El Diablo la ayudó a ponerse de pie y la abrazó con fuerza
- Loxur... mi mamá... ya no está... - dijo ella aún llorando.
- Tranquila Petra... lo sé... Perdóname por haber venido tan tarde... - trataba de consolarla pero él tambien se sentía triste.
Para Loxur era la primera vez que experimentaba la muerte de esa forma, acostumbrado a lidiar con lo que hay después de ella nunca imaginó que algún día podría llegar a sufrir el fallecimiento de un simple humano, pero así fue, Amelí era especial para él.
La miraba en aquella cama y se podía apreciar cierta expresión de alivio en ella, como si hubiese partido en paz, pero aún así el dolor no se desvanecia de su pecho, pues no podía evitar pensar que aquella "próxima vez" en que celebrarían juntos nunca llegó...
El Diablo se quedó junto a Petra toda esa noche acompañándola, estaba devastada, acababa de perder al ser que más amaba en el mundo
- Qué haré ahora sin ella Loxur...
- Vivir Petra... sé que es terrible lo que digo y tal vez no es el mejor momento para decirlo... Pero es lo primero que me sale del corazón... tu madre te salvó esa noche para que tengas una vida como la mereces, feliz...
- Lo sé...
- Una vez me dijiste que te esforzarías por ser feliz... no dejes de hacerlo Petra, si necesitas ayuda apoyaté en mi las veces que necesites... seré tu esposo, y al igual que tu madre, quiero lo mejor para ti...
- Gracias Loxur... apareciste en mi vida en el momento en que más te necesitaba...
Aquella noche la joven organizó una pequeña ceremonia de despedida y a la mañana siguiente, con el apoyo de sus vecinos del pueblo, sepultaron el cuerpo de Amelí en el cementerio del lugar, pero su tumba estaba un poco más alejada del resto, pegada a un hemoso árbol.
Cuando ya todos se marcharon Loxur y Petra permanecieron un momento más a solas allí.
- Este lugar es especial para mamá... por eso decidí sepultarla aquí... - comentó Petra mientras terminaba de dejarle unas flores rojas.
- ¿Especial?...
- Sí, este árbol lo plantó ella hace muchos años, incluso antes de conocerme.
- ¿Por qué aquí?...
- Cuando ella era muy joven tuvo un embarazo, con Eric estaban felices, pero sólo duró dos meses, sufrió un aborto de manera espontánea y luego de eso recibió la noticia de que no podría tener más hijos... como no tuvieron un cuerpo que enterrar decidió plantar este árbol en memoria de ese bebé que nunca nació...
- Ya veo... todo lo que hacía Amelí tenía mucho significado...
- Sí, definitivamente era especial...
- ¿Qué quieres hacer Petra?... ¿Quieres que nos quedemos un tiempo más?... creo que deberías descansar...
- Es verdad... todo ha sido muy duro...
- Ven, déjame llevarte a casa...
- Está bien... Adiós, mamá... - dijo por último la joven y se retiraron.
Al llegar a su casa Petra buscó despedirlo desde la entrada de la casa
- Gracias por todo Loxur pero no es necesario que te quedes, he notado que la joya que traes ha estado brillando toda la mañana pero la has ignorado para estar conmigo y te lo agradezco pero no quiero que tengas problemas por estar aquí... regresa - le pidió de forma gentil.
- ¿Cómo podría dejarte?, tú eres lo más importante para mi Petra...
Ella sonrió timidamente y lo besó con suavidad.
- Tú también lo eres para mi, por eso no quiero que tengas dificultades, regresa, yo voy a estar bien, te estaré esperando cuando puedas volver...
Loxur se sintió presionado, quería quedarse a su lado pero sabía que ella tenía razón, había estado ignorando las llamadas de Karos para poder acompañarla.
Así que, resignado, finalmente decidió irse.
- Volveré en cuanto pueda Petra... Pero me mata la incertidumbre de no poder saber cuanto tiempo pueda pasar hasta volver a verte...
- No importa Loxur, el tiempo que sea yo te esperaré aquí. Soy tu mujer...
Él dio un suspiro, sus palabras hacían que cada vez menos desease irse
- Está bien... prometo regresar, adiós mi amor... - se despidió con un beso y se marchó en silencio.
Trataba de permanecer calmo pero dejarla sola en ese estado tan triste no lo reconfortaba para nada.
Al llegar al infierno fue recibido preocupado por Karos
- Señor Loxur, ¿Ocurrió algo con la señorita? Sé que si no responde las llamadas es porque algo pasó..
- Así es Karos... La madre de Petra murió...
- Lamento escucharlo Señor... ¿cómo lo tomó la señorita?...
- Está destruida... me siento impotente... podré ser el príncipe del infierno, tener todo este poder, pero no puedo hacer nada por aliviar el dolor de la mujer que amo... así de inútil me siento...
