El Ángel que bailaba con el Diablo 2

Vittorio: Capítulo 3 (Final)

Vittorio buscó a Zafira por los alrededores pero no encontró ni un rastro de ella, de lo único que estaba seguro es que habían sido varios hombres quienes fueron tras ella, pues cerca de la casa pudo divisar huellas sospechosas.

Sin detenerse a meditarlo, y preso de la ira, se dirigió directamente a la aldea donde comenzó a llamar a la joven en voz alta

- ¡ZAFIRA! ¡ZAFIRA! - gritaba. 

Aquello inevitablemente llamó la atención de los pobladores que no se atrevían a enfrentarlo pues él nunca ocultó su aspecto de Diablo. 
De repente dos enormes hombres aparecieron e intentaron atacar a Vittorio pero este los derribó con apenas tocarlos

- ¡¿Dónde está Zafira?! - preguntó mientras le retorcía el brazo a uno de ellos.

- ¡¡¡No lo sé!!! ¡¡¡No lo sé!!! - respondía el hombre desesperado por el dolor.

Inesperadamente un grupo de hombres mayores se hizo presente en lugar

- ¡¿Qué rayos pasa aquí?! - preguntó uno de ellos. 

El joven Diablo los divisó y de inmediato se acercó, supuso que se trataba del "Consejo". Tomó de las ropas a uno de ellos y lo acorraló elevandoló unos centímetros del suelo

- ¡¿Qué eres?! ¡¿un demonio?! - preguntó él anciano visiblemente espantado.

- Sí, soy un maldito Diablo. Regresenme a Zafira o les demostraré lo que soy capaz de hacer - respondió con una mirada que helaba la sangre.

- ¡¿Zafira?! ¡Ella no está aquí! -

- Mientes. Estoy seguro que ustedes fueron por ella... pude sentir el olor a incienso de este lugar en mi propia casa... así que no intentes engañarme o te arrancaré el corazón maldito viejo...- lo amenazó mientras con una mano lo sostenía y con la otra apuntaba directo a su pecho.

- ¡Te digo la verdad!, es cierto que nuestra gente fue por ella, en cuanto los sirvientes de Travis nos dijeron lo que pasó, y que cancelarían el trato si no la tenían, su padre salió a buscarla con otros miembros del Consejo siguiendo tu rastro. Pero no la trajeron aquí.

- ¿Dónde está su padre?... ¿Dónde está ese infeliz? 

- Tampoco está aquí, seguramente la llevó a algún lugar donde pueda retenerla hasta que el Señor Travis vaya por ella.

- ¡¿Dónde es eso?! ¡Dímelo!... - comenzó a impacientarse aún más Vittorio.

- ¡No lo sé! ¡Te juro que no lo sé! ¡No tengo idea de dónde está!

El joven Diablo apretó con rabia los dientes, en el fondo podía percibir que aquel hombre le decía la verdad y, decepcionado por no conseguir respuestas, lo dejó caer abruptamente al suelo.
Se dio la vuelta para marcharse pero antes de retirarse los sentenció 

- Malditos miserables, debería matarlos a todos ustedes... pero les aseguro que cuando sus almas lleguen al infierno los haré retorcerse en las llamas de este... de todos modos no les queda mucho tiempo de vida... - terminó por decir y se fue corriendo en el medio de la noche ante la atónita mirada de la gente del lugar.

Desesperado y sin ninguna pista de ella, no quería perder más tiempo, cada minuto era preciado pues mientras más tardase en encontrarla más daño podrían estarle causando y la sola idea de imaginarlo lo enfurecía más.
Recordó que ese día Noré se encontraba en el infierno y decidió ir a pedir su ayuda

- Noré. 

- ¿Vittorio? ¿Qué haces aquí? ¿No te habías marchado ya?

- Se la llevaron Noré, no puedo encontrarla por ningún lado, estoy desesperado.

- Tranquilizate Vittorio.

- Necesito que me prestes uno de tus perros ¿ellos podrían hallarla verdad?

- Sí, si tienes algo de ella para guiarlos Belzet o Zero pueden percibir el rastro de su alma y encontrarla.

- Perfecto, ¿puedes darme a uno de ellos?

- Claro que sí, Belzet ve con Vittorio - ordenó Noré y el enorme perro rojo se ocultó en la sombra de Vittorio.

- Gracias Noré - dijo ya dispuesto para marcharse.

- ¡Espera!, ¿No quieres que vaya contigo? - preguntó su hermano.

- No, te lo agradezco pero acabaré personalmente con todo esto de una vez.

- ¿Qué piensas hacer?

- Te juro que si la lastiman los mataré a todos.

- ¡Detente Vittorio, sabes que no puedes matar a un humano! Somos Guardianes de las almas, tenemos una responsabilidad... si matas a un humano te condenarán a diez años de encierro.

