El Ángel que bailaba con el Diablo 2

Loxur: Capítulo 9

El príncipe estaba devastado, no podía terminar de asimilar la noticia. 

- ¿Dónde... está el cuerpo?... - preguntó.

- No hay cuerpo...- respondió Ursen.

- ¡¿Qué quieres decir con que no hay cuerpo?!

- Joven príncipe ha pasado más de un mes, los cuerpos de los demonios desaparecen al poco tiempo para que las almas sigan su curso.... usted lo sabe.

- Karos... - dijo el joven en señal de pregunta al sirviente.

- Joven Príncipe-

- ¡Sólo creeré lo que Karos diga!, Karos, dímelo...

- Es verdad... no hay cuerpo señor... - respondió él.

- Lo único que podemos darle como recuerdo en su memoria es su anillo de compromiso Joven Príncipe... - dijo Ursen y se acercó a él para entregarle el anillo en la mano.

Al tenerlo Loxur sintió que le oprimían el corazón y cerró su puño con tanta fuerza que empezó a sangrar.

- ¡Señor contrólese!

- Déjenme sólo...

- Pero-

- ¡Váyanse todos, déjenme sólo! - gritó lleno de dolor.

Todos abandonaron la habitación y ya lejos de ella Ursen comentó

- Es una fortuna que el joven Príncipe tenga los poderes de Minotauro sellados, de lo contrario podría haber destruido todo.

- Si el Señor no hubiese tenido sus poderes sellados desde un principio nada de esto habría pasado... - comentó Karos y se alejó.

Ursen quedó molesto con su actitud y le ordenó a un asistente personal

- No confió en Karos, no le saques la vista de encima, mantenlo disimuladamente alejado del Príncipe.

- Entendido Señor Ursen - respondió este.

Mientras tanto Loxur permanecía sólo en su habitación, abrir aquel armario con los vestidos de Petra lo destruía y lo que más le dolía es que nisiquiera había podido verla una última vez aquella noche.

En Diablo cayó en depresión, nadie que lo conociese habría imaginado que podría verse así, no quería que ninguno se le acercase, apenas probaba bocado, los sirvientes lo observaban recorrer el Palacio con la mirada perdida, había hecho un collar donde llevaba colgado el anillo de compromiso, y en algunas ocasiones lo encontraban con una manzana en su mano, las hacía buscando recordar el aroma de Petra en ellas.

Así pasaron varios días, Karos ya no podía soportar verlo en ese estado, pero entre que Loxur no quería ver a nadie y el asistente de Ursen acechandolo se le hacía casi imposible acercarsele, hasta que un día decidió forzar las cosas para hablar con él.
Con la complicidad de los demás sirvientes fieles a Loxur, distrajo la atención del asistente y entró sin permiso a la habitación del Diablo a riesgo de que este terminará desatanto su furia con él.

- ¡¿Karos que haces aquí?! ¡Pedí expresamente que me dejarán sólo, vete!.

- Lo siento Señor pero no lo haré, tiene que escucharme, por empezar, quitese esa basura del cuello - dijo y le arrancó el collar.

- ¡¿Qué rayos crees que estás haciendo?! Devuelvemelo si no quieres que te mate.

- Reaccione señor, este anillo no le pertenece a la Señora Petra.

- ¿Qué?...

- Baje la voz, así no descubren que estoy aquí...

- ¿Qué demonios está pasando?...

- Le diré todo pero tiene que hacerme caso y conservar la calma, así no quedaremos expuestos...

- Habla de una vez Karos... ¿Por qué dices que este anillo no es el de Petra? Es idéntico...

- No lo es, yo mismo supervisé su confección, ¿lo recuerda?. En ese momento pedí que escribiesen sus iniciales con magia en la parte interna del anillo y este no las tiene, simplemente porque el verdadero anillo se lo quedó la Señora.

- Dime de una vez donde está Petra Karos, todo esto me está matando...

- La verdad es que no lo sé señor, lo que dijo Ursen en parte es cierto, aquella noche la Señora lo protegió, cuando llegamos gracias a que activó la joya, ella estaba sobre usted como un fiera para defenderlo del Guardián. Él finalmente se marchó, también muy mal herido, con otro ángel, a usted lo trajimos aquí pero ella me ordenó que la dejase allí...

