El Ángel que bailaba con el Diablo 2

Kalir: Capítulo 7

Los días pasaron e inevitablemente los padres de Firinea se enteraron de la sucedido, Loxur se sentía terriblemente responsable por el hecho de haberlos dejado solos y de que todo ocurrió en su territorio, pero Firinea no culpaba a nadie, sabía de las buenas intenciones de los Diablos y estaba sumamente a gusto viviendo con Kalir. 

En ese transcurrir de varios meses, en algunas ocasiones, Loxur estaba tan atareado que no podía ir al Reino de la Gula por lo que les pedía a los príncipes dirigirse al suyo y así repasar el entrenamiento. 
Firinea, por el hecho de ser una sirena, no podía asisitir, así que esperaba ansiosa el regreso de Kalir, lo extrañaba cuando se ausentaba.
Pero, en uno de esos días, el pequeño la sorprendió con una revelación cena mediante...

- ¡¿Loxur tiene prometida?! - exclamó sorpendida.

- Sí, hoy la vimos en su Palacio, dijo que se llama Petra y es una "Lamia" - respondió Kalir.

- ¿Una Lamia? ¿Qué es?

- Una mujer mitad serpiente, su leyenda dice que debora demonios, ¿Suena genial no?

- Parece muy poderosa...

- Salomón dijo que esa era su leyenda, pero ella dice que no es nada de eso y que solo come cosas dulces.

- Oh... eso suena mucho mejor - sonrió.

- ¿Tu crees? Yo pienso que hubiese sido increíble que comiese demonios, me hubiera gustado ver su transformación, porque al igual que tú puede convertir su cola en piernas comunes. 

- ¿Y como es?

- ¿Eh?

- ¿Es bonita?

- No lo sé, no me fijo en eso.

- ¿Cómo no? ¡Yo quiero saber!... - insistió - ¿Cómo era su cabello? ¿Y sus ojos?

- Eeeeh... tenía el cabello y los ojos dorados... 

- Ooh... debe ser muy hermosa... después de todo Loxur seguro elegirá a la mujer más bonita de todo el Infierno para casarse.

- ¿La más bonita de todo el Infierno?... - murmuró - Para mi... la más bonita... eres tu... - aseguró apenado.

- Oh... - lo miró con ternura - que dulce eres Kalir - dijo y se bajó de su silla para darle un fuerte abrazo.

- Vaya... aquí hay mucho amor...- deslizó sonriente Ratjá acercándose con el postre.

Kalir se sonrojó, Firinea siempre lo sorprendía con sus muestras de afecto.

- Ratjá... - murmuró.

- Aquí les traigo el postre - continuó, ya dejando los platos sobre la mesa.

- Perdon Ratjá pero hoy no comeré postre, quiero dormir temprano y con el estomago lleno no puedo - se disculpó ella.

- Oh, entiendo señorita, no se preocupe. Es verdad, mañana inicia sus clases de arco y flecha.

- ¡¿Arco y flecha?! - se sorprendió Kalir.

- Así es, la señorita ha decidido agregar a sus clases de música, cocina, protocolo y magia, el aprendizaje de arco y flecha.

- Pero Firinea... ¿Por qué estudias tanto?

- Porque quiero ser una buena esposa para ti Kalir - sonrió y le dio un beso en la mejilla - Buenas noches - terminó de decir y subió las escaleras para ir a descansar.

Kalir quedó algo pensativo jugando con la cuchara en su postre 

- ¿Le preocupa algo Señor? - preguntó Ratjá.

- Sí, creo que Firinea estudia demasiado, ella no está obligada a hacer todo eso...

- Lo hace porque piense en usted, quiere prepararse para ser una esposa digna de un Príncipe del infierno. Aunque si me permite dar mi opinion creo que ella ya es perfecta para serlo, no puedo imaginar nadie más indicada que la señorita para estar a su lado

- Sí, lo sé... ella es perfecta... Ratjá - lo nombró.

- Dígame, Señor.

- Hoy... cuando vimos a la novia de Loxur ella tenía puesto un anillo de compromiso...

- ¿Un anillo de compromiso? Oh... eso quiere decir que el Señor Loxur tiene serias intenciones de casarse con ella.