- Tranquilo Señor, la muerte forma parte inevitablemente del ciclo de la vida, usted lo sabe...
- Sí, lo sé, pero nunca lo había vivido desde el punto de vista de un humano, y créeme, es una experiencia triste... Petra está muy arraigada a las costumbres humanas, las vive como uno más de ellos.
- Comprendo... entonces, ¿La señorita ahora está sola en el mundo humano?
- Sí.
- ¿Y qué pasará ahora con ella?...
- Intentaré traerla conmigo Karos... no puedo dejarla sola allí... vamos, dime que tengo que hacer. Así podré volver rápido a su lado - terminó por decir el Diablo y partió a cumplir sus obligaciones.
Dos días después pudo regresar al mundo humano para verla, la buscó en su casa pero allí no estaba, fue hasta el cementerio pero tampoco la encontró y por último decidió ir hasta el pueblo.
Para su sorpresa, mientras se acercaba al local, la observó trabajando allí, con una hermosa sonrisa, buscando recomponerse ante la pérdida.
En ese momento la compañera de Petra lo sorprendió en medio de la calle.
- Hola Lourent - Lo saludó.
- Oh, Hola. ¿Cómo está Petra?...
- Ella regresó al trabajo el día después de entierro de su madre, se está esforzando mucho por no estar triste...
- Ya veo...
- Ella me dijo que no eres de aquí, que vienes de otro pueblo sólo para verla, ya que trabajas allá.
- Así es, luego del entierro de Amelí tuve que marcharme y recién ahora pude volver.
- Eso es muy lindo, debes quererla mucho.
- La amo...
- Ah! Es verdad, ustedes ahora están comprometidos, ojalá y su boda ayude a aliviar la pérdida...
- Eso espero...
- Petra es muy querida por todos aquí, siempre que lo necesite se lo haremos saber... aunque ahora que lo pienso no vi a Ismael en el entierro, tal vez se encuentre fuera del pueblo, es temporada de caza...- comentó pensativa.
- ¿Ismael?
- Oh! Perdón, no debí mencionarlo... olvidé que ambos tienen interés en Petra, no quise incomodarte...
- No te preocupes, pero ¿Qué sabes sobre ese hombre?
- Ismael hace un tiempo se mudó al pueblo, vive sólo pero cuando inicia la temporada de caza parte a los pueblos vecinos para hacer su trabajo. Al principio era bastante callado pero cuando descubrió a Petra quedó fascinado con ella, y no es para menos, es preciosa.
Petra es amable por naturaleza y también lo fue con él pero creo que se hizo ilusiones y al poco tiempo empezó a pretenderla. Ella nunca aceptó, pero él aún así insiste...
- Ya veo... entonces es bueno que ahora no esté por aquí, no es momento para que la moleste... iré a verla.
Dijo el Diablo y fue hasta el local, ya era la hora de su salida.
- Petra...- la sorprendió.
- Loxur... que alegría verte... te extrañaba... - respondió ella mientras se abrazaba a él.
- ¿Cómo estás?...
- Estoy bien - sonrió tímidamente - Me hace bien venír al trabajo.
- ¿Te acompaño a casa?
- Claro - dijo mientras le tomaba la mano - ¿Te quedas a cenar conmigo?...
Loxur detectó cierta tristeza en su tono de voz - Claro mi amor... - respondió.
Ambos compartieron la cena en aquella casa pero definitivamente el ambiente se sentía diferente, había un silencio que no podían cubrir.
Petra se esforzaba por hacer que nada pasaba pero sus nervios eran evidentes, en un momento se dispuso a ofrecerle un té a Loxur pero cuando estaba por prepararlo la taza resbaló de sus manos rompiéndose y al intentar alzarla se cortó con ella
- Que torpe soy... - dijo algo distraída.
Loxur se le acercó por detrás, tomó su mano y la sanó
- Petra, detente... tranquila...
Las lágrimas empezaron a escapar de ella - Es que... no puedo Loxur... ahora que mamá no está, esta casa se siente igual que la cueva del infierno... me siento sola... tengo miedo...
El Diablo la abrazó con todas sus fuerzas por detrás - No estás sola Petra... nunca te dejaré sola... no sólo te lo prometí a ti, también le aseguré a Amelí que te cuidaría para siempre... eres mi amor, por eso te pedí que seas mi esposa...
- Loxur...
- Pero hay una realidad que es innegable y creo que lo sabes... yo no puedo vivir en el mundo humano Petra...
- Lo sé...
- Y la verdad es que no soporto tener que irme y dejarte sola aquí... me muero por llevarte conmigo... quiero que vivas junto a mi Petra...
- ¿Qué yo vuelva al infierno?...
