El Ángel de Cristal

capitulo 21

REUNIÓN SECRETA

ADRIANO

 

Luego de la misión supervisada por dos buitres plateados de la Ministra; libreta en mano y rostro alargado, estaba realmente agotado. No solo el Parlamento Americano estaba vigilado, sino también el de Canadá y México, en Argentina no dejaban acercarse a nadie de la OSMU. Ellos no le tenían ni una pizca de miedo, cosa que admiro, aunque creó que el Primer Ministro está hablando con el presidente del Parlamento de ese lugar. Las puertas que nós llevan a todos los parlamentos del mundo están inhabilitadas, menos la entrada a la OSMU; un arco de mármol blanco y oro, con figuras de caballeros y brujas tallados en cada lado (siendo tres mujeres en el derecho y tres hombres con espada y armadura en el izquierdo), arriba había una cabeza de león que representaba el sol. No tenía puerta solo dejando una pared que solo desaparece cuando algunos de los ministros la cruzan. Si es solo Cordelia me basta y sobra, incluso muchos de los que trabajan estarán de acuerdo conmigo, ya que el ambiente en el Parlamento estaba tenso; los buitres plateados estaban en cada rincón, centinelas de rostro alargado y de ojos apagados. Las Comisiones estaban siendo supervisadas cada minuto del día, y si se cometía una falta eran suspendidos hasta nuevo aviso. Fui hasta la sala de reuniones para dar mi reporte sobre la misión, en la palma sentí un cosquilleo, al ver estaba escrito lo siguiente. 

 

REUNIÓN A LA MISMA HORA Y LUGAR. 

Así como apareció lo escrito se borró, abrí las enormes puertas de la sala, esperando encontrar al presidente. Adentro estaban Amelia y Cordelia Astariel; esta con mechón de su rubio cabello en su frente, al levantar su rostro sus ojos de un azul pálido me escrutaron. Cerré la puerta detrás e hice una reverencia a ambas y no me acerqué más, no quería darle la satisfacción a Cordelia de husmear en mi cabeza. 

—Señor D'Loreto, ¿a qué debo esta inesperada visita?—inquirió con voz dulce.

—Vengo a entregar mi informe del ataque en Oregon…

—Ya tengo el informe del ataque, no es necesario que venga hasta aquí—dijo sin perder su tono dulce. Era muy hermoso de escuchar… ¡REACCIONA TARADO! está usando algo de control mental, o el mismo Velo para alterar tu hormona—. Puede retirarse hasta que sea llamado para su siguiente misión.

Hice una pequeña inclinación de cabeza, y mire rápidamente a Amelia que estaba con una pila de cuadernos frente a ella; me dio un asentimiento y mostró que tenía también en la mano escrito lo mismo. Me apresuré a salir viendo como Cordelia le decía algo y ella respondía. Mire el reloj que daban las tres en punto, torcí en un recodo donde los buitres plateados no concurren mucho hasta estar frente al busto de Felicia Sullyvan, la décima presidenta del Parlamento; Rostro picudo, cabello atado, nariz aguileña y semblante serio. Me quede frente al busto y mire en ambas direcciones esperando no encontrarme a nadie.

—¿A dónde le gustaría ir?—preguntó el busto con voz apacible. 

—Donde mis intenciones no serán juzgadas—conteste mirando en ambas direcciones, toque el busto y ambos comenzamos a desaparecer hasta que todo se volvió oscuro. En un instante quedé en una habitación gastada con tapices desgarrados y tanto techo como paredes mohosas. La habitación estaba iluminada por la chimenea que crepitaba, en la mesa estaban sentados líderes del Parlamento de Estados Unidos, Londres, México y Canadá. 

—Lamento la tardanza—dije después unos instantes en silencio. El busto desapareció otra vez volviendo a su lugar. Todos estaban sentados en una mesa redonda, me uní a ellos quedando frente a Aaron y al lado de Rose—, tenía que asegurarme que no me siguieran y que Cordelia no sospechara.

—Esa Cordelia—dijo el presidente del Parlamento de Londres. Percival Calvyn era de hombros anchos, tupida barba y cabello largo ondulado entrecano. Sus ojos eran oscuros y de piel blanca, traje de raya diplomática azul que le acentuaba perfecto—. Por su culpa casi pierdo mi puesto como presidente, y casi mancha el honor de mi familia.

—Si, si, Percy, sabemos esa historia de antemano—contestó rotundo Aaron—. Estuvimos ahí haciendo de testigos para declarar tu valía a la OSMU—Percival miró para otro lado con los brazos cruzados—. Bien, iniciamos primero con las notables apariciones de monstruos y cazadores en el mundo. La mayoría de las Casas Grandes están siendo afectadas por desertores que fueron con Eco y su inminente ejército.

—Las Casas Grandes de México están siendo testigos de muchos espías—informó Matias Guzman. Era el más joven de nosotros; cabello castaño claro ondulado, piel trigueña, ojos verdes y tenía un traje igual al de Percival—. Por suerte logramos capturar a los traidores y borrarlos para que no informen nada al Oscuro.

Borrarlos, sonaba fácil cuando lo decía, pero seguro les habrá tomado tiempo emplear el hechizo de memoria sin que ninguno les afectará. Ya que es muy potente incluso para los más experimentados. Lo de las Casas Grandes si es un problema, si se siguen sumando más seguidores al Oscuro no tendremos forma de hacerle frente. Aunque sería preferible no llegar a algún extremo no deseado.

—Los puertos en Canadá fueron incursionados por monstruos marinos—dijo Rose, que llevaba un hermoso vestido de brocado color plata—. El incidente está bajo control, llamó la atención de muchos mortales. Ese día fue increíble la cantidad de borrados, ahora estamos un poco atareados con las defensas del puerto.

—En Europa también hay un Oscuro que afirma ser el hermano de Eco—dijo Percival. Todos nos volvimos para ver si mentía pero no era así; Percival era gruñón y desconfiado pero nunca un mentiroso—. Los Parlamentos de Londres y Francia sufrieron varios ataques de resucitados, pero estos no eran como los describen en los libros de Nigromancia. Sino que estos son inmune a los contra hechizos, eso es realmente malo, encima de todo si alguno te llega a morder quedas envenenado: una horripilante infección que ennegrece la piel al punto de pudrirla. Estamos buscando la cura y los CIEN (Comisión de Investigación para Envenenamientos) no tienen resultados, la mayoría de los infectados mueren y resucitan para unirse con el Oscuro.




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