El Ángel que bailaba con el Diablo 2

Siry y Bastian: capítulo 10

Siry lentamente abrió los ojos - Tío Hazar... - murmuró levantando la vista, pero al notar la expresión de enojo en el rostro de él volteó a ver en su dirección - ¡Tío Vittorio! - se sorprendió. Aunque aquella emoción duró poco al ver la posición amenazante del Diablo con su espada - ¿Qué pasa?... ¿Se están peleando?... - preguntó preocupada.

- Sir-

- ¡No! - exclamó y se abrazó con fuerza al cuello de Hazar - No quiero que le hagan daño al tío Hazar. Él no ha hecho nada malo... sólo me cuidó... - dijo entre lágrimas.

- Oye, tranquila, no llores - la consoló Hazar.

- Es que no quiero que tengas problemas por mi culpa... - sollozó.

Vittorio, al oír su llanto, depuso su actitud y guardó su espada - Tranquila Siry, no haré nada. Pero he venido por ti - comentó ya acercándose - te he estado buscando desde ayer...

- ¿Mis papás ya lo saben?...

- No, ni tus padres , ni el nuestro saben que te perdiste. De lo contrario este lugar estaría de cabeza.

- Pues es lo que debieron haber hecho desde un principio - reclamó Hazar - Sino hubiese sido que la encontré por casualidad en las calles los demonios que enfrentaste afuera la habrían devorado. Me sorprende de ti, Vittorio, fuiste muy negligente sabiendo que el olor humano de ella la pondría en peligro. Puedo esperarlo de Rustem, es joven e inexperto, pero de ti no.

Vittorio disimuló su sorpresa ante aquel reproche serio de él, pero no evitó responder - En eso te doy la razón, subestimé la situación, nunca imaginé que pudiese acabar en un Reino tan peligroso como lo es el tuyo para un humano... pero eso no quita que debo llevarmela.

- No estoy tan seguro de que ella esté bien con ustedes - desafió.

- No sé a donde pretendes llegar pero detente, Siry debe volver con su familia - endureció de nuevo su gesto.

- Está bien, no se peleen... - intervino Siry - ¿No podemos quedarnos un poco más?...

- Tu padre sólo le dio permiso por dos días a Rustem para traerlos aquí, ya encontró a Bastian, y estamos en el inicio del segundo día. Lo mejor sería que regreses conmigo cuanto antes...

Una tensa calma se sentía en el ambiente hasta ese momento y, en eso, Lussía inesperadamente intervino - Di-Disculpe, la princesa aún no ha desayunado... - dijo nerviosa, pues nunca antes había visto a Vittorio y no sabía como dirigirse a él.

Pero Thurksen acompañó su sugerencia - Es verdad, Señor Vittorio, la princesa aún no desayunó, como nuestra invitada no sería apropiado dejarla ir con el estómago vacío. Si gusta también puede acompañarnos, estoy seguro que el Señor Hazar no tendrá problema en ello. Usted debe de estar cansado por estarla buscando... - continuó él esperando ver aceptada su propuesta.

- Por favor tío Vittorio, quedemosnos un poco más... - insistió la pequeña.

Vittorio soltó un suspiro - Está bien - aceptó - Si tú no tienes problema entonces nos quedaremos a desayunar - se dirigió a su hermano.

- No tengo objeción - soltó con cierta burla - vamos - continuó, bajó a Siry y esta se fue, alegre, detrás de los sirvientes.

Thurksen y Lussía prepararon todo y, mientras la pequeña desayunaba a gusto con la joven sirvienta en el jardín, en una mesa cerca a los ventanales, estaban Vittorio y Hazar observándola desde la sala.

- Debo admitir que me sorprende que hayas tratado bien a Siry, al pensar que tú podrías tenerla me preocupé al no saber como podría ser tu reacción con ella... - soltó Vittorio dándole un sorbo a su café.

