El Ángel que bailaba con el Diablo 2

Loxur: Capítulo 8

Una respiración agitada podía oírse en el ensordecedor silencio de la noche, seguido de unos pasos que buscaban ser veloces pero apenas lo lograban.
La sangre dejaba su rastro en la blanca nieve que empezaba a acumularse.
En el medio de la agitación, un murmullo se escuchó - Ya... no puedo más...

Era Petra, que corría sin rumbo por el cementerio buscando huir de Ismael.
En el intento de esquivar aquella flecha que iba directo a su corazón la joven terminó recibiendola en su hombro. 
Así, herida, iba entre medio de las tumbas buscando inútilmente donde escapar mientras llevaba a cuestas la flecha clavada en su cuerpo.
Por su naturaleza de serpiente Petra era veloz pero en aquella situación, su tremenda herida que no dejaba de sangrar sumado al frío del ambiente, debilitaban terriblemente a la joven.
Ya sin fuerzas terminó cayendo sobre una tumba, sosteniendose apenas con sus brazos, apoyó su espalda contra una lápida casi sin aliento. Escuchó unos pasos acercarse y nuevamente la presencia de aquella arma apuntándole.

- Es inútil Petra... - murmuró Ismael.

- Como es que nunca me di cuenta de quien eras... jamás lo noté.... - se reprochaba ella.

- Es por mi nivel de magia, no soy un ángel ordinario, soy un guardián, puedo ocultar mis alas y mi presencia...

- ¿Por qué... haces esto...? ¿Tanto daño te he hecho?...

Una lágrima rodó por la mejilla de Ismael 

- No... tú eres mi alegria Petra, pero es mi deber como Guardián Divino mantener el equilibrio entre los mundos... eliminar a los demonios que se mezclan con los humanos... si hubieses venido conmigo cuando te lo propuse podría haberte salvado... 

- No me hagas reír... - comentó la joven y lentamente subió un poco su falda mostrándole así las marcas de piel de serpiente en sus piernas - ¿Hubieses sido capaz... de aceptar esto?... - le preguntó.

- Así que es cierto... tú eres la Lamia...

- Sí... lo soy... pero no la que todos creen... soy lo que viste, la que tú conoces... no hay nada más... - le dijo sin bajar la vista.

- Petra... - Ismael al ver sus ojos no podía evitar dudar de apretar el gatillo - me destruye tener que hacer esto... yo te amo Petra... pero mis superiores te han descubierto... soy el unico que puede matarte sin hacerte sufrir... estoy aquí por ti...

- ... ¿cómo te atreves a hablarme de amor mientras me apuntas con esa arma?... no tienes idea de lo que dices...

Ismael se arrodilló frente a ella - Soy consciente de lo que digo... nadie antes había provocado lo que tú en mi... pero mi deber está antes que mis sentimientos... aun no es demasiado tarde, puedo sanarte, si vienes conmigo te ocultaré de ellos, mataré a otro demonio en tu lugar. Sólo necesito llevarles el corazón de uno y que ellos ya no sientan tu presencia aquí - le propuso - Así que... por favor ven conmigo Petra... - dijo extendiéndole la mano.

Petra la rechazó con un golpe de la suya - Jamás me iría contigo... estás loco si piensas que después de esto aceptaría ser tu mujer... matame aquí...

Ismael nuevamente se puso de pie y dudoso le apuntó con su arma, no podía evitar morderse los labios, la joven levantó su cabeza e infló su pecho, lista para morir en una postura desafiante

- Créeme Petra... soy capaz de arrancarme el corazón luego de matarte... - le dijo terriblemente afectado.

- Sólo hazlo de una vez Ismael... - dijo ella, sentía que ese era el final de su camino, ya no podía defenderse más y ni siquiera transformarse en Lamia debido a la magia de la flecha, creía que nadie podría ayudarla, ya no tenÍa escapatoria.

El guardián tomó con ambas manos la ballesta para no fallar en el tiro, quería ser certero y darle directo en el corazón, así moriría de forma rápida.

Petra cerró sus ojos, entregandose por completo a la muerte con la imagen de una sola persona en su mente.

En es momento un grito desgarró el ambiente - ¡¡¡Petra!!! - se oyó.

Ella abrió sus ojos y pudo ver como Loxur en su apariencia humana empujaba violentamente a Ismael.

- Lo...xur... - suspiró la joven.

