DAVINA
Hoy era el día mas esperado y ansiado por mi mejor amiga, era su boda. Y yo no podía llevar una resaca mas apestosa encima. Katia, la misma chica que me maquilló el fatídico día que me presente como mujer de Diablo, estaba haciéndome las cejas mientras Aria nos echaba la bronca a Molly y a mí. Esta ultima llevaba un antifaz frio puesto en los ojos para intentar disminuir el dolor de cabeza.
Katia tenia una sonrisa divertida mientras yo intentaba no morir por los chillidos agudos de Aria, de verdad que la cabeza me iba a explotar. Una de las cuestiones que me atormentaban era pensar que Raynard, probablemente, me llevo en brazos a mi cama. Tanto Molly como yo amanecimos en mi cama abrazando la placa con el nombre de una calle.
La noche se nos fue totalmente de la manos.
Rodé los ojos poniéndome de pie cuando la chica termino con mis cejas. Me puse en frente de Aria y le agarré por los hombros.
Poco a poco comenzó a esbozar una sonrisa sincera.
Le sonreí abrazándola con fuerza, sus brazos rodearon mi cintura escuchándole soltar un suspiro tembloroso. Aprete con más fuerza intentando calmar sus nervios, estaba alterada porque en tres horas se casaba. La separé para mirarla, estaba maquillada y ya peinada, Aria era preciosa, pero hoy… estaba deslumbrante, como una estrella que brillaba en su máximo esplendor.
Ignore el “nuestros alemanes”, lo que menos necesitaba mi amiga era que le corrigiese.
(…)
Después de unas fotos con Aria y la familia me fui hacia el principio del pasillo de flores que había en el jardín marcando el recorrido hasta el señor que iba a realizar la ceremonia. Carraspeé mirando a mi alrededor observando a toda la gente que ya permanecia sentada en sus asientos, estaba por comenzar la boda y Raynard debía de venir ya para entrar conmigo. Jakob estaba al pie del altar de rosas blancas nervioso, le dedique una sonrisa a lo que me respondió con un asentimiento. Cuando escuche un “chss” gire la cabeza observando a Kaito y Daiko sentados en una esquina, este ultimo me guiño un ojo provocando que soltase una carcajada.
Este chico nunca cambiara.
Me medio giré para quedar cara a cara con él, el aire se quedo atascado en mis pulmones cuando lo vi por completo. Trague duramente la saliva que se había formado en mi boca sin poder formular una maldita palabra. Raynard estaba increíblemente sexy y guapo. Su traje negro ceñido con una corbata del mismo color rojo de mi vestido le quedaban de escándalo.
Joder, me estaba mirando de una forma tan potente que en cualquier momento mis piernas dejarían de funcionar y me metería un buen tortazo contra el suelo. Aprete los labios intentando pensar con claridad que decirle.
Aprete los puños a ambos lados de mi cuerpo. El vestido que Aria me diseño era perfecto, ella me conocía mejor que nadie, tanto mis medidas como mis gustos, su arte era incuestionable. Me sentía sexy, segura, una mujer dispuesta a todo, pero ahora con Raynard mirándome así, sentía como todo eso se iba a la mierda.
Una campanas dieron el aviso de que todos los invitados se pusieran de pies, suspire tranquilizándome. Raynard puso su brazo de forma que pasase el mío con el de él, le mire fijamente unos segundos antes de pasarlo. Su otra mano se posó en la mía creando el famoso escalofrío que solo él había sido capaz de provocar en mi maldito cuerpo hormonado.
La canción dio pie a que comenzásemos a andar hacia el altar y en aquel momento no pude mas que imaginarnos a nosotros dos casándonos algún día, que el fuera quien me esperaba en el otro lado con una enorme sonrisa y las ganas de pasar la vida juntos. Aprete los labios cuando un puchero amenazaba con salir, solté levemente el aire por mis labios con la mirada fija en el frente. Un apretón se hizo en mi mano cuando llegamos, mire hacia otro lado separándome de Raynard para así colocarme en mi sitio a la espera de que mi amiga apareciera del brazo de su padre. Podía sentir la mirada de Raynard encima de mí, sin embargo, luche con todas mis fuerzas para no mirarle.