El Ángel que bailaba con el Diablo 2

Hazar - El diario de Anna : capítulo 4

- ¿Qué? ¿esposa? ¿Es una broma verdad? - se sorprendió el Diablo.

- ¿Crees que estaría aquí sólo para hacerte un broma hijo? ¿Cómo pudiste olvidarlo? 

- No lo olvidé, recuerdo perfectamente esa conversación, hablamos y quedamos en que lo pensaría pero jamás acordamos una cita o reunión, madre.

- Es verdad, tienes razón, pero ya está hecho. Me tome el atrevimiento de organizarla ya que sé que si te dejo pensarlo no responderás nunca, hace una semana consulté tu agenda con Thurksen y sabía que esta noche estabas libre - sonrió y estaba diciendo la verdad, pues hasta ese momento lo de Anna era un secreto incluso para Thurksen, al igual que el resto el sirviente creía que sus salidas al mundo humano eran sólo encuentros triviales, aunque tenía una leve sospecha de la realidad.

- No debiste hacerlo sin consultarme, tengo cosas importantes que hacer ahora.

- Dame una sola razón importante por la que tengas que irte que no sea ir a jugar con el ganado otra vez.

- ¿Jugar con el ganado? Siempre refiriendote de esa forma tan particular hacia los humanos...

- Pues es la verdad hijo, puedo tolerar que vayas y te entretengas un poco con mujeres humanas pero no dejan de ser lo que son, sólo son comida para nosotros, somos seres superiores y ellos la presa - sonrió y se acercó a él para acomodar el cuello de su saco - Mírate hijo, a tu edad tu padre ya tenía tres esposas... Eres el primer descendiente varón del linaje de Ardat Lili, la vampiresa suprema, segundo hijo del Rey del Infierno, orgulloso príncipe del Reino de la Lujuria y líder indiscutible del Clan Vampiro, debes hacerle honor a tu estirpe, al menos tu primera esposa debería ser una vampiresa de sangre noble para dar a luz al siguiente líder del Clan, rendirle culto a tu herencia. Hay cientos de doncellas en el Infierno esperando porque les des una oportunidad, yo personalmente escogí a la que pareció la mejor.

Hazar dio un pequeño suspiro - ¿De quién se trata? - preguntó.

- La primogénita de la segunda familia del Clan, la señorita Berlinna. 

- ¡¿Berlinna?! ¿Es en serio madre? De todas las mujeres del Clan ¿tenías que escoger a las más déspota y malcriada? No la soporto.

- Lo sé hijo, sé que en el pasado tuvieron sus diferencias, reconozco que Berlinna tiene un carácter particular, pero al menos inténtalo. La pureza de su sangre es innegable, no hay mejor candidata que ella para tener un hijo mitad diablo, mitad vampiro como tú. Ó si no es ella por lo meno
s conocerás a otras doncellas del Clan, es una pequeña reunión privada.

Hazar la observó con un gesto de cierto enfado y agotamiento, pero ella insistió 

- Vamos hijo, hazlo por mí, deja los juegos con humanas para otro día.

El Diablo no podía revelar lo de su cita con Anna, así que dio un suspiró y respondió - Está bien, pero no te prometo concretar nada.

- De acuerdo, con que hagas acto de presencia es suficiente para mi, hace mucho que no asistes a ningún evento con tu madre, después de lo que me costó darte a luz merezco más demostraciones de afecto de tu parte - bromeó.

- Tienes razón madre - esbozó una tímida sonrisa y besó su mano.

- Bien, vamos, ya está el carruaje en la puerta esperándonos - dijo y se adelantó unos pasos.

- Sí - respondió el Diablo por detrás y le siguió el pasó pero antes de eso chocó su hombro con Thurksen y le dio discretamente el estuche con el regalo para Anna - Guardalo... - ordenó escueto y el sirviente, sin hacer preguntas, acató.

Finalmente subió al carruaje y se marchó en compañía de su madre a las tierras del Clan Vampiro dentro del mismo Reino de la Lujuria.
Al verlos irse Thurksen revisó el estuche y vio que se trataban de un par de hermosos aretes de oro con pequeños diamantes en ellos, definitivamente eran para una mujer, era la primera vez que veía al joven Diablo preparar un obsequio para llevar al mundo humano, ya no tenía dudas, su Señor se había interesado seriamente en una humana.

