Dedicado a la que alguna vez fue mi hija y hoy es mi hermana, mi mejor amiga, a la que acudo cuando rozo el límite de mi valentía y mis demonios me persiguen. A la que evito llorar en su presencia porque mis instintos de madre salen a flote, a la que alguna vez le declaré la paz y la guerra, a la que alguna vez pensé necesitar menos de lo que ella me necesita a mí. A la que hice llorar intencional y casualmente, aquella persona de la que me burlé y por la que derramé lágrimas de ira y dolor por su sufrimiento y finalmente, a la que le entregué una parte de mi corazón desde la primera vez que la vi en los brazos de mi madre.
A ella se la dedico.
Te amo, hermana.