- Lo sé, pero te aseguro que no me importa con tal que Zafira pueda vivir en paz - dijo por último y se retiró.

Noré no podía evitar preocuparse, esa extraña pasividad al hablar pero esos ojos llenos de ira que mostraba su hermano sólo podían ser la señal de un desastre que se avecinaba.

Mientras tanto, en algún lugar del mundo humano, un grupo de hombres del Clan, entre los cuales se encontraba el padre de Zafira, la mantenían retenida en una torre abandonada, amarrada de manos a uno de lo barrotes de la ventana del lugar.

- ¿Es necesario que nos quedemos todos aqui? - preguntó uno de ellos.

- Sí, el sirviente de Travis dijo que el hombre que se la llevó era una bestia, así que si la encuentra otra vez tendremos que enfrentarlo entre todos, al menos hasta que Travis venga por ella. Ya enviamos al mensajero por él. 

- ¿Y cómo era ese hombre?.

- Según el sirviente todo fue tan rápido que no pudo verlo bien, sólo distinguió que era rubio y traía un parche en uno de sus ojos.

- Entiendo, iré abajo para ver cuando llegue Travis - dijo por último y salió fuera del cuarto dejando solos a Zafira y su padre.

La joven comenzaba a recobrar la consciencia, como se había resistido al momento en que fueron por ella, la golpearon en la cabeza para desmayarla y llevársela sin problemas

- ¿Padre?... ¿Qué hiciste?... - preguntó.

- Al fin despiertas, te lo tenías bien guardado. ¿Creíste que podrías huir de tu compromiso y hacerme quedar mal?. Estás equivocada, no te dejaré en paz hasta que cumplas con tu obligación.

- Déjame en paz por favor... tú me odias... siempre lo hiciste... ¿Por qué no me dejas ir?...

- Porque aún tienes que devolverme el favor que te hice al reconocerte como hija todos estos años.

- Estás loco...

- ¿Quién es ese hombre? ¿Hace cuanto que te ves con él? - Zafira no dijo nada y él continuó - ¿El te dio ese collar cierto? ¿De dónde lo conoces? ¿Quién es? 

- Si te lo dijera no me creerias... lo único que debes saber es que amo a ese hombre y gracias a él pude entender lo ciega que estaba al dejar que hagas lo que quieras conmigo. Podrás golpearme, intentar humillarme pero no bajaré la cabeza nunca más ante ti - le dijo con una mirada desafiante.

- ¡¿Desde cuando te has vuelto tan atrevida?! Ya verás como se te quita esa actitud cuando Travis te lleve lejos de aquí, él te doblegará y serás una esposa obediente.

- Ya veremos si Travis quiere a una esposa que no es virgen... - deslizó ella.

- ¡¿Qué dijiste?! 

- Lo que escuchaste, ya no soy pura.

- Estás mintiendo... tú no te atreverías...

- Es muy fácil saber si estoy mintiendo o no, una matrona lo puede decir...

- Tú... ¿Te entregaste a él?...

- Sí, lo hice, me entregué a él y no sabes lo hermoso que es hacerlo con alguien a quien de verdad deseas...

Aquel hombre lleno de furia la abofeteó 
- ¡Eres una desvergonzada!, una digna hija de tu madre... 

- Sí, y estoy orgullosa de serlo, ahora la entiendo perfectamente... estamos obligadas a obedecerlos a ustedes desde que nacemos, ni siquiera podemos elegir a quien amar... no me importa si aquel hombre no me quiso como hija, yo soy fruto del amor que ella sentía por él y eso es suficientemente para mi...

- Eres una...

- Yo tuve la suerte de encontrar a alguien especial y él también me corresponde a mi... pero tú nunca tendrás esa dicha porque no eres espacial para nadie...

- Maldita... por eso odio a los mestizos, llevan toda la impureza encima... cargas con el Diablo en tus espaldas.

Zafira esbozó una pequeña sonrisa - Sí... el Diablo me ama, por eso me protege...

De repente se escuchó el ruido de una puerta abrirse violentamente, Vittorio había llegado al lugar guiado por Belzet.

Los cinco hombres apostados como guardias abajo quedaron atónitos al verlo, tenía un gesto intimidante en su rostro y su ojo descubierto brillaba en la oscuridad

- Es él - dijo uno de ellos - ¡Es el hombre del parche!.

- ¡Es un demonio! - gritó otro.

- ¿Dónde está Zafira? - preguntó Vittorio sin rodeos.