- ¡INFELIZ! ¡¿Cómo te atreves a tocar a mi mujer?! Voy a matarte ahora mismo... - exclamó lleno de furia y desvaneció aquella apariencia humana dejando ver así su forma de Diablo ante la mirada sorprendida del Guardián.

- Un Diablo... sabía que escondias algo... ahora entiendo porqué no podía ver que eras, tenemos el mismo nivel de poder... - comentó Ismael mientras se ponía de pie, colocó su ballesta otra vez en su espalda y desenfundó las dos poderosas dagas que usaba para pelear.

- Resiste Petra... luego de matarlo te sacaré de aquí - le aseguró el príncipe a la joven que estaba impactada con la situación, nunca esperó que él apareciese a salvarla.

- ¿Cómo me encontraste?...

- Fue un corazonada... pero tu sangre me guio hasta aquí - respondió mientras desenfundaba su espada.

Loxur arremetió a toda velocidad contra Ismael, y este contuvo su ataque cruzando sus armas

- ¡¿Cómo pudiste hacerle esto?! ¡¿Cómo pudiste dañarla de esa forma?! - le reprochaba el Diablo mientras retenían el ataque del otro.

- Sólo cumplo con mi deber, sabes que los demonios tienen prohibido vivir entre los humanos.

- ¡Pero ella no ha hecho nada que merezca la muerte!

- ¡¿Crees que no lo sé?! ¡Pero ya no tengo opción, ahora que la descubrieron no la dejarán en paz hasta que muera! Tú, como su superior pudiste haberla advertido pero aún así la dejaste quedarse aquí, exponiendose, ¡¡¡Todo esto es tu maldita culpa!!! - le reclamó ya separándose.

- ¡¿Qué dijiste infeliz?!

- Es la verdad, escucha Petra todo esto es culpa de este maldito Diablo. Me enviaron a eliminar los demonios de este lugar, cuando llegué aquí descubrí la energía que emanaba de ella, al principio pensé que era una humana acechada por un demonio pero para cuando descifré que en realidad se trataba de ella misma ya era demasiado tarde... me había enamorado de Petra. Todo este tiempo la protegí de mis superiores ocultando su existencia mientras eliminaba a los demonios de los alrededores, ¡todo estaba perfecto hasta que llegaste tú!... el sentir la presencia de un fuerte demonio llamó la atención de mis superiores y vinieron hasta aquí, pero en tu lugar la encontraron a ella, descubrieron que se trataba de la Lamia, la declararon como una amenaza inminente y me encargaron eliminarla a toda costa.

- ¿Y tú que dices amarla aceptaste matarla tan libremente?...

- Por qué la amo es que estoy haciendo esto... soy el unico que puede matarla sin hacerla sufrir... pero ahora que estás aquí ya lo decidí, te entregaré en su lugar... - dijo con mirada desafiante el guardián y chocando otra vez las espadas con él y continuó - te sacaré el corazón y lo entregaré en el lugar de Petra, así podré llevarmela y esconderla en una zona segura...

- Estás demente infeliz... jamás dejaría que te la lleves...

- Eso lo decidirá el último que quede en pie... - dijo por último Ismael y comenzaron a pelear brutalmente.

En el medio de la fría noche ambos poderosos seres cruzaban armas una y otra vez por todo el desolado cementerio.
Loxur era imponente pero Ismael no se quedaba atrás, estaban igualados en fuerzas, si el Diablo no cargaba en ese momento con el sello de su padre hubiese tenido la ventaja, pero ante ese escenario un sólo golpe podía hacer la diferencia entre ellos.

Petra se esforzaba por mantenerse consciente, si el sueño la vencía moriría sin ninguna duda, la fuerza de los impactos de aquellos feroces guerreros sacudían el lugar, y al levantar la vista la joven pudo apreciar que ambos estaban muy heridos.
Tanto los ángeles como los demonios podían sanar rápidamente sus heridas, pero al ser hechas con armas compuestas de magia opuesta cada corte podía resultar fatal tanto para uno como para el otro.
Por un momento Loxur miró de reojo a Petra, la herida de su hombro no dejaba de sangrar, sólo quería sacarla de allí, se reprochaba por haber subestimado la situación creyendo que sólo se trataba de un mero humano cazando bestias pero ahora estaba atrapado en una batalla a muerte y se percató que en el medio de esta había perdido la joya por lo que no podía pedir que viniesen por la joven.