- ¿Crees que soy capaz de tratar mal a una niña? ¿Acaso no me conoces?

- Claro que no te conozco, es difícil entender a alguien que no se deja conocer ¿Verdad? - dijo sarcástico y Hazar enmudeció ante ello - Eres muy pretencioso al querer que los demás te entiendan cuando ni siquiera eres sincero contigo mismo.

- Había olvidado lo molesto que pueden ser tus análisis psicológicos.

- Tú sabrás porqué que te molestan, tal vez porque te tocan de verdad. De todos modos te agradezco por haber cuidado de Siry.

- No tienes que agradecerme, lo hice porque así lo sentí, sólo por ella, por nadie más.

- Como sea, un gracias es un gracias. Si tu orgullo te permite aceptarlo, tómalo.

- Vaya, no soy el único que se a vuelto gruñón parece. ¿Tú también me odias como el perro?

- ¿Odiar? - preguntó dejando su taza en la mesa - No, yo no te odio, sólo no comparto la manera en que haces las cosas. 

- ¿De qué hablas?

- Tu prepotencia para arrebatarle lo que quieras a los demás, tu egoísmo priorizando sólo lo que tú quieres. 

- ¿Y es por eso que no viniste a verme en estos ocho años? Descartando al perro, eres el único que no me visitó en este tiempo.

- Quería darte espacio para reflexionar.

- ¿Ocho años no te parece suficiente tiempo para reflexionar?

- No lo sé, tú dímelo. ¿Algo cambió en ti? ¿Desististe de tu deseo?...

Hazar no pudo responder ante ello y Vittorio continuó

- Seamos honestos, ocho años es poco tiempo en la vida de un Diablo.

- ¿Y cien años te sigue pareciendo poco?

- Que yo sepa Loxur dijo que tu castigo duraría hasta que reflexionases sobre tus acciones desmedidas ó, de no ser así, hasta que Anaciel muera para que no puedas ir tras ella. Yo no sé qué pasa por tu cabeza pero en lo que a mi respecta no voy a alentar tus locas ideas viniendote a visitar como si nada hubiese sucedido.

- Lo sabía, siempre estuviste del lado del perro.

- Estás equivocado, tus celos hacia Noré te ciegan. Sabes que tengo criterio propio y que los lazos familiares no me condicionan, si algo no me parece apropiado tendré mi postura. Así que no lo hago ni por ti, ni por Noré, lo hago por Anaciel. Ella merece ser feliz el poco tiempo que tiene al lado de sus hijos y del hombre que eligió...
Sí sabes que quedó como una humana ¿Verdad? Perdió sus alas.

- Sí... lo sé.

- A diferencia de mí, Noré si tiene motivos para no querer verte, casi matas a la mujer que ama. ¿Eres consciente de ello? Si me pongo en su lugar estaría igual. ¿Tú lo haz intentado?

- ¿Qué?

- Ponerte en su lugar.

- ¿Y quien se pone en el mío?

Vittorio cruzó sus brazos y respondió - ¿Quien es el que se autocompadece ahora?

- ¿Qué?

- Noré se está esforzando para terminar de aceptar que Anaciel vivirá muy poco a su lado. En cambio tú originaste todo este conflicto porque no pudiste aceptar las cosas como son, hacerte cargo de tus errores ¿Verdad?

Hazar sólo lo observó en silencio y él continuó 

- Ahora que yo también estoy casado con una humana, y esperamos nuestro primer hijo, puedo entender lo que pasa por la mente de Noré, los miedos, las inseguridades... Aunque seguramente sabes de lo que te hablo.

- Así que tú también te casaste con una humana... pese a saber todo lo que implica ¿Por qué?

- ¿Por qué? Sólo digamos que uno no elige de quien enamorarse ¿No es así?...

- Lo único que puedo decir es que Anaciel estaba destinada para mi - insistió.

