Hay una etapa de la vida donde piensas y sientes que has encontrado el amor de tu vida, que es tu razón de ser, que es tu todo, en tu mundo, ten por seguro que va a pasar, de diferentes maneras pero sucede, esta es la mía.
Hola lector, me conocerás como Meil... Lo que te contaré comenzó en mi pasado, antes de contarte estos fragmentos de mi vida, diré como escusa ante cualquier crítica, que fue una época donde el dicho "Pensar antes de actuar", era inexistente para mi, mi familia tenía sus propios conflictos y yo era como quien dice, distraída con ganas de vivir el presente sin escuchar a nadie.
Todo comenzó con la decisión que creo fue la más importante en mi vida, tenía trece años cuando una de mis hermanas me propuso vivir con ella en otra ciudad, mi mente aventurera quería explorar el mundo, así pues convencí a mis padres de permitirlo con la escusa de una oportunidad de mejor educación, ya que esa ciudad era conocida por eso, no fue difícil lograr que aceptarán, también influyó el hecho de que mi hermana fuera adulta y con su familia ya conformada por su esposo y en camino la tercera cucaracha. Como aún estábamos en periodos de clases, se decidió esperar. Y así una vez terminado el año lectivo se llevó a cabo la mudanza, ciudad nueva, sin amigos pero decidida a aceptar de manera positiva todo en el camino , no le tenía miedo a nada.
La mudanza fue un éxito, al día siguiente decidí explorar los alrededores y encontré dos parques, uno una cuadra al frente y el otro una cuadra atrás de la casa, había una tienda cerca, los vecinos eran amigables, el lugar me parecía perfecto, pasé explorando los alrededores hasta que llegó el día de clases, te hace pensar : por fin, nuevos amigos, más aprendizaje siendo lo de menos claro, y un lindo e inolvidable romance, es lo que se espera mayormente, y efectivamente, pero, esta vez para mí sucedió lo contrario, fue cuando todo empezó a salir mal. Teniendo en cuenta que estudié en una sola escuela desde mi niñez y mi madre se escargó de todo, esta vez yo sería la responsable ya que mi hermana no podía, por temas de trabajo , yo no tenía idea de que hacer o como hacerlo y mi madre no estaba conmigo, no tenía en cuenta lo mucho que la necesitaba, pero no hiba a dejar que eso me impidiera seguir.
Mi hermana era madre de tres hijos, tenía que trabajar, así que acepté sin reclamos que el primer día de clases dependía de mi. Mientras caminada con destino al colegio, entre en nervios, no tenía idea dónde o con quién debía hablar, cerré mis ojos y mi poca confianza dijo : "estarás bien", entonces choqué con una chica, inmediatamente me disculpe, y entre un tema y otro congeniamos, en ella vi la oportunidad de resolver mi situación, para mi mala suerte estábamos en el mismo barco como quien dice, y en clases diferentes lo peor, llegando al colegio supe que era el adiós, nos despedimos como para no volver hablar nunca y deseando suerte mutuamente, me quedé parada en el pasillo después de esa despedida, pensaba en como podía empeorar mi situación y ver si podía evadirlo de alguna manera, sin darme cuenta había pasado alrededor de una hora, ni un alma se veía en el pasillo y el colegio estaba en silencio, de pronto una maestra salió de un aula que estaba enfrente y se dirigió a mi :
Maestra : ¿que hace parada allí niña ?
Me asusto ya que su voz me parecía intimidante, con los nervios no pude decir otra cosa más que la verdad, que no sabía dónde estaba mi aula, como si supiera lo que diría, contestó enseguida a mi respuesta con un tono más elevado al principio :
Maestra :¡se pregunta !, venga para comprobar si está en la lista y no se quede parada.
Me avergoncé por lo sucedió y en ese momento de vergüenza dije en son de pregunta si aquel lugar era mi clase, todos los que estaban en el aula había escuchado la conversación y comenzaron a reírse a penas puse un pie dentro, cuando me senté en mi lugar pensaba en una manera de eliminar de la mente de todos, lo secedido, pero nadie le tomó importancia a la situación . Pase el primer día de clases sola, nunca había pasado el primer día sola, fue nuevo para mi, me gustan los cambios pero, ese cambio no podía aceptarlo, me cerré en esa página de mi vida y no permití que nadie descubría la mínima cosa sobre mi, fue bastante infantil de mi parte, antes de eso era una persona muy sociable, pero esa indiferencia me chocó fuerte.