Aquellos hombres sin decir más nada comenzaron a atacarlo, estaban armados, pero el Diablo sólo con sus manos desnudas se defendió.
Golpeó a cuatro de ellos hasta desmayarlos, el quinto le disparó una flecha desde las escaleras, clavándosela en el brazo izquierdo.
Vittorio lo miro y aquel joven, al ver que él no había sentido nada, subió corriendo hasta la habitación de arriba.
El joven Diablo se arrancó la flecha y fue tras él.
La puerta del cuarto donde estaba Zafira se abrió de golpe 

- ¡Ahí viene! - gritó el hombre de la flecha - ¡Es un demonio!

- ¿Qué? - se preguntó él padre de Zafira y presenció como Vittorio golpeaba por detrás al muchacho.

- ¡Vittorio! - se emocionó la joven. 

Vittorio vio que ella nuevamente había sido maltratada y se enfureció, fue directo a su padre 

- Eres una basura...- le dijo y tomándolo de las ropas lo arrojó con violencia contra la pared.

Se acercó a la joven y la desató
- Vittorio... viniste por mi... - le dijo emocionada.

- Te dije que si me lo pedías no te soltaría nunca más... Y aquí estoy... - respondió y acarició su mejilla golpeada.
La joven vio por detrás de él como aquel hombre se ponía de pie y se acercaba corriendo.

- ¡Cuidado Vittorio! - le gritó.

El Diablo sintió como este le clavaba un puñal en el hombro por la espalda.
Zafira se horrorizó pero no sabía que aquello no significa nada más que una molestia para Vittorio, lo único que hacía era reconfirmar sus deseos de matarlo.

El padre de la muchacha observó atónito como el Diablo se quitaba el puñal sin problemas, se intimidó ante esa acción, lo tomó por el cuello y lo paró frente a él 

- No sabes el deseo que tengo de aplastarte la garganta... - le dijo, solo quería matarlo, pero miro por un segundo a Zafira y reflexionó - Me repugnas, eres un ser digno del peor rincón del infierno... Tienes suerte de que no pueda matar a un humano... no voy a perder tiempo precioso al lado de Zafira por estar encerrado debido a tu causa...

Por un segundo el hombre se relajó, vio salvada su vida hasta que el Diablo continuó - Pero... tampoco seré tan estúpido de dejarte ir así no más... pagarás por cada segundo que la hiciste sufrir... -

- ¿Qué?...-

- Zafira... cúbrete los ojos - le pidió.

Ella obedeció y se cubrió el rostro con sus manos, Vittorio se levantó el parche y convirtió a aquel miserable hombre en piedra.

- Ya puedes mirar Zafira...-

La joven levantó la vista - Padre?... - murmuró, quedó sorprendida.

- Lo siento... pero no podía dejar las cosas así no más... ¿ Me odias por esto? 

- No... nunca podría odiarte Vittorio... yo te amo...

El sonrió y la cargó en sus brazos - Vamos a casa... - le dijo.

- Sí... - suspiró ella.

Al bajar nuevamente encontró hostilidad, pues aquellos cuatro hombres habían despertado y estaban dispuestos a seguir peleando - No mires Zafira... - le pidió una vez más y ella cerró fuerte sus ojos.

Vittorio los convirtió a todos en piedra, cuando la joven pudo abrir los ojos apenó su mirada - Sé que eres tan noble que es inevitable para ti sentir lástima... pero recuerda que ellos no la sintieron por ti... así que por favor no llores por ellos... 

- No lo haré...- respondió ella y se disponían a irse. 

Cuando estaban a punto de salir Noré los sorprendió, preocupado decidió ir tras él guiado por Zero, pero llegó tarde

- ¡Vittorio!

- Noré...

- ¿Qué hiciste Vittorio?

- Lo que tenía que hacer...

- ¿Los mataste?...

- No... pero les di lo que merecían...

Noré se asomó y vio a aquellas estatuas de piedra - Ya veo... - murmuró.

- No están muertos... así que no tendré que preocuparme por un castigo... si tu no dices nada, nadie lo sabrá... - le dijo mientras terminaba de cruzar la puerta.

- No diré nada Vittorio, yo estoy de tu lado.

- Gracias... - terminó y se marchó con la joven en brazos.

Noré cerró la puerta y regresó al infierno con sus perros. 
Aquel lugar quedó en un silencio sepulcral hasta que las ruedas de un carruaje frenaron frente a la torre, el Señor Travis había llegado, guiado por el mensajero.
Al entrar sólo encontró estatuas y a un hombre sentado en las escaleras, estaba atónito, casi ni reaccionaba, se trataba del joven que le había lanzado la flecha a Vittorio, siendo el único que se salvó de su maldición.

- ¿Qué ocurrió? ¿Dónde está la muchacha? - le preguntó Travis.

- Se la llevó... un demonio... se la llevó...- fue lo único que dijo.

Travis subió arriba y se topó con la estatua del padre de Zafira, él lo reconoció - ¿Qué demonios sucedió aquí?... - se preguntó.

- ¿Qué haremos señor? - indagó un sirviente.