Hazar sentía una devoción absoluta por su madre, incluso mayor que por su Padre, aquella mujer se había encargado de fomentar su hambre de gloria, su ego, demostrándole constantemente lo orgullosa que estaba de haber hecho de su hijo un hombre codiciado por cientos de damas de los más diversos clanes y un bravo guerrero temido por todos. Su madre lo amaba, admiraba, pero sabía que había algo que ella nunca podría aceptar y eso era su relación con una humana, para Dafné los humanos eran meras cabezas de ganado para satisfacer el apetito sexual y hambruna de seres superiores como ellos, los vampiros, pero no era la unica que lo pensaba, toda su raza lo sentía así, incluso él también lo pregonaba antes de conocer a la mujer que lo enamoraría por completo...

Al llegar al Palacio de la segunda familia del Clan fueron recibidos por el sirviente y ubicados prácticamente en la cabecera de la mesa del gran banquete, las cinco familias más importantes estaban presentes e inevitablemente Hazar era el centro de atención. A pesar de ser el líder tomaba decisiones a la distancia y rara vez hacía presencia en eventos públicos a diferencia de su madre que era toda figura pública engalanando las reuniones con su soberbia presencia. 
El Diablo robaba los suspiros y miradas indiscretas de las doncellas presentes pero pronto Berlinna marcó territorio frente a ellas tomando, con prepotencia, asiento al lado de Hazar, haciendo saber que Dafné tenía favoritismo por ella.

La joven en cuestión era una hermosa vampiresa, de lacio cabello negro y ojos rojos como la sangre, que andaba tras los pasos de Hazar desde la adolescencia, siendo ignorada completamente por este ya que sus personalidades chocaban desde el inicio, el Diablo no tenía el más mínimo interés en ella y eso era algo que Berlinna no podía soportar.

Durante la cena Hazar se mantuvo ausente y poco participativo de la misma, pero eso era algo que a su madre no le preocupaba, ella sabía como lidiar con ello llamando la atención. En lo único que el joven pensaba era en Anna, cada minuto que pasaba era una eternidad, no quería ni imaginar que podía estar sintiendo ella, estaba molesto, frustrado, así que para hacer más leve el momento se concentró en beber.
Al terminar la cena, la reunión se dispersó en diferentes puntos del Palacio, Hazar decidió tomar distancia y se marchó al balcón a beber solo, esperando a que su madre sintiese deseos de irse, pero allí fue interrumpido en sus pensamientos nuevamente por la presencia de Berlinna.

- Señor Hazar, ¿Está aburrido? - preguntó ella con cierta burla apoyándose en el barandal a su lado.

Él dejó ver una mueca de sonrisa - ¿Tú llamándome Señor? Eso sí que es hipócrita, seguro debes odiarme desde la última vez que te rechacé... ¿Qué pretendes?

- Por favor Señor Hazar, dejemos los malentendidos atrás, estamos en público...- continuó burlona.

- ¿Malos entendidos? Tú no me gustas, entiéndelo de una vez, no quiero nada contigo.

- ¿Y cree que yo estoy enamorada de usted? Ja, Ja, sólo es un excelente partido para mí. ¿Quién rechazaría ser la esposa de un Príncipe del infierno y líder del Clan Vampiro? Además... - dijo deslizando sus dedos por el pecho del Diablo - siempre me pareció un hombre atractivo, dicen que es todo un semental. No siempre se tiene la oportunidad de obtener una buena posición y a un buen amante al mismo tiempo ¿Verdad?

Él tomó su mano y la apartó - Pues lo siento pero ni siquiera eso es recíproco, una mujer tan fría como tú no me excita... a mi me gustan suaves y cálidas - menospreció.

Ella mostró una sonrisa - ¿Suaves y cálidas? ¿Cómo qué? ¿Cómo las humanas?... 

Hazar frunció el ceño y ella continuó - No ponga esa cara, todo el mundo sabe que al orgulloso Príncipe Hazar le encanta mezclarse con el ganado... para ser honesta, al igual que a su espléndida madre, también me repugnan esas sucias mujeres, pero estoy dispuesta a soportarlo por un matrimonio con usted... - dijo y clavó sus ojos en la furiosa mirada de él - Míreme, sólo tiene que darme un hijo y después es libre de ir a jugar entre las vacas, todos ganamos, usted complace a su madre sin perder la libertad de obtener placer con ellas...

Él sonrió sarcástico - Tu falta de orgullo me da asco...

- Piense lo que quiera, sólo estoy cavando los cimientos para ser la orgullosa madre del próximo líder en el futuro... En el fondo sabe que la señora Dafné tiene razón, no hay nadie mejor que yo para darle un hijo que enaltesca el legado de su familia vampiro... - dijo com aires de triunfo.

- Si no fuese porque que estoy bebiendo no podría ni sostener esta conversación tan absurda.

- Por mi puede seguir bebiendo todo lo que quiera, tal vez así tenga suerte y termine en mi cama...

