El Ángel que bailaba con el Diablo 2

Kalir: Capítulo 5

Luego del entrenamiento, los pequeños diablos y la sirena se reunieron a almorzar en el jardin antes de que cada uno regresase a sus hogares

- ¿Así que todos son hijos de diferentes madres? - preguntó ella asombrada.

- Así es, por eso somos tan diferentes, por que nuestras madres descienden de distintas bestias y de ahí derivan nuestros poderes - comentó Salomón.

- ¡Increíble! ¿Entonces de que bestia desciende cada uno?

- Yo de un Vampiro - dijo Hazar.

- De Cancerberos - respondió Noré.

- La Hydra - agregó Salomón.

- De Medusa... - comentó Vittorio.

- ¡Yo de Charibdis, la bestia marina más impresionante! - presumió Kalir.

- Woo... todos son geniales. ¿Y Loxur?

- Él desciende del Minotauro... 

- ¡¿Del Minotauro?! Wow, por eso debe ser que se ve tan fuerte - comentó risueña.

- Eso no es nada - agregó un poco celoso Kalir - cuando sea mayor seré más fuerte que él se los aseguro - sonrió lleno de confianza.

- Todos sabemos que de nosotros el que tiene más potencial para alcanzar a Loxur es Noré... - comentó Vittorio.

- ¿Eso es verdad Noré? - preguntó Firinea.

- No es tan así... - respondió Noré - tener un gran poder no sirve de nada si no lo puedes dominar, es como solo ser una bestia salvaje a la que todos deben temer, nada más, eso no me hace mejor que los demás.

- Ahí vas de nuevo con tu discurso autocompasivo - soltó con cierta burla Hazar.

- ¿Qué dijiste? - reclamó Noré ya frunciendo ceño.

- Deja de sentir lastima por ti mismo y acepta de una vez el monstruo que eres.

- Si lo acepto o no es asunto mio.

- En algo te doy la razón, que tengas grandes poderes no te hace mejor, algún día te demostraré que soy superior a ti - sonrió Hazar.

Noré solo lo observó con un gesto duro en su rostro.

- No empiecen a pelear, estamos frente a una señorita - advirtió Salomón.

- Bien, bien, de cualquier forma, dinos Firinea ¿Quién te parece el más increíble de nosotros? - preguntó Hazar.

- Bueno... todos parecen ser geniales... pero mi favorito es Charibdis por ser una bestia marina, creo que Kalir es increíble, él es mi héroe - confesó alegre.

El pequeño enseguida se sonrojó.

- Oh... ¿Escuchaste eso Kalir? Tu novia te admira ja, ja.

- Cállate. 

- ¿Por qué dices que es tu héroe?... - preguntó Vittorio.

- ¿No lo saben? Kalir me salvó de tener que casarme con otro niño.

- ¿Otro niño? ¿Un triton?...

- Sí, con el príncipe de mi Clan, Zamaron.

- ¿Era tu prometido?...

- Algo así... tenía que casarme con él solo por mi poder...

- ¿Poder? ¿Qué poder? - preguntó Noré.

- La Voz de la Muerte...

Todos la observaron atentamente - ¿Qué es eso? - indagó Salomón.

- Mis cuerdas vocales están malditas, dicen que si canto cualquiera que me escuche dormirá hasta morir... 

- Eso suena impresionante... ¿Y eres la única con ese poder?

- Es lo que dicen, que vivimos una a la vez y debido a lo peligrosas que somos debemos estar unidas a la familia prinicpal del Clan... así pueden controlarnos y a veces usarnos como un arma...

- Vaya, no tenía idea de la existencia de una sirena así - comentó Salomón.

- Pero por suerte Kalir apareció en el momento justo para salvarme. Aunque somos amigos pidió el compromiso para que no tuviese que irme con Zamaron.

- Así que te comprometiste con tu amiga solo para salvarla, eso si que suena muy noble Kalir, y yo que creí que era porque estabas enamorado de ella - se burló Hazar.

