El Ángel que bailaba con el Diablo 2

Siry y Bastian: capítulo 8

- ¿Qué?... Hazar, ¿Qué es lo que pretendes?... - preguntó Dafné confundida.

- Nada, simplemente se quedará aquí hasta que alguien que realmente la esté buscando venga por ella - respondió serio.

- ¿Perdiste la cabeza? ¿Te das cuenta de que es la hija de tu hermano? ¿Necesitas que te recuerde qué pasó con él y por qué estás aquí sin poder salir?

- No necesitas recordarme nada, lo sé perfectamente.

- ¿Entonces por qué te expones de esta manera a que piensen mal de ti, hijo? - se preocupó Dafné.

- No hay nada que me importe menos en este momento que lo que piensen mi padre o hermanos, me da exactamente igual. Así que estará bajo mi cuidado hasta que vengan por ella como corresponde, sea quien sea... Lussía, lleva a Siry adentro - ordenó.

- Sí, amo - acató la sirvienta y cargó a la niña para llevarla dentro del Palacio.

- Hazar... ¿Por qué eres tan necio?... - insistió Dafné.

- Mejor di directamente a qué haz venido, madre. Déjame adivinar, de seguro Berlinna fue a llorarte ya ¿Verdad?

- ¿Y qué esperabas? Dice que la humillaste incluso con la sirvienta.

- ¿Pretendías otra cosa? La culpa es tuya por insistir en meter a esa desagradable mujer aquí dentro. No la soporto, la quiero fuera de mi vida.

- Al menos podrías haber sido un poco más amable para rechazarla.

Hazar esbozó una sonrisa burlona - ¿Más amable dices? Debería estar agradecida de que fui yo quien la encontró amenazando la integridad de la Princesa Diablo y no el mismísimo Rey del Infierno.

- ¿Qué? - se sorprendió ella.

- Lo que escuchas, la provocación de esa mujer ya no conoce límites y es sólo tu responsabilidad, madre, por fomentarle esa maldita obsesión con ser mi esposa.

- Sabes que lo único que me interesa de Berlinna es el hecho de que puede darte un buen hijo, nada más. De seguro ya te lo dijo ¿No es así? Se te acaba el tiempo, Hazar...

Él la observó con una mirada desafiante y Dafné continuó 

- El Clan está comenzando a dudar de tu compromiso por nuestro legado... si no contraes al menos matrimonio pronto con una vampiresa, provocarás que se cuestione tus deseos de perpetuar el poder, pensarán que te niegas a continuar con nuestro valioso linaje... Si eso sucede, las demás familias se complotarán para arrebatartelo, no puedes dejar que eso suceda, sabes perfectamente que si la segunda o tercera familia se hacen del control del Clan todo será un desastre, hijo. El orden de este Reino depende de tu mandato sobre el Clan vampiro y tu gobierno como Príncipe, lo ideal es que ambos coexistan...

El Diablo cruzó sus brazos y, de manera indiferente, respondió - ¿Y si no me interesa más el poder?

- Hazar... ¿Cómo puedes decir eso?... ¿Dónde quedó el Hazar ambicioso que crie?...

Él permaneció en silencio pero Dafné insistió 

- Nada te motiva, nada te emociona ni provoca... me duele verte así, hace años que dejaste de vivir, hijo... 

Hazar desvió un poco su mirada y murmuró - ¿Necesitas que te diga el porqué?...

Desde dentro del Palacio, Siry miraba preocupada por la ventana sin poder escuchar bien lo que decían, pero los gestos serios la hacían pensar que algo no estaba bien entre ellos.

- Lussía... ¿El tío Hazar y su mamá se están peleando por mi culpa?...

- No, princesa, le aseguro que no tiene que ver con usted...

- Pero ella se veía muy enojada porque yo estaba aquí...

- No es que usted le moleste, Princesa, es que ella sólo quiere evitarle problemas al amo... se preocupa mucho por él...

- Oh... Y si se preocupa por él ¿Por qué quiere casarlo con esa bruja mala?

- El mundo adulto es algo complicado, princesa... a veces las cosas no son tan fáciles... y es muy difícil cuando quieres ayudar a alguien pero no sabes como hacerlo... 

- ¿De verdad?...

- Así es... la señora Dafné ama mucho a su hijo, ella sufre porque sabe que el señor Hazar no es feliz... Pero tampoco puede ignorar todas las responsabilidades que le corresponden. Todo el tiempo está tratando de generar un equilibrio entre que él sea feliz pero que a su vez no falle como líder, aunque al amo parece que ya nada pudiese hacerlo siquiera sonreir...

