El Ángel de Cristal

Capítulo 8

Problemas

Aunque no esperaba una bienvenida dicha por parte de Matthew, que aún era desconocido y también alguien aún de luto, no me pude sacar la impresión de que supiera de los Demonios Cazadores que me atacaron. Pero me respondí sola cuando me acordé que era el Rey de los Condenados. Con un poco de esfuerzo me levanté de la cama, mi ropa estaba rasgada al costado donde se apreciaba una cicatriz que me cubría las costillas. Matthew me tendió el café y con gusto lo tomé.

—Es chocolate caliente, pero no se lo digas a los sanadores—advirtió—, son muy estrictos con la recuperación de un paciente.

—Será un secreto—combine, tome un sorbo del chocolate y sentí el calor en mi pecho-Bien, con respecto a los Demonios Cazadores; torturaron a un… príncipe espíritu del viento. Por cierto ¿Cómo está?

Matthew se sentó al borde de la cama y entrelazo las manos.

—Se recupera en la habitación de al lado—dijo, jugando con sus dedos distraído—, al parecer, según lo que dicen los sanadores, lo torturaron por un mes completo. Eso responde a las miles de cicatrices que posee en su cuerpo, las recientes son la de su rostro.

Hice una mueca de asco al solo pensar que ese chico fue torturado todo ese tiempo.

—No te preocupes, se recupera de forma exitosa—aseguró dedicándome una sonrisa—, solo que tiene que tener cuidado, de ahora en más, con los movimientos bruscos. Retomemos sobre los demonios cazadores ¿Qué querían realmente?

Le conté de como llegue a el lugar donde torturaron al espíritu y de cómo me peleé con ellos hasta desmayarme. También de la ubicación sobre la Lanza del Destino que poseo. Cuando termine con mi explicación, el rostro de Matthew estaba inexpresivo.

—Sabía que esto pasaría, la Liga de Cazadores puso precio a tu cabeza, y el Parlamento no tiene jurisdicción en la liga. Porque está oculta, varios asesinos como mercenarios mortales están en ella y muchos son conocidos, la mayoría prófugos de la ley. El último registro que se tiene de ellos es en 1997, intento de asesinato a Hillary Clinton sin éxito. Lo que significa…

—Estoy en peligro mortal y la ley mágica no puede hacer nada—comente, apreté los puños clavándome las uñas en la palma. Las luces del cuarto estallaron—. Yo… lo siento… en verdad.

—Tranquila—dijo Matthew despreocupado—, les pasa a los mejores—volvió a poner cara seria—, pero es cierto, la ley mágica no puede con ellos debido a que desaparecen sin dejar rastro. Podemos ofrecer protección a tu familia y tus seres cercanos.

Pide una audiencia con la Alta Comisión—dijo Ariel—, dile que quieres hablar con el magistrado a cargo.

—¿De casualidad puedo hablar con la persona a cargo?—pregunté, trague duro cuando Matt enarco una ceja—, tengo que hablar de algo importante con el jefe—aclare tratando de sonar segura, tenía los labios repentinamente secos. Matthew se levantó y caminó hasta la puerta haciéndome una seña para que lo siga.

—Veras—profirió Matthew, mientras caminábamos por los pasillos blancos hasta llegar a dos puertas corredizas inmensas—. Últimamente después de la derrota de… Caín, estuvimos haciendo varios arreglos, debido a su ataque de demonios y monstruos el verano anterior.

—Oh, ya veo—pasamos por una habitación vacía hasta un ascensor, entramos y Matthew presiono el primer botón. La música tranquila se oía mientras esperábamos—¿Entonces tendré que esperar?

—Naha, el viejo presi es bueno y seguro te dará tiempo—afirmó, se oyó el Ping y las puertas se abrieron, me quedé con la boca completamente abierta—. Bienvenida al Parlamento de Norte América.

Un globo terráqueo gigante se postraba al frente brillando con lucecitas verdes y amarillas por todos los continentes. Alrededor, se alzaban tres pisos en forma de círculo, con puertas decoradas con banderas de todos los lugares a donde me hubiese encantado ir. El techo: una cúpula abovedada con una aurora que proyectaba nieve que se desvanecía apenas caía en el suelo, de hecho, todo el Parlamento estaba decorado con motivos navideños. Las personas que trabajaban aquí tenían trajes impecables y a la medida. Había mucho movimiento y cuatro personas pasaban con un monstruo con ropas y tapado de cuero con un bozal y cadenas que parecían bastante pesadas a una puerta con la bandera de Irlanda.

—¿Disculpa, que van a hacer?—señale al monstruo y los sujetos que lo movilizaban. Matthew sonrió de lado.

—Es un Shapperwild, un trol de las costas de Irlanda—respondió tranquilo, Matthew-, lo trajeron de contrabando para peleas clandestinas. Ahora lo envían al Parlamento de Irlanda. Ellos sabrán qué harán con él.

Subimos por una escalera en forma de caracol, hasta terminar en una puerta de roble roja, con decoraciones en forma de animales y personas en lo que parecía una fiesta o tal vez otra cosa. Las puertas se abrieron de par en par hasta mostrando un amplio espacio blanco: tenía retratos presidente conocidos y otros con nombres extraños, sillones de cuero negro rodeaban una mesa de living de caoba, al frente estaba un escritorio negro con las clásicas cosas de una empresa; una computadora, un teléfono contestador, expedientes esparcidos por todo el escritorio.

—Hey, señor presi—llamo Matt—, se acuerda del caso trescientos veinte y cinco, está aquí-la silla giró mostrando a un hombre de piel morena como su cabello corto, su rostro era atractivo con barba recortada y sus ojos eran marrones con pigmentos verdes. Llevaba un traje que le cernía a la perfección. 

Se levantó de su asiento extendiéndome una mano, la estreché, era fuerte y suave al tacto.

—¿Cómo se llama, señorita?—preguntó con voz suave y gruesa dedicándome una sonrisa. Santa Macarena este señor es lindo en verdad. Tranquilízate, Jessica y repitete “soy papa casada, soy papa casada”.

—M-me llamo Jessica Martínez—contestó pasando saliva por la garganta—¿y usted es?




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