- ¿Ella te lo ordenó?... 

- Sí, me dijo que entendió que estaba maldita y que no podía escapar... que la misma sólo terminaba dañando a la gente de su alrededor... que no regresaría para dejarlo libre de su desgracia...

- Debiste traerla a la fuerza Karos, por su propio bien.

- Señor ¿qué podía hacer?, fue la única vez que ella me ordenó algo, yo la respeto como su esposa, no podía desobedecerla... además piénselo, con usted en ese estado y los consejeros a cargo ¿Qué cree que hubiese sucedido con la Señora? Sin usted para defenderla, Ursen la habría culpado de todo y condenado a muerte. Al menos en el mundo humano tenía la posibilidad de escapar...

Loxur lo pensó un momento - Tienes razón... ¿pero ella está viva o no?

- No lo sé señor. Aunque Ursen no me pierde pisada me las arreglé para volver al mundo humano la noche siguiente pero ya no la encontré... 

- ¿Crees que los ángeles pudieron volver por ella a matarla?...

- No podría decirle señor, el rastro de su sangre me llevó hasta una tumba.

- ¿Una tumba?

- Sí, una que estaba cercana a un árbol, pero luego de allí no puede seguir el rastro y no podía pedir la colaboración de los perros del infierno pues Ursen me vigilaba.

- La tumba de su madre... ella se fue hasta allí... tengo que saber que pasó con Petra Karos, necesito saberlo.

- Lamento no poder decirle más señor.

- Entonces ¿Tú me mentiste?...

- Yo no le mentí, le dije que ella no estaba y que no había un cuerpo... nunca le dije que estaba muerta.

- Tienes razón... que astuto eres... - dijo Loxur y de repente una idea cruzó su cabeza - Sé como saber si ella murió... 

- ¿De qué habla señor?

- Petra me dijo que en cuanto una Lamia muere otra nace en su lugar... tengo que ir al Reino de la Pereza y ver si nació una nueva Lamia...

- ¿De verdad? Eso es increíble... 

- Iré personalmente a revisar... 

- Tiene que ser discreto Señor, nadie puede saber sobre esto, Ursen está a cargo hasta que su padre despierte....

- Lo sé, diles que iré sólo para buscar un poco de consuelo...

- Entendido Señor.

Así, Loxur fue esa misma noche al Reino de la Pereza para atestiguar si realmente Petra había muerto, aunque esa fuese la verdad aun estaba decidido a cumplir con la promesa de proteger a la siguiente Lamia así que de encontrar a otra en su lugar la llevaría consigo para cuidarla, pero al llegar a la cueva no encontró nada...

Un inesperado alivio nació de él y de lo más profundo de su corazón brotaron lágrimas de esperanza, su amada Petra aún estaba con vida sólo necesitaba encontrarla. Pero también despertó en él una profunda rabia con Ursen por tratar de engañarlo, deseaba matarlo, pero recordó las palabras de Karos y luego de su descubrimiento, al día siguiente se las arregló para reunirse con el sirviente a escondidas.

- Petra está viva Karos...

- ¡¿De verdad señor?!

- Sí, no hay una Lamia nueva, eso quiere decir que ella está en algún lugar del mundo humano, tengo que buscarla... saber que le pasó, como está... 

- Es un alivio saber que la Señora esta viva.

- Voy a matar a ese infeliz de Ursen Karos, ¿cómo se atrevió a engañarme de esa forma? Es una terrible falta de respeto.

- Lo entiendo Señor pero espere a que su padre despierte para hacerlo. Si mata a Ursen estando él a cargo, al despertar el Rey podría considerarlo un acto de rebeldía y encerrarlo Señor, no se exponga a eso, actúe de forma fría.

- Tienes razón... que bueno que estás aquí Karos... si no contara contigo ya hubiese arrasado con todo...

- Nunca lo dude Señor, lo conozco desde que era un niño, sólo soy fiel a usted - terminó por decir el sirviente.

A partir de eso trazaron un plan, actuarían como si el joven hubiese asumido la muerte de Petra, Loxur se reintegraría a sus deberes con normalidad mientras fingía delante de los subordinados de Ursen. Pero antes debía ir al mundo humano para saber más sobre el paradero de Petra. Y un día, cuando estaba a punto de partir, fue interceptado por Ursen 

- ¿A donde se dirige Joven Príncipe?