- Sí, le prometí a tu madre que te ayudaría a regresar a nuestro mundo.
- ¿Mamá quería que regresara?...
- Ella te amaba mucho, sólo quería lo mejor para ti, pero temía por tu seguridad en este lugar, que pudieran hacerte daño... si vienes conmigo estarás segura...
- Pero en el Infierno me desprecian...
- No te desprecian a ti, desprecian a la leyenda de la antigua Lamia... tienes que dejar que te conozcan como yo lo hice...
- Pero me da miedo... no quiero volver a sentir ese desprecio...
- Por favor Petra... Al menos intentémoslo...
- Está bien... pero... ¿Puedes darme un poco de tiempo para asimilarlo?...
- Claro que sí mi amor... puedo imaginar lo que todo esto es para ti... pero no dudes ni un segundo que estoy a tu lado...
- Gracias Loxur... quédate un poco más por favor...
- Haré todo lo que desees... - afirmó el Diablo.
Aunque no lo tenía previsto aquella noche terminó por declarar firmemente sus intenciones, tener a Petra a su lado era lo que más deseaba, no podía imaginar una mejor idea de felicidad que el que ella viviera junto a él en el palacio.
Pero tal como prometió dejaría pasar un par de días hasta que ella terminara de aceptar la idea de intentar volver al infierno. Mientras tanto iba a visitarla cuando podía, pero no esperaba que uno de esos días Ismael regresara al pueblo...
Petra se encontraba en el local trabajando normalmente, ya casi era la hora de salida
- ¿Entonces irás de visita al pueblo de tu prometido? - preguntó su compañera
- Así es, estoy nerviosa... pero si todo sale bien quizás nos quedemos a vivir allí - respondió la joven mientras terminaba de acomodar unas mesas del lado de la calle.
- ¡¿De verdad?! Te vamos a extrañar...
- Y yo a ustedes chica-
- ¡Petra! - la interrumpió Ismael, que se acercaba agitado.
- ¿Ismael?... - se sorprendió ella.
- Vine a verte en cuanto lo supe... lo siento mucho... lamento no haber estado para acompañarte en ese momento...
- Gracias Ismael... pero no te preocupes, no estuve sola, todos me dieron su apoyo... - dijo gentil.
En ese momento el muchacho pudo divisar el anillo que llevaba e inesperadamente le tomó la mano.
- Petra... ¿Te vas a casar?... - preguntó visiblemente impactado.
- Sí, estoy comprometida con Lourent...
- No lo hagas.
- ¿Qué?
- ¡No te cases con él Petra!... no confío en ese hombre... ¡sólo te hará sufrir!
- ¿Por qué... dices eso Ismael?...
- Por favor Petra, confía en mi, ven conmigo...
- ¡Basta Ismael, sueltame! - le pidió ella ya asustada de su comportamiento.
En ese momento, de la nada, apareció Loxur detrás de Petra, con un mano la acercaba hacía él y con la otra empujó a Ismael obligándolo a tomar distancia
- ¿Que demonios crees que estás haciendo?... Estás cruzando el límite infeliz... - le advirtió el Diablo en su forma humana, con una mirada que helaba la sangre.
Pero aún así Ismael no desistió de confrontar y lleno de furia continuó
- ¡Tú, desgraciado!... ¡¿Qué le has hecho?! ¡¿Cómo es posible que la hayas convencido de casarse contigo?! ¡No dejaré que te la lleves, ella es mía!
- ¡Qué demonios dijiste! - respondió Loxur ya terriblemente molesto.
- ¡No!, por favor no peleen - dijo Petra interviniendo entre los dos.
- ¡Calmate Ismael! Contrólate por favor - intervinieron otros hombres del pueblo buscando retenerlo.
- ¡Petra escuchame! Él sólo te hará infeliz... yo te amo de verdad, ven conmigo...
- ¡Voy a matarte desgraciado! - insistió el Diablo, pero Petra lo detuvo.
- Basta Lourent... vámonos por favor... - lo convenció y se dio la vuelta, Petra no pudo evitar mirar hacia atrás una última vez y la expresión de desesperación de Ismael la conmovía, pero su corazón sólo le pertenecía a Loxur.
Así, ambos se marcharon mientras podían escuchar la última advertencia del joven
- ¡Te buscaré Petra! ¡No voy a rendirme! ¡Te amo!.- gritaba y aquello no dejaba de enfurecer al Diablo.
Al llegar a la casa la joven intentó calmarlo.
- Tranquilo Loxur por favor...
- No puedo... Voy a matar a ese infeliz si vuelve a tratarte así, ¿Cómo se atreve a querer forzarte? Si lo vuelvo a ver lo destrozaré...- dijo ya sentado en el sofá.
Petra se paró frente a él y tomando su rostro lo besó en la frente
- Ya no pienses en eso Loxur... yo estoy bien, y estoy junto a ti...