El pequeño apretó los dientes - Te voy a-

- No, no - interrumpió Firinea - Kalir ya me dijo que solo quiere ser mi amigo, por favor no lo molesten con eso... ahora estoy viviendo aquí porque tuvimos problemas, mi papá dice que el mar ya no es seguro para mi... Kalir me permitió vivir con él, es muy amable conmigo, por eso lo quiero mucho, pero el día que se enamore de otra niña supongo que ya no estaremos prometidos y me iré - aceptó con una sonrisa.

Sus cuatro hermanos miraron al pequeño Diablo que demostraba estar sin habla ante la madura respuesta de Firinea. Debido a que el interés de Kalir por la niña era obvio, pero parecía tener problemas para expresarlo, Hazar decidió intervenir 

- ¿Enamorarse de otra niña? ¿Pero qué dices Firinea? Es muy claro que- intentó decir pero Salomón le dio un disimulado golpe con su codo clavando en él una mirada cómplice de silencio.

- ¿Entonces tu no puedes cantar como el resto de las sirenas? - dedujo Noré.

- No... yo tengo prohibido cantar... me gustaría mucho poder hacerlo... pero no debo... puedo hacer mucho daño... - dijo con pesar.

- No te preocupes... luego de un tiempo te acostumbras a que no puedes hacer lo mismo que los demás y dejas de sentirte frustrado... - respondió serio Vittorio en un intento de consolarla.

Ella lo miró sorprendida por su respuesta y fue ahí cuando prestó particular atención en el parche que llevaba.

- Es verdad, Vittorio tiene la misma dificultad, debido a que su ojo maldito convierte en piedra todo lo que mira con él por el poder de su ancestro - agregó Noré.

- ¿Por eso llevas ese parche?... - preguntó tímida.

- Así es, no puedo controlarlo, símplemente sucede... desde que nací tuve que aprender a vivir mirando con un solo ojo.

- Oh... ya veo... pero creo que te ves muy bien con él, pareces misterioso - comentó risueña.

- Gracias...

Al oír eso Kalir sintió que le atravesaban el corazón, otra vez los celos lo golpeaban pero se contuvo.

- Bien muchachos es hora de irnos, mañana regresamos - dijo Loxur al grupo - ¿La pasaste bien Firinea? ¿Te sentiste cómoda?

- Sí, todos son muy amables - sonrió.

- Bien, si alguno de ellos te molesta sólo dímelo, los castigaré enseguida, ahora eres como una hermana pequeña para mi. Nadie, ni siquiera ellos, pueden meterse contigo.

- Vaya, que rudo, si que nos tienes confianza - deslizó sarcástico Salomón.

- ¿Una hermana? No molestes Loxur, yo no voy a verla como una hermana, si ya ahora es linda cuando crezca será aun más hermosa. Quien sabe, quizas podría tener una oportunidad con ella en el futuro - dijo audaz Hazar guiñandole un ojo a Firinea y esta se sonrojó.

- ¡¿Qué?! Tú ya estás viejo para ella - exclamó celoso Kalir.

- Puedo esperarla, soy un caballero - sonrió. 

- Quita tus ojos de ella, es la prometida de tu hermano - sentenció Loxur.

- ¿Qué no eran solo amigos? - se burló.

- ¡Ya váyanse! - perdió la paciencia el pequeño y entre risas sus hermanos se marcharon.

Kalir y Firinea quedaron despidiéndolos desde la puerta del Palacio, ella agitaba su pequeña mano con una gran sonrisa, pero él aun había quedado un poco molesto por la situación.

- Todos son muy graciosos - comentó ella.

- ¿De verdad te gustó estar con mis hermanos?... 

- Sí, es como tener muchos amigos, me hace muy feliz, es la primera vez que comparto con tantos niños que no me creen extraña. 

- Ya veo...

- Además todos son hermanos pero también son tan diferentes, con mucha fuerza y magia, es genial.

- ¿Entonces crees que todos son geniales?...

- Claro que sí, pero mi favorito eres tú - dijo y clavó sus hermosos ojos en él.