- Voy al mundo humano, iré a ver el lecho de muerte de mi mujer, ¿Algún problema? - respondió desafiante.

- No señor, para nada.

- Entonces me voy, una cosa más Ursen, si descubro que me siguen mataré al que lo haga... quiero privacidad, ¿Entendido? - terminó amenazando el Diablo y se fue.

Al llegar al pueblo la nostalgia lo invadió, primero fue hasta la casa pero se encontraba abandonada, era evidente que hacía mucho nadie vivía ahí eso quería decir que ella no estaba en el pueblo. 
Partió hacia el cementerio, cada paso le traía recuerdos de aquella terrible noche, aun podía sentir la desesperación que lo invadió al verla herida y cercada por Ismael. Y finalmente se detuvo frente a la tumba de Amelí, allí donde Karos dijo haber encontrado su último rastro. 

¿Qué pasó con ella? ¿Dónde podría estar? Eran las preguntas que pasaban por su cabeza, pero sus pensamientos fueron interrumpidos por una voz que por detrás le preguntó 

- ¿Quién eres muchacho? - se trataba de un hombre anciano.

- Hola, yo... soy un conocido de la familia, amigo de Petra, la hija de Amelí.

- Ah si! Petra, que hermosa jovencita, adorable. Yo soy el cuidador del cementerio, perdón que te pregunté pero no te recordaba de aquí. Si no te molesta he venido a limpiar la tumba, me lo encargaron especialmente.

- ¿Se lo encargaron? ¿Quién?

- El señor Eric, el hombre que era esposo de Amelí.

- ¿Eric?... - dijo impactado Loxur.

- Sí, me pidió que cuidase mucho de este lugar ya que él no podría regresar, dijo que Petra estaba enferma y se la llevaría con él para poder cuidarla.

- ¡¿Qué se llevaría a Petra con él?! ¡¿Está seguro?!

- Por supuesto muchacho, él vino porque se enteró de la muerte se Amelí pero dice que se encontró a Petra enferma y sola, así que se la llevaría para cuidarla mejor, él es doctor.

- ¿Usted vio a Petra?

- No, no la he visto desde antes de que Eric viniese pero supongo que ya no la veré si se fue con él.

- ¿Hace cuanto sucedió esto?

- Hace más o menos un mes creo...

- ¿Sabe donde podría encontrar a ese hombre?

- No sé exactamente donde vive, sólo me dijo que tenía una casa en el pueblo de Sator, está bastante lejos de aquí...

- Con eso es suficiente, gracias señor - dijo por último el joven Diablo y se fue con las esperanzas renovadas. 

Ahora sabía que ella estaba con Eric en otro pueblo, tenía que ir a buscarla. Pero está vez no podía depender de la ayuda de los perros, ya que al estar bajo las órdenes de Ursen podían no serle del todo fieles a Loxur y engañarlo para no poder encontrarla nunca, así que tomó la decisión de hacerlo sólo, pidiendo indicaciones como si se tratase de un humano cualquiera.

Cuando llegó a Sator ya era de tarde, una vez más preguntó por el paradero del Doctor Eric y los habitantes amablemente le indicaron la dirección hasta que finalmente llegó a la casa.
Estaba nervioso, ansioso, no podía imaginar que tipo de reaccion tendría ella al verlo, tocó la puerta y fue recibido por un hombre mayor.

- Hola muchacho. ¿En qué puedo ayudarte?

- ¿Usted es el doctor Eric?

- Sí, soy yo pero a esta hora ya no recibo pacientes a menos que sea una emergencia muchacho.

- Estoy buscando a Petra...

El hombre lo miró extrañado - ¿Quién eres?... ¿Por qué buscas a Petra?...

- Soy Loxur, Petra es mi prometida...

Eric estaba sorprendido - Pasa muchacho... - lo invitó.

Al entrar a la casa esperaba oír la voz de alguien más pero parecía que aquel hombre estaba sólo.

- Así que eres Loxur... ¿eres el Diablo del que se enamoró Petra?

- Veo que ella le habló sobre mi... 

- Sí, lo hizo.

- ¿Dónde está ella?... muero por verla

- Ella no está aquí muchacho...

- ¿Qué?...

- Así es, ella se fue de aquí hace más de dos semanas.