- Oh...

- ¿Usted ya conocía a la señora Dafné?

- La he visto cuando voy a visitar a mi abuelo y abuela. Conozco a todas las esposas de mi abuelo, aunque no estoy segura de si puedo decirle también "abuela"...

En eso, la discusión entre madre e hijo se agravó.

- Maldigo el día en que consiste a esa mujer... Sabía que ella sería tu perdición... esa maldita humana arruinó todo tu futuro... por su culpa hace más de veinte años que tu vida se detuvo.

Hazar apretó los dientes y, preso de la rabia, respondió - ¡Basta!, es suficiente. Cada vez que vienes a reclamar terminas insultando la memoria de Anna. ¡Déjala en paz, déjame en paz! ¡Ella ya no está, se fue, la perdí! ¡Anna murió! Nunca más la podré tener, no regresará. Deberías estar feliz, es lo que querías.

- ¿Cómo esperas que esté feliz viéndote así?. Quiero volver a ver a ese Hazar que crie para ser un hombre hambriento de gloria, un vampiro orgulloso, ambicioso.

- Lo siento, madre, pero ese Hazar, para bien o para mal, se fue junto con la mujer que amó... y esto es lo que soy ahora. Espero algún día lo puedas aceptar. Si quiero casarme lo haré, si quiero seguir solo también lo haré. Pero todo lo que haga en mi vida será mi decisión.

- Hazar... estás dejando pasar los mejores años de tu vida... Date la oportunidad de continuar, de retomar tu vida...

- Si no tienes otra cosa que decir, estás perdiendo tu tiempo aquí... - dijo y se dio la media vuelta.

- ¿Ahora también me echas a mi de tu Palacio?

- No me malinterpretes, madre, siempre serás bienvenida aquí, eres quien me dio la vida, y te amo por eso. Pero no insistas en interferir en mi futuro, no me empujes a odiarte... - dijo por último y entró en el Palacio, dejando a Dafné con las palabras en la garganta.

- Tío Hazar... - murmuró la pequeña al verlo subir las escaleras con un claro gesto de frustración en su rostro.

Nuevamente se asomó por la ventana y vio que la mujer había tomado asiento en el juego de sillas del jardín, aunque también se la veía profundamente triste a pesar de nunca perderme ese aire elegante que la caracterizaba. 

Lussía se fue por un momento a la cocina y Siry aprovechó para acercarse a la vampiresa, aunque nunca antes había hablado directamente con ella, para la niña, Dafné también formaba parte de su familia.

Se quitó la rosa del cabello y se la ofreció gentilmente a la mujer mientras le tomaba suavemente la tela del vestido para llamar su atención. Dafné levantó la vista y se topó con la imagen de Siry ofreciéndole la rosa.

- Tome, señora Dafné, sonría por favor...

La vampiresa se sorprendió por el gesto dulce de la niña y, tímidamente, la recibió en sus manos - Gracias, pequeña, pero lo siento, ninguna madre puede sonreír de verdad si sabe que su hijo no es feliz...

- ¿Está preocupada de que mi papá se enoje más con el tío Hazar porque yo estoy aquí?

- ¿Eh? ¿Qué es lo que sabes al respecto?

- Mi papá sólo me había dicho que estaba muy molesto con él, pero el tío Hazar me lo dijo todo.

- ¿Todo? ¿Qué fue lo que te dijo?

- Que se pelearon porque a los dos les gustaba mi mamá.

Dafné dio un profundo suspiro - No puedo creer que se haya atrevido a decirte algo así, definitivamente perdió la cabeza.

- Lo siento, no quiero que el tío Hazar tenga problemas por mi culpa... yo sólo quería conocerlo, por eso le pedí a piedra azul que me trajese aquí.

- ¿Tú? ¿Aún sabiendo que tu padre está enojado con él querías conocerlo?

- Sí.

- ¿Por qué? 

- Porque mi mamá no está enojada con él... entonces quería saber la verdad. 

- ¿En serio... ella no está enojada con él?

Siry asintió con su cabeza 

- Nunca lo hubiese imaginado... y ¿Qué piensas de él ahora que lo conoces?

- Que es un poco gruñón, pero es así porque está triste, porque perdió a su novia... el la amaba mucho de verdad, señora Dafné.

