El Ángel que bailaba con el Diablo 2

Kalir: Capítulo 9

- ¿De qué estás hablando Ratjá? ¡¿Le pasó algo a Firinea?! - preguntó preocupado Kalir.

- No Señor, pero si continúa con esto ella sufrirá mucho... - respondió el sirviente.

- ¿Qué? ¿Con esto?

- Señor, entiendo que esté emocionado por medir fuerzas con sus hermanos pero por eso mismo no ha caído en cuenta que la consecuencia de ganar sería perder a la señorita...

- ¿A qué te refieres?

- ¿Acaso lo olvidó? La señorita no puede sobrevivir fuera del Reino de la Gula... si usted gana alguno de los otros reinos ascenderá como príncipe... pero dejará atrás a la señorita... se quedará sola...

- Pero... ¿No puedo ganar y luego decirle al viejo que me cambie de lugar? - preguntó refiriéndose a su padre - no me interesan los Reinos, sólo quiero demostrar que soy el mejor Diablo.

- No, la decisión de su Padre es irrevocable, lo que se decrete a través de sus fuerzas quedará así para siempre. Sería una ofensa para sus hermanos humillarlos mediante una victoria que luego no piensa reclamar, su Padre no lo aceptará. 

Kalir apretó los dientes - ¿Firinea sabe de esto? 

- Claro que lo sabe.

- ¡¿Y por qué no me dijo nada?!

- Señor... la señorita lo ama profundamente, ella sabe de su anhelo por demostrar ser el mejor Diablo, de poder exhibir todo su potencial pese a ser el menor de sus hermanos... ella jamás intervendría en sus sueños de grandeza Señor Kalir... Firinea es consciente de que anhela ser el segundo Príncipe por mérito... me pidió expresamente que no le dijese nada, que lo dejase continuar con esto, pero... no puedo no decirle viendo que está a punto de hacer algo de lo que puede arrepentirse...

- Firinea...

- El Reino de la Gula es el último lugar en esta competencia, si desea quedarse donde está tiene qu-

- Perder - lo interrumpió - ¿No es así? No puedo ni ganar un combate...

- Exacto... 

- Maldita sea... - murmuró apretando el puño.

- En estos momentos la señorita está en el Palacio esperándolo con una sonrisa para recibir la noticia más triste de su vida... se casarán, es verdad, pero tendrán que vivir separados... pues las obligaciones de los Reinos implican mucho tiempo de su vida personal...

Kalir permanecía en silencio con la mirada resignada, en la adrenalina del momento no había pensado en que si ganaba perdería la posibilidad de estar junto a Firinea.

- ¿Qué es más valioso para usted Señor?... ¿La gloria de la victoria o vivir al lado de la mujer que ama?...

- Tu sabes la respuesta... no tienes ni qué preguntarlo... - respondió el Diablo y salió de la habitación listo para subir a la arena de combate.

En la misma ya se encontraban sus hermanos, incluso estaba Loxur.

- ¿Y tú que haces aquí? ¿No se suponía que no pelearías? - preguntó Kalir.

- Nuestro Padre me pidió subir también, tiene algo que decirnos - explicó Loxur.

En ese momento subió Satanás y sus seis hijos lo reverenciaron incando una rodila en el suelo.

- Hijos míos escuchen con atención - advirtió - en este momento se enfrentarán entre sí en una batalla que definirá su posición como príncipes... tendrán permitido pelear con armas o cuerpo a cuerpo, demuestren su potencial de guerrero, su destreza... dejenles saber a todos lo temibles que son los Soldados del Infierno... pero sobre todo denle honor a sus rivales peleando con determinación... - dijo su Padre y el publico vitorió - Sí, yo los insito a pelear más no a matarse entre sí, por eso los maldigo...

Los seis Diablos levantaron la vista sorprendidos al oír eso, Satanás chasqueó los dedos y un grillete apareció en el cuello de todos sus hijos para luego volver a desvanecerse.

- Hijos míos, ahora la sangre los conecta, la hermandad será su virtud y su condena, pues si alguno contra la vida de otro atenta el exilio al más oscuro rincón del Infierno será su pena... - conjuró - ¿Lo entienden verdad? Pueden pelear, sacar todo de sí, pero si le arrebatan la vida al otro serán sentenciados.

