El Amuleto Del Cazador

CAPÍTULO 2: LA BATALLA EN LOS PRADOS

—Ajax, no corras.

—Apúrate, Lith, te perderás la celebración de año nuevo.

—Que me esperes, Ajax —gritó Lith tratando de alcanzarlo.

Los chicos corrieron tanto que se cansaron y se detuvieron a la mitad del camino, ahí estaba escondida en la maleza y los árboles, una estatua majestuosa de dos metros de alto era un hombre lobo tallado en piedra.

Tan curiosos se acercaron y leyeron en las escrituras cosas que no entendieron bien:

“La noche consume la virtud, para mutar en oscuridad, el bondadoso se pierde en el camino y solo el sabio es impenetrable como un roble, la luna guía al fornido y joven guerrero”

—Ajax, ¿qué significa eso? —le preguntó Lith.

—Mi padre me contó en sus cuentos, una historia que no se si creer o no —le dijo mientras se agachaba para quitar la maleza y seguir leyendo.

—Dime, ¿qué es? —insistía la joven.

—Dicen que los primeros guerreros de la tribu tenían un poder misterioso y a ojos de la luna, eran como bestias en la noche, pero nadie sabe si fue real o no —le respondió Ajax.

— ¡Ajax! ¡Lith! —se escuchaban gritos de dos personas.

—Escóndete Lith, no hagas ruido, ya escóndete —le dijo Ajax.

— ¿Qué pasa? Dime —le preguntó ella.

El joven Ajax asintió la cabeza dándole a entender que se callara y no hiciera mucho ruido. De pronto las dos personas que lo llamaban, se le acercan de espalda sin que ellos se den cuenta.

— ¿Qué hacen aquí? —le dijo uno de ellos, a la vez que le toca el hombro a Lith.

Esto provocó una reacción en Lith que la hizo brincar y trasladarse al otro extremo del lugar, tanto fue así que se le salió un grito inesperado. El joven Ajax no paraba de reírse de su hermana Lith.

—Papá, no hagas eso —le dijo Lith.

—Esta es mi futura guerrera —le dijo su padre Wayak expulsando carcajadas mientras se lanzaba al suelo junto con su hija a la vez que le alborotaba el pelo.

—Mamá, casi se me sale el corazón —replicó Lith.

—Abella, llevemos a los niños a la celebración —dijo Wayak.

—papá, una pregunta, ¿quién es el de la estatua? —preguntó Ajax.

—Te contare esa historia más adelante, pequeño guerrero —respondió Wayak.

Los pequeños Lith y Ajax, corrieron hasta la aldea para ir a celebrar.

—Cuando le dirás, Wayak —le preguntó Abella.

—Aún son niños, no lo entenderían —replicó su esposo, viendo fijamente esa estatua.

Como una pesadilla, despertó bruscamente y con su cuerpo sudado a medio día, en verano en los prados de las ninfas el calor es abrasador por eso ellas, en estas épocas prefieren bañarse en el río Natkali. Ajax tuvo un sueño con sus padres y su hermana Lith cuando era pequeño.

―veo que despertaste ya.

―Minerva, debes contarme que es este amuleto ―le exclamó mientras lo tocaba, lo tenía colgado del cuello.

―Lo que te diré, no debes decírselo a nadie más ―insistió ella.

Ajax guardó silencio mientras ella se le acercaba y se sentaba a la par de él, en la cama, le agarra de la mano y lo quedó viendo fijamente.

― ¡Promételo Ajax! ―colocó su tono suave y sensible, generándole confianza.

―Está bien, si esto es la solución a mis problemas, dime mujer ―le respondió.

―Una vez un dios se enamoró de una mortal indígena ―comenzó a narrar ella, las pupilas de Ajax se engrosaron al ver tal hermosura pronunciar palabras con un tono agradable, y más su cabello tan oliente como las flores.

‹‹Este dios dejo su constelación para pasar los restos de sus días en la tierra, en un lugar llamado “Katroiva” su significado es poco conocido, pero en la mitología, es muy relevante, pues es en honor a su madre “Katrina”, si, ella es la madre del dios Lupus, dios de la constelación lobo. Katrina le regaló a su hijo cuando era pequeño, un amuleto. Este objeto no era mágico ni nada, pero era un hermoso regalo de su madre, una figura de metal, madera y diamantes negros estos adornos detallaban la figura de un lobo glorioso y pleno››

―Minerva, ¡una horda de demonios se está acercando, vienen hacia nosotras! ―le dijo desesperada una joven ninfa.

―¡Ten calma! ―le dijo minerva levantándose para darle la siguiente orden―. Haz que todas se preparen para pelear.

―Pero no somos guerreras ―le respondió la joven ninfa.

―Es eso, o morir como cobardes ―evocó minerva.

― ¿Tienes un plan? ―le preguntó Ajax.

―Mi plan es luchar hasta morir, te quedas ahí o me acompañas ―le respondió ella tan segura.

―Luego de esto me terminarás de contar lo del amuleto ―le dijo mientras se adelantó primero para salir de ese gran árbol donde se encontraban.

Los demonios marchaban hacia donde las dríadas, criaturas de medio metro de alto, los comandantes miden dos metros y los más fuertes llegan a medir tres metros, tienen el rostro comido, lleno de llagas y orificios con pus, su piel es de color rojo quemado con ojos totalmente negros, llevan armadura infernal creada por los armeros del mal, enanos constructores que una vez fueron buenos y hoy forjan en las profundidades del infierno. Estas armaduras de color negro, es el más resistente en todo el mundo, lo que todos se preguntan, es como estas bestias volvieron a la superficie y si llegaron a estas tierras, no es por conquistas, ellos buscan algo.



#6530 en Fantasía

En el texto hay: demonios, elfos, hombrelobo

Editado: 24.06.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.