La vampiresa la observó con un gesto triste - Lo sé... por eso no quería que se fijara en una humana... porque mueren muy pronto. En ese sentido los humanos son muy crueles, porque hacen que los amen sin importar el sufrimiento que dejan en el otro cuando se van... y tu padre pasará por lo mismo algún día, ahora que tu madre es humana.

- Lo sé.

- Seguramente Hazar pensó que lo decía por orgullo, por codicia, pero sólo lo dije por él, quería evitar lo que finalmente sucedió... Tanto los diablos como los vampiros, cuando amamos, lo hacemos con todo el corazón, por eso, entregarse de esa forma a un humano es una condena a sufrir... lo mejor era que se interesara en alguien que viviese el mismo tiempo que él.

- Ya veo... pero entonces ¿Por qué no dejas que él elija a su novia?

- ¿Qué?

- Sí, si él la elige estará feliz. Papá y mamá nos enseñan a mi hermano y a mi a vivir en ambos mundos para que cuando seamos grandes elijamos dónde vivir y que nos haga feliz de verdad. Mamá no puede venir al infierno, pero dice que si nos enamoramos de otros demonios y queremos quedarnos aquí ella lo aceptará, pues cuando alguien te ama de verdad siempre lo hará elijas lo que elijas... y mi mamá nos ama de verdad.

La vampiresa se sorprendió por la simpleza pero dulzura de sus palabras, la pequeña clavó sus enormes ojos en ella una vez más y preguntó.

- ¿Usted ama al tío Hazar?

- Sí, claro que lo amo.

- ¿Y lo querría aunque él se case con otra chica que no sea la bru-, digo, que no sea Berlinna?

Ella esbozó una tímida sonrisa - Sí, lo seguiría queriendo.

- Entonces dígaselo, porque creo que el tío Hazar necesita que le digan que lo quieren aunque cometa errores... ya pasó mucho tiempo solo y triste...

Dafné apenas podía contener las lágrimas, toda esa angustia que llevaba reprimida durante años por el sufrimiento de su hijo estaba a punto de salir sin que pudiese controlarla. Siry pudo ver en ella la misma expresión de Hazar cuando hablaba de Anna, y eso la llevó a preguntar 

- ¿A usted también le gustaría un abrazo?

La mujer se sorprendió, pero honesta respondió - Sí... me gustaría mucho - y la pequeña se acercó más hasta darle un sentido abrazo que terminó por empujar algunas lágrimas en la vampiresa. 

Al separarse, Siry preguntó - ¿Se siente mejor?

- Sí... 

La niña la observó un momento en detenimiento - Es usted muy bonita, se parece mucho al tío Hazar, así como mi abuela Naobi se parece a mi papá.

- Gracias.

- ¿Usted también es mi abuela? - indagó, curiosa.

- ¿Eh?

- Lo digo porque también es esposa de mi abuelo ¿Verdad?

Dafné esbozó una sonrisa - Tienes razón, supongo que también soy tu abuela, aunque puedes llamarme sólo Dafné.

- Oh, entiendo. ¿Quieres postre, Dafné? Puedo pedirle a Lussía que traiga uno para ti.

- ¿Lo compartirías conmigo?.

- Sí, aunque el tío Hazar me dijo que haga lo que quiera no debería comer más postre, no está bien, pero igual me quedaría contigo para que no comas sola - sonrió.

Dafné le devolvió la sonrisa y, mientras acariciaba su cabeza, dijo - Eres adorable... ahora entiendo porque Hazar quiere tener aquí el mayor tiempo que pueda... - comentó y la niña llamó a Lussía para que le trajese el platillo a Dafné, ella amablemente obedeció.

Así, de forma inesperada, la orgullosa vampiresa se encontró compartiendo tiempo con la pequeña princesa Diablo, aquella a la que, hasta ese momento, había evitado conocer en profundidad y que con su ternura se había ganado un lugar en su estricto corazón.

Mientras tanto, en el Reino de la Gula...

El enfrentamiento entre los Diablos y la temible criatura continuaba, pero con aquel perturbador hallazgo, las intenciones en el corazón de Bastian habían cambiado. De haber alguien dentro de la bestia tenía que salvarla.

- Kalir, ¿Qué vamos a hacer? - preguntó el pequeño mientras corría a la par de Kalir, esquivando los ataques de su enemigo.

- ¿Cómo que qué vamos a hacer? Vamos a provocar un momento de distracción en ese maldito animal y nos iremos todos de aquí. Si seguimos insitando más enfrentamiento todo este lugar colapsará y nos aplastará.