- Sí, Padre - aceptaron al unísono en voz alta los Príncipes.

- Bien, ¡Que inicie la competencia! - exclamó.

Satanás tomó asiento en su trono en un palco cercano y nuevamente alzó la voz
- Esperaba poder hacer esto cuando mi séptimo hijo fuese mayor de edad, de ese modo sería más pareja la distribución de enfrentamientos. Pero como él aun no ha sido concebido y, la situación amerita que los Reinos sean divididos de una vez, he decidido que se hará de la siguiente manera : El Reino del Orgullo y el título de primer Príncipe pertenece indiscutiblemente a mi hijo Loxur debido a la fuerza, capacidad y desempeño que ha demostrado a lo largo de estos años, en tanto que el Reino de la Envidia quedará vacante para cuando nazca mi séptimo hijo, por lo tanto los infiernos en disputan son Lujuria, Ira, Pereza, Codicia y Gula, siendo el de la Lujuria el premio mayor en esta competencia, pues con él también trae el título de segundo Príncipe al ganador, y por tanto el Sexto Infierno, el Reino de la Gula, es el último lugar - dijo y Kalir cerró su puño al saberse en él - Como los participantes son cinco la distribución de combate no es proporcional, por lo tanto mi hijo Hazar, actualmente segundo Príncipe y Guardián del Reino de la Lujuria, quedará exclusivamente para pelear con el ganador de ustedes cuatro - dijo señalando a Noré, Vittorio, Salomón y Kalir - el resto de los príncipes se enfrentará entre sí para posicionarse y ser quien enfrente a Hazar buscando quitarle su Reino. La eleccion del rival se dará sacando de aquella urna ciega la esfera de color que coincida con la de su adversario, los ganadores de cada enfrentamiento luego pelearán entre sí para definir el tercer y cuarto puesto, en tanto que los perdedores del primer cruce se enfrentarán para ser el quinto y sexto lugar... ¿Está claro?

- Sí - respondieron a coro.

- Ahora las reglas son las siguientes, tienen permitido pelear con las espadas que se les otorgó de nacimiento o bien cuerpo a cuerpo, pueden liberar los poderes de sus ancestros si lo sienten necesario pero sepan que si se salen de control serán responsables de las consecuencias. El combate terminará cuando uno no pueda continuar o el otro saque de la arena a su rival pero, en caso de que la pelea se vuelva muy salvaje y pareja, Loxur intervendrá decidiendo al ganador en base a una evaluación de sus heridas ¿Listos? ¡Comiencen! - dijo por último Satanás y sus hijos se dispusieron a sacar las esferas de la urna para decidir su rival.

Los cuatro Diablos metieron la mano en la urna y mantuvieron la esfera en su puño cerrado para no ser vista, pero a la hora de revelar el color a la par se dieron con que Kalir y Vittorio tenían el mismo color.

- Bien, los enfrentamientos son Kalir contra Vittorio y Salomón contra Noré - advirtió Loxur en voz alta.

- Bien, que Kalir y Vittorio sean los primeros - ordenó su Padre.

- Ya escucharon, alistensen - dijo Loxur y descendió de la arena en compañía de los demás.

Kalir apretaba los dientes, la oportunidad que tanto había deseado de enfrentar al hermano que más rivalidad le representaba estaba frente a él y no podía siquiera pensar en ganar.

Los seis sirvientes se encontraban de pie bajo el palco del Rey observando todo a una distancia prudente.

- Maldición... - murmuró Ratjá.

- ¿Qué ocurre Ratjá? ¿Por qué tan preocupado? - preguntó Karos.

- El Señor Kalir no debe ganar, por su bien tiene que quedarse en su Reino actual... - respondió.

- ¿Qué? ¿Por qué? - preguntó Mirten.

- Lo único que mantiene la estabilidad emocional del Señor Kalir es el poder vivir con su prometida, la señorita Firinea, pero ella es una sirena, sólo puede sobrevivir en el Reino de la Gula...

- Eso quiere decir que si el gana otro Reino no podrá llevarla con él ¿verdad? - preguntó Garono.

- Así es.

- ¿Y qué pasa? ¿No confias en que se deje ganar? - continuó Thurksen.

- El Señor es consciente de que debe perder, pero... tenía la esperanza de que fuese cualquiera de sus otros hermanos... no el Señor Vittorio...