- Sí... tú... tú crees que yo... ¿También debería darle un anillo a Firinea?... - preguntó algo nervioso.

- Oh, debo ser sincero no lo había pensado Señor, pero eso sería lo apropiado. Hace más de un año que ella está aquí, usted ya dejó claras sus intenciones y la señorita es su prometida oficial así que corresponde que le entregue un anillo.

- ¿Y cómo lo consigo?

- No se preocupe por eso Señor, solo deme la orden y me ocuparé por usted, los anillos de compromiso deben ser solicitados al joyero familiar, son anillos especiales en donde los nombres de la pareja se graban con un sello mágico.

- Ooh, ya veo, entonces hazlo, pide un anillo para Firinea cuanto antes.

- Como ordene Señor - terminó por decir el sirviente y luego de terminar su postre Kalir se retiró a dormir, pero al abrir la puerta de su habitación se encontró con que Firinea estaba ocupando su cama.

El pequeño soltó un suspiro, inevitablemente ya se había acostumbradi en que al algunas ocasiones, siendo estas la mayoría, la niña decidía dormir con él.
Subió silenciosamente a la cama y se acostó dándole la espalda pero seguidamente sintió como ella lo abrazaba por detrás una vez más.

La conversación que tuvieron en la cena lo dejó preocupado y fue por eso que no pudo evitar preguntar...

- ¿Firinea?... ¿Estás despierta?...

- Sí... - respondió algo somnolienta - ¿Qué pasa?...

- ¿Por qué quieres practicar arco?... 

- Para ser más fuerte - sonrió - Loxur me dijo que estaba bien así que consiguió un tutor para mi.

- Pero... ¿Por qué?... una señorita como tú no debería usar armas... Si es por lo que sucedió aquella vez en el Festival te prometo que me haré más fuerte y te protegeré Firinea... no tienes que esforzarte tanto - le dijo aun dandole la espalda.

Ella lo abrazó más fuerte - Kalir... ya no pienses en eso... quiero ser mas fuerte porque yo también quiero proteger si hace falta... porque eres muy importante para mi...

- Firinea...- murmuró él, en el fondo Kalir nunca había podido deshacerse de la culpa por lo sucedido ese día.

- Es mi orgullo... ¿Me dejas?... - preguntó ella.

- Está bien... - terminó y se dejó abrazar una noche más por el amor incondicional de aquella pequeña sirena.

Así fue como Firinea inicio su entrenamiento en armas, no tenía la fuerza paea blandir una espada pero si la precisión perfecta para lanzar flechas, sin duda era una prodigo, aplicaba en todo lo que se proponía.
Los días pasaron y Ratjá recibió de manos de joyero real el anillo para la niña, pensando en algo que representará a Firinea, Kalir pidió que fuese de plata con una gema violeta en su interior, perfecto para combinar con ella.

El sirviente se lo entregó en mano al pequeño Diablo, Ratjá creyó que él idearía una situación especial para entregárselo pero, en la inocencia de un niño, Kalir terminó dándoselo a Firinea como si se tratase de un obsequio más, no tenía idea de la dimensión que semejante joya podía significar para una mujer...

- Mira Firinea, tengo algo para ti - le dijo acercándose a ella que estaba en el jardin leyendo.

- ¿Qué es? - preguntóy en cuanto Kalir abrió el estuche sintió su corazón detenerse - Kalir... - murmuró casi sin aire.

- ¿Te gusta? Lo mandé a hacer para ti, es tu anillo de compromiso - dijo sonriente.

- ¡¿Anillo de compromiso?! - exclamó sorpendida.

- Sí, la novia de Loxur tenía uno así que yo también quería que lo tuvieses, esto significa que serás mi esposa definitivamente - respondió y tomó la mano de pequeña para colocarselo - Wow, te queda perfecto, ¿Qué dices? ¿Te gusta? - continuó algo ingenuo.

Ella se sonrojó por completo, Kalir se preocupó, nunca antes la había visto así, incluso sus ojos parecían tener un brillo especial - Me... Me... - murmuró apenada.

- ¿Firinea?...