El príncipe la tomó de la cintura y la sentó sobre su rodilla, ella era la única capaz de domar la furia de aquella bestia de infierno.
- Disculpame... es verdad, casi me dejó llevar y olvido apreciar lo maravillosa que es tu compañía...
- Está bien, ya no te preocupes - sonrió.
- Mira, te traje un obsequio - dijo él e hizo aparece una caja en su mano - Abréla - le pidió.
Petra lo hizo y dentro había un bellísimo vestido rojo y zapatos haciendo juego, junto con un par de joyas más - Loxur... es precioso. Pero... ¿A qué se debe?.
- He venido a llevarte esta misma noche al infierno...
- Eh? ¿Ahora mismo?
- Sí, en estos momentos se está llevando a cabo una celebración que se da cada año en mi reino... pensé que sería la ocasión perfecta para invitarte a regresar, en un ambiente más relajado.
- Pero...
- Por favor Petra... muero por compartirlo contigo... - le pidió besando su mano.
Ella simplemente no pudo negarse.
- Está bien... entonces iré a cambiarme.
- Gracias mi amor... aquí te espero.
Nerviosa se colocó aquel bello vestido que tenía un detalle particular, dejaba al descubierto la mitad de sus piernas, quedando a la vista las marcas de piel de serpiente que no podía desaparecer de las mismas.
Al verla el Diablo quedó sin aliento, era una combinación perfecta entre sensualidad y la belleza de sus ojos inocentes.
- Petra... estás bellisima... - la halagó.
- Gracias... pero ¿Porqué este vestido deja al descubierto mis piernas?...
- Por que imaginé que se te vería bien, lo mande hacer pensando en resaltar toda tu belleza. ¿No te gusta? - el plan del Diablo era a toda costa hacer que ella regresara al infierno, pero para que los otros demonios la acepten primero ella debía aceptarse a si misma.
- No, no es eso, me encanta, es precioso...
- Que bueno, ¿entonces nos vamos?
- Sí - dijo y tomó una prenda que Loxur no alcanzó a divisar, supuso que se trataba de un abrigo - ahora ya estoy lista.
Él la tomó de la mano y partieron al infierno.
Con la magia del Diablo aparecieron en la entrada del Reino del Orgullo, aquel cuyos caminos se dividían en dos, uno el Sendero de la Rosa que llevaba al palacio y el otro descendía hasta la población demoníaca.
Él ya había cambiado a su apariencia de Diablo y lucía ropa digna de un príncipe.
Petra se sentía muy nerviosa, no podía disimularlo, era la primera vez que veía un lugar así, se emocionó, pero inesperadamente para Loxur ella tomó aquella prenda y la colocó sobre su cabeza, se trataba de su velo, aquel que usó la primera vez que la vio en la cueva.
- Petra... ¿Qué haces?... - le preguntó.
- Disculpame Loxur pero por favor déjame usarlo... - le pidió.
El Diablo no sabía que hacer, no quería presionarla más, ya había sido demasiado con que ella aceptase ir y usar el vestido que le obsequió.
- Está bien mi amor... ¿vamos? - aceptó y partieron a la población.
Aquel lugar realmente se encontraba en plena celebración, era como un festival en las mismas tierras del infierno.
Había demonios de todas clases y tamaños, comida, música y juegos. Aunque aquel velo ocultaba sus ojos, Loxur podía apreciar por los gestos de su boca que estaba impresionada.
A medida que avanzaban, los presentes en el lugar reconocían al Príncipe y los saludos a distancia no se hicieron esperar, pero lamentablemente los murmullos a su alrededor también comenzaron a sonar. Tanto Petra como Loxur podían oírlos, demonios que reconocían los detalles de la Lamia y los comentaban en voz baja, esto ponía nerviosa a la joven, quien apretaba fuerte la mano de Loxur, su gesto se volvió triste.
Frases cómo - Miren, esa es la Lamia.
- ¿Qué hace el Príncipe con ella?
- Alejate de ella o te hechizará.
- Esconde a los niños o deseará comérselos...
- ¡¿Qué?! ¿El Príncipe está con ella? ¿Lo estará controlando con sus ojos malditos?
- Que criatura más desagradable, finje juventud y belleza sólo para manipular a los hombres...
- Seguro el Señor la trajo por lástima hasta aquí...
El Diablo estaba sorprendido, sabía que algunos la podían rechazar pero nunca imagino que estaba rodeada de tal nivel de rechazo, ahora entendía porque ella no quería regresar.
Una lágrima rodó por la mejilla de Petra, él lo notó y no pudo evitar sentir rabia por ello. En un momento quedaron en el medio del pueblo, angustiada, la joven se detuvo.