- ¿Qué tiene el Señor Vittorio? - preguntó Ceres refiriéndose a su amo.

- Nada malo, desconozco el nivel de su fuerza pero si sé que el Señor Kalir siente una profunda rivalidad con él desde pequeños... me preocupa que mi Señor pierda la cabeza y quiera ganarle a toda costa... inmediatamente perdería la oportunidad de seguir donde está... - suspiró y volvió su mirada donde ambos diablos ya se encontraban, los dos tenían sus espadas en mano y podía sentirse la tensión en el aire.

Kalir maldecia por dentro, trataba de mantener a Firinea en su pensamiento pero tener frente a él la mirada indiferente de Vittorio le molestaba, aunque era algo natural en su hermano el Diablo se sentía irritado por ello, siempre lo tomó como un gesto de desprecio aunque en realidad no lo era.
Para Kalir resultaba mucho más práctico y natural pelear transformando sus manos, pero si tenía que perder debía evitar usarlas y concentrarse en dar una buena pelea con su espada para al menos hacer creíble la victoria de Vittorio.
Ambos se pusieron en posición con sus armas y esperaban el aviso de inicio, el corazón del Diablo menor latía con fuerza, la ansiedad no le permitía concentrarse y por un segundo hasta creyó escuchar la voz de su amada en su mente, el sonido de la campana lo tomó desprevenido y su hermano no se hizo esperar para ser quien diese el primer golpe.
Vittorio era veloz y sumamente diestro con la espalda, la blandía como si de una pluma se tratase, Kalir sabía que peleando con un arma estaba en desventaja pero no quería perder el eje de su objetivo, debía ser derrotado dando una pelea convincente, si no podía darlo todo al menos tenía que demostrar que era un guerrero capacitado y digno hijo del Rey.

En un cruce de espadas Vittorio clavó su fría mirada en él 
- ¿Por qué tienes esa cara?... - preguntó al notar la indecisión en su rostro - ¿Acaso no es esto lo que querías? ¿Demostrar tu potencial?... este no eres tú, si no tienes intenciones de dar una buena pelea bajate ahora mismo de la arena, no me faltes el respeto como guerrero... - exigió Vittorio orgulloso de su poder.

Kalir frunció el ceño y lo repelió con su espada, su sangre comenzaba a calentarse, el resto de los hermanos observaban desde otro palco el enfrentamiento.

- ¿Quién creen que ganará? - preguntó Noré.

- Vittorio parece tener ventaja con la espada, es muy diestro con ella - respondió Salomón.

- Sí, y no olvidemos que posee un gran conocimiento de magia - agregó Hazar.

- Si de fuerza física se trata Kalir es superior, tiene un gran potencial, cuando se emplea bien la fuerza física puede superar a la magia - continuó Loxur.

- ¿De verdad? - preguntó Noré.

- Así es, Kalir tiene una capacidad que hasta él desconoce.

- ¿Entonces esperas que gane? - insistió Hazar.

- Yo solo espero que haga lo correcto... - comentó Loxur misterioso, él también sabía que lo mejor para Kalir era quedarse al lado de Firinea pero no podía intervenir, solo esperar a la decisión final de su hermano. 

Kalir y Vittorio continuaban cruzando espadas, pero la agilidad de este último terminaba provocando cortes en el cuerpo de su hermano, Vittorio estaba demostrando ser superior.

- ¿En qué piensas?... no estás dando ni la mitad de lo que tienes... si quieres que acabe con esto rápido solo dilo y te daré el golpe de gracia... - dijo Vittorio.

- Cállate idiota, tu voz en este momento me irrita - respondió Kalir, se sentía enojado, frustrado sabía que estaba dando una pésima pelea, pero quería mantener firme su motivación para perder, regresar con Firinea.

Tomó distancia y miró a su alrededor, todos los observaban en silencio, tal vez porque la pelea les resultaba aburrida, no los entretenía, pero en un momento sus ojos se clavaron en un rostro familiar en uno de los palcos, era Zamaron junto a su padre, habían sido invitados por el Rey junto con otros líderes de los clanes más importantes de todos los Reinos para ser testigos de la fuerza de sus hijos. Al verlo parecía que todo a su alrededor se paralizó, enseguida sintió que le estaba mostrando su faceta más lamentable a su peor enemigo, trató de ignorarlo y aplacarse pero cuando notó que el Triton le devolvía una sonrisa burlona ya no lo pudo soportar.
Clavó la espada en el suelo - Se acabó... no puedo soportarlo más - dijo y transformó sus manos dejando ver sus enormes garras - Ahora sí... - sonrió dejando ver su locura - te destrozaré - dijo y comenzó a atacar de forma salvaje a Vittorio, no estaba dispuesto a soportar más humillación, la risa con burla de Triton había despertado la fiera en él.

