El Ángel del Infierno.

- TRES -

Raynard

Entre en aquella sala cerrando la puerta tras de mi sin mirar atrás, porque si miraba atrás no sabía si podría haberme resistido a ella. Verla de nuevo después de tantos meses fue como una patada en el huevos con una bota de puntera metálica. Estaba preciosa scheiße (joder). Saltaba a la vista que su cuerpo estaba mucho más atlético, era verdad que el verdammt (puto) japones le había estado entrenando. Esos ojos tan azules como el cielo que me volvía loco y ese nuevo corte de pelo me tenían cogido por los huevos. Todo ella era fuego, un fuego azul ardiente con tan solo una mirada.

Y, aun así, cuando la vi en el aeropuerto, no pude mas que morir de celos al verla con el amiguito de Kaito, como le abrazaba y ese beso que dejo en su mejilla, todo en mi estaba lleno de dudas por si, quizás, ella hizo algo o tuvo algo con alguien más. ¿Yo? Yo lo intente, tan solo una vez, pero fue suficiente para entender que a la única que quería desnuda en mi cama era a Davina.

A esa verfluchtes (maldita) niñata.

Nueve meses de pura perdición. En cuanto se largo me di cuenta de que tenía que escucharla más y, sobre todo, respetarla. ¡Mist! (¡Mierda!) me costaba dejarla ponerse en peligro, ¿Cómo iba a hacer eso? Si mi puto corazón fue suyo desde la primera vez que cruce una mirada con ella. Volví a cambiar cuando desapareció, la busque desesperado, pegue y torture a hombres para nada inocentes. Estos meses he matado cruelmente a mucha mas gente de la que podía contar, todos se lo merecían, no obstantes mi métodos no fueron de lo mas sutiles. Me refugie en el gimnasio día y noche que no tenia ocupadas, bebi alcohol desesperado y saque mi rabia contra todo el mundo.

Davina se fue y mi mundo se vino abajo, se desequilibró.

Sin embargo, estaba enfadado, demasiado. Sabia desde siempre que no debía de enamorarme de nadie, pero con ella me fue imposible.

Aprete los puños bajando las escaleras por fin, aquella sala subterránea en la casa de Jakob estaba llena de ordenadores, mapas y monitores de las cámaras de seguridad tanto de su casa como de la mía. El lugar era luminoso a pesar de estar bajo tierra, me senté junto mi amigo dejando caer mi cuerpo de manera pesada. Observe las pantallas vigilando los pasos de una morena, cambiaba de pantalla a medida que iba andando por la mansión en busca del gimnasio.

-        Wie geht es Ihnen? (¿Cómo estás?) – Miré de reojo a mi amigo, simplemente me encogí de hombros. -  Ich habe gesehen, dass Sie ein paar Worte gewechselt haben. (He visto que habéis cruzado algunas palabras.)

-        Ich habe ihm nur gesagt, wo das Fitnessstudio ist. (Solo le he dicho donde estaba el gimnasio). – Eleve la cabeza observándola hablar con Andreu en el gimnasio.

-        Was zum Teufel macht er da? (¿Qué demonios hace?) – Murmuro mi amigo cambiando el monitor donde salía el gimnasio para que saliese en la pantalla justo de en frente.

Ladee la cabeza curioso viendo cómo se ponía en mitad del tatami con Louis, uno de nuestros nuevos hombres. Jakob subió el volumen para escuchar lo que estaban diciendo, simplemente se dieron la mano y el resto de los hombres miraban totalmente curiosos la escena.

-        No seré muy bruto, lo prometo. – Levantó una mano Louis como si fuera un boy scouts.

Davina le sonrió de una forma tan lobuna que llamo mi total atención. Me acerque a la pantalla apoyando mis codos sobre mi muslo.

El primer golpe con la derecha de Louis lo esquivo con facilidad, el siguiente golpe por el mismo lado lo volvió a evitar, y fue entonces cuando me di cuenta de que la cara de aquel hombre, que hacía unos segundos tenía una sonrisa, se había tornado totalmente seria.

-        ¿Vas a empezar a pelear de verdad? – Davina le hablo con burla poniéndose en posición de combate.

Aquella guardia era típica del Karate.

Inevitablemente esboce una pequeña sonrisa por la respuesta de mi... de Davina.

Comenzaron a luchar con más sarna, en ningún momento había atacado ella, simplemente se defendía esquivando golpes o parándolos con una facilidad y agilidad asombrosa. En ese mismo instante estaba totalmente impresionado, ella se llevo un golpe en el abdomen que le hizo jadear. Inconscientemente me levante de golpe sin apartar la vista de la pantalla, aprete los puños con fuerza.

-        Warten Sie es ab. (Espera.) – Jakob me agarro del antebrazo señalándome la pantalla.

Comenzó el turno de Davina, en un segundo de debilidad por parte de Louis ella comenzó a atacar con golpes tan limpios y magistrales que parecia que llevaba toda la vida peleando, ella tenia un don para esto scheiße (joder), se movía controlando la situación total. Se deslizo por el suelo dejando a Louis de espaldas a ella, golpeo la parte trasera de su rodilla provocando que cayese de rodillas al suelo, le agarro del cuelo y giro sobre su cuerpo con una fuerza brutal, le hizo una llave sobre el suelo dejándolo totalmente inmovilizado.

Cuando aquel hombre golpeo el suelo en modo de rendición ella se levanto de encima suyo, extendió la mano como forma de compañerismo, le ayudo a levantarse con una sonrisa. Hubo un silencio sepulcral en la sala hasta que comenzaron los aplausos y los vítores. Louis la agarro en brazos y la levanto.

-        ¡Tremenda ninja tenemos aquí! – Davina soltó una carcajada llena de felicidad.

-        Gracias por pelear conmigo.

Ambos estaban uno enfrente del todo, demasiado cerca para mi gusto. Bufé apartándome de la pantalla para no ver nada mas de aquel gimnasio. Me puse la mano en el paquete y me coloqué el miembro, estaba excitado scheiße (joder). Agarré un vaso de cristal que estaba sobre una mesa y lo estampé contra una pared.

El móvil de Jakob comenzó a sonar llamando mi atención.




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