El Amuleto Del Cazador

CAPÍTULO 6: LA TRAMPA

― ¿Qué esperas? Nuestro padre ira de caza y no presenciaremos al jabalí gigante ―dijo Lith esbozando una sonrisa en su cara, estaba desesperada.

―Tenemos prohibido ir, esas cazas suelen ser peligrosas y más para niños como nosotros ―le respondió Ajax.

―Valla guerrero, no, está bien iré sola ―insistía.

La niña salió corriendo de los establos montada en su caballo llamado "Litri", puesto que así se llamaba su mejor amiga la cual fue entregada el año pasado, en un matrimonio con otra tribu lobo génico del norte, la cual ya no existe por ataque de piratas, monstros e incluyendo malditos trasgos, aún recuerda a su mejor amiga.

―Vamos Litri, no podemos perdernos esta caza ―le decía a su caballo.

El joven Ajax, se apresuró montado en su caballo, cabalgaba como condenado por los bosques persiguiendo a su hermana. Mientras tanto los guerreros lobo génicos, se encontraban cerca de la zona.

― ¡Miren, allá está el jabalí gigante! –dijo un Lobo génico.

El jabalí era muy grande, este animal mide unos tres metros de alto y dos metros anchos, posee cuernos y una cola con espinas, tan filosas que corta plata y acero, las rocas gruesas las rebanaría como mantequilla.

―¡Ataquen! ―gritó Wayak, montando un lobo color gris oscuro de ojos verdes.

La joven Lith, se detuvo para observar la cacería, escondida entre la maleza y unos árboles, el animal feroz al perder espacio y ser amenazado por la tribu, se dirigió hacia donde ella, a la distancia un apresurado Ajax, llegaba a salvar a su hermana la cual iba a ser arrollada por el jabalí.

―Quítate, Lith, hazte a un lado ―gritó con todos sus pulmones Ajax.

Ella sin escucharlo, decidió ir en línea recta montando su caballo, atrás de ella una bestia con cuernos la iba siguiendo, apartaba los árboles y dejaba grande pisadas en el suelo.

―Wayak, esa no es su hija ―le dijo uno.

―¿Qué diablos hace aquí? ―dijo con una preocupación en el alma―. Tras el jabalí, no lo pierdan de vista.

Todos los de la tribu se embistieron en busca del animal, Ajax logro alcanzar al jabalí, logro montarse encima de él, para clavarle su daga en la cabeza, el quejido de la bestia fue tan horrible pero el joven demostró que estaba preparado para matar, tras seguirlo buen rato logró montársele y asesinar dicho animal. 

―¡Ajax, bien hecho eres el mejor hermano! ―le dijo ella alegre por la victoria de su hermano.

Este sonrió más sin saber que detrás de Lith se encontraba otra bestia como la anterior, saliendo de la oscuridad entre los árboles, insertó sus cuernos en el cuerpo de la niña, meneo su cabeza saliendo esta hasta chocar en un árbol.

La cara de Ajax se transformó con rabia, tan impulsivo se dirigió corriendo hacia el animal quien iba también en la misma dirección del joven, su hermana había sido asesinada por un jabalí gigante, que más podía hacer su hermano, se sentía tan culpable por lo sucedido. Una lanza se desplazó tan rápido que le atravesó la cabeza de la bestia, quedando incrustada en el cráneo del animal.

El pobre chico, no soportó más sus rodillas, dejó caer su daga, su cabeza se inclinó mientras sus lágrimas se derramaban.

―Debías protegerla ―le dijo su padre montando en el lobo, él fue quien lanzó la lanza para salvar a su hijo; sin embargo, su hija murió.

Todo se ponía más nubloso en este ensueño, vio a su hermana reírse de él y repetirle muchas veces que debía salvarla, pero sabemos muy bien que los temores y miedos del pasado se adueñan de los rostros que una vez amamos, para hacernos infeliz mientras descansamos por las noches, pero solo estaba soñando, sus pesadillas no lo dejaban dormir bien aun así cuando han pasado años desde esa vez donde no pudo salvar a Lith. Todos dormían, pero Ajax al tener esta alucinación, no pudo contener sus lágrimas y las derramó.

―No temas, tu conciencia está limpia solo que tú no la dejas ir ―le dijo Minerva sentada en el suelo.

―No es que no la deje ir, es que fue mi culpa ―le respondió.

―Todos tenemos culpa, hasta los dioses cometen errores ―evocó ella.

―Después de esto, considerare no tener más dioses, donde estuvieron ellos ―reflexionó Ajax.

―Pero sin dioses que seriamos, después de la vida a donde iríamos sin nuestra fe ―dijo ella.

―Sin dioses seriamos, lo que somos simples mortales sin creencias ―le respondió, mientras se levantaba y se acercaba a una ventana para respirar aire.

―Pero las creencias nos liberan Ajax ―se preguntaba Minerva.

―Depende porque hay creencias, que te esclavizan, pero estas creencias más bien me dan más muertes, después de esto las cortaré ―le dijo encendiendo su pipa.

El frio comenzaba a incrementarse, el viento oscilaba más fuerte haciendo chocar las puertas, los objetos contra el suelo y las paredes rebuznaban voces como de enanos o duendes.

―¡Duendes, despierten! ―gritó Ajax.

Todos despertaron y sacaron sus espadas la habitación estaba rodeada por cientos de pequeños duendes de medio metro de altos, de todo tipo de colores: verdes, morados; azules, amarillos; y hasta negros. Los duendes por su color de piel significan una raza diferente, pero había algo raro, todas las razas de duendes estaban reunidas y unidas como un solo ejército cosa, que con anterioridad no era así.



#4266 en Fantasía

En el texto hay: demonios, elfos, hombrelobo

Editado: 24.06.2023

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