Ismael nuevamente arremetió contra él, ambos ya habían dejado profundas marcas en el cuerpo del otro, Loxur llevaba varios cortes en su brazo derecho y uno en su rostro, mientras que el guardián los tenía en su brazo izquierdo y uno cerca de su ojo.

- Ella era feliz en este pueblo, llevaba una vida tranquila...- deslizó Ismael - Pero tenías que aparecer tú... te metiste en su vida y la expusiste a esto... maldito Diablo egoísta, la seduciste hasta enamorarla y ahora ni siquiera eres capaz de protegerla... eres de lo peor... si no hubiese sido yo uno de mis superiores lo habría hecho en mi lugar...

En un impacto se separaron, la sangre de ambos comenzaba a teñir la nieve bajo sus pies, estaban agitados, adoloridos, Loxur nuevamente tomó postura y respondió 

- Tienes razón... Soy un maldito Diablo egoista... por eso lo que quiero lo obtengo, y ahora lo que quiero es llevarme a Petra conmigo... porque, aunque te queme la rabia, ella es mi esposa... - dijo por último y aquellos guerreros se disponían a darse el golpe final.

Avanzaron velozmente enfrentados, Loxur blandió su espada con ambas manos e hizo un corte profundo que cruzó el pecho de Ismael, pero el Guardián logró provocar una grave herida en el costado derecho del Diablo.
Heridos, agotados y agitados, lentamente retrocedieron tomando así distancia uno del otro, se miraron con profundo odio una ultima vez y el primero en caer de espaldas fue el ángel.

El príncipe sólo deseaba alcanzar a Petra pero el cuerpo ya no le respondía por toda la sangre que estaba perdiendo, y desgraciadamente cayó inconsciente antes de poder siquiera verla una última vez.

La nevada se volvió más intensa, todo parecía haber terminado pero repentinamente Ismael comenzó a levantarse 
- Maldito Diablo... estas heridas no te saldrán gratis... - dijo y tomó la ballesta de su espalda, la apuntó directo a Loxur y cuando se disponía a disparar fue sorprendido por un terrible golpe de costado que terminó impulsándolo unos metros hacia atrás 

- ¡NO LO TOQUES! - se escuchó en la voz de una desesperada Petra. 

Al tratar de reincorporarse nuevamente, el Guardián levantó la vista y observó a Petra en su forma de Lamia, abrazada a su amado Diablo buscando protegerlo, demostrando su instinto más salvaje.

Así es, la joven se había arrancado la flecha para poder volver a su forma de demonio y con las fuerzas que aun le quedaban se acercó a toda velocidad para salvarlo de la amenaza del cazador. 

- Petra... - murmuró él.

- ¡No te atrevas a tocarlo! - gritó ella.

- ¿Por qué... lo defiendes?... él arruinó tú vida - dijo tratatando de acercarse - déjame matarlo, lo entregaré en tu lugar... y serás libre... 

- ¡No te acerques más! - exclamó ella y enseñó la joya de Loxur que había encontrado cerca de las tumbas - acabo de activar esta joya, los sirvientes de Loxur vendrán ahora mismo... vete ya si no quieres morir...

- Al menos déjame curarte... 

- ¡No quiero que me toques!, si te sigues acercando te sacaré los ojos - lo amenazó enseñando sus garras mientras se abrazaba a Loxur.

En ese momento, de la oscuridad surgió Karos junto con cuatro guardias más.
Ismael, ya casi no tenía fuerzas, se vio rodeado pero aun así su orgullo no lo dejaba huir, de repente apareció un subordinado de él y se lo llevó a la fuerza mientras observaba por última vez aquellos ojos dorados que una vez lo miraron con amabilidad pero ahora sólo reflejaban rencor hacía él.

- Señor Loxur... - murmuró Karos impresionado, jamás creyó ver al principe en ese estado. 

- Llévatelo ahora Karos, salvalo por favor - dijo Petra acariciando el rostro de Loxur - está inconsciente por la sangre que perdió... 

- Señora Petra usted también está perdiendo mucha sangre, si ha sido herida por un arma sagrada puede morir, venga con nosotros.

La joven permaneció en silencio, le dio un tierno beso en los labios a Loxur y respondió 
- No... yo ya no regresaré... ya lo entendí... estoy maldita... llevenselo por favor... 

Los guardias se acercaron a cargarlo.

- Sólo soy una carga para Loxur... por mi culpa hice que cuestionasen su desempeño, no puedo darle hijos y ahora está en ese estado por defenderme... ya no puedo soportar ver como mi amor lo lastima...