- Pero ¿Y la voz que escuchamos? Si hay alguien dentro de ella debemos sacarla.

- ¿Eh? ¿Y si es una maldita trampa? ¿No pensaste que puede ser sólo una ilusión?

- ¿Y si no lo es? - re truco el pequeño.

Kalir soltó un suspiro ante su insistencia - Ash, espero no arrepentirme de esto, enano. ¿Quieres ser un héroe? Bien, te ayudaré.

- ¿Qué hacemos?

- Debemos matarla, es lo obvio, le atravesaré el corazón. Es la única manera de matar a un demonio de forma definitiva - dijo tomando un poco de distancia - Escucha, niño, distráela, yo la sorprenderé por debajo y la atacaré.

- De acuerdo.

- ¿Listo? No me falles, enano, resiste.

- Sí - respondió lleno de confianza y se pusieron en marcha para llegar a cabo el plan. 

Bastian fue directamente a enfrentarla, ajustando su agilidad, esquibava sus zarpazos mientras llamaba su atención con aquel brillante medallón - ¿Quieres esto? - provocaba, enseñando la joya en su cuello.

La bestia respondía mediante gruñidos y, mientras Ananya y Rustem comenzaban a acabar con los demonios menores, Kalir se dispuso a acercarse a ella a toda velocidad. Dio un enorme salto impulsandose con sus piernas y clavó exitosa y profundamente sus garras en el lado izquierdo de la criatura esperando perforar su corazón, pero enorme fue su sorpresa cuando notó que aquel sector estaba vacío. 

- No puede ser... - murmuró y sin perder tiempo clavó su otra mano en el lado derecho repitiendo la acción, buscando su corazón, y el impacto nuevamente lo golpeó, tampoco estaba allí - ¡Está cosa no tiene corazón! - gritó en forma de advertencia para los demás. Retrajo sus manos para salir de allí, pero antes de que terminase de descender, la bestia lo sorprendió con un poderoso golpe de su enorme mano, provocando que Kalir saliese despedido por el aire y diese de espalda contra la pared de roca.

- ¡Kalir! - exclamó sorprendido Bastian, pretendía ir a ayudarlo pero, en una veloz maniobra, la criatura también lo elevó en el aire con un movimiento de sus garras y lo dejó caer directamente dentro de su boca. Se tragó al niño y cerró su mandíbula con fuerza.

Por un segundo todo pareció congelarse, Kalir percibió un frío correr por su espalda mientras se ponía de pie nuevamente, Ananya enmudeció y Rustem se sintió al borde del desmayo.

- ¡BASTIAN! - gritó desesperado el Príncipe de la Envidia, mientras la criatura murmuraba triunfante

- Ahora el medallón... se quedará para siempre conmigo... 

Rustem se acercó veloz a Kalir - ¡Kalir! ¡¿Qué rayos esperas?! ¡Corta a esa maldita bestia y saca a Bastian de allí! - le exigió.

- S-Sí. 

- Esperen - intervino Ananya - Rustem, esto no es como sacar un objeto de un animal cualquiera, esa cosa no se muere, si Kalir le corta el estómago de forma imprecisa puede partir a Bastian a la mitad.

- ¡¿Y qué se supone que vamos a hacer?! ¡¿Es todo?! ¡¿Lo vamos a dejar allí para que muera?!

- ¡No! - exclamó Kalir - la partiré en mil pedazos hasta dejar sólo su estómago - declaró decidido, pero cuando se disponía a hacerlo, la bestia comenzó a sacudir su cabeza de forma errática.

- No... - murmuraba mientras se retorcía y algo parecía punzar su estómago - regre...salo... - continuó.

Los demás demonios se detuvieron y cayeron cual marionetas al suelo

- ¿Qué... está pasando?... - preguntó desconcertado Kalir y todos presenciaron el momento en que Bastian abrió desde el interior el abdomen de la criatura atravesandola con su puño derecho hasta rasgarlo con sus pequeñas pero poderosas garras, mientras mantenía su puño izquierdo cerrado.

- ¡Bastian! - suspiró Rustem y lo tomó velozmente para poner a salvo al niño que se veía visiblemente agotado, cubierto de la azulada sangre de la bestia.

- Regre...samelo... niño... - murmuró - ¡REGRESAMELO! - se escuchó por último mientras su gruesa piel parecía caerse en pedazos.

- Está... muriendo - comentó Kalir mientras todos miraban como la bestia se deshacía delante de sus ojos hasta quedar enormes fragmentos de carne y huesos de fétido olor, como si estuviesen podridos.