- ¿Destinada? - preguntó dándole un último sorbo a su café - Sólo para que lo tengas en cuenta... Tú idea era convertir a Anaciel en un demonio para poder tenerla aquí ¿Verdad?

- Sí.

- Pero ella no resistió la maldición que le diste y, si no fuese porque Noré aceptó dar la mitad de su vida por ella, habría muerto. En otras palabras, si hubiese dependido de ti, Anaciel sería ahora un alma en tus brazos.

- ¿A dónde quieres llegar?

- A que si Noré no hubiese hecho lo que hizo, esa hermosa criatura que ves allí, no existiría... - dijo señalando a la niña a través de la ventana - Ya que Siry es producto de último rastro de divinidad en Anaciel.

Hazar desvió su mirada hacia la pequeña y respondió - ¿Así que ese es el secreto de Siry? ¿Es una niña porque Anaciel fue un Ángel?

- Es la teoría que tenemos con Loxur. Que, debido a que algo de divinidad quedó en ella, pudo romper la maldición de la descendencia masculina, en el caso de Noré, teniendo a Siry...

- Ya veo...

- Siry es lo más cercano a un Ángel que podemos tener nosotros como Diablos, ya que tiene el mismo carácter de su madre... 

- Lo sé, puedo verlo...

- Entonces, lo demás depende de ti, reflexionar respecto a qué fue mejor, si que "tú ganaras" o que "Noré ganara"...

- Ya entendí... no necesitas decir más nada... 

- ¡Mira tío Vittorio! - exclamó Siry entrando a la sala con una rosa blanca en su mano derecha - Ya puedo hacer lo que me enseñaste - dijo y tocando la flor con su dedo índice izquierdo fue cambiando su color con magia pasando de blanco a azul, rojo, violeta, rosa, negro y nuevamente a blanco - ¿Lo ves? 

- Excelente, lo estás dominando muy bien... - la felicitó y de repente aquella pequeña rosa se multiplicó por veinte pero todas de diverso color, desbordando así de sus pequeñas manos.

- Oh, no. Lo hice otra vez... - se reprochó ella.

- ¿Qué fue eso? - preguntó sorprendido Hazar.

- ¿Cruzaste los hechizos en tu mente otra vez? - preguntó paciente Vittorio.

- Sí... me distraje.

- ¿Cruzar los hechizos? - insistió Hazar.

- Siry posee una magia algo inestable. Cuando está recitando un hechizo mentalmente, pero al mismo tiempo piensa en otro, corre el riesgo de generar ambos conjuros al mismo tiempo. - explicó.

- ¿Invocación múltiple? Pero eso es una habilidad asombrosa.

- Sí, aunque también peligrosa, pues cuando está cerca de objetos mágicos puede realizar invocaciones involuntarias.

- Ya veo, así que fuese de ese modo lo que sucedió con la piedra. ¿Tú le enseñas magia?

- Sí, el tío Vittorio es genial - respondió ella y Vittorio acarició su cabeza.

Hazar desvió su mirada, algo celoso, Y murmuró - No es para tanto.

- Ya es hora de irnos Siry, se nos acaba el tiempo... 

- Oh... ¿Ya?...

- Sí, de lo contrario Rustem tendrá problemas.

- Entiendo pero... el tío Hazar se va a quedar aquí solo... - comentó con una expresión triste.

Hazar se levantó de su silla y se acercó para luego incarse frente a ella. Lussía ingresó desde el jardín y se paró junto a Thurksen a corta distancia de los Diablos.

- Oye, no estés triste, no estoy solo realmente. ¿Lo ves? - dijo señalando a sus sirvientes - ellos están aquí conmigo, además ya hice las paces con mi madre así que supongo que vendrá más amistosa la próxima vez - soltó algo burlón.

- Pero... te voy a extrañar... - dijo entre sollozos.

Hazar se esforzó para no demostrar su debilidad, sentía deseos de abrazarla y hacer que se quedase un buen tiempo con él. Pero aquello no era algo lógico de hacer así que sólo se limitó a tratar de consolarla.

