El ángel y la Serpiente

Capítulo 8

Azirabelle duerme, roncando un poquito, boca abierta, cara arriba como una PIEDRA además porque no ha dormido mucho en casa de Croulieau.

La serpiente le mira, medio dormido, temblando un poquito y se meten dentro de las sábanas... la verdad es que es grande para que no lo note ahí y si se despierta le va a ver, pero es que no hay una estúpida chimenea en esta casa.

La cama está calientita porque Azirabelle tiene varias mantas gruesas en su cama y además el despide un poquito de calor, así como un pequeño radiador mientras sigue durmiendo como un bebé… ruidoso.

Ugh, a la mierda se va a meter dentro. Hay una botella de agua en la cama que cuando se acostó estaba caliente y ahora ya no lo está.

Ahora ya no está en la cama, está en el suelo después de que Croulieau la haya tirado. Azirabelle se mueve un poquito con el sonido y deja de roncar por unos instantes.

La serpiente se le repega y suspira con satisfacción porque aquí dentro se está mejor. Azirabelle piensa, la verdad, que es la botella de agua ahora fría y se separa un poquito porque está frío, pero vuelve a repegarsele y tiene suerte que no se le meta dentro del pijama.

Cielos, ¡Crowley!

Pues... se le va a enrollar en una pierna.

Azirabelle taaaarda un rato en darse cuenta. Por lo pronto duerme y abre un poco las piernas por pura comodidad.

No tiene por qué notarlo... Croulieau podría quedarse durmiendo ahí hasta el mediodía.

Uy… van a quedarse ahí durmiendo hasta medio día entonces.

Mira que cómodo.

Pues es que Azirabelle… No es difícil que quiera dormir hasta esa hora y de hecho va a despertarse todo groggy.

Y ahí va a estar la serpiente con la cabeza sobre su pecho a un palmo más o menos de su cara. Se le levanta y se le baja la cabeza con su respiración.

Azirabelle bosteza, sintiéndose extrañamente arropado como si trajera encima una manta de peso y se va a pegar un SUSTO cuando se despierte. Abre los ojos, y le mira subir y bajar tan tranquilito.

Ojos cerrados, creo... bueno, no, porque no tienen parpados, así que con la membrana esa...

—¡AAAAAH! —el grito agudo, la verdad es que ni se acordaba de Croulieau. Intentando salir de debajo de él o quitárselo de encima o ALGO.

Croulieau se despierta sin saber muy bien donde está.

—¡Ahh! —Azirabelle chilla un poco más, aunque…. Vale, no tarda mucho en notar que, debe ser Croulieau…. Se lleva las manos al pecho respirando agitadamente. Al menos ya no grita.

La serpiente se incorpora y separa de él, bostezando.

—Croulieau! ¡Me asustaste! —protesta el rubio.

Se baja de la cama, aun medio zombi, desenrollándosele de la pierna.

—Que… ¿¡qué haces aquí?! —Azirabelle sigue chillando.

—Nnnn... —protesta porque lo despierta, mientras se va a la puerta.

—¡Te estoy hablandoooo! —protesta tapándose con la sábana hasta el cuello cuál si estuviera desnudo abajo o Croulieau le estuviera haciendo algún caso.

Gesto con la cola de "Sí, sí. Lo que tu digas." Bostezo y de repente se queda en la puerta, ceño fruncido mirando el pasillo, porque no sabe dónde está.

—¿¡Qué?! Ahora… ¿qué? —Azirabelle bufa—. ¿¡Qué haces?!

—Tú... —Se gira a mirarle y levanta las cejas.

—¿¡Qué?! Yo ¿queeeeé? —sigue chillando.

—Ooooh —de repente recuerda lo que pasó—. Ehm... —sonríe incómodamente—. Nada. Adieu.

—No, no, ¡No! —se levanta de la cama con todo y sábana —. ¿¡Qué pasa?!

—¿De qué?

—Pues que ¡no sé qué haces aquí!

—Ah... ¿saludar? —propone y vuelve a sonreír como disculpándose—. Bon jour.

—¡No! ¡Estabas en mi cama!

—Naaah —¡no le hagas luz de gas!

—¡Claro que sí!

—Debías estar soñándolo.

—¿¡Disculpa?! ¡No estaba yo soñando nada!

—¿Por qué iba a estar en tu cama? —Le mira con cara de circunstancias.

—¡No! ¡Estabas ahí! —señala donde con el dedo—. ¡Yo qué sé!

—Tal vez era un sueño húmedo —movimiento para encogerse de hombros.

—¡No era ningún sueño húmedo!

—Suena a que no quieres admitirlo.

—No es que no quiera admitirlo, es que ¡NO es eso lo que pasaba! Tú estabas aquí —se señala el pecho.

—Solo... no hay que darle más importancia —mira donde señala y se sonroja un poco culpablemente poniendo los ojos en blanco.

—Bueno, ¡alguna sí que hay que darle! —Azirabelle de sonroja a juego y decide cambiar de tema—. ¿T-Tienes hambre?

—Solo tenía frío, ¿vale? —le mira de reojo —. No hay que hacer un drama de esto... no te creas que te la voy a chupar solo porque te has despertado incómodamente antes que yo.

—Me… Quoi?!

—Me has oído —frunce el ceño.

—Yo no he… de dónde sacas que… ¡Yo!

—Oh, venga, no te hagas el inocente preguntándome si tengo hambre como si hablaras del desayuno.

—¡Estoy hablando del desayuno! ¡Tú deja de inventarte cosas!

—¿Eh? —vacila porque normalmente en su casa todo son referencias así.

—¡Te estás inventando todo! Yo solo me he despertado y estaba arriba de mi…. ¡D-durmiendo!

—¡Claro que no! Tú… ¡Ya te he dicho que tenía frío! —gira la cara.

—Pues…. V-vale, esa e-es una razón más o menos válida.

—¿Más o menos? No hay chimeneas en estos cuartos y ¡yo soy de sangre fría!

—Tu eres de… sangre fría —repite.

—Podría haberme muerto —el exagerado.

—Oh, ¿de verdad? —pregunta poniendo carita de preocupación.

—Pues claro.

—Pero ¿con tan poco frío se puede morir una serpiente?

—No es poco frío. ¿Vas a discutir la cantidad de frío también? —Ojos en blanco.

—No, no. Solo… no me parece que esta casa sea tan fría, pero tampoco había pensado nunca en la temperatura de una serpiente. Debí darte una botella de agua caliente.

—Tanto has... —empieza y se detiene a sí mismo, tan ofendido—. Sí, vale. Bueno... hay que irse pronto.

Azirabelle le mira un instante así muy fijamente. Croulieau mira alrededor un poco y luego nota que le mira y le mira de vuelta.



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Editado: 30.04.2025

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