- ¡ME ENCANTA! - exclamó y se abalanzó sobre él haciendolo que ambos cayeran al suelo - ¡Es precioso! ¡Me encanta! - continuó y comenzó a besarle reiterada veces ambas mejillas.

- ¡Fi-Fi-Firinea! ¡¿Qué te ocurre?! - preguntó sorprendido.

- ¡Estoy felíz! - dijo y se puso de pie solo para saltar sonriente por el jardín. 

Ratjá, que había sido testigo de todo desde la distancia, se acercó al pequeño Diablo al notar que este parecía estar sumamente sorprendido ante la efusiva reacción de ella.

- ¿Señor Kalir?

- Ratjá... ¿Q-Qué le ocurre a Firinea? 

- Bueno, a juzgar por lo que veo, creo que ella esta expresando su felicidad por el anillo.

- ¿Se puso así solo por un anillo?

- Señor... - suspiró Ratjá - ¿Aún no es del todo consciente que la señorita está perdidamente enamorada de usted verdad? Un anillo de compromiso es algo muy importante para una mujer y más si el que se lo da es el hombre que le gusta.

- Oh... ya veo... - respondió mientras continuaban viendo a la pequeña saltar por el jardín - ¿Por qué tengo el presentimiento de que acabo de despertar a una criatura peligrosa?... - comentó refiriéndose a ella.

- Es una posibilidad Señor - agregó Ratjá ante ello.

Kalir estaba en lo cierto, pues a partir de ese día Firinea ya no reprimiría más sus demostraciones de afecto hacia él en público ni escatimaría en decir que lo quería, provocando que el Príncipe en ciertas ocasiones se sintiese abazayado por ella, pero no podía negar que lo hacía feliz, Firinea era el amor de su vida, su alegría genuina.

El tiempo pasó, Firinea seguía con sus clases particulares mientras que Kalir se reunia con sus hermanos en el Palacio de Loxur, pero un día recibió el mensaje de que su hermano mayor no podría impartirle educación por un tiempo...

- ¿Qué ocurrió Kalir? ¿Hoy no vas al entrenamiento? - preguntó Firinea al verlo en la sala.

- No, un consejero de mi padre llamado Ursen dijo que Loxur estará muy ocupado así que por un mes no iré allá.

- ¿Eso quiere decir que podemos entrenar juntos? - se entusiasmó.

- Sí, según entendí enviarán a un tutor para que nos entrene.

- Que bueno, me encanta poder compartir contigo, es un poco aburrido hacerlo sola - sonrió.

- A mi también... - diji devolviendole la sonrisa.

- Oh, aquí hay demasiado amor para mis ojos - interrumpió una voz y al voltear ambos pequeños se encontraron con la imagen de los Diablos entrando al Palacio.

- ¡Chicos! - exclamó Firinea - ¡Hace mucho que no los veía!

- Hola Firinea - saludaron a coro.

- Es verdad, hace mucho que no te veo, pero cada vez te vuelves más hermosa - la halagó Hazar.

- ¡¿Qué están haciendo todos ustedes aquí?! - preguntó Kalir.

- Recibimos la noticia de que Loxur no podría hacerse cargo de nosotros y Ursen nos envió aquí para estudiar todos juntos - respondió Noré.

- ¿No me digas que ya estás celoso Kalir? - se burló Hazar - no seas mezquino, hace mucho que no compartimos con Firinea, tu la tienes todos los días aquí.

- Si pero no es igual, yo tampoco he compartido entrenamiento con ella el mucho tiempo, pensé que estaríamos solos.

- Ja, ja! ¿Apenas le das un anillo y ya te crees con derecho de acapararla solo para ti? Sí que eres precoz.

- Callate.

- Señor Kalir, el tutor los está esperando en el jardín, igual el suyo señorita - interrumpió Ratjá.

- Bien, ahora vamos - respondió el pequeño y todos salieron.

Mientras los Diablos tenían un descanso de su práctica con las espadas, Firinea continuaba con sus aciertos al blanco ante la atenta mirada de los príncipes y de su tutor.

- Vaya... nos habías dicho que estaba aprendiendo a usar el arco pero en verdad es muy buena - comentó Noré.

- Sí, tiene talento... - agregó Vittorio.

- Lo sé, Firinea es perfecta... - suspiró Kalir.