- Eh? - lo tomó por sorpresa - ¡¿De verdad?!

- Sí, ya te lo dije antes Kalir, tu eres el niño que me gusta - sonrió y entró al Palacio con el libro que Vittorio le prestó.

El pequeño se sonrojó y una sonrisa se dibujó en su rostro mientras la veía entrar, aunque él aun no había podido confesarse el hecho de que Firinea le confirmase sus sentimientos lo hacía feliz, le daba seguridad.

Al mismo tiempo, sus hermanos terminaban de salir de los jardines del Palacio y en eso Hazar reclamó a Salomón por el golpe

- ¿Por qué no me dejaste decirle que Kalir está enamorado de ella?

- Porque eso es algo que debe hacer solo - respondió serio - admitir los sentimientos por una mujer es algo muy importante en la vida de un hombre, tiene que hacerlo por sí mismo para madurar.

- Oh... ¿Tu ya te has enamorado?

- No.

- ¿Y cómo estás tan seguro de lo que dices?

- Sólo lo supongo.

- Vaya... lo dices tan serio que parece que lo supieras todo del amor.

- Conozco la teoría, no la práctica.

- ¿De verdad crees que ella no se de cuenta de lo que siente Kalir?

- Tu sabes lo difícil que puede ser tratar de entender a Kalir, sus acciones pueden decir una cosa pero al fin y al cabo lo que salga de su boca también es importante. Las mujeres son orgullosas, les gustan que les digan claramente que las quieren.

- ¿De dónde sacaste eso último?

- De mi madre, ella siempre me dice que cuando me interese en una señorita debo ser directo.

- Oh... ¿En serio? Lo tendré en cuenta ja, ja.

Las horas pasaron y luego de la cena Firinea y Kalir se retiraron a sus respectivas habitaciones, el pequeño quizo tener un detalle con ella por lo que le había dicho, y tocó la puerta de su habitación para entregarle un platillo dulce.

- Adelante - dijo ella y Kalir la observó sentada en la cama con el libro en la mano - ¿Ocurrió algo Kalir?

- N-No... solo quería darte esto... - murmuró apenado entregándole el postre.

- Gracias, parece delicioso - sonrió.

- ¿Aún estás leyendo?

- Sí, Vittorio me lo prestó, quiero leer lo más que pueda para que si no entiendo algo preguntarle mañana.

- ¿Te cayó bien ese cíclope no es así?... - deslizó celoso.

- No le digas así... parece un buen chico, muy inteligente. Dijo que podía prestarme más libros si quería.

- ¿Tanto te gusta estudiar?

- Sí, tengo que aprovechar que puedo aprender con ustedes, nunca se sabe qué puede pasar en el futuro. Con Vittorio compartimos la magia curativa así que puedo aprender de él, creo que será un Diablo muy fuerte en la magia - sonrió.

- No creo que sea tan genial... - murmuró frunciendo un poco el ceño.

- Contigo también comparto un tipo de magia.

- ¿De verdad?

- Claro, la magia acuática, así que cuando quieras podemos estudiar juntos - comentó entusiasmada.

- E-Está bien...

- Tu tienes un gran potencial Kalir, los diablos pueden usar muchos tipos de magia, si estudias y además entrenas te convertiras en un Príncipe increíble.

- ¿De verdad crees eso?...

- Sí, para mi eres el mejor.

Kalir era reticente a la idea de estudiar, prefería incrementar su fuerza física, pero el apoyo que Firinea le demostraba lo hacían querer ser alguien a quien ella siempre pudiese admirar con esos hermosos ojos que aceleraban su corazón.

- De acuerdo, te prometo que intentaré mejorar en eso. Ahora me voy a dormir, tu también descansa ¿si?

- Sí, buenas noches - lo despidió alegre y ella volvió a concentrarse en la lectura mientras que él se fue a dormir.