- Ja!, ni atándome a la cama ebrio conseguirás algo de mi... ya me cansé de escuchar tanta insolencia, me retiro.

- Adelante Señor Hazar, pero si cambia de opinión ya sabe donde encontrarme... Tenga cuidado de no dejar embarazada a ninguna humana por allí, o podría provocarle un terrible disgusto a su madre procreando un ser tan miserable como un Dhampir... Aunque usted sea el líder del Clan, un híbrido así no será aceptado por nuestra sociedad... - Hazar apretó los dientes y ella agregó - y más aún tenga cuidado de no enamorarse de una humana... ver a un imponente vampiro rogando el amor de un criatura tan inferior es un espectáculo grotesco...

- Adiós - dijo cortante y fue en búsqueda de su madre para finalmente retirarse dejando atrás aquel desagradable evento, pero al regresar a su Palacio notó que ya era la madrugada, seguramente Anna ni siquiera lo esperaba ya, debía estar durmiendo.

- Que maldita noche...- maldijo el Diablo resoplando en sillón ante la mirada de Thurksen.

El sirviente se acercó y le entregó el estuche - ¿Ocurre algo Señor? Sabe que sea lo que sea cuenta conmigo...

Él miró el estuche en sus manos y preguntó - ¿Tú qué crees que sucede Thurksen?...

- ¿Puedo ser directo?

- Por supuesto.

- ¿Usted se enamoró de una humana?...

Hazar dio un suspiro - Sí... ¿Lo puedes creer?... ¿Hay algo peor para un vampiro que enamorarse de una humana?... ¿Puedes hacer un análisis de mi situación?... ¿De lo imposible que es esto?...

- Si lo pregunta por sus padres usted ya sabe a que al Rey no le importa la procedencia de la mujer sino que le dé un hijo... El problema sería su madre, ya vio lo que ella piensa de los humanos...

- Sí, lo sé... ¿Crees que ella en algún momento lo podría aceptar?

- Para ser honesto Señor... yo creo que no... ella piensa mucho en usted y su futuro, es su orgullo, recuerde que todos descendientes de la primera línea de Ardat Lili han sido mujeres, usted es el primer hombre en nacer por ser hijo de su padre. Sólo quiere que su primer hijo sea como usted, un exitosos híbrido de Diablo y vampiro por ello la mujer debe ser de sangre noble para garantizarlo...

- Soy consciente de ello... pero...

- ¿Qué tan importante es lo que siente por esa joven humana?

- Ni siquiera puedo definirlo... me acerqué a ella hace meses sólo para poseerla y ahora no puedo soltarla... estoy loco por esa mujer... ¿Tú qué harías en mi lugar Thurksen?

- Yo no sé que haría en su lugar Señor, pero sea lo que sea que decida cuente conmigo... antes que a sus padres le soy fiel sólo a usted.

- Gracias Thurksen. Hoy era una noche especial para ella, me pidió expresamente ir porque quería celebrar un aniversario desde que somos pareja...

- ¿Pareja?... esa es una palabra con mucho peso viniendo de usted.

- Sí, ni siquiera yo me imaginaba diciendo algo así...

- ¿Puedo preguntar como es ella?

Hazar esbozó una sonrisa - Hermosa... pequeña, dulce, suave, cálida, inteligente, orgullosa y testaruda... - respondió y el sirviente se sorprendió al oírlo deshacerse en elogios por una mujer, el Diablo de verdad estaba interesado en ella así que ante ello Thurksen sólo pudo decir

- Señor, estoy sorprendido de su entusiasmo pero por eso mismo hay algo que debo advertirle... 

- ¿Qué es?

- Nunca pierda de vista que ella morirá mucho antes que usted, pues es humana...- Hazar enmudeció ante ello pero Thurksen insistió - Cuando llegue el momento de definir qué decisión tomará recuerde esto que le digo, en si vale la pena enfrentarse a todos por alguien que morirá mucho antes que usted y en sí será capaz de amarla aún cuando el cuerpo de esa joven se marchite...

Él quedó pensando un momento y se puso de pie - Lo tendré en cuenta Thurksen... - dijo y se retiró a su habitación. 

Se recostó en su cama tratando de descansar pero no podía sacarse de la mente a Anna, de lo que estaría sintiendo y en la palabras de su sirviente, aquello quedó dándo vueltas en su cabeza hasta que terminó por quedarse dormido.

A las horas despertó y se vio con el estuche aún en la mano, nuevamente el deseo de verla lo golpeó.