- Lo siento Loxur... no puedo hacerlo... no quiero volver a pasar por esto...
- Petra...
- Quiero irme...
El Príncipe se paró frente a ella y la acercó hacia él.
- Perdóname Petra por lo que voy a hacer... - le murmuró y sorpresivamente le quitó el velo develando así su identidad
- ¡Loxur!... - dijo ella casi sin aliento.
- Muestra orgullosa tu belleza Petra, que todos sepan que estoy orgulloso de amarte...- le dijo con determinación y la besó lleno de pasión enfrente de todo el mundo.
Petra estaba completamente sorprendida, pero no evitó corresponder su beso, Loxur nuevamente se había apropiado de su corazón con aquellos gestos valientes de amor.
Al separarse, él nuevamente la convenció - Mírame Petra, quédate conmigo... déjame mostrarles a todos lo maravillosa que eres...
- Pero...
- Confía en mi... - le pidió besando su mano ante la vista silenciosa de todos.
Así Loxur la llevó a recorrer el lugar, ya sin su velo, para que los demás demonios pudiesen verla tal cual era. Algunos aún le temían pero la imponente presencia del príncipe a su lado inspiraba tanta confianza que no podían evitar darle una oportunidad de hablarle o hacerla participar de juegos.
Petra estaba aliviada, jamás imaginó que podría compartír de esa forma con otros demonios pero así fue.
Así como ella había hecho que Loxur conociese el mundo humano ahora él hacía lo mismo, y aunque algunos demonios aun no salían de su asombro por verla, ninguno podía negar que aquellos dos jóvenes se veían perfectos juntos.
Luego de disfrutar de aquel festival, el Diablo llevó a Petra a su palacio.
- Bienvenido de regreso Señor Loxur - lo recibió Karos - Oh, veo que por fin trajo a la señorita con usted.
- Así es, ella es Petra, mi prometida y futura Señora de este lugar - la presentó orgulloso.
- Oh entonces me corrijo, bienvenida Señora Petra, soy Karos y estoy totalmente a su servicio.
- Mu- Mucho gusto Karos, el placer es mío... perdón pero me siento nerviosa, no estoy acostumbrada a esto... - dijo tímida.
- No se preocupe, haremos todo para que se sienta cómoda. ¿Desea algo en especial Señor?.
- Ahora iremos al balcón principal, ¿Puedes llevarnos un par de bebidas?
- Claro Señor, enseguida se las llevo - dijo por último y se retiró.
- Ven Petra, déjame mostrarte algo - le dijo tomándola de la mano.
Al llegar al balcón la joven pudo apreciar toda la hermosa vista de la población que estaba más allá de la pared de rosas.
- Este lugar es fascinante... nunca imaginé que podría haber tanta belleza también en el infierno... - suspiró ella mientras se apoyaba en el barandal.
- Gracias por darme la oportunidad de mostrarte parte de mi mundo... perdona si te hice pasar un mal momento... pero de verdad nunca imaginé que...
- No te disculpes Loxur... yo debería agradecerte por ayudarme a ser más fuerte... - le dijo mientras acariciaba su rostro.
El Diablo retuvo aquella caricia con su mano y clavó una profunda mirada sobre ella.
- ¿Por qué me mirás así? - preguntó sonriente la joven.
- Por que te ves tan hermosa... me da celos, pero puedo entender perfectamente porque los hombres se vuelven locos por ti...
- Que dulce eres... tu también eres muy atractivo, estoy segura que muchas mujeres desean estar contigo.
- ¿Tú también me deseas?
- Yo especialmente - dijo risueña.
- ¿Qué dijiste? - se sorprendió él.
- Eh?
- ¿Dijiste que deseas estar conmigo?
- Bueno, sí, dije que yo especialmente te deseaba pero...
El Diablo velozmente la cargó en sus brazos - Vamos ya - ordenó.
- ¿Qué? ¿A dónde? - dijo ella impactada.
- A nuestra habitación.
- ¿¡Qué?! No, espera Loxur - se avergonzó Petra.
- Nada de esperar, no perdamos un segundo más - dijo mientras avanzaba por los pasillos con la joven en brazos.
En ese momento cruzó a Karos que llevaba las bebidas, Petra se tapaba el rostro por la vergüenza.
- Señor Loxu-
- Disculpa Karos, ya nos vamos a descansar. Advierteles a todos que aquel que se atreva a tocar la puerta de nuestra habitación lo mataré - declaró sin inmutarse.
- Entendido Señor.
Loxur cerró la enorme puerta, colocó delicadamente a la joven en la cama y se sentó a su lado.
- Loxur, yo no... no sé si... - intentaba hablar pero los nervios no la dejaban.
- ¿Qué pasa?... ¿No que me deseabas?... - preguntó atrevido y seductor mientras se desabrochaba la chaqueta.