- Vámonos de este lugar, olvidemos todo esto... esta gente está maldita... - terminó y se alejaron dejando todo como estaba.

Lo que sucedió esa noche se convirtió en un secreto inconfesable entre Noré y su hermano, él jamás lo traicionaría.

Vittorio regreso a la cabaña con Zafira, lentamente sentía como la ira se iba aplacando en él, tenerla cerca era todo lo que necesitaba...

- Escucha Zafira, quiero una vida contigo pero no voy a engañarte, al ser humana y yo un Diablo mis días se dividirán entre ambos mundos... habrá días en los que no pueda venir... Y no puedo traerte conmigo al infierno... no voy a convertirte en un demonio sólo por llevarte siempre a mi lado... te amo como eres y respetaré lo que desees... si estás de acuerdo esa será nuestra vida juntos...

- Claro que sí... siempre estaré para ti... aunque tengas que irte esperaré paciente a que regreses... - respondió y se abrazó a él.

- Hagamos realidad tu deseo...

- Eh?

- Viajemos.

-¿De verdad? - se emocionó ella.

- Sí, yo tampoco conozco este mundo... conozcamoslo juntos...

- Me encantaría... - dijo ella y sellaron aquel momento con un beso.

Pasados los días de aquel hecho Vittorio llevó a Zafira a conocer la familia de Noré 

- ¡Bienvenida Zafira! - la recibió alegre Anaciel - eres muy hermosa - la alagó.

- Mu- Muchas gracias - dijo tímida ella, estaba algo confundida y asombrada al mismo tiempo, ya que vio que Anaciel, a pesar de también ser una humana, llevaba una vida completamente normal al lado de un Diablo.
En ese momento se acercaron a ella Siry y Bastían 

- ¿Tu eres nuestra tía ahora?... - preguntó la pequeña.

- Ustedes pueden llamarme como prefieran - les dijo con una sonrisa.

- Eres bonita, me gusta el color de tu piel... pero nunca habia visto a alguien de piel morena y ojos azules - le dijo la niña tocando su rostro.

- Que dulce eres... es porque soy mestiza... llevo la mitad de mi padre y la mitad de mi madre... -

- ¡Entonces eres igual que yo! - sonrió - yo soy mitad humana y mitad Diablo, por eso sólo tengo un cuerno, ¿ves? - afirmó señalando su pequeño cuerno.

Zafira se sorprendió, por primera vez sintió que encajaba perfecto en un lugar, inmediatamente formó un vínculo con Siry - Yo quiero mucho al tío Vittorio, si tu lo haces feliz entonces yo también lo seré - 

- Él también me hace muy feliz a mi...- le sonrió mientras acariciaba su cabeza.

En ese momento llegó Rustem de sorpresa 

- ¡Hola! - dijo sonriente.

- ¿Tú de nuevo aquí? - preguntó resignado Noré.

- Calmate, sólo vine a ver a los niños pero me encuentro con todo esto, que egoísta eres Vittorio, ¿no pensabas presentármela?, y yo que te ayude...

- Si te comportaras de manera apropiada la gente no te evitaría... - respondió con sarcasmo Vittorio.

- Hola Zafira me llamo Rustem, soy hermano de Vittorio - se presentó sonriente.

- ¿Tu también eres su hermano? Tienes una familia grande Vittorio - sonrió ella.

- No tienes idea...- aún no le había contado sobre sus otros cuatro hermanos.

Rustem se acercó a ambas mujeres - Tengo dos cuñadas muy hermosas, que envidian me dan mis hermanos... si alguna vez se cansan de ellos yo estoy disponible si lo desean - 

Enseguida Vittorio lo tomó del la ropa y lo llevó a las rastras - Te advertí que te comportaras... yo no soy tan bueno como Noré, si tocas a Zafira te arrancaré un cuerno...- lo amenazó.

- Está bien, calmate, ya entendí... - respondió Rustem.

- Aún así te agradezco por los que hiciste...

- No hace falta que me des las gracias.

- Igual quiero hacerlo, tu y Noré me dieron su apoyo en esto, Zafira es muy importante para mi... - dijo mientras la miraba un poco alejado.

- Lo sé hermano, se puede ver.

- Por eso cuando necesites algo, solo pidemelo, también te ayudaré - le dijo seguro Vittorio.

Zafira pasó un dia agradable en compañía de esa particular pero hermosa familia, y eso sólo sería el comienzo de una vida llena de felicidad para ella.
Como Vittorio prometió, cuando él podía estar presente en el mundo humano, viajaban alrededor de este, conociendo juntos diferentes lugares, viviendo experiencias inolvidables.
Hasta que en uno de esos días él la sorprendió 

- Zafira... ¿Quieres ser mi esposa?...


💛FIN 💙



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En el texto hay: angel, amor, diablo

Editado: 18.01.2024

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