Cuando se encontraba cansado Kalir tenía el sueño pesado y aquel día la constante disputa de celos con sus hermanos sin ninguna duda había sido muy estresante para él, por lo que cayó rendido al cerrar sus ojos, pero al abrirlos al día siguiente no pudo disimular su sorpresa al descubrir que nuevamente estaba durmiendo con Firinea abrazada a él.

- Fi- Fi- ¡Firinea! - exclamó nervioso y provocó que ella despertase.

- Buenos días Kalir...- murmuró somnolienta.

- Pero qué?, cómo? ¿Qué haces aquí?

- Siento mucho frío por las noches... me gusta dormir contigo, me siento bien... 

- Pero no puedes hacer esto, ya lo hablamos Firinea, eres una señorita, debes dormir en tu habitación - sentenció ya sentado en la cama.

Ella lo miró apenada y se bajó de la cama - Lo siento... Perdóname Kalir... - dijo y salió con un semblante triste de la habitación.

- N-No, espera Firinea, no quise- intentó decir pero ella ya se había ido.

El pequeño quedó en silencio allí, no podía evitar pensar en la expresión triste de Firinea al salir de la habitación, temió haber sido muy brusco al reaccionar y que ella se sintiese rechazada por él. Quería disculparse pero ni siquiera imaginaba como hacerlo, así que se vistió despacio, tratando de elegir las palabras adecuadas en su mente, y bajó las escaleras armandose de valor para hablar con ella durante el desayuno, pero al llegar a la sala se dio con la sorpresa de que sus hermanos ya estaban allí.

- ¿Qué hacen aquí tan temprano? - preguntó.

- Loxur dijo que hoy estudiaríamos temprano, tiene muchas cosas por hacer, recuerda que se acerca el festival anual en su Reino - respondió serio Salomón. 

- Oh, es verdad ¿Dónde está Firinea?

- En el jardín, leyendo con Vittorio.

- Eh? - murmuró y se asomó por el ventanal para ver a la pequeña sentada en una banca al lado de su hermano en el jardín compartiendo un libro, enseguida apretó los dientes - Ese cíclope idiota otra vez haciendo de las suyas... - deslizó molesto.

- ¿Y qué esperabas? - preguntó Hazar - siempre es lo mismo con Vittorio, termina llamando la atención de todas las niñas con esos aires de tipo serio y misterioso que tiene por ese parche, se hace el indiferente pero en el fondo le encanta seducir.

- Vittorio no hace nada, las niñas se le acercan solas, les parece intelectual - refutó Noré.

Con cada palabra de sus hermanos Kalir apretaba más sus puños por celos.

- ¿Qué le hiciste a Firinea? - preguntó Salomón.

- ¿Eh?

- Tenía una mirada triste.

- Bueno... yo... creo que la ofendí... - respondió apenado.

- ¿Ofender? ¿Que pasó?

- N-No puedo decirlo...

- ¿Y ya te disculpaste? - indagó Noré.

- Aun no, yo...

- No pierdas el tiempo, ¿Primero le dices que la quieres como amiga y luego la ofendes? Definitivamente la estás empujando a interesarse en Vittorio - continuó Hazar.

Mientras tanto, en el jardín...

- ¿Entendiste como funciona ese hechizo?... - preguntó Vittorio.

- Sí, muchas gracias - sonrió algo afligida.

- ¿Qué te ocurre?...

- Eh? Nada ¿ Por qué preguntas?

- Te ves diferente hoy, pareces triste...

- N-No es nada.

- ¿Kalir te hizo algo?

- No... más bien creo que yo lo molesté... 

- ¿Por qué? ¿Qué pasó?...

- No tiene importancia... pero creo... que a veces puedo ser pesada con él...

- ¿Por qué lo dices?...

- Porque me gusta estar cerca de él...

- ¿A ti te gusta de verdad Kalir no?...

- Sí - sonrió tímida.

- ¿Por qué? ¿Que te gusta de él?...

- Todo - respondió segura - él es genial... a pesar de lo extraña que soy Kalir aceptó ser mi amigo de inmediato... me cuida, es muy dulce conmigo, creo que me empezó a gustar un día que me dijo que yo no era rara, que era diferente, y eso era genial... - sonrió.