- ¿A donde se fue?

- No lo sé, no me lo dijo, sólo sé que partiría a otros país, uno que está cruzando el mar.

- ¡¿A otro país?! - exclamó el Diablo sorprendido.

- Toma asiento un momento muchacho, quiero hablar contigo.

- Está bien - dijo él y se sentó.

- ¿Cómo nos encontraste?

- El hombre del cementerio me lo dijo.

- Ah ya veo...

- ¿Cómo está Petra?...

- Sí te refieres a su salud ella está bien, realmente pensé que no se salvaría...

- ¿Podría contarme que pasó con ella en este tiempo?...

- Sí. Un día me enteré que Amelí había muerto y decidí ir a visitar su tumba, fui al cementerio muy temprano en la mañana para poder volver de día aquí pero lo que me encontré fue terrible... Petra estába recostada sobre la tumba de Amelí, bañada en sangre y casi inconsciente, la reconocí inmediatamente al ver sus piernas, la recuerdo desde que era una niña. La abrigué y llevé a la casa de Amelí, siempre cargo mi maleta de trabajo conmigo así que le hice los primeros auxilios, pero la verdad es que no sabía que hacer con ella, estaba muy mal, había perdido mucha sangre y no podía llevarla a un hospital, la descubrirán. Entonces no tuve que otra opción que hacerle una transfusión de la mía y esperar a que ella no la rechazara...

- ¿Le dio su sangre?...

- Sí, pero luego de ello le tomó dos días despertar... creo que a su cuerpo le costó asimilarlo. Cuando abrió los ojos no pudo disimular la sorpresa de verme y lloró abrazada a mi como si aún fuese una niña... me sentí una basura por haberlas dejado solas todos estos años...
Me contó lo que sucedió y que ya no podía quedarse allí, entonces le ofrecí venir conmigo para que pudiera recuperarse en un lugar alejado de todo eso.

- Ya veo...

- Al tenerla aquí no podía evitar ver la esencia de Amelí en ella, fui testigo del amor con el que la crió... ella es perfecta. Finalmente pude entender lo ciego que fui al no poder mirar a Petra con mi corazón en lugar de con mis ojos... Amelí siempre supo que ella era un ser que valía la pena amar... 

- Sí, eso lo sé muy bien...

- Le ofrecí quedarse conmigo pero me dijo que ya no quería causarle problemas a nadie, había tomado la decisión de vivir una vida solitaria... ir de aquí para allá sin aferrarse a nada. Ella está asustada de su maldición Loxur... me preocupa su estado emocional, porque aunque simula ser fuerte ella está triste... ¿pero quien podría culparla?, Petra a pasado por mucho...

- ... Tengo que encontrarla... pero ahora que usted me dice que mezcló su sangre con la de ella no podré seguir su antiguo rastro...

- Conservo una muestra de su sangre, si es lo que necesitas puedo dartela.

- Eso sería excelente - se sorprendió el Diablo - Le agradezco por haberme invitado a pasar y contarme todo esto, sin su ayuda no podría ni empezar a buscar a Petra... pero sobre todo le agradezco por haber salvado la vida de la mujer que amo...

- No me agradezcas muchacho, lo hago por Petra, ella merece ser feliz y sé que tú puedes ayudarla... siempre estaré en deuda con ella, por que Petra hizo lo que yo no pude hacer... amar de verdad a Amelí... 

Ya apuntó de irse, el hombre le entregó a Loxur la muestra de sangre 

- Una vez más gracias señor.

- No es nada, pero debo decir que jamás pensé que un Diablo fuese como tú, definitivamente esto cambia mis perspectivas ja ja. Buena suerte muchacho, espero que la encuentres... 

- Yo también... adiós señor Eric.

- Adiós muchacho, ah! una cosa más, por si te sirve de apoyo... ella nunca se quitó el anillo... - le dijo con una sonrisa amable.

Aquella frase final fue el último empujón que Loxur necesitaba para buscar sin descanso a Petra.
Ahora que sabía que ella estaba bien, y con la nueva prueba de rastro en sus manos lo único que necesitaba era contar con el fiel apoyo de los perros del infierno para encontrarla, pero para eso debía esperar a que su padre despertara y estuviese el mando nuevamente.