- Ah! ¡Maldita sea! Quiero ir con ella y es lo que haré - se dijo a sí mismo pues se detenía al pensar en lo molesta que Anna debía estar, pero se aseguraría de persuadirla con su seducción.

Así con la apenas claridad del cielo asomando en el mundo humano, fue directo hasta su hogar y abrió silenciosamente la puerta con el juego de llaves que la joven la había obsequiado.

Al entrar se topó con la mesa aún preparada para cena que no tuvieron, había un olor agradable en día aire, Hazar podía reconocerlo, era esa fragancia que ella siempre llevaba encima y que le encantaba. Subió lentamente las escaleras y la encontró en su habitación durmiendo, envuelta en frazadas y el velador encendido.

- Anna, despierta, preciosa...- le susurró Hazar arrodillado a su lado en la cama mientras acariciaba su mejilla.

-...¿Hazar?...- murmuró somnolienta.

- Así es, ya es de mañana.

- Anoche te esperé... 

- Lo sé, disculpame preciosa, me surgió un imprevisto y no pude venir. Pero hoy estoy aquí temprano para compartir contigo el día - sonrió.

- Está bien... pero hoy tengo un examen importante, no puedo faltar.

- Entiendo, igual te esperaré, vamos a desayunar juntos ¿Si?

- Está bien - aceptó - ahora sal de la habitación, tengo que cambiarme - dijo mientras se acurrucaba más en la frazada.

- ¿Por qué? ¿No puedes vestirte delante de mi?

- No... ahora no... - murmuró algo avergonzada.

- ¿Por qué? - insistió Hazar.

- Sólo sal de la habitación.

Al Diablo le pareció curiosa su actitud - ¿Qué estás escondiendo? 

- ¿Qué?

- Si quieres que salga de la habitación es porque no quieres que te vea por alguna razón... ¿Qué escondes?

- Na-Nada! - dijo y se abrazó más a la frazada.

- No me obligues a arrancarte esa frazada... - la amenazó con burla - vamos, muestrame.

La joven estaba algo sonrojada y con sus ojos apenados se sentó en la cama aun cubierta con la frazada para luego dejar ver sutilmente que traía puesta una sensual lencería negra.

Hazar sintió el corazón retumbar, era la primera vez que la veía con algo así - Anna... - murmuró - esto...

- Anoche te esperé, pero como no llegaste para la cena pensé que luego aparecerías para estar juntos... así que me puse esto para ti, pero me quedé dormida esperándote... - murmuró entre avergonzada y decepcionada.

- Te pido disculpas de nuevo preciosa... pero...- dijo mientras acercaba su mano para tocar la pierna de la joven - podemos hacerlo ahora mismo si quieres... - sugirió seductor ya entusiasmado.

- No, no quiero - declaró terminante Anna, se levantó de la cama, envuelta en la frazada para que Hazar no pudiese verla por completo, y salió de la habitación frunciendo un poco el ceño.

- Eh? - quedó impresionado el Diablo - ¡¿A dónde vas?!

- A darme un baño, ¡no puedo ir al hospital con este perfume encima! - dijo mientras cerraba la puerta del baño que estaba cerca de su habitación.

Hazar quedó impresionado con su actitud, sabía que Anna era una joven con carácter pero esa era la primera vez que la veía molesta de verdad, se acercó a la puerta del baño y continuó 

- ¿Es en serio Anna? ¡¿De verdad vas a tentarme con esa lencería y no vamos a hacer nada?! - preguntó.

- Yo no quería mostrartela, tú me obligaste - respondió ella desde el baño.

- ¿De verdad te irás y me dejarás así? ¿Acaso no soy lo más importante para ti?

- Nuestro día especial era ayer y lo sabías, si tu tuviste cosas importantes que hacer yo también tengo cosas que hacer hoy.

Él no salía de su asombro, por su orgullo le era inevitable molestarse porque ella estaba enojada, pero a su mente venía la parcial imagen de Anna con aquella ropa y otra vez la ansiedad despertaba en él.

- Esto es serio mujer, ¡¿Cómo te atreves a hacerle maldades a un Diablo?! ¡Eso es grave!

- ¡No se las hago a un Diablo, te las hago a ti porque te las mereces! - terminó por decir y Hazar pudo oír el ruido de ella entrando en el agua.

" No te imaginas lo que me costó tomar la decisión de comprar esa lencería, tuve que armarme de coraje para entrar a esa tienda y decirle a la vendedora lo que quería... ella sonreía divertida mientras me mostraba diversas piezas, una más atrevida que otra y yo estaba terriblemente apenada de sólo verlas, y para empeorar, al salir de la tienda me topé con Crihs, casi muero de la vergüenza de que pensara lo que había ido a hacer a esa tienda ja, ja... jamás me hubiese imaginado que querría comprar algo así, pero era por ti... tengo que admitir que cuando me vi con ellas puestas frente al espejo me sentí una mujer adulta de verdad... una mujer que estaba dispuesta a seducir al hombre que amaba..."