- Oye, calmate, la ves todo el tiempo y aun así ahora babeas por ella - se burló Hazar.

- Callate yo no estoy babeando.

- Tranquilo, no tiene nada de malo que mires así a la niña que te gusta, después de todo será tu esposa - dijo Salomón.

- Aaah! Ya callense, que pesados son - exclamó Kalir revolviendo su cabello.

Al terminar...

- ¿Ustedes que creen que esté haciendo Loxur? Es extraño que el mensaje lo haua enviado Ursen y no Karos - comentó Noré al grupo reunido antes de partir.

- Sí, hay algo sospechoso... - deslizó Vittorio.

- Escuché que estaba teniendo problemas con su novia - agregó Salomón.

- ¿A qué te refieres? - preguntó Kalir.

- Oí a mi madre hablar comentar que nuestro Padre no quería aceptar a su novia porque ella no puede darle hijos.

- ¿Eeeeh? ¿Cómo así? ¿Qué es eso? ¿Tan importante es que tenga hijos?

- Por ser el primogénito Loxur está obligado a tener al menos un descendiente y debe ser con su primera esposa, si ella no le puede dar un hijo entonces no se le concederá el derecho de casarse, es lo que escuché de mi madre.

- ¿Ósea que no importa si la quiere de verdad? ¿Si ella no le puede dar un hijo entonces para Papá no sirve? - preguntó sorprendido Kalir.

- Nuestro Padre quiere que tengamos descendencia Kalir, por eso podemos tener varias esposas, pero conoces a Loxur, es testarudo y excesivamente leal, no la va a abandonar por esto, nunca la dejará ni tampoco se casará con otra mujer - comentó Hazar.

- ¿Y eso está mal? ¿Es un error que no quiere estar con ninguna otra mujer por ser leal a ella? - preguntó Kalir.

- No está mal, pero estamos atados a ciertas condiciones como príncipes, la mujer que tenga nuestro primer hijo será nuestra primera esposa y eso es ineludible... - deslizó Vittorio.

- Es una tontería, yo no me voy a casar con Firinea sólo por eso, lo haré porque la quiero y ella a mi, así que Papá no se haga ilusiones conmigo.

- Pero... - interrumpió Firinea - ¿Nosotros si vamos a tener una familia verdad? - preguntó.

Todos quedaron en silencio y Kalir dudoso respondió - Bu-Bueno, si tu quieres sí, pero me refiero a que no estás Firinea.

- ¿Pero si yo quiero está bien verdad?

- Eeeh... bueno, sí, supongo...

- Es que yo no tengo hermanos, solo somos mis papás y yo, pero ahora que los conozco a ustedes pienso que debe ser genial tenerlos desde siempre y por eso quiero tener muchos bebés - sonrió.

Kalie enmudeció ante la mirada de sus hermanos

- Bueno Kalir, por lo visto tu no tendrás la necesidad de buscar más esposas que Firinea - comentó Salomón.

- ¡Ya váyanse de una vez! - exclamó y, entre burlas, partieron.

Así el grupo de pequeños volvió a compartir tiempo juntos, pero al pasar el tiempo descubrieron la realidad detrás de la ausencia de Loxur...

- Entonces... ¿Su novia se perdió?... - preguntó Firinea angustiada al oír la historia de boca de Kalir.

- Así es, Loxur nos dijo que ella lo salvó de un arcángel pero luego desapareció, y hasta ahora no la a encontrado... yo le dije que tal vez vuelva a aparecer cuando se sienta segura, como cuando juegas a las escondidas, ahora está asustada...

- Oh... pobre Loxur... él debe estar muy triste...

- Lo está, pero estoy seguro que ella algún día regresará y se casará con él, es Loxur, nada es imposible para él.

- Kalir?...

- ¿Si?

- Si yo me perdiese... ¿Tu me buscarías?

- Claro que sí Firinea, recorrería los océanos de todo el mundo por ti - sonrió lleno de confianza.

- Que bueno saberlo, entonces si algún día sucede yo te esperaré siempre... - dijo mientras tocaba su mano sentados en el jardín.
 



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En el texto hay: angel, amor, diablo

Editado: 18.01.2024

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