Así que pacientemente esperó que pasaran aquellos dos meses, y en cuanto el Rey reaccionó Loxur no demoró en exponer el engaño de Ursen.

- Padre, exijo la muerte de Ursen por atreverse a conspirar en mi contra.

- Bajo que pruebas lo acusas Loxur.

- Se atrevió a decirme que la valiente mujer que se arriesgó por salvarme estaba muerta cuando en realidad no es así, presionó a mis subordinados para que conspiraran inclusive envío a fabricar un anillo falso para engañarme, no toleraré tal falta de respeto hacia mi, si no lo matas tú lo haré yo con mis propias manos - amenazó el joven Diablo.

- Pero Señor es la verdad, el anillo es el que usted le entregó, ella murió esa noche, esa es la prueba - se defendió el consejero.

- Deja de mentir infeliz, el anillo de Petra llevaba grabado nuestra iniciales esto es sólo una réplica malintencionada. Pero si aún no me crees tengo la mayor prueba aquí - dijo mientras enseñaba la muestra de sangre que Eric le dio.

- ¿Qué es eso? - preguntó el Rey.

- Está es la nueva sangre de Petra, luego de esa noche recibió la transfusion de un humano y ahora su sangre a cambiado, los perros pueden decir si digo la verdad.

El rey mandó a llamar al joyero real y al los perros del infierno, tanto el joyero como los perros asintieron con el príncipe

- Es verdad Señor, el anillo del joven Loxur llevaba sus inscripciones, recuerdo cuando las hice - comentó el joyero.

- Y nosotros comparamos los restos de sangre encontrados en el cementerio pertenecientes a Petra con la muestra fresca que él trae y pudimos detectar la esencia de la misma criatura señor... - declaró el perro.

El Rey ya no tenía dudas, Ursen había cometido un crimen imperdonable, tratar de engañar a un Diablo.

- Ursen, falsificar una joya real se lo considera un acto de alta traición, te di mi confianza y abusaste de ella... te sentenció a la muerte... - dijo Satanás.

Los guardias tomaron al consejero y lo llevaron a las rastras
- ¡Señor! ¡Todo esto lo hice por usted! Por el bien de su legado. ¡Esa criatura maldita arruinará la vida del Príncipe! ¡Escucheme por favor! - trataba de excusarse mientras desaparecía en la oscuridad con sus verdugos.

Loxur quedó satisfecho con el accionar de su padre pero aún quedaba un tema que discutir, la aprobación de Petra.

- Bien padre, te agradezco por confiar en mi palabra, pero ya sabes que soy frontal y no me gusta dar vueltas a los asuntos, estoy decidido a buscar a Petra.

- Ya estaba preparado para escuchar eso...

- Lo apruebes o no igual lo haré.

- ¿Tanto la amas?...

- No tienes idea, gracias a ella estoy aquí, salvó mi vida, de lo contrario mi corazón hubiese sido el botín de un Guardián Divino.

El Rey observó las tremendas cicatrices en el cuerpo de su hijo y no podía evitar pensar que por su culpa había acabado así, ya que selló sus poderes antes de dormir y esto casi provoca inconscientemente la muerte de su primogénito al dejarlo en desventaja ante tamaño rival. Al final él también le debía algo a Petra, la muchacha había probado su valor. 

- Está bien Loxur... sí lo permito - lo sorprendió el Rey.

- ¿Qué quieres decir? - preguntó algo incrédulo el príncipe.

- Sí la encuentras permitiré que te cases con ella.

- ¿De verdad? ¿Aunque sabes que si lo hago no tendremos hijos?...

- Sí, ya lo entendí, tu no vas a dejarla ir. Aunque esté en contra igual la seguirás, pero más allá de eso aunque no pueda darme un nieto salvó la vida de mi hijo y eso es igual de invaluable... - respondió juicioso.

- Gracias padre - dijo con una reverencia y se fue a cumplir con sus deberes e iniciar la búsqueda.

Loxur se sentía dichoso, al fin todo comenzaba a mejorar para él. 
Con las esperanzas renovadas, su animo regresó por completo, pero nunca imaginó que hallar a su amada Petra se le haría prácticamente imposible, haciendo que el corazón del príncipe se fuese endureciendo lentamente...


Continuará...



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En el texto hay: angel, amor, diablo

Editado: 18.01.2024

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