- Escucha, Siry, sé que hay algo de este lugar que te gustó mucho... ¿Te gustaría llevártelo?... - propuso.

- ¿De verdad? - se impresionó - Estás hablando de...

El Diablo chasqueó los dedos e hizo aparecer en su mano la preciada caja musical - Sí...

- Pero... es muy importante para ti...

- Por eso... si prometes cuidarla puedes llevártela...

- ¡Sí! ¡Te lo prometo! La cuidaré muchísimo... - respondió conmovida por el valioso obsequio.

Siry dejó la caja sobre la mesa y se abrazó con fuerza al cuello de Hazar, igual que el primer abrazo que le dio para consolarlo. Él decidió olvidar su orgullo frente a su hermano y no evitó mostrar sus verdaderos sentimientos correspondiendo aquel dulce gesto envolviéndola con sus fuertes brazos.

- Cuídate Siry... - soltó en un murmullo.

Ella se separó para mirarlo a los ojos - ¿Te veré de nuevo?... - preguntó tocando su rostro.

Hazar retuvo esa caricia tratando de grabar por un instante el calor de esa mano pequeña y respondió - No lo sé... Pero si tiene que ser, será...

- Tío Hazar...

Él apretó los dientes y se forzó a decir - Llévatela Vittorio, antes de que cometa una estupidez... - confesó.

Siry tomó la caja y Vittorio la cargó en sus brazos - Tengo que felicitarte, estás haciendo lo correcto, Hazar...

Él no dijo nada y su hermano se acercó a los sirvientes para que la niña puediese despedirse - Adiós Lussía... espero volver a verte... pero sino, cuida mucho al tío Hazar y no dejes que esa bruja de Berlinna lo moleste.

Ella sonrió divertida - Cuente con ello princesa. Ha sido un placer atenderla... - dijo con una leve reverencia.

- Adiós Thurksen, ojalá pueda volver a comer ese postre que haces.

- Cuando usted lo desee princesa - respondió iniclinándose un poco en señal de respeto, pero la pequeña aprovechó para susurrarle al oído

- Y dile a tío Hazar que Lussía podría ser una buena novia para él...

- Te escuché - respondió el Diablo acercándose.

Pero ella insistió - No es un secreto, yo ya te lo dije a ti también - sonrió traviesa.

- Bueno, vamos... adiós - dijo Vittorio encarando la puerta con Siry a cuestas.

- Vittorio - lo nombró su hermano y este volteó - Felicitaciones... por tu matrimonio y por tu hijo... 

Él dejó ver una tímida sonrisa al notar la sinceridad en sus palabras - Gracias... lo estás haciendo bien, Hazar... - dijo refiriéndose a su madurez.

Vittorio continuó su camino a la salida y Siry volteó a ver a Hazar una vez más, regalándole una ultima sonrisa que el Diablo correspondió con una propia, esforzándose para no mostrarse afligido por la despedida.

Una vez que la puerta se cerró tras ellos, un silencio sepulcral cubrió el Palacio. Thurksen y Lussía quedaron viendo la espalda del Diablo cuya mirada no se desviaba de la puerta.

- Thurksen, ¿Tú que piensas?... ¿Debí haber impedido que se la llevara?... después de todo ¿Qué más da que sigan pensando mal de mi? - preguntó.

- Señor, pienso que hizo lo correcto. La princesa lo quiere pero también quiere al resto de su familia y, más que nada, a sus padres. No creo que se hubiese sentido feliz encerrada aquí...

Él soltó un suspiro - Lo sé, pero también sé que es posible que sea la única vez que la veré... al menos, hasta dentro de muchos años... 

- Pero eso puede ser algo bueno.

- ¿Por qué?

- Porque el cariño que crece en libertad es mucho más fuerte que aquel que está forzado a permanecer... no hay sentimiento más fuerte que el anhelo de volver a ver a alguien que quieres, eso usted lo sabe bien... Cada instante con esa persona se recuerda y se atesora, el tiempo lo vuelve aún más valioso...

