello por los niños, unos jeans apretados como los que le encantaban a mi hombre y una polo, zapatillas bajas y mi maquillaje natural, fui a la cocina a preparar hotcakes para mis hijos y una gran ramen para mi prometido, yo me conformaba con un capuchino y mis tostadas con jalea de arándanos, él sabía todo lo que me encantaba comer y más, lo que desayunaba todas las mañanas, dieron las ocho en punto, ya había terminado de preparar el desayuno y fui a levantar a mi novio, quien se veía tan sensual durmiendo, lo desperté con muchos besos en la cara, y él, con una sonrisa divina me dio los buenos días.
–Amo despertar así Ariadna Monserrat, ¿Qué haría sin ti?
–Lo mismo que yo haría sin ti, levantarme amargada.
Solté una sonrisa y él me atacó a besos, quería montarlo y darle un buen postre mañanero, pero no podía ya que debía levantar a mis rollitos de sushi y atenderlos.
–Levantate amor, ire a despertar a los bebés.
El asintió y se levantó dándome otro beso y fue a ducharse mientras fui a levantar a mis hijos, quienes ya estaban hablando entre ellos en lo que yo llegaba a ducharlos.
La práctica hace al maestro ya que la colaboradora llegaba hasta mañana y, yo sabia estar bien con mis tres hombres, bañe primero a Kenji, el más rollizo y travieso y luego a Satoru, el mas tranquilo, iba a sacarlos ya de la tina cuando llego Taki para ayudarme con los bebés, éramos un equipo fantástico.
Terminé de vestirlos y ponerlos guapos, hoy seríamos solo nosotros cuatro en casa.
—¿Y si salimos?
—No creo que sea prudente, mañana tenemos un día muy cargado para los niños mi amor… mejor descansamos aquí, hablamos con nuestros papás y ya mañana podemos hacer todo lo que te apetezca ¿sí?
Él me abrazo y eso me demostraba que si haríamos eso, no quería estrésa a los bebés, estuvimos con ellos viendo como caminaban, como trataban de decir más palabras y disfrutarlos, disfrutarnos como familia.
Massie me llamó
, tenía algunos inconvenientes con su vestido así que llamamos a mamá y así se nos fue el día.
(***)
Se llegó el día de la sesión de fotos de la revista y el artículo sobre lo empresarial y datos del imponente empresario que se había tomado un año sabático junto a su nueva familia; nadie lo creía cuando entramos con los colaboradores, los bebés y nosotros de la mano, listos para la acción, pero, uno de los fotógrafos nos veía con recelo, como con odio y desprecio.
Caminamos hasta llegar al entrevistador, un reconocido reportero en Tokio, muy complacido de obtener la exclusiva en negocios y vida del imponente Taki Nakamura.
—Te presento a mi futura esposa, Ariadna Nakamura Santander.
—Un placer conocerla, señora— Dijo el señor de buen vestir.
Vio a nuestros hijos y cargo a uno por uno, pero el fotógrafo aún nos seguía viendo con mala fe, así que me dirigí hacia donde estaba el interpelado y me planté.
—Veo que llevas tiempo viéndonos y con malos ojos, ¿Qué te pasa?
—Ariadna, Ariadna… hasta que nos vemos…
Cuando escuche la voz quise haber muerto, era uno de los cómplices que me tuvieron Secuestrada en la bodega de Edward y Akira.
Respiré profundo y me volví a plantar.
—Ya no te tengo miedo—expresé, mientras que Taki había llamado a la policía, ya que a este tipo no se le encarceló por que salió huyendo de la escena.
Inmediatamente los guardias del lugar y los de Taki lo apresaron hasta esperar a que la policía llegara.
Me sentía libre, no era el miedo de ver a Akira, porque ahora yo venía con fuerza, así como el ave fénix renacia, así venía yo ahora a Japón, sin miedo a nada y para proteger a mis hombres.
Después del incidente, empezaron con la sesión de fotos a los pequeños y hacia mí, mientras que Taki posaba solo unas tres fotos y luego él , desesperado pidió las fotos con nosotros, su bella familia.
Editado: 02.10.2024