Más le vale al nuevo día que sea frío como siempre,
Porque no perdonaré que te abrigues en otros brazos.
Más le vale a la noche que sus luciérnagas te alumbren.
Porque no perdonaré que yendo a mí, pierdas el paso.
Cuando más quiero aceptar que dejaste de estar conmigo.
Tu recuerdo testifica que te tiene de testigo.
¿Cuánto más mi mente me dirá que volverás a mí?
Cuánto más tendré que ver que nos separa el infinito.
El veneno de tus besos anestesia mi ansiedad.
Mientras que nuestras pieles se desprenden de lo material.
Ven y tócame, volvamos a hablar con los sentimientos.
Y aprendamos que decir no siempre es mejor que callar.
Hace ya casi tres años que tus labios no me encuentran.
Y no dejo de pensar que un beso me vendría bien.
Mil millones de momentos se vuelven palabras sueltas,
Cuando sus protagonistas las dejaron fallecer.
Y quizás ahora tu cuerpo le pertenezca a otro amor.
Pero yo espero que tu amor pueda regresar a mi cuerpo.
Y tus sentimientos vuelvan a mí por un bien mayor.
Para hacer que las palabras se conviertan en momentos.
Cuando ya sean otras manos las que añore tu cabello,
Y tú cuello se estremezca con el roce de un extraño.
Ojalá pienses en mí, cuando pintábamos el cielo.
De un color; de aquel paisaje. De nuestro amor ermitaño.