- Sí... pero ahora...
- Tranquila, sólo bromeo - sonrió - yo no dije que veníamos a hacer el amor, sólo dije que veníamos a nuestra habitación...
Nunca te forzaría a hacer algo que no quieras mi amor... - le dijo acariciando su rostro.
Petra no podía controlar los latidos de su corazon, estaba completamente ruborizada. Lentamente apoyó su mano en el pecho de él, era fuerte y su piel cálida
- ¿Y... si quisiera hacerlo?... pero tengo muchos nervios... - dijo mientras lo miraba con esos ojos brillantes que lo volvían loco de amor.
El Diablo se emocionó, no esperaba tal declaración, tomó su mano y nuevamente la besó
- Puedes hacer lo que quieras conmigo... tenemos toda la noche... aquí soy un Príncipe, pero sólo para ti seré un esclavo...
- Loxur...- suspiró ella y se acercó tímidamente para darle un suave beso que sólo sería el inicio de una noche llena de pasión.
Fue ahí cuando el Diablo descubrió que aquella tímida criatura era toda una mujer salvaje y llena de deseo en la intimidad, era perfecta para él.
Al día siguiente la joven despertó abrazada a Loxur, él aun dormía, lo admiró un momento en silencio y luego se acercó un poco más hasta darle un beso para despertarlo.
El Príncipe abrió los ojos, y lo primero que vio fue aquella mirada dorada que lo enamoraba.
- Buenos días Loxur... - sonrió ella.
- Buenos días mi amor... esto es como un sueño para mi... no tienes idea de cuantas veces imaginé despertar y verte aquí conmigo...
- Aquí estoy, sólo para ti... - respondió risueña.
Pasaron un tiempo más en la cama hasta que Loxur se levantó.
- Vamos a desayunar, hoy terminaré de presentarte con los sirvientes de aquí.
- Está bien... Aunque ahora me da vergüenza ver de nuevo Karos después de lo de anoche...
- Ja ja, no te preocupes por Karos, es mi más fiel compañero, lo que necesites puedes pedírselo a él, aquí dentro tienes la misma autoridad que yo.
- Que dices Loxur... yo no estoy acostumbrada a esto... es demasiado para mi... - comentó mientras tomaba su vestido.
- No es necesario que uses ese vestido de anoche - dijo y abrió un placard que estaba frente a la cama, el mismo tenía muchos hermosos vestidos y zapatos.
- Loxur... - se sorprendió ella - cómo es que...
- ¿Acaso creíste que sólo te traje aquí de visita? - sonrió y se acercó a ella para besarla - Te traje para que te vayas haciendo la idea de quedarte conmigo... así será nuestra vida juntos Petra... - aseguró el Diablo.
Luego de compartir el desayuno en el salón principal, Loxur se dispuso a mostrarle todo el palacio y presentarla con el resto de los sirvientes.
Definitivamente el lugar que más le gustó a Petra eran los hermosos jardines de los alrededores, estaban llenos de rosas rojas y vibrantes como la misma sangre.
Los sirvientes estaban sorprendidos, aquella joven tenía la capacidad de hacer reír al Príncipe y eso era algo que nunca antes habían visto, siempre estaba tan serio, ocupado y solitario que les parecía casi imposible imaginar verlo así. Definitivamente esa mujer tenía todo el derecho de ser su esposa, y también se había ganado el respeto de todos allí.
Cuando Loxur se ausentaba, Karos le hacía compañía, esto lo ayudaba a conocerla mejor, le gustaba pasar el tiempo cocinando, esa era su pasión. Las sirvientas estaban impactadas, nunca esperaron que la futura señora de la casa quisiese compartir el tiempo con ellas, pero así era Petra, estaba totalmente abstraída de ese mundo de rangos de poder.
Al conocerla más pudieron entender por qué el Diablo la amaba tanto, era alguien digna de su amor.
Compartió varios días en el Palacio, Loxur se iba bastante seguido, ahí fue cuando ella pudo comprender lo realmente importante que era él para el orden del infierno, y aunque el Diablo corría a sus brazos cada vez que regresaba al palacio, ella no podía evitar extrañar un poco su antigua vida.
Aun así decidió que no se rendiría, Loxur era el hombre que amaba, aquel con el que estaba destinada a estar, pero no imaginaba que unas visitas inesperadas pondrían dificultades a su relación...
Uno de esos días Petra se encontraba sola y algo melancólica en el salón principal, Karos lo notó y se acercó a hablarle
- Señora Petra ¿Se encuentra bien?
- Sí Karos, es sólo que a veces extraño un poco mi vida en el pueblo... ir al parque, oír las risas de los niños...
- ¿Niños? ¿Le agradan los niños?
- Claro que sí, los amo, son mi debilidad...