- ¿Mi hermano te dijo eso? Suena muy reflexivo para ser Kalir... - se burló.

- Sí, lo hizo, pero él ya me dijo que solo le gusto como amiga así que debería comportarme como una y no ser tan pesada con él.

Vittorio quedó observando su rostro afligido y aunque pensaba que era más que obvio el interés romantico que Kalir tenía por ella en el fondo seguía la misma línea de pensamiento que Salomón, si ella de verdad le importaba quien debía decirle que le gustaba es él y no los demás, confesarse.

- ¿Luego puedes prestarme más libros Vittorio? 

- Claro... ¿estás muy interesada en aprender?

- Sí, quiero aprender todo lo que pueda por si algún día tenga que irme de aquí - sonrió.

En ese momento Kalir se acercaba corriendo a ellos, iba con la clara intención de hablar con ella.

- Fi- Firinea... - murmuró agitado.

- ¿Qué ocurre Kalir?

- Yo... yo-

- Bien chicos - interrumpió Loxur - comencemos.

- Sí - respondieron a coro.

- Ven Firinea, traje unos libros para ti - la llamó.

- Está bien - dijo alegre y se fue de la mano con Loxur.

Vittorio iba a seguirles el paso pero sintió como Kalir lo tomaba del brazo mientras los demás se alejaban

- Vittorio - lo nombró con un gesto de enojo en su rostro, se sentía frustrado pues sobre que no había logrado disculparse aun tenía que soportar la cercanía de su hermano con Firinea.

- ¿Qué quieres? - preguntó ya adivinando el porqué de su reacción.

- No te pases de listo con Firinea, te advertí que estuvieses lejos de ella, ¿Quieres que te lo explique a golpes?

- Tu celos estúpidos me agotan así que aclaremos esto ahora mismo... - dijo completamente serio - Firinea y yo solo somos amigos, ella es amable conmigo y yo también lo seré, no voy a tratarla mal sólo para darte gusto a ti... y si de verdad te importa lo que sienta habla con ella y disculpate, porque estoy seguro que le hiciste algo, está triste...

- ¿Qué dijiste?

- No sé que pasó entre ustedes pero sea lo que sea ella se siente mal porque cree que te ofendió...

- ¿Qué?... ¿Ella te dijo eso?....

- Así es, ya lo sabes, has lo que tengas que hacer y a mí dejame en paz... - sentenció ya soltándose de su agarre y se marchó con los demás.

Las horas pasaron y aunque el día transcurrió en paz Kalir no había tenido oportunidad de hablar con Firinea, incluso, cuando todos se fueron, ella subió a su habitación a seguir con la lectura.

El pequeño quedó en la sala hechado sobre la mesa y al verlo así Ratjá no pudo evitar preguntar

- ¿Ocurre algo Señor? ¿Está todo bien con la señorita?

- Yo... creo que la hice sentir mal Ratjá..

- ¿Cómo dice? ¿Qué ocurrió?

- Es que... está mañana descubrí que ella se había metido en mi habitación pero creo que fui muy brusco... no reaccione bien...

- Ah, es por eso.

- ¿Eh? ¡¿Tu sabías que ella se había metido a mi habitación?!

- Claro que sí, ayer por la noche escuché pasos en el pasillo y la vi entrar en su habitación, al rato me asomé y ambos dormían plácidamente.

- ¡¿Y por qué no la detuviste?!

- Señor, es claro que ella lo hace porque se siente bien con usted, recuerde que todo esto fue muy abrupto para la señorita. Usted también sufrió la separación de sus padres, sólo que lo manifestaba haciendo travesuras, la señorita solo necesita abrazarse a usted para dormir.

- Pe-Pero me pongo muy nervioso cuando está cerca de mi...

- ¿La prefiere lejos?

- ¡No!

- Entonces disculpese con ella, hagala sentir bien.

- ¿Pero cómo?...

- ¿Por qué no intenta darle una flor?