Ratjá se preocupó - ¡Señor Kalir! ¡No- - intentó decir pero Karos lo detuvo.

- Silencio Ratjá, si el Rey descubre que el Señor Kalir tiene intenciones de perder a propósito se enojará - advirtió.

El sirviente solo podía desear que en algun momento Kalir recobrase el sentido y se enfocara en lo que de verdad era importante pero al ver la brutalidad que estaba desplegando aquello le parecía difícil y lo peor es que sabía que no estaba mostrando ni la mitad de lo que podía hacer en realidad, si esa parte de él se liberaba ya no habría marcha atrás.

Kalir chocaba sus garras contra la espada de Vittorio con total fiereza, por momentos daba saltos enormes y buscaba golpearlo desde arriba pero su hermano era lo suficientemente agil como para esquivarlo una y otra vez provocando que este terminase clavando sus garras en en suelo destrozándolo. Una sonrisa desquiciada se dibujó en el rostro de Kalir, lo estaba disfrutando, se dejó llevar por su instinto.

- Miren eso... apareció el loco ja, ja - se burló Hazar.

- Vaya... se rindió... - suspiró Loxur un poco decepcionado de ver la escena, sabía que si Kalir sacaba a relucir su fuerza vencería a Vittorio.

- Ja, ja! ¡¿Qué te parece eso Vittorio?! Si quieres vencerme tendrás que convertirme en piedra maldito cíclope - se burló Kalir.

- ¿Me crees tan estúpido como tu?... nuestro Padre acaba de maldecirnos, tengo mejores cosas que hacer que pasarme el resto de la vida encerrado por tu culpa... - respondió indiferente, clavó la espada en el suelo y se puso en posición de combate de manos, Kalir lo observó confundido pero luego reaccionó al ver que Vittorio le hizo un gesto provocativo de que se acercase.

- ¿Qué está haciendo? - preguntó Salomón.

- Oh, Vittorio también irá en serio... - comentó Noré.

- ¿Qué quieres decir?

En ese momento Kalir se acercó a toda prisa para atacarlo, Vittorio esperó a que estuviese lo más cerca que pudiese y, en una maniobra de increíble agilidad, lo tomó de la muñeca y lo hizo girar en aire para estampar de espaldas en el suelo. Aquel movimiento fue brutal, Kalir sintió toda la fuerza de su propio ataque caer sobre él.

- ¡¿Qué fue eso?! - se impresionó Hazar.

- Vittorio tiene la habilidad de aprovechar la fuerza física del enemigo para golpearlo a sí mismo, sus llaves son mortales, si dejas que te atrape es como una maldita serpiente que sube por tus extremidades y te embosca - respondió Noré.

- ¿En otras palabras quieres decir que usa el impulso de la fuerza del ataque enemigo para golpearlo? Entonces Kalir debe haber sentido su propio poder cayendo sobre él - continuó Salomón.

- Así es.

- Oh... entonces eso le da la ventaja a Vittorio - comentó Loxur - Kalir tiene más fuerza pero ataca sin pensar, Vittorio tiene estrategia, si encuentra sus puntos débiles siempre lo emboscará - sonrió y estaba en lo cierto pues a partir de ahí Vittorio lo atrapó en su técnica una y otra vez.

Kalir se impacientaba cada vez más, la furia lo dominaba, Vittorio sabía que solo era cuestión de tiempo para que terminase de perder el control así que intentó hacerlo recapacitar, lo tomó por el cuello aplicando una llave y murmuró 

- ¿Ya te decidiste a dejar sola a Firinea?...- preguntó.

- ¿Qué?... - se sorprendió. 

- Sí ya tomaste la decisión de ganar pese a dejar atrás a Firinea en el Reino de la Gula, adelante, no te detendré, pelearé hasta el final. Pero si no, esta es la ultima oportunidad que te doy... ¿Estás dispuesto a perder para ganar?...