Hazar quedó un momento en silencio y luego comentó - Tienes razón... nuevamente alguien apareció en mi vida para acariciar mi corazón egoísta... Pero esta vez me aseguraré de proteger este vínculo... - comentó mientras se acercaba para tomar nuevamente su violín.

"- Lo siento, Anna...-" dijo en su mente "- Luego de conocer a esa niña no puedo desear que no hubiese nacido... así que ahora no soy capaz de decir que te tendría a cualquier precio... por eso... quiero dejarte ir de a poco... Pero puedes estar segura de que nunca te olvidaré... -" colocó el instrumento sobre su hombro y se paró frente al ventanal "- Hoy se fue de aquí el regalo que nunca te di... y tocaré por última vez la canción que jamás escuchaste de mi... -" pensó por último y se dispuso a interpretar aquella hermosa pieza frente a la mirada conmovida de sus sirvientes. 

Sentimientos desbordaban en cada nota, el recuerdo de una sonrisa que jamás olvidaría, pero que aún así había decidido comenzar a soltar por el bien de esa niña que acababa de conocer...

*Nota: traten de no llorar con esta canción *
https://youtu.be/W2VX290UOLI
(Yuki Kajiura - Grandpa's violín)

Ya alejándose del Palacio, Vittorio preguntó - ¿Qué es eso?

- Esto es una caja de música. Es muy importante para el tío Hazar...

- Ya veo.

- ¿Cómo me encontraste?

- Recordé que una vez me preguntaste por él, y eso fue lo que me llevó a pensar que quizás querías conocerlo.

- Oh...

- ¿Obtuviste las repuestas que esperabas?

- Sí.

- ¿Y qué piensas de él ahora?

- Pienso que el tío Hazar no es malo, sólo está triste...

- Lo sé, pero sentirnos tristes no nos da derecho para lastimar a los demás... tanto él como todos debemos aprender a lidiar con nuestras pérdidas, hacernos fuertes.

- Entiendo...

- ¿Te cayó bien?

- Sí, es gruñón pero amable. Me ayudó mucho.

- Ya veo - dijo frunciendo un poco el ceño.

- ¿Estás enojado porque me perdí?...

- No, no estoy enojado. Más bien me siento un poco celoso...

- ¿Celoso? ¿Por qué?

- Porque se supone que yo soy tu tío favorito, pero oirte decir que lo extrañarás me hace sentir celoso. Tú eres mi niña especial. 

- Pero yo te quiero mucho tío Vittorio, sólo que el tío Hazar es muy diferente, no puedo compararlos...

Él dejó ver una sonrisa - Está bien, no te pondré a elegir entre nosotros... pero, Siry, escucha con atención... 

- ¿Qué?

- Lo mejor sería que no le dijeses nada de esto a tu padre... 

- ¿Por qué?

- Porque se supone que Rustem te cuidaría, lo que sucedió fue muy grave. Si Noré se entera se enojará mucho con él.

- Oh, no, pobre tío Rustem... sólo fue un accidente. Entonces ¿No puedo decir nada de todo lo que sucedió? ¿Ni siquiera a mamá?

- Bueno, creo que a tu madre si podrías decírselo. Tal vez ella encuentre la manera apropiada de comunicárselo a Noré, ella puede decir cualquier cosa y él jamás se enojaría...

- Está bien.

- Ahora preparate, es hora de salir de aquí. No temas, te protegeré - dijo desenvainando con su mano libre su espada.

- ¡Sí! - dijo ella y miró una vez más hacia atrás, por encima del hombro de su tío, aquel Palacio que quedaba a la distancia, y en un suspiro murmuró - Adiós... tío Hazar...

Continuará...
 



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En el texto hay: angel, amor, diablo

Editado: 18.01.2024

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