- ¿Una flor?... - murmuró y observó el arreglo floral de la mesa, se bajó de la silla para tomar una particular flor violeta de todo el arreglo y corrió a tocar la puerta de Firinea.

Estaba nervioso, pero no podía retroceder ahora que había tomado el coraje de disculparse. En cuanto la pequeña abrió la puerta Kalir le ofreció la flor de prisa

- L-Lo siento - murmuró apenado.

- ¿Qué?... - preguntó ella con voz suave.

- P-Perdoname Firinea, yo... no quise ser grosero esta mañana... solo estaba muy nervioso. 

- No... perdoname tú a mi Kalir... creo que soy un poco pesada contigo...

- No, no eres pesada... yo soy muy tonto y a veces no me doy cuenta de que digo cosas que pueden hacerte llorar... sé que aunque sonríes también estás triste por que estás lejos de tus papás... por eso... sientete libre de hacer lo que quieras que te haga sentir bien...

- Kalir... ¿De verdad puedo hacer cualquier cosa?...

- Sí, hasta puedes golpearme si quieres...

Ella tomó la flor y rápidamente se acercó para darle un beso en la mejilla

- Ahora ya me siento mucho mejor - sonrió. 

Kalir se sonrojó por completo, sintió la cabeza dar mil vueltas, lo tomó por sorpresa.

- La flor es preciosa, muchas gracias Kalir, eres muy dulce... - continuó ella.

- Bu- Buenas noches Firinea - dijo y se fue corriendo a su habitación preso de los nervios.

Ratjá, que había sido testigo de todo viendo a distancia desde el pasillo, respiró de alivio al saber que se habían reconciliado. Para el sirviente preservar aquel vínculo entre ellos era prioridad por sobre todo, pues con lo volátil que era Kalir enseguida podía regresar a ser quien era si Firinea ya no quisera ser su amiga. Quien lo conociera jamás hubiese pensado en verlo pedir disculpas, esa era la primera vez que lo hacía y si existía alguien quien podía llevarlo a hacerlo esa era Firinea, la unica que despertaba su sensibilidad.

La mente del pequeño estaba tan confundida que ni siquiera sabía si se había disculpado de la manera apropiada, solo tenía en su cabeza el beso de Firinea y lo demás parecía borroso, pero al despertar en medio de la noche entendió que todo estaba bien con ella al ver que la niña nuevamente se había escabullido para dormir con él. Se sintió en paz, solo cerró los ojos y se dejó abrazar por detrás por aquella pequeña que lo volvía loco de amor.

Los días pasaron y aunque la relación de ambos niños era perfecta, Ratjá, quien era muy obsevador, no podía evitar preocuparse por la afinidad que Firinea demostraba con Vittorio, así que no dudó en aconsejar a su amo

- Señor Kalir.

- ¿Qué pasa Ratjá? - preguntó algo distraído.

- ¿Ya se le declaró a la señorita?

Kalir se sorprendió - ¿Po-Por qué lo preguntas? ¡¿A que viene eso?!

- ¿No lo ha hecho aun?

- N-No es necesario, ahora que vivimos juntos estamos muy unidos, no tengo que preocuparme de que se fije en otros niños...

- ¿Está seguro?...

- Sí.

- ¿No le preocupa que ella se pueda interesar en otro de sus hermanos?

- ¡¿Qué?! ¡¿Por qué dices eso?! 

- La señorita pasa mucho tiempo con todos cuando vienen aquí, no sería extraño que pudiese fijarse en uno de ellos...

- P-Pero ella está prometida a mi...

- Sí, pero usted se la pasa diciendo a sus hermanos que solo son amigos con ella presente, de esa forma es natural que piense que la quiere solo como amiga, y ellos también...

Kalir quedó nervioso y pensativo, pero Ratjá continuó 

- La señorita Firinea es una niña encantadora, educada, preciosa... sería más que normal que sus hermanos también se interesaran en ella, tiene que aprovechar que tiene sentimientos por usted, declararse de una vez... o podría perderla...

- ¿Qué? ¿Perderla?... - quedó pensando al respecto.