- Yo... 

- ¿Qué es lo que te sacó de eje? ¿Fue ese estúpido Triton verdad? Olvidalo, concentrate en lo que es importante, piensa en Firinea...

Kalir permaneció en silencio por un momento, comenzaba a aplacarse, en el fervor de la pelea había olvidado su objetivo principal.

- Contesta ¿Qué harás?...- insistió Vittorio.

- Me quedaré con Firinea...

- Bien... no me odies por esto.

- ¿Qué? - intentó preguntar pero Vittorio rápidamente soltó su llave para tomarlo del brazo y arrojarlo con total violencia fuera de la arena aprovechando que Kalir tenía la guardia baja.

De esa forma el combate había terminado resultando Vittorio triunfante sin dejar de demostrar al publico lo bestiales que podían ser.

Al salir de la arena Kalir nuevamente enfrentó a Vittorio en los pasillos camino al palco.

- ¿Por que hiciste eso? - preguntó Kalir.

- ¿Qué?...

- ¿Por qué me ayudaste a recobrar el sentido?

- No lo hice por ti, lo hice por Firinea, porque para su desgracia te quiere demasiado... - respondió.

- ¡¿Qué se supone que significa eso?!

- Lo que entendiste... por presumirle tu fuerza a ese Triton estuviste a punto de perderla, de dejarla sola... espero que a partir de ahora te comportes como alguien que merece su amor...

- Solo me venciste porque te deje hacerlo.

- Creeme que también te hubiese pateado el trasero sin necesidad de apelar a tu sensibilidad...

- Maldito cíclope burlón... algún día me lo cobraré...

Continuaron camino al palco para ser testigos del siguiente enfrentamiento, Salomón contra Noré, siendo este último el vencedor y ganándose el derecho de pelear con Vittorio, combate del cual nuevamente Noré resultaría ganador.

Era el turno de Kalir y Salomón, les tocaba pelear para dirimir el quinto y sexto puesto, pero antes de salir a la arena Salomón comentó.

- Te ves muy tranquilo.

- Solo lo voy a disfrutar - sonrió.

- ¿Estás decidido a no ganar verdad?

- Claro que lo haré.

- ¿Me vencerás?

- No.

- ¿Entonces?...

- Perderé para ganar - dijo con una enorme sonrisa y salió a la arena listo para mostrar una buena parte de sí mismo sin dejar de tener presente que debía regresar con su sirena.

Finalmente la hora del combate clave había llegado, Noré y Hazar se encontraban en la arena dando una pelea pareja con sus espadas. Todos estaban expectantes pues querían ver pelear con todo al último descendiente de una de las bestias más temibles del Infierno, Cancerberos.
Sus hermanos observaban en el palco pero lo que parecía ser una pelea con un desarrollo normal comenzaba a tornarse seria y peligrosa ya que Hazar buscaba provocar una y otra vez a Noré para que sacase su peor transformación, pero este se negaba, haciendo que la ira despertase en Hazar.

- ¿Qué le ocurre a Hazar? ¿Por qué está tan enojado con Noré? - preguntó Kalir.

- Hazar está celoso de Noré - respondió Loxur.

- ¡¿Celoso?!

- Cuando Hazar nació todos caían en halagos para él, su descendencia del vampiro original causaba admiración, pero cuando Noré llegó todos voltearon a verlo, el saber que era el último descendiente de Cancerberos llamaba la atención por completo, lo colmaban de expectativa. Nadie podía ignorar que nuestro Padre acababa de hacerse con uno de los seres fundamentales de este lugar, pues todos los perros del infierno obedecen a Cancerberos y por tanto a su descendiente. Aquello fue tal que muchos aseguraban que sería el segundo Príncipe si es que en el futuro no me sobrepasaba a mi casi ignorado la presencia de Hazar como segundo hijo, y ahi fue cuando su ego se vio herido, así que no quiere dejar pasar la oportunidad de demostrarles a todos que él es superior, quiere sacar a la bestia dentro de Noré para vencerlo como debe ser, pero Noré es diferente, él no aceptará...

- ¿Por qué?

- Como Noré no puede controlar su poder se siente un animal salvaje expuesto sin tener consciencia de lo que sucede a su alrededor. No le interesa ocupar el lugar de segundo Príncipe solo quiere cumplir con las mínimas expectativas que nuestro Padre pretende de él - respondió Vittorio.

