El ángel y la Serpiente

Capítulo 5

Croulieau se despierta a la mañana siguiente como un príncipe Disney. Que no es con pajaritos, canciones y rayos de sol como lo hace una princesa, si no con mal humor, ojeras y queriendo un café, pero en los hombres eso es signo de rudeza y masculinidad, así que está bien.

Tanta felicidad desborda.

Esta eeees miputatazadecafeeeee, una tazaaaaa cada día igual, me hace sentiiiir que noosquieromataratodos, despertando asiiiií

Lovely. La tetera hace los ojos en blanco en la cocina agradeciendo un poco que no sea maldito TE lo que quiere.

—¿Qué pasó ayer? —pregunta, brazos en jarras.

—Yo creo que tiene que pedirle disculpas —empieza el plumero desde ya.

—Es que la has mandado a dormir y te has quedado con el idiota.

—Sí, se supone que las cosas románticas tienes que hacerlas con ella.

—Pues nada, no pasó nada. Todo fue puta madre perfecto —protesta Croulieau fulminándolas a ambas.

—Seguro, Croulieau, seguro. Perfecto para la bruja, no sabía que ahora trabajaras con ella.

—Sí, claro, no ves mi sombrero puntiagudo? —replica él, sarcástico

—Pues pareces tener cero interés en resolver esto.

—¡Estaba cansada! Anoche se la pasó aterrorizada porque alguien estuvo jugando con ella a la mansión encantada y no durmió, ¿¡Qué queríais que hiciera?!

—Ah, no... Esto no va a ser ahora nuestra culpa.

—¡No es como que estéis ayudando mucho, no!

—Es IMPOSIBLE ayudar cuando parece que quieres irte con él.

—Igualmente, ¡eso no justifica que te llevaras al hermano y que le hicieras enfadar hasta el punto de que quiere llevársela! —protesta el plumero a la vez.

—¡No quiero irme con él! ¡Si no lo aguanto!

—Para no aguantarlo… ¿Cuántas frases has intercambiado con ella? —pregunta la tetera.

—No las estoy contando.

—Mira, a mí no me importa eso, pero como se la lleve, Croulieau... —protesta el plumero.

—Pues si se la quiere llevar que se la lleve, ambos son insufribles —hace berrinche.

—Nada de que se la lleve. Me NIEGO. Está es LA oportunidad de que TODOS seamos otra vez personas, me da lo mismo lo que pienses —chilla la tetera.

Croulieau hace ñañaña a lo que dice la tetera, silenciosamente.

—¡Así que más te vale hoy ser un encanto y sí enamorarla! —añade el plumero.

—Mira, lo que hay es lo que ves, ¿vale? —protesta Croulieau a eso.

—Y no hablar con el hermano idiota. ¿Por qué no le encierras en las mazmorras? —propone la tetera.

—¡Ah! Sí, deberíamos quitarlo de en medio para que deje de molestar, buena idea —el plumero asiente.

—Lo encierras a él, te la tiras a ella, se acaba el problema.

—Claro y cuando ella me pregunte qué ha pasado con su hermano le digo que está... admirando las profundidades del castillo —replica él.

—A mí me parece perfecto —asiente el plumero sin pillar el sarcasmo.

—Leyendo en la biblioteca —sugiere la tetera.

Croulieau vuelve a suspirar con eso.

—¿Por qué ahora que tienes la oportunidad de resolverlo estás portándote como un idiota? —pregunta Belcebú.

—No me estoy portando como un idiota, hago lo que puedo, ¿vale? Esta es mucha presión —protesta la serpiente.

—Estas portándote como un completo idiota y más te vale que lo arregles —sigue el plumero.

—Es que hasta pareces tonto... Está aquí ella, es perfecta. Quiere quedarse a cambio de unos VESTIDOS. Y tú estás ahí en plan "is qui sin insifriblis!" —le imita la tetera con voz aguda.

—El que es insufrible es él. Ella... ¡es que a ella solo parecen interesarle los vestidos! Ya le regalé los que hay en el castillo, no sé qué más queréis que haga.

—Pues que te deshagas de él y la enamores, Croulieau, coño, que no es tan difícil —sigue Shax.

—De hecho, parece BASTANTE fácil —añade la tetera.

—¡No me digáis esto así como si fuera yo estúpido! No estáis dando una sola idea ÚTIL.

—Súbela A ELLA a la torre de astronomía, no al hermano.

—El hermano no piensa separarse de ella ni por un segundo, ya se lo dije —la serpiente mueve la taza de café con la cola—. Insiste en que tiene que conservar su virtud.

—Pues HAY QUE MATARLO, o encerrarlo o… yo que sé —sentencia Belcebú.

—¿No te parece que ella va a sospechar si hacemos eso?

—¡Que va! Es tontísima, me lo contó Hastur —explica Shax.

—En serio, Croulieau. Hasta pareces nuevo —la tetera asiente.

Ojos en blanco porque, la verdad, hoy y después de lo de ayer, si querría que lo encerraran o yo que sé.

—De hecho, pareciera que te cae mejor el que ella —la tetera le mira.

—Pero si te he dicho que no le aguanto y que es un imbécil.

—¡Y pasaste hasta las mil con él!

—¡Discutiendo e intentando que me dejara pasar cinco minutos con ella!

—¿Y qué negociaste?

—Pues... —aprieta los ojos porque toda la negociación fue un despropósito—. Que subiríamos a cenar ahí y estaría él también.

—Uy, qué útil —protesta la tetera.

—En serio, yo hablo con Moloch, ella ni siquiera tiene porque saberlo —insiste el plumero.

—Gracias. Probablemente ni lo note si está lo suficientemente enfocada en ti.

—Ugh —protesta él porque aun va a tener que defenderlo.

—Así que tenemos un plan —sigue la tetera mirando al plumero.

—Voy a eso —el plumero sonríe saltando del mármol al suelo.

—¡No, no! ¡Esperad! Vamos a... voy a probar lo de la biblioteca, ¿vale?

—¿Encerrarlo ahí? ¿O qué? —Ojos en blanco del plumero.

—Uhm... sí, algo así.

—Vaaaaale, vale. Pero queremos ver que PASE algo, Croulieau —le protesta la tetera.

Bonjour! —saluda el candelabro, entrando a saltitos a la cocina —. Ya se despertó tu amada…

Y este va a servirse más whiskey en el café porque no los aguanta a ninguno.

—¿Y dónde está? —pregunta el plumero.



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Editado: 20.06.2024

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