Como estaba decidido a mejorar para impresionar a Firinea le pidió a Loxur que en algunas ocasiones le diese clases de apoyo para mejorar su magia, por lo que lo visitaba algunos días en su Reino para estudiar mientras él, al mismo tiempo, se ocupaba de otras cosas.

Un día de esos Loxur le hacía repasar algunos hechizos pero el pequeño de vez en cuando le clavaba una mirada disgustada

- ¿Hay algún problema Kalir? Tengo el presentimiento de que estás enojado conmigo.

- Sí, si lo estoy.

- ¿Por qué? 

- Si no fuese por tu culpa no tendría que estar rompiendome la cabeza estudiando estas cosas.

- ¿Cómo dices? ¿Por mi culpa?

- Sí, si tu y Vittorio no fuesen tan perfectos Firinea no los admiraría y no tendría que estar haciendo esto...

Loxur quería reir, nunca se imaginó una situación así - Ahh... osea que estás así por celos...

- ¡No estoy celoso!

- Las sirenas son seres curiosos y admiradoras del conocimiento, si te preocupa no estar a la altura de sus expectativas no te hubieses enamorado de una... - sonrió.

- ¡No estoy enamorado!

- ¿Ah no? Entonces si no estás enamorado ¿por qué te quieres casar con ella? Rompe el compromiso y deja que ella se enamore de otro niño para ser su esposo.

- ¿Qué?... ¿Otro niño?... - murmuró preocupado.

- Sí. O si tanto dices que me admira tal vez quiera esperar a ser mayor y poder casarse conmigo - dijo con burla buscándo molestarlo.

- ¡No!

- ¿Por qué no?

- ¡Porque no! Firinea se va a casar conmigo, ¡ella es mia! - exclamó poniéndose de pie.

- Entonces eso quiere decir te gusta.

- Bueno sí, ya, sí me gusta, me gusta Firinea - admitió entre molesto y avergonzado mientras se sentaba de brazos cruzados.

- Oye, tranquilo, ¿Por qué pareces más irritable de lo normal?

- Porque Ratjá me dijo que si no le digo que me gusta ella se puede fijar en otro niño... ¿tu también lo crees?

- Es una posibilidad, siempre has dicho que solo te comprometiste con ella para ayudarla, no porque que te gusta, y ella también lo piensa.

- Lo sé... - dijo tomándose la cabeza.

- ¿Y ya pensaste en como decírselo?

- Sí... tengo una idea, quiero que sea especial...

- ¿Especial?

- Sí, quería invitar a Firinea al Festival que empezará mañana aquí en tu Reino, pero ella no puede respirar fuera del ambiente del infierno de la Gula por ser una sirena...

- Mmm, es una buena idea, pero si ese es el problema déjamelo a mi, yo creo tener la solución.

- ¡¿Qué?! ¡¿De verdad?! 

- Sí, solo dile a Firinea mañana que la llevarás a un lugar especial, yo los esperaré en la salida del Reino de la Gula.

- Wow sí! ¡Gracias! - se entusiasmó y así lo hizo.

Al día siguiente le pidió a Ratjá que le preparase un hermoso vestido a Firinea y la llevó a la salida del Infierno con la excusa de que le daría una sorpresa, al llegar se toparon con Loxur quien los esperaba.

- ¿Qué ocurre Kalir? ¿A dónde me llevas?

- Nos vamos al Festival del Reino del Orgullo - sonrió.

- ¡¿Qué?! Pero yo no puedo ir...

- Para eso estoy aquí Firinea, te traje un obsequio único - dijo Loxur y se arrodilló para entregarle una perla azul.

- No puede ser... - murmuró soprendida - ¡¿De donde la sacaste?!

- ¿Qué es eso? - preguntó Kalir.

- Es una perla de aire del mar, sólo los seres más antiguos y de la realeza del mar tienen acceso a ellas, pues la magia de estas permite a cualquier ser acuático respirar fuera del ambiente de este infierno - respondió ella aun asombrada.