- Hoy casualmente vienen al Palacio los hermanos del Señor Loxur, seguro él ya le comentó sobre ellos, ¿Le gustaría conocerlos?
- ¡¿De verdad?! ¡Sí! Muero por conocerlos - dijo con una enorme sonrisa en su rostro.
- Entonces vamos, ellos deben estar en la sala de entrenamiento - le dijo extendiéndole la mano.
- Claro, vamos-
- ¡No! - interrumpió una voz de imprevisto, era uno de los consejeros de Satanás, los mismos habían recibido la noticia de que el joven se había hecho ver en medio del Reino con una mujer que mostraba cómo su prometida, pero al oír que se trataba de la Lamia decidieron intervenir en su relación - ella no puede acercarse a los Príncipes.
- ¿Por qué no? La señora Petra tiene la autorización del Príncipe para hacer su voluntad aquí - intervino Karos.
- ¿Señora? - preguntó de reojo al ver el anillo en su mano - Así que es verdad... el joven Príncipe pretende hacer que esta criatura sea su esposa...
- ¿Quién es usted? - preguntó la joven aturdida por su destrato.
- Mi nombre es Ursen, soy uno de los tres consejeros directos del Rey, y antes de tomar a una mujer como esposa el Príncipe debe consultar nuestra opinión.
- ¿Consejero del Rey?...
- Así es. Karos, ella no tiene permitido acercarse a los demás príncipes.
- ¿Por qué no? - preguntó con indignación Karos.
- ¿Por qué? Es obvio, los príncipes son unos niños, y esta criatura es una Lamia. ¿Acaso no conoces su historia? Debora a los niños con placer, no pondré en riesgo la seguridad de los príncipes.
- Pero eso no es verdad, la señora Petra es incapaz.
- No correré ese riesgo, por el bien del joven Príncipe evitenle tener problemas.
- ¡Pero! -
- Está bien Karos... - lo interrumpió ella - No quiero causar conflictos... con permiso, iré a la habitación... - dijo con pesar Petra y se retiró.
Karos estaba indignado por la falta de respeto de aquel consejero, pero debía cuidar las formas, sólo deseaba que Loxur llegase rápido para imponer su autoridad.
Petra se quedó en la habitación, no podía evitar sentir tristeza, se sentó en la cama y las lágrimas escapaban de ella, nuevamente el rechazo la perseguía.
En ese momento la puerta de la habitación se abrió lentamente
- Shh... rápido, entremos aquí - se escuchó una voz risueña, parecía la de un niño.
- ¿Por qué venimos aquí Kalir? - preguntó otro.
- ¿Aún no lo entiendes Noré? Nos escondemos del entrenamiento, Loxur no nos buscará en su propia habitación.
- Yo no quiero escapar del entrenamiento... no entiendo porqué te seguí - comentó otro.
- Oh vamos Vittorio, ¿Qué tiene de malo jugar un poco a las escondidas? Je je .
Y así siguieron murmurando hasta que todos entraron a la habitación.
Al verlos la joven se sorprendió, eran cinco niños, al notar sus cuernos dedujo que increíblemente se trataba de los pequeños diablos.
Ellos tambien se sorprendieron pero no evitaron acercarse.
- ¿Quién eres tú? - preguntó Hazar.
Ella sonrió - Yo soy Petra...
- ¿Qué haces en la habitación de Loxur? - indagó Kalir.
- Tonto, es obvio que está aquí por que es la prometida de él - respondió Vittorio.
- ¿Cómo lo sabes? - dijo Noré.
Vittorio le tomó la mano a la joven y señaló - Por que lleva el anillo de compromiso oficial del Reino.
- Qué observador eres - comentó sorprendida ella - ¿Ustedes son los príncipes hermanos de Loxur verdad? ¡Son adorables! - dijo risueña.
- ¿Adorables? ¡Somos temibles guerreros! - exclamó Kalir.
- Je, je, claro que sí - respondió Petra mientras le acariciaba la cabeza.
- ¿Qué clase de demonio eres tú? - preguntó Noré al ver sus piernas.
- Yo soy una Lamia - respondió ella segura, no tenía ninguna intención de engañarlos.
- ¿Una Lamia? ¿Qué es eso? - insistió Noré.
- La Lamia, la temible criatura mitad serpiente del Reino de la Pereza, aquella que devora hombres y demonios - respondió Salomón.
- ¿Temible?, no te ves para nada temible - comentó Hazar.
- ¡Wow! ¿De verdad devoras demonios? - dijo Kalir.
Ella sonrió - No, no soy para nada temible.
- ¿Y qué comes? - preguntó Vittorio.
- Manzanas, sólo como cosas dulces, pero me gustan mucho las manzanas.
- Ahh eso explica por que tienes un olor dulce - deslizó Noré.