- Pero el señor la ama con locura... él no soportará su ausencia...

- Yo también lo amo... lo amo con todo mi ser... por eso lo dejo libre de mi... de mi desgracia... aunque trate de escapar de mi destino apoyándome en los demás al final la maldición también los ataca a ellos... ya lo entendí, yo no puedo ser salvada por nadie... tengo que salvarme sola... sino termino arruinando la vida de quienes me rodean...

- Señora Petra...

- Vete Karos por favor... cuida mucho a mi amado Loxur...

- Pero no puedo irme dejándola aquí para morir...

- Es una orden... si me consideras la esposa de Loxur... por favor, cumple mi deseo...- le dijo apretando su mano.

Al sirviente se le oprimió el corazón, no sabía que hacer, pero si esa era su última voluntad no podía llevarla a la fuerza, con el Diablo en ese estado, sin poder abogar por ella, lo más probable es que los consejeros la culpasen de ello y la condenaran a muerte o al desprecio eterno. 

- Como ordene... Señora Petra... - dijo haciendo una reverencia y se fue detrás de los guardias que cargaban al Príncipe, no tuvo el valor para decirle adiós a aquella criatura que pese a verse delicada y frágil defendió con sus garras a su Señor de las manos de aquel bravo Guardián.

Petra regresó a su forma humana, quedó ahí sola entre medio de las tumbas, sentada sobre la nieve y con sus ropas completamente ensangrentadas por aquella herida que no cerraba. 
Sus ojos se llenaban de lágrimas al ver como los guardias se iban alejando con Loxur a cuestas.
Esbozó una pequeña sonrisa y en un susurró dijo

- Adiós... mi amor...


Al llegar al Palacio inmediatamente se dispusieron a curar al Príncipe, los consejeros, como estaban a cargo de todo hasta que el Rey despertase, no tardaron en enterarse y fueron a ver al joven Diablo. 
Las heridas provocadas por armas de los ángeles eran difíciles de sanar por manos de los demonios así que para que terminarán de cicatrizar de manera apropiada mantuvieron dormido a Loxur para que no se precipitase.

Un día de esos, uno de los guardias que habían participado del rescate le preguntó a Karos 

- Karos... ¿Cómo le diremos al Señor lo de la Señora cuando despierte?... se pondrá furioso...

- Aun no sé pero-

- ¡Le diremos que murió! - interrumpió Ursen la conversación que se daba en los pasillos.

- ¿Pero y si no es verdad? - preguntó Karos.

- Ambos sabemos que es lo más probable que haya ocurrido, pero aun si no fuese así no desperdiciaremos la oportunidad de que se olvide de ella. La única vez que esa criatura tuvo un acto de sensatez no la vamos a dejar pasar, hasta ella se dio cuenta que era una carga para él. Respetemos su voluntad... ¿Entendido Karos? - terminó con un tono amenazante el consejero.

Un día después Loxur despertó, sobresaltado inmediatamente preguntó 

- ¡¿Que rayos pasó?!

- Tranquilo Señor tuvo una pelea con un Guardián Divino y sus heridas eran muy graves por eso lo mantuvimos dormido para que sanara... - respondió Karos quien estaba en la habitación acompañado de dos guardias y Ursen.

- ¡¿Dormido?! ¡¿Cuánto tiempo dormi?!

-... un mes señor...

- ¡¿Un mes?! ¡¿Dónde está Petra?! ¡¿Ella está bien?! Recuerdo que estaba muy herida 

- ...- Karos no podía responderle.

- ¡Karos! ¡¿Dónde está Petra?!

- Ella murió joven Príncipe... - respondió Ursen.

- ¿Qué?...

- Sí... aunque yo no estaba de acuerdo con su relación tengo que admitir que fue muy valiente... ella lo defendió del cazador... gracias a sus últimos esfuerzos Karos pudo ir por usted, pero el Guardián la había herido muy gravemente, no resistió... lo lamento...

Loxur sintío que un frío le corría por la espalda, no podía disimular el impacto en su rostro, miró a todos a su alrededor con sus gestos apenados. 
Nuevamente le preguntó a Karos ya con lágrimas en sus ojos

- Karos... ¿Dónde está Petra?...

- Ella... no está señor... - respondió el sirviente y pudo ver en los ojos del príncipe como su corazón sangraba por el dolor...

Continuará...



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En el texto hay: angel, amor, diablo

Editado: 18.01.2024

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