- Así es, pero es la unica que pude obtener, no fue fácil, y su efecto solo dura un día, así que aprovechala bien Firinea, disfruta del Festival - sonrió Loxur.

- Gracias Loxur, estoy muy emocionada - dijo y se abrazó al cuello del Diablo mayor, este se sorprendió.

- Vaya... es la primera vez que un niño me abraza, mis hermanos siempre fueron tan ariscos - bromeó - tienes toda mi atención Firinea.

- Tu das miedo Loxur, quien va a querer abrazarte... - deslizó Kalir.

- Pero no sé activarla... - dijo ella ya separándose con la perla en la mano.

- Solo aprietala con fuerza hasta romperla en tu mano - respondió él.

- ¿Así?...- murmuró la pequeña y lo hizo provocando que una pequeña luz azul entrase en su cuerpo.

- Bien, ya están listos, es hora de irnos - sonrió Loxur y los llevó hasta la entrada del Festival.

Firinea no podía disimular su emoción, sus ojos se iluminaban ante cada detalle.

- ¡Esto es increíble! - exclamó.

- Me alegra que te guste, lamentablemente no podré acompañarlos, pues tengo que reunirme con unos demonios ahora - comentó Loxur. 

- No te preocupes, sé manejarme por aquí - respondió lleno de confianza Kalir, era lo que quería, una salida a solas con Firinea, pero sus planes se vinieron abajo al oír una voz.

- Hola Kalir, vaya Firinea, estás preciosa.

Al voltear el pequeño vio a sus hermanos esperándolo, todos vestían a juego con él, de pantalones y chaquetas blancas.

- ¡¿Q-Qué están haciendo aquí?! - reclamó.

- ¿No pensaste que los iba a dejar a ustedes dos solos andar por aquí tan pequeños verdad? Sería muy irresponsable de mi parte - sonrió su hermano mayor.

- ¡Loxur! ¡¿Me quieres volver loco verdad?!

- ¿Volver? Tu ya lo estás Kalir, ja, ja - se burló Hazar.

- Nos vemos, portense bien y traten de no separarse - se despidió Loxur dejando a la pequeña sirena en compañía de los Diablos.

Kalir resoplaba, lo unico que quería era una noche tranquila con Firinea y con sus hermanos presentes sabía que eso sería imposible.

- Bien, ¿A dónde quieres ir Firinea? - preguntó Hazar.

- No lo sé, todo se ve fabuloso, jamás creí poder estar aquí, es un sueño - respondió.

- Podemos ir a jugar tiro al blanco por allá - propuso Noré. 

- Sí, o a comer - continuó Salomón.

Kalir se enfrentó a sus hermanos y enseguida dejó claras sus intenciones - Escuchenme bien, no empiecen a acaparar la atención de Firinea. La traje porque quiero pasar una noche especial con ella, no con ustedes - les advirtió.

Hazar soltó una risa - ¿Noche especial? Ja, ja! Mientras tu estás aquí haciéndonos berrinche a nosotros ya hay otro que se te adelantó - dijo y señaló con la mirada por detrás de Kalir.

El pequeño volteó y vio como Vittorio le entregaba un obsequio de unos de los puestos de juego a Firinea

- ¡Mira Kalir, Vittorio lo ganó para mi! - exclamó sonriente la niña.

Kalir apretó los dientes - VI - TTO- RIO - murmuró molesto.

- Oh! Se ve divertido, yo también quiero ganar un premio para Firinea - se sumó Noré.

- Yo también, veamos quien gana el mejor para ella - continuó Hazar ya acercándose.

Kalir no lo sabía pero la intromisión de sus hermanos en aquella cita con Firinea sería el menor de sus problemas esa noche, pues él, ni ninguno de sus hermanos, imaginó que la presencia de una hermosa sirena en un lugar tan lejano de su hábitat natural atraería la atención de seres indeseados...

Continuará...
 



#1195 en Fantasía
#733 en Personajes sobrenaturales

En el texto hay: angel, amor, diablo

Editado: 18.01.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.