El Diablo sentía deseos de voltear la puerta y arrastrarla a la cama pero sabía que si lo hacía Anna jamás se lo perdonaría, era consciente de que la mejor forma de conseguir favores de ella era siendo caballeroso, así que reflexionó un momento, tomó la frazada que había quedado en el suelo frente a la puerta y la dobló para luego dejarla sobre el sillón.

Se quitó el sacó, arremangó los puños de su camisa y dio un pequeño suspiro antes de abrir amablemente la puerta del baño.

- ¡Ha-Hazar! ¡¿Qué haces?! - se sorprendió Anna ya en la tina.

- He venido a bañarte... - respondió mientras se arrodillaba al lado de la tina.

- ¡¿Qué?! P-Pero ya te dije que no quiero hacer nada... - dijo avergonzada.

- Ya lo sé, sólo voy a bañarte, prometo que no haré nada más.

- ¿Por qué?...

- Quiero compensarte por el desplante de ayer... ¿Me dejas?

Se sentía un poco ansioso, confundido consigo mismo por su extraña propuesta, pues era la primera vez que bañaría a una mujer, pero sabía que todo se debía a ella, Anna tenía el poder de hacerlo pensar y hacer cosas que jamás creyó posibles sólo para tenerla cerca.

La joven asintió tímida y él se dispuso a aquello.

" Tengo que admitir que estaba terriblemente molesta, no tenía dudas de que quizás tenías una buena excusa para darme pero aún así no podía evitar estarlo... quizás me vi un poco infantil pero fue lo que sentí en ese momento y cuando me hiciste ese ofrecimiento tan sensual no pude resistirme, siempre te veías tan atractivo en tu apariencia de Diablo, con esos ojos que me quemaban..."

**Escena extra en la versión sin censura **
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Al terminar la cubrió con una bata y la cargó en brazos hasta la habitación, ella estaba conmovida e impresionada por su apasionada caballerosidad, pero aquello no terminó ahí pues nuevamente la sorprendió cuando le propuso vestirla de pies a cabeza.

- Espérame aquí, no te muevas - dijo ya dejándola sentada en la cama, salió de la habitación y regresó con el juego de lencería que ella se había quitado en el baño.

- ¿Qué quieres hacer?... - preguntó la joven.

- Quiero que te lo pongas para mí...

- Pero ahora debo irme al hospital a realizar un examen...

- Lo sé, quiero que te lo pongas para disfrutarlo en cuanto regreses... déjame ser yo quien te lo coloque... - le pidió y ella aceptó.

**Escena extra en la versión sin censura **
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Booknet: https://booknet.com/book/273849

Sin siquiera proponerselo Hazar acababa de pasar por una de las experiencias más excitantes de toda su vida que era bañar y vestir a una hermosa mujer. Fue como si indirectamente le hubiese hecho el amor y ahora solo contaba los minutos para arrancar esa ropa que acababa de poner en ella. Pero aquello no acabó allí, pues luego de peinar su cabello le entregó el estuche con los aretes que tenía para ella.

- Hazar... son preciosos... - suspiró.

- Para que veas que de verdad quería venir ayer...

- Muchas gracias... - dijo y se los colocó - lamento no poder quedarme ahora...

- No te preocupes, te esperaré paciente así como tú me esperaste ayer... - dijo simulando estar tranquilo pero después de semejante experiencia su excitación estaba al límite mientras que Anna se veía completamente relajada. 

- ¿Cómo me quedan? - preguntó señalando los aretes.

- Perfectos...

- Tienes buen gusto - dijo risueña.

- Claro que lo tengo - respondió y la alzó en brazos - Por eso te escogí a ti, preciosa...

Ella le dio un suave beso en la mejilla - Te amo Hazar... - le susurró abrazada a su cuello, él no pudo responder claramente, sentía que si decía las palabras "Te amo" ya no habría vuelta atrás, y el peso de su linaje y expectativas sobre su figura lo empujaban a ser cauto, a no querer cruzar ese límite de entregarse por completo, así que sólo se limitó a abrazarla con fuerza ahogando sus sentimientos en su pecho...

"Yo, que no quería nada de la vida, de repente me convertí en un ser sumamente codiciosos por tu culpa... porque lo quería todo contigo..."


Continuará...



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En el texto hay: angel, amor, diablo

Editado: 18.01.2024

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