- ¿Entonces no sacará a la bestia?

- No, si depende de él no lo hará - continuó Loxur y estaba en lo cierto pues a pesar de los intentos de Hazar de provocarlo Noré nunca cedió en sus convicciones y continuó peleando en su forma de Diablo dándole así la ventaja a su hermano y por consiguiente la victoria, un triunfo que no disfrutó pues él, al igual que todos, coincidían en que era como si lo hubiese dejado ganar.

La competencia había llegado a su fin y los Reinos se dividieron quedando como primer Príncipe Loxur, segundo Hazar, tercero Noré, cuarto Vittorio, quinto Salomón y sexto Kalir.

- Señor Kalir... quiero que sepa que estoy orgulloso de usted - comentó Ratjá.

- Creí que me sentiría mal pero... en realidad me siento muy bien Ratjá - sonrió - vamos a casa - dijo por ultimo y partieron al Palacio.

Allí Firinea lo esperaba sentada en el jardín, miles de cosas pasaban por su mente pero quería mantener la sonrisa a pesar de todo, sea cual fuese el resultado final estaba decidida a no ser una carga para Kalir.

- ¡Kalir!... ¿Qué ocurrió? - preguntó al verlo llegar con heridas encima.

- Yo perdí - sonrió - quedé de último.

- ¿Qué?... pero... eso no es posible, tu eres increíblemente fuerte... 

- Sí, bueno... a veces las cosas suceden así - dijo livianamente.

A Firinea le sorprendía el hecho de ni siquiera notarlo frustrado por ello, y una idea pasó por su cabeza - Kalir... tu... ¿Perdiste a propósito?...

Él sólo la observó y dejó ver su mayor sonrisa.

- ¿Por qué lo hiciste?... estabas tan deseoso de mostrar toda tu fuerza... de ganarle a todos...

- Por ti... yo haría cualquier cosa por ti, hasta dejarme golpear por el imbécil de Vittorio. 

- Kalir...

- Soy tan estúpido que ni siquiera me había dado cuenta de que si ganaba debería mudarme de Reino y te dejaría sola aquí... yo no puedo vivir sin ti, eres quien representa la cordura en mi vida, Firinea...

Ella emocionada lo abrazó con fuerza - Entonces... ¿ No te irás?...

- No, mirame Firinea, estás hablando con el Sexto Príncipe, gobernante del Reino de la Gula - dijo orgulloso cargandola en brazos - y tu serás la señora de este lugar, mi esposa... te amo Firinea, gracias por quererme a pesar de lo idiota que soy.

La joven se abrazó a su cuello y le dio un tierno beso - Siempre Kalir... siempre te voy a amar... - terminó y entraron al Palacio.

Ratjá resoplaba de alivio, al final todo había salido bien, a él tampoco le importaba la posición que pudiese adquirir al servir un rango mayor de príncipe, no, el sólo quería que Kalir estuviese bien y la única forma de que eso sucediese era quedándose junto a la mujer que era su faro en el camino de locura dentro de él 

Así fue como a pesar de que Kalir moría de ganas por demostrar todo su poder comparando fuerzas con sus hermanos, al darse cuenta que tendría que vivir separado de Firinea porque ella sólo podía sobrevivir en el infierno de la Gula, decidió dejar atrás su propios anhelos de poder por no soportar la idea de vivir lejos de ella. Pero, curiosamente, aquel lugar parecía destinado para él, pues ese Reino era uno de los más conflictivos y sólo alguien con la personalidad de Kalir podía mandar y poner orden allí.
Alguien que no temiese ensuciarse las manos ante los conflictos, que si el protocolo no funcionaba imponer su autoridad mediante la fuerza, alguien que estuviese tan loco para llegar a acuerdos de cooperación con los seres más extraños, y ese era Kalir, pero no todo podía resolverlo a los golpes y patadas, a veces los problemas le exigían usar la cabeza, pensar con estrategia y sensatez, algo que simplemente no iba con él, pero para su suerte tenía a Firinea...

- ¡Hola Kalir! - saludó ella entrando a la sala personal de él.

- Hola Firinea - dijo algo perdido en papeles - ¿Qué sucede?

