En la casa de la familia de músicos se encuentra káiser, solo y preocupado, pues lleva mucho tiempo esperando el regreso de sus seres queridos. Cada que recuerda la historia que le contaron a los chicos del grupo y sobre todo al tener en mente el nombre del Monte Perusa, empieza a tener visiones cuando apenas era un gatito.
Una tarde lluviosa, pues los días de calor culminaron, en la que apenas podía abrir los ojos, se dio cuenta que estaba solo, no había nadie cuidándolo, la lluvia se había intensificado, su pequeño cuerpo no resistiría estar mojado varias horas, entonces empieza a buscar un refugio. Todo el valle se encontraba húmedo, por lo que decide buscar otro rumbo, él escuchaba el sonido de los carros al pasar y más el de las motos que eran las más ruidosas por el resonador que muchos tenían, entre brincos y caídas consigue llegar en poco tiempo, pues felizmente se encontraba cerca. Estando en la pista, maullaba, levantaba la patita y nadie le hacía caso.
_ Porque no se dan cuenta que estoy aquí.
Mira al cielo y piensa ‘’Yo solo deseo vivir feliz y tranquilo, me siento solo y desprotegido’’ mira al suelo y no puede evitar derramar lágrimas de tristeza. Se da cuenta entonces que aún no es momento de darse por vencido, que tiene de darlo todo hasta el final. Empieza a maullar con más fuerza y hacer más movimientos para no pasar desapercibido.
De repente un motociclista lo ve, sin dudarlo se detiene al verlo mojado, de su mochila saca una toalla, lo recubre y su primera meta es llevarlo a un veterinario para que le den los cuidados que él necesita, así que enciende los motores y el viaje dio inicio. El viento sopla con intensidad, los camiones que pasan por el sentido contrario, intensifican el viento por unos breves segundos, como consecuencia genera inestabilidad en el vehículo, lo que resulta peligroso estando a gran velocidad, se da cuenta que tener una apertura en la mochila para que el gatito asome la cabeza es una idea muy negligente, por lo que decide detenerse.
_ Lo mejor será que estés cubierto, temo que por el aire puedas caerte y créeme, nunca me lo perdonaría. Le acaricia la cabeza mientras sonríe y cierra la mochila.
El viaje inicia nuevamente y esta vez aunque se encuentre con prisa maneja más lento, la constante lluvia puede jugarle una mala pasada y como consecuencia, un accidente. Finalmente, luego de un largo trayecto consigue llegar al establecimiento, el felino es atendido y puesto en cuidados.
El motociclista tenía un hermano que odiaba a los gatos, simplemente no podía ni verlos, sin embargo nunca se atrevería de hacerle daño a uno, su humor cambiaba completamente.
Tiempo después consiguen llegar a la ciudad, el motociclista ve el primer centro de atención para animales y se dirige allí. El gato se encontraba desorientado y temblando, pese a que se había secado con las toallas fue atendido rápidamente y puesto a salvo.
_ Los gatos tienen temperaturas de 38° a 39°C, sin embargo cuando estas descienden de los 36°C empiezan a sentirse mareados y desorientados. Su mascota ha resistido mucho tiempo al parecer, lo cual me asombra, felizmente se encuentra mejor. Sonrió el veterinario.
_ La verdad es que lo vi solo e indefenso, justo en ese tramo, conducía a baja velocidad pues logré escuchar su maullido y no pude evitar detenerme. Al verlo mojado y con la mirada triste, me rompió el corazón.
El motociclista estaba contento pues el gato se encontraba mejor y a la vez preocupado por la reacción de su hermano. A Pesar de ello decide llevarlo a casa, conduciendo por la ciudad siente el ronroneo del felino que descansa plácidamente, al llegar, saluda a su hermano.
_ A que no adivinas lo que sucedió. De repente se escucha el maullido del gatito.
_ No me digas que has traído a un gato, sabes muy bien que no me agradan. De repente estornuda.
_ Es que suced…
_ No digas más.
El hermano del motociclista se retiró sin decir más. En los días siguientes el motociclista se encargó de buscarle un hogar, pero se le hacía muy difícil, muchas peticiones le eran negadas. Entre más días se tarde, su hermano se pondrá peor, a pesar de ello, su hermano le dejaba comida al felino sin que este se diera cuenta. El motociclista se encontraba un poco desanimado pues quería conservarlo, tan solo mirar sus ojos, se le derretía el corazón de ternura.
_ Vamos pequeño amigo daremos un pequeño paseo. Tu mirada es la de un emperador, un líder, creo que ya sé tu nombre. Jaja. Bueno, son cosas mías.
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Editado: 29.09.2019