- ¿De verdad? - sonrió ella - Loxur me dijo sus nombre pero no sé quién es quién, ¿Puedo intentar adivinar?
- ¡Claro! - dijeron a coro.
En ese momento llegó Loxur al Palacio, Karos no perdió tiempo en decirle lo que había sucedido y lo primero que hizo fue ir a ver a Petra, pero se sorprendió al escuchar por detrás de la puerta la divertida conversación que inesperadamente tenía con sus hermanos.
Ya no tenía ninguna duda, esa mujer tenía que ser su esposa.
De repente entró a la habitación, los pequeños se sorprendieron
- ¿Qué están haciendo todos ustedes aquí? ¿Acaso pretenden escapar de su entrenamiento?
- Sólo estábamos conociendo a tu prometida - se excusó Hazar.
- ¿Y que opinan sobre ella?
- Es bonita... me agrada - dijo sin problema Vittorio.
- ¡Yo quiero ver su forma de serpiente! - continuó Kalir.
- Tendrá que ser en otra ocasión, vamos, ya deberían estar pre calentando para entrenar - ordenó Loxur.
- Sí - respondieron todos a coro.
- Adiós chicos, espero verlos pronto - les sonrió ella.
- ¡Adiós! - se despidieron y salieron de la habitación. Loxur la miró antes de cerrar la puerta y le sonrió.
La joven se sentía feliz, habia tenido la posibilidad que conocer a los príncipes y ellos no la rechazaron, pero no imaginó lo poco que duraría esa felicidad cuando pasadas las horas le tocaría escuchar una terrible discusión que Loxur mantendría con aquellos consejeros...
Petra iba caminando por el pasillo cuando la sorprendió la imposición de voz del Diablo, Loxur estaba en el salón principal reunido con los tres consejeros de su padre
- Joven Príncipe usted no puede decidir tomar a una mujer como esposa sin antes consultarlo con nosotros - declaró uno.
- Pues ya está hecho, ya decidí que Petra será mi esposa - se impuso el Diablo.
- Disculpe joven Príncipe pero no estamos de acuerdo con su decisión, ella no puede ser su esposa, no lo aceptaremos.
- ¿Por qué? ¿Es por su leyenda? Ella no es nada de eso, y me encargaré de demostrarlo.
- No es sólo por que sea una Lamia, tal vez usted pueda disipar los rumores a su alrededor pero hay algo más que no la hace digna de ser su mujer.
- ¿Qué estás diciendo? ¿A que te refieres? - dijo ya visiblemente molesto.
- Es porque ella no puede darle hijos - declaró Ursen.
Loxur quedó sin palabras y el demonio continuó - ¿Ella es infertil... verdad? La maldición la hace así...
- ¿Y qué con eso? - respondió desafiante.
- Cómo Diablo usted tiene derecho a tener muchas esposas, pero su condición de primogénito lo obliga a que su primera esposa le dé descendencia...
- ¿Qué rayos están diciendo?... ¿pretenden que me deshaga de Petra?
- No le decimos que se deshaga de ella, puede conservarla como amante, pero no puede casarse con ella.
Petra a escondidas escuchó toda la conversación, sin poder ocultar sus lágrimas se marchó a su habitación cruzandose en el trayecto con Karos y sin decirle nada se encerró en la misma.
El Diablo terminó de perder la paciencia y tomó por la ropa a Ursen.
- ¡Como te atreves a faltarle el respeto a mi mujer denigrándola como una amante! escuchenme bien los tres, a la única que aceptaré como esposa es a Petra, no hay nadie más digna que ella para serlo y pasaré por encima de quien sea para que así sea.
- Su padre no lo aceptará.
- ¿Mi padre... o ustedes?, váyanse al demonio, yo personalmente me encargaré de esto - dijo por último Loxur y salió del salón furioso, necesitaba ver a Petra, era la única que podía aliviarlo y al salir del mismo cruzó a Karos.
- ¿Karos, has visto a Petra?
- ¿La Señora Petra?, la crucé por este pasillo hace un momento, pero no se veía bien Señor... se fue a la habitación.
- ¿Qué? ¿La cruzaste aquí dices?... Maldición, ¡¿lo habrá escuchado todo?! - dedujo el Príncipe y rápidamente fue hasta la habitación.
Estaba nervioso, no sabía que decirle, si ella había escuchado la conversación debía estar profundamente herida conociendo lo sensible que era.
Abrió lentamente la puerta
- Petra... - la nombró, pero allí no había nadie.
La ventana que daba al balcón estaba abierta y sobre la cama Loxur pudo apreciar el brillo del anillo de compromiso.
Todo parecía indicar que Petra se había marchado dejándolo atrás y aquello sólo sería el inicio de un camino lleno de dificultades para los dos...
Continuará...