- Nada - sonrió - solo te extrañaba, no te veo mucho por aquí a veces - respondió sentándose en el regazo de Kalir - hoy ni siquiera he podido darte un beso - continuó y lo besó con suavidad mientras tomaba su rostro.

Kalir rápidamente se olvidó de los papeles y se dejó arrastrar por sus labios mientras la abrazaba, pero lentamente Firinea sintió como la mano izquierda del Diablo se deslizaba por su pierna buscando correr un poco su vestido 

Ella se separó de aquel beso y comentó - Kalir... controla tus manos - dijo risueña - prometimos esperar hasta el matrimonio.

Él se sonrojó apenas y soltó un suspiro - Al final era cierto lo que dijiste... nunca más fuiste a mi habitación...- lamentó.

- Claro, es lo que querías ¿Verdad?

- Bu-Bueno sí, quizas no tan-

- ¿Qué quieres hacer? - preguntó directa.

- Eh?

- Dime mirándome a los ojos qué quieres hacer conmigo y quizas pueda ceder... - jugó.

- Yo... yo... yo quie.... - intentaba decir pero la mirada de ella lo avergonzaba por completo - Aaaah!!! ¡No puedo! No puedo decirlo si me mirás así...

- Entonces esperaremos hasta el matrimonio - sonrió - ya solo faltan seis meses para mi cumpleaños y podremos casarnos - dijo feliz - ya están armando mi vestido de boda.

- ¿Qué?

- ¡Sí! Tu padre mandó para que me tomasen las medidas y así diseñarlo, pedí un vestido con muchos vuelos, será muy hermoso.

- Si tu lo usas seguro que lo será... 

- Gracias Kalir... ¿Qué estabas haciendo?

-Trataba de pensar una solución a un problema... 

- ¿Cual?

- Este - dijo y le enseñó un mapa - aquí en la zona sur del Reino hay dos clanes en conflicto que perjudican a un tercero, más pequeño, para tener acceso al mar. Como estos dos no quieren que sus enemigos pasen han cerrado los accesos de ambos perjudicando a una pequeña villa que no tiene la entidad suficiente para reclamar tierras que le den acceso. 

- Bueno pero eso es simple Kalir, tu tienes el poder para solucionarlo si lo deseas.

- ¿De verdad? Pero no puedo obligarlos a abrir el paso a sus clanes.

- No pero puedes construir un camino alterno aquí - dijo y lo trazó con una pluma en el mapa - ¿Lo ves? Nadie puede negarle el acceso al mar, ellos son dueños de sus tierras pero si haces un camino por aquí nadie podrá decir nada, tienes el poder legal para hacerlo. 

El Diablo estaba sorprendido por su rápida respuesta y una idea vino a su mente - Firinea... ¿Quieres ser la gobernante de este lugar?

- ¡¿Queeeeé?!

- Yo soy algo limitado para estas cosas, pero tu tienes una mente brillante, conoces a cada criatura y has estudiado las políticas y tradiciones de los clanes, eres ideal para esto.

- Pe-Pero yo no soy un Diablo, sólo ustedes pueden reinar...

- Pero pronto nos casaremos ¿No es igual? Serás la princesa del Reino.

- Pe-Pero de todos modos... yo no tengo el temperamento para lidiar con algunos hombres o bestias... ya ves que soy muy sensible...

- Entonces yo seré tu perro de ataque, sólo dime que hay que hacer y lo haré. 

- Pero Kalir... es mucha responsabilidad... 

- Tu eres genial Firinea, yo confío en ti, seamos un equipo. ¿Tu quieres que este lugar conserve el orden verdad?

- Sí...

- Entonces hagamoslo - sonrió.

Ella por un momento lo dudó pero luego aceptó - Está bien, pero que sea nuestro secreto - dijo ya abrazándolo.

Así fue como el reinado de Kalir inició, todos veían el desparpajo e imponencia del Diablo pero en realidad quien gobernaba e impartía órdenes era Firinea en un gesto de enorme confianza de Kalir para con ella.

El Príncipe no lo sabía pero las órdenes de estricta justicia y sabiduría que Firinea le enviaba a cumplir podian provocar recelo en terribles enemigos que buscarían acabar con la mente detrás de ellas...

Continuará ...
 



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En el texto hay: angel, amor, diablo

Editado: 18.01.2024

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