El Amuleto Del Cazador

CAPÍTULO 12: LA BATALLA FINAL

―vamos rápido debemos huir de aquí ―le dijo Welno.

―No entiendo que pasó, si estábamos ganando ―le dijo Minerva.

Llegaron tan pronto a un campo más plano para dirigirse a un lugar más seguro, y viajar a Orión para reunirse con sus tribus, pero son sorprendidos con una gran horda de demonios, los tambores se escuchaban desde lejos, se encontraban frente a frente.

―Welno ―gritó una voz en el hemisferio derecho al este, bajando de la colina se encontraba Barkel.

―Les prometí hombres para pelear y defender nuestras tribus.

―Ese desgraciado cumplió su palabra ―se dijo así mismo Welno.

Se desplazaron rápido hacia donde welno y Minerva, había trecientos hombres en total, doscientos eran mercenarios y cien lobos génicos.

― ¿Y Darlo donde esta? ―preguntó Barkel.

―Ahora mismo ha de estar con nuestros ancestros a igual que Ajax ―le respondió Welno muy triste.

El jinete Zajón no estaba para nada asombrado pues su ejército era diez veces más grande que el de ellos, alzó su mano para dirigirse a sus tropas demoniacas las cuales estaban en filas, ordenadas lista para la batalla final, este jinete buscaba ese amuleto para traer a todos los ejércitos del infierno y así gobernar este planeta. Cabalgando sin parar de extremo a extremo de su ejército le decía las palabras necesarias antes de ir a la guerra. ‹‹Demonios están aquí para servir a su amo, nosotros vamos a gobernar este planeta por toda la eternidad››. Todos los demonios gritaban y golpeaban sus espadas con sus escudos, algunos sacaban sus lenguas negras llenas de gusanos y otros se cortaban en forma de ritual antes de empezar. ‹‹A la batalla bestia horribles››. Todos los demonios salieron corriendo hacia donde los lobos génicos, los mercenarios y la ninfa.

―Mantengan su posición ―dijo Carolina, la amiga de Barkel.

―Si voy a morir aquí será un honor morir a tu lado Carolina.

―Muro de escudos, y mantenga la fila ―dijo Welno a todos.

Los demonios seguían acercándose con tanta prisa mientras se decían. ‹‹Hoy los mataremos a todos, serán nuestros››. Hasta que el cielo se oscureció de una lluvia de flechas provenientes del sur, en la colina ahí estaban los elfos comandados por Hall Orlón, el mismo que insultó a Ajax y no lo ayudó.

Los demonios Caían por las flechas, pero no era suficiente. ‹‹Vamos a la marcha››. Les dijo Hall a sus hombres, los elfos eran muy rápidos llegaron en cuestión de minutos, ya hall se encontraba hombro a hombro con Welno.

― ¿Qué te hizo cambiar de posición elfo? ―le preguntó Welno.

―Era esto o aguantar el humor de mi esposa todo el día ―le respondió mientras todos se rieron―, esto lo hago por el honor de katroiva, para defender a mi pueblo, estamos aquí y no nos vamos a rendir.

El ánimo entre los hombres y los elfos se aumentó, ya estaban batallando a espadas y escudos, las lanzas y las flechas llovían, había varios demonios abatidos como también elfos y humanos. Pero aun así la cantidad de elfos apenas llegaban a los doscientos, su enemigo los superaba en números.

―No nos ganaran somos muchos ―gritó Zajón.

En el norte encima de una montaña verdosa y llena de árboles, salían a discreción la mujer del bosque maldito "Disa" y su hija Lith.

―Señora ataquemos ya ―le dijo el gorila que la escoltaba.

―Espera aún falta ―le respondió

― ¿Qué falta? Ataca ya, teníamos un trato, te ayudé a escapar y luego iremos por ese maldito mago legendario ―le exigió Casper Lorna.

―Aún falta ―seguía diciendo lo mismo―. Ahora bestias malditas y criaturas encadenadas, almas andrajosas y sin sentido alguno, este es el comienzo de nuestra libertad, acompáñenme a esta batalla.

Eran como quinientas criaturas y almas perdidas, que iban a atacar la retaguardia de los demonios. ‹‹Señor mire, mire›› dijo un demonio a Zajón. ‹‹Defiendan la retaguardia, no dejen que avancen más››. Ordenó su comandante demoniaco, welno y Barkel no podían creer que el mago había vuelto, Minerva se alegró aún más ya que la victoria estaba ya casi asegurada.

―Ese mago volvió, yo sabía que no nos traicionaría ―expresó Welno.

El cielo se comenzó a oscurecer, había cientos de aves gigantes desplazándose. ‹‹Señor ahora que hacemos››. Dijo un demonio estaban temblando ya que estarían a un más rodeados y serian atacados por el cielo también.

―Por la gloria de katroiva ―gritó Minerva alegre de ver como la tribu Arnail se unía a la batalla.

―Pero por que no atacan ―dijo Welno.

― ¿A dónde van? Vuelvan, aquí estamos, ayúdennos ―gritaba Minerva desgarrando su voz.

La tribu Arnail se iba de katroiva, no ayudaron ese día a los lobos génicos y a los elfos, pero aun así no perdían su fe, Minerva estaba segura de que ganarían esta batalla. La luna comenzaba a salir a pesar de que aún no oscurecía del todo, los demonios iban ganando. ‹‹Vamos ataquen más fuerte››. Decía un demonio mientras le arrancaba los ojos a un elfo después de haberle rebanado la garganta, el viento se calmó y se puso espesó, en la cima de la montaña del lobo había una silueta de un hombre. ‹‹Aaauuuu››. Pegó un gran aullido que hizo erizar la piel de todos.



#4243 en Fantasía

En el texto hay: demonios, elfos, hombrelobo

Editado: 24.06.2023

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