El ángel y la Serpiente

Capítulo 6

—¿Qué ha pasado con Philippe? —pregunta Azirabelle una vez salen del comedor.

—Me lo comí —responde la serpiente, yendo hacia afuera.

—QUEEEEE?! —le mira, deteniéndose y quedándose sin habla. Croulieau le echa una mirada—. Pero, Philippe ¡Lo queremos mucho! —le sigue.

—Tú me viste cenar contigo. ¿Sabes lo que tarda una serpiente en digerir una presa del tamaño de un caballo? No podría moverme en semanas.

—Ehh… no tengo ni idea ¿eso es que no?

Bufa.

—Menos mal —respira aliviado.

Croulieau le mira de reojo y vacila un poco porque quizás se está pasando un poco con él y si sigue peleando seguro va a querer marcharse y llevarse a Muriel con él.

—Está en el establo —acaba por confirmar.

—Oh. Me he asustado un momento.

—Vas a tener que aprender sobre el sarcasmo en algún punto si esto sigue así.

—Eso no es sarcasmo, ¡es mentira! —protesta.

—¡Es obvio que no me lo comí! —protesta de vuelta poniendo los ojos en blanco.

—¡No tiene nada de obvio! —sigue.

—¡Es obvio porque no estoy ahí medio muerto digiriendo! —se señala a sí mismo para evidenciarlo.

—O sea, cada que comes… ¿qué es lo más grande que has comido? —pregunta con curiosidad, inclinando la cabeza.

Croulieau le mira de reojo, porque no está preparado para esa respuesta.

No. No lo está.

—Una vaca —sentencia sin detenerse.

—¿ENTERA? —levanta las cejas y vuelve a dejar de caminar.

—No, en bistec —le mira de reojo y sonríe un poquito sin querer.

—Ah… ugh. ¡Qué tonto! —protesta apretando los ojos, porque mira que es inocente a veces y sigue caminando a su lado.

—De verdad. Aprende sobre sarcasmo —insiste y aun se le escapa la sonrisa.

—Vale, vale. ¡Ugh! ¡Es que tooooodo lo que dices es así! —sigue protestando.

—Más o menos —la serpiente se encoge de hombros.

—¿Eso es sarcasmo? —pregunta un poco confundido, haciéndole reír—. ¿Y eso?

—¿Vas a preguntarme eso de todo lo que diga? —pregunta de vuelta.

—Casi. Hasta que aprenda —el rubio se encoge de hombros.

—Ugh. Insufrible —asegura, poniendo los ojos en blanco.

—¿Qué has dicho? —frunce el ceño.

—Uhm, a-ayer... —vacila, sin mirarle, pensando en cómo hacer esto.

—¿Ajá? —le mira de reojo.

—¿Siempre te enfadas así por todo? —protesta. Mierda.

—¿Enfadarme así por todo? Sí me enfado cuando me ofenden —protesta de vuelta.

—No dije nada que no fuera cierto — Ojos en blanco, mierda otra vez.

—Te escuche la primera vez —Azirabelle bufa.

—Bueno, solo quería que quedará claro.

—O sea ¿me estás recordando que aunque piensas las cosas por las que me enfade anoche?

—L-Lo que digo es que no voy a disculparme por decir la verdad —Aprieta los ojos otra vez porque esto está saliendo mal... MAL.

—Pues yo no estoy de acuerdo. No creo que sea yo tan terrible por leer en vez de salir y socializar, ¡no hay nada de malo en ello!

—Socializar también es divertido, eso es lo que te estaba diciendo —le mira de reojo.

—Depende de con quién.

—Pues sí, igual que depende de qué libro leas.

—Eh… Bueno, sí, eso sí.

—El caso es que... —empieza de nuevo la serpiente.

—¿Ajá?—Azirabelle le mira, cruzándose de brazos frente al caballo que relincha un poco.

—Ugh. Nada —aprieta los ojos.

—¿Me ibas a decir por qué estás TÚ tan enfadado ahora? —Azirabelle se acerca al caballo haciéndole pat pat porque Croulieau no deja de ser una serpiente y le da miedo.

—Yo no estoy enfadado —no le mira, ni a él ni al caballo.

—Menos mal, imagina que lo estuvieras.

Le fulmina y luego vuelve a hacer los ojos en blanco.

Azirabelle cambia el peso de pie sin estar seguro ahoooora de queeeeeé pasaaaaaa.

¡Que está intentando disculparse y no sabe cómo!

Azirabelle le mira haciendo los ojos en blanco y luego se acerca.

—No vamos a ir en el caballo. Ven —hace un gesto para que le siga yendo para otro lado del establo.

—Este es el caballo, ¿has dicho que iremos en caballo o que no? —le sigue igual.

—Que no.

—¿Y en qué vamos a ir si no? —inclina la cabeza

—Tengo una máquina de vapor.

—¿Como un tren? —inclina la cabeza.

—No, no va sobre raíles. Es como el motor del tren.

—Oh ¿Y cómo funciona?

—Es el motor con unas sillas y unas ruedas, como si fuera un vagón. Un carro, pero a motor.

—Ohh… ¿y le pones carbón como a las máquinas de vapor? Eso podría servir en el futuro.

—Sí. Ese es el problema, necesito carbón cada poco metros.

—Ya veo. Y un maquinista.

—Yo soy el maquinista.

—Para no tener brazos, ni piernas, en realidad te las apañas bastante bien.

—A todo se acostumbra uno.

—Eso veo. Así que… vapor. ¿Es peligroso?

—Naaaah —eso sí es mentira.

—Podría explotar…

—Pfff... nah —más mentiras.

—V-Vale… Vale.

Ahí se va un cobertizo de madera junto al establo.

—¿Y sí podremos ir y volver? —le mira de reojo, un poco inseguro.

—Podemos poner madera si vamos por el bosque —y por eso es que va a ir por un hacha.

—O sea, pero hay que parar, bajar, cortar madera, traerla y luego caminar tres metros y…

—Pues un poco más de tres metros, pero sí.

—Llegaremos fuertes y fornidos… — Azirabelle piensa que eso es un montón de trabajo la verdad.

—De eso te encargas tú, yo no puedo cortar leña con la cola.

—Yo no corto leña.

—¿Por?

—Es cansado.

—Está bien, vamos en el estúpido caballo —Bufa. Azirabelle le mira y aprieta los ojos.

—No, vamos en tu máquina. Quiero ver cómo va.

Facepalm. No quiere volver a decir que no te aguanta, pero es que no te aguanta.

Ñañaña.

Ahí va de nuevo a por la máquina debajo de unas lonas, destapándola. Esta aun a medio montarla porque la está más o menos construyendo él mismo.



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Editado: 29.06.2024

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