- Pero... ¿Qué rayos fue lo que pasó?... - preguntó en voz alta Rustem.

- Esto pasó... tío Rustem - respondió el niño en sus brazos y enseñó que en su mano izquierda guardaba celosamente un objeto, era una hermosa perla totalmente plateada.

- ¿Qué es eso? ¿Una perla? ¿De dónde la sacaste Bastian? - continuó Ananya.

- Estaba en el estómago de esa bestia - respondió más recuperado - de aquí provenía la voz que nos llamaba.

- ¡¿Qué?! - se sorprendieron todos.

- Cuando estaba allí dentro, su voz me guió, me pidió que la tomase y saliese afuera de la criatura, sólo así Cécali podría morir...

- ¿Cécali? ¿Ese era el nombre de esa bestia? - preguntó Kalir.

- ¡No puede ser! - exclamó Ananya - Si esa bestia era Cécali, entonces lo que tienes ahí ¡Es el corazón de la sirena de Plata! - dijo emocionada señalando la perla - ¡De prisa! ¡Hay que llevárselo a Firinea! - insistió ante la mirada confundida de los tres diablos.

- No sé de qué estás hablando pero salgamos de aqu- intentó decir Rustem y sintió como Kalir le arrebata de los brazos al pequeño Diablo.

- Maldito enano, casi me matas del susto - dijo y lo alzó un poco en el aire - ¿No estás herido? - lo observó preocupado. 

- No, estoy bien. ¿Cómo lo hice, Kalir? ¿Lo viste? ¡La vencí! - exclamó orgulloso.

- ¡Sí! Ja, ja! Lo hiciste excelente. Te lo dije, te convertiré en el mejor guerrero - Lo felicitó ya cepillando su cabeza.

- Olvídalo - se lo quitó Rustem - desde ahora manten distancia de él. Eres un maldito demente, ¿Qué no te das cuenta que casi se muere?

- Oye, es parte de ser un guerrero del Infierno, un Príncipe Diablo. Cuando sea un adulto tendrá que enfrentar miles de situaciones así y lo sabes. No entiendo su empecinamiento en querer evitar que se inicie como lo que es, un Diablo.

- Eso es decisión de su padre, ¿Qué acaso olvidas que Noré no podía controlar el poder de Cancerberos cuando era un niño? Él teme que Bastian pase por lo mismo, que pierda el control, por eso aun no lo expone a estas cosas.

- No subestimes al enano, él puede superar con seguridad a su padre. Te lo aseguro, dominará el poder de Cancerberos y será superior a Noré.

- Eso no lo decides tú - continuaron disputandose al pequeño hasta que Ananya intervino y lo tomó en brazos.

- Caballeros, mejor dejen su pelea para otro momento, salgamos de este espantoso lugar, ya no soporto el olor de esa cosa - dijo señalando el cadáver de la bestia - los veo afuera - terminó y levantó vuelo con el pequeño encima.

Rustem siguió tras ella y en eso Kalir exclamó - ¡Oye! , ¿No me vas a ayudar a salir de aquí? - le preguntó.

Él lo observó desde lo alto y respondió - Por mi puedes quedarte aquí abajo. Arreglatelas solo.

- ¿Eh?

- ¿Qué pasa Kalir? No me digas que te pesa la edad... - se burló ya saliendo del hoyo dejando a su hermano atrás.

- ¡Maldito mocoso imbécil! - se quejó mientras escalaba la pared - ¡Cuando salga de aquí te desplumaré! - amenazó.

Así lentamente iniciaba el segundo día de estadía de los niños en el Infierno y, aunque Rustem ya podía respirar aliviado por tener al pequeño a salvo, Vittorio aún continuaba su búsqueda desesperada de Siry.

Había pasado toda la noche buscando información e inspeccionando el Reino de la Ira con ayuda del sirviente de Noré, Garono.

- Maldición... ya hemos revisado cada lugar y no tenemos nada, Garono, se nos acaban las opciones... - comentó Vittorio ya preparándose para salir del Palacio.

- ¿Y qué es lo que piensa Señor Vittorio?

- En mi cabeza sólo queda una opción... 

- No me diga que...

- Sí, si es lo que creo no sé con qué me encontraré al llegar... - comentó tocando la empuñadura de su espada - Debo ir preparado para todo, incluso, si es necesario, llamar a Noré...


Continuará...



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En el texto hay: angel, amor, diablo

Editado: 18.01.2024

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