El Ángel de Cristal

capitulo 14

Contra toda ley

Al llegar al Parlamento lo primero que ví fue como unas personas de parkas platinas y bordes dorados, estaban en cada nivel que rodeaba el globo terráqueo gigante, las puertas donde llevaban a cualquier parte del mundo, estaban bloqueadas por esas personas. Cordelia tenía un anotador, con su sonrisa y ojos perfectos observando como cada puerta ponía, una barra de hierro cruzada.

La ministra me miró con un brillo peligroso.

—Van dos veces que nos encontramos, Jessica, me encantaría saber a qué debo esta visita—dijo haciéndose oír, mientras Amelia está de brazos cruzados y el cejo fruncido, mirando como clausuran cada puerta.

No muerdas su anzuelo—hablo Ariel.

«Ya lo sé—contesté mentalmente—. Pero cuesta no golpearla»

—Vengo a hacer un pedido al presidente, o alguien a cargo—hable tratando de no sonar agresiva, de seguro mis ojos están rojos e hinchados de llorar. Y mis manos lastimadas por presionar las uñas. Sonrió levantando la comisura de los labios.

—Puedes decírmelo a mí, soy la Ministra de la OSMU, yo soy lo más cercano a una ayuda y un permiso—replicó, inspire una vez y le conté sobre la Liga y de mi familia, omitiendo sobre la lanza de Longinos. Una vez terminado ella llevó un lápiz a su barbilla, pensando, o haciendo que pensaba; hasta yo sé que no había nada que pensar. Ellos podían ayudarme a buscar a mi familia, sobre todo si la Liga está en medio. Pero ella está a cargo, lo que significa que Anthony está degradado.

—¿Me podrías ayudar, Madame ministra?—preguntó, tratando de ocultar mi leve repulsión a decirle Madame. 

—Mm… bueno está, pues, un poco difícil—respondió, desapareció su libreta y llevó ambos brazos detrás de su espalda—. Vera Jessica, hay al menos muchos de los seguidores de Caín, que eran parte del Parlamento, y aún estamos cancelando su entrada a los Parlamentos del mundo. Lo que significa que muchos de nuestros Soldados están en misión de búsqueda por sectores de las Américas. Dejando muy pocos vigilando, dejan muy poco para una búsqueda a su familia, pero puedo traer personal de la OSMU para ayudar.

Al principio de lo que dijo me enojo y seguro que salió un tenue halo de luz de mi cuerpo, hasta lo último que creo fue conveniente, ese halo se apagara poco a poco. Amelia se juntó con nosotras, su ojo felino me estudió a mi y a la ministra, a esta última con un ligero cansancio.

—Jessica, por lo que estaba oyendo, tu familia fue raptada por la Liga—dijo, no se por que con ella al lado me sentía en confianza, tal vez sea Ariel relajándome, no se, la mire y asiento. Puso su mano en mi hombro dando un ligero apretón y sonriendo de lado—. Los buscaremos, en serio lo haremos, ¿No es así, señora ministra?

—Por supuesto, le decía sobre los subordinados de Caín y que los soldados fueron desplegados en las Américas—habló con un octavo arriba, parecía ofendida—. Iba a traer más personal de la OSMU para esta misión.

Sentí una picazón en la oreja y la voz de Amelia habló «genial, más lamebotas aquí» bufo, sonreí y la mínima intención de oír a decir Amelia eso me dió ánimos. Cordelia dio media vuelta y fue a hablar con los hombres platinos. Amelia tomó del brazo y me llevó hasta una zona apartada.

—Voy hacer directa, Jessica, Cordelia no tiene pensado mandar a nadie a buscarte—no me sorprende, se ve a leguas que ella no nos ayudaría—. Así que ella y los ministros de la OSMU, se pueden ir a la mierda. Y aquí entre nosotras—miró sobre el hombro, y bajó su tono de voz—, romperemos las reglas, junto con mi esposo, ambos queremos hablar contigo, con Malcolm y Matthew.

—Pero… creí que sí hacían algo como eso… les traería problemas—dije y Amelia sonrió con vehemencia.

—Bueno, Anthony y yo lo estuvimos hablando, creemos es lo mejor… sabemos que esto nos costaría los puestos, pero ya la OSMU no ayuda a nadie, y ahora tienen sus ojos puestos en Matthew, porque pudo derrotar a Caín. Los poderes del caos que Matthew posee, lo hacen provechoso para ellos. Ahora, imagínate una chica poseída por un ángel y además que tiene un arma de Armageddon.

—Diría que es el premio mayor—respondí.

—Exacto. Vayamos a otro lugar—toco mi hombro y nos transportamos a un espacio pequeño donde Matthew, Malcolm y Adriano y Anthony estaban. Amelia me dejó y fue al lado de su esposo, todos me miraban como si esperaban hacer algo, y no quería ser el centro de atención, pero seguro querían saber lo que pasó.

—Jessica, por favor cuéntanos—dijo Anthony y eso hice sin omitir ningún detalle, cada uno murmuraba cuando termine de hablar. Anthony tomó la palabra—. La Liga usará todos los medios necesarios para obtener lo que quieren, si eso significa capturar a los que amamos. Créeme lo sé más que nadie, yo… era parte… de la Liga de Cazadores.

Los únicos tres que nos sorprendimos fueron yo, Matthew y su amigo, mientras los otros tres estaban imperturbables. El presidente suspiró y volvió hablar.

—La única forma de buscar a un cazador es a otro, si te dijeron que estaba en Phoenix Arizona, eso es porque hay otro lugar, nunca salen sin un plan de respaldo—miró su anillo y lo giró—. Matthew y Malcolm irán con Jessica a buscar a su familia como refuerzo. Pero primero deberán ir a otro lugar, a Noregard principalmente a buscar un cazador.

—¿Por qué no viene con nosotros?—dijo Matthew.

—No puede, podemos—respondió Adriano—. Ya que el presidente era un ex-cazador y, además, nuestros expedientes están comprometidos—explico, nuestros rostros eran de notable confusión—. Digamos que tenemos tres strike y estamos fuera, yo voy dos, Amelia una y el presidente ninguna, pero con esto de desafiar las leyes, digamos que nos tacharan de traidores y ningún Parlamento nos querrá de vuelta.

—Entendí—dijimos los tres al unísono. Adriano miró su reloj y abrió mucho los ojos.

—Bueno, la misión será hoy a la noche, equipen lo que creen necesario y usen ropa ligera pero también abrigadora—hablo Amelia que también miró su reloj—. Los esperamos en las afueras de Washington, ¿Jessica sabes dónde queda?




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