Croulieau mete el automóvil en el cobertizo y Muriel les está esperando en la puerta del castillo con la tetera en brazos
—Allo, Muri!
Ella saluda con la mano y sale corriendo hacia él.
—Muri! ¿Cómo estás? —Azirabelle espera a que el carro se detenga AL FIN y se baja.
—Bieeen ¿y tú? —Ahí va Muriel a abrazarlo.
—Bien. Traje muchas cosas ¿Cómo te han tratado? —susurra un poco.
—Bien, bien... ¿viste mi nuevo vestido?
—¡Es lo que estoy viendo! Mira qué bonita te ves, da una vuelta a ver —la toma de la mano y a hace dar una vuelta, sonriéndole a ahí la da ella toda feliz haciendo volar la falda—. Te ves muy bonita… y mira que vuelo de la falda.
—Es un vestido de baile —asegura, tan emocionada.
—Ohh… ¿vas a ir a un baile? —levanta las cejas.
—Vamos a hacer uno, ha sido idea de los muebles—señala hacia el castillo.
—Ahh… Vaya, mira que… Bueno, no sé, será un baile con tres personas. Puede ser aburrido —cálmate, palomita social
—No somos tres personas, van a estar los muebles también.
—Ahhh… Ya, sí, eso sí. Es verdad que los muebles también. Pero es difícil bailar con ellos.
—No, mira... —abraza la tetera y da una vuelta sobre sí misma. Estoy empezando a shippear el Belcebú Muriel.
—Ugh… —protesta Belcebú.
—Vamos, te hice un traje a ti también —le toma de la mano y tira de él hacia dentro del castillo para enseñárselo.
—¡Ah! ¿A mí? ¿Y a Croulieau? —pregunta Azirabelle igualmente siguiéndola.
—Eh... no, a él no, porque no me sé sus medidas. ¿Te ha ido bien con él?
—Sí, sí… Ya sabes, es un poco… Molesto—sonríe un poquito
—Oh —Muriel hace un mohín.
—No deja de molestarme ni de decirme que todo lo que hago es quejarme, ¡cuando no es verdad!
—Oh, pensaba que te caía bien.
—Sí lo hace, sí lo hace… de hecho, Gabriel le cayó mal.
—¿Entonces porque dices que es molesto? ¿Visteis a Gabriel?
—Obviamente, fue a molestar. Pero Croulieau dijo que le iba a ir a asustarle en la noche.
Ella levanta las cejas con ello.
—Pero al final le dio frío y se metió en mi cama —sigue, como si nada.
—Espera... ¿Qué?
—No había yo pensado que las serpientes tienen sangre fría —explica.
—P-Pero... ¿Te acostaste con él? —es que le mira con unos ojos, hasta ha dejado de correr.
—Pues se acostó el conmigo —aclara, porque… tecnicismos.
—¡Oh! —Muriel mira a la tetera con cara de circunstancias como si fuera algo que hubieran estado discutiendo.
—Que hizo ¿QUEEEE? —protesta la tetera.
—¡Yo te lo dije! —Muriel tan contenta para la tetera.
—No… ¡No! ¡Ugh! Bájame que tengo que hablar con ese IMBÉCIL —protesta y Muriel la deja en el suelo.
Ahí se va muy eficientemente hacia Croulieau, dicen que aún sigue saltando. Croulieau que esta fuera con el automóvil arreglando no sé qué pieza que se ha soltado y limpiando no sé qué otra que se ha llenado de humo.
—Croulieau!
Él saca la cabeza por debajo de las ruedas.
—Q-Que… pero que… que es… qué…. Qué —es que hasta se traba de lo enfadada que está—. ¿Qué es lo que te pasa?
Inclina la cabeza sin entender
—¿Qué haces? ¡No se supone que fuera ESTO lo que debías hacer!
—¿Qué? ¡Solo estoy arreglando esto! —señala el coche, tan inocente.
—¡En vez de estar haciendo lo que debes!
—Joder, Belcebú, acabo de llegar... ahora iré. Igualmente, ¿no estaban haciendo no sé qué de unos vestidos?
—¡No estoy hablando de ahora, imbecile! ¿¡Que haces acostándote con el HERMANO!?
Croulieau se paraliza con eso y para un adecuado efecto cómico una pieza de la máquina del infierno se desprende y le da en la cabeza.
—Quoi? —susurra.
—¡ESO mismo me pregunto yo!
—P-Pero...
—Pero ¿qué?
—Pues que... de donde sacas... —la verdad, no sé si las serpientes se sonrojen, pero Croulieau hace lo que sea necesario para ello y MUCHO.
—¿Pues tú de dónde crees? ¡No es como que me lo esté inventando!
—Mira, no sé qué historias os habéis hecho esta noche... —se vuelve al automóvil, para evitar su mirada—. Aunque ya me las imagino, pero esto no... va de eso, ¿sabes?
—Esto no son historias, ¡si lo he OÍDO!
—Si lo has oído de alguno de los otros inútiles siguen siendo historias...
—¡Lo he oído de ÉL!
—Ya me imagino que de Hastur, os he dicho mil veces que quiere tirarse a Ligur y se proyecta en todo... —pone los ojos en blanco—. Por cierto, hay un tipo en el pueblo al que deberíamos ir a hacer un trabajito.
—No, no… ¡No me refiero a Hastur, Croulieau! —Belcebú bufa, porque no, no es eso lo que ha dicho en lo absoluto.
—La verdad, puedes llevártelo contigo si quieres... —Croulieau intentando desviar el temaaa
—¡Lo que voy a hacer es matarlo!
—Eh... bueno, el tipo es un poco cargante, pero no sé si sea como para eso —vacila, mirándola de reojo.
—Ni siquiera sé si la niña va a querer nada contigo ahora.
—¿Por?
—¿Cómo que por? ¡Ella lo escuchó!
—¿Escuchó a Hastur? Joder —protesta.
—No —Belcebú BUFA.
—Entonces todo está bien. Ha dicho que ibais a hacer un baile o algo así, ¿no?
—Sí, íbamos, pero necesitas ir a hablar con ella y… ni siquiera quiero averiguar cómo es que te lo has tirado, Croulieau, pero ¡es pésima idea escuchar a tu hermano decir que se acostó con él que sería su prometido!
—Pues bailaré con ella y ya estará todo resuelto —negación, negación, negación
—De hecho, no sé cómo es que no se ha ido.
—Pues porque tenemos escondido el caballo, ¿no? Alguien dijo que querían comérselo.
—¡Se va a ir a pie! En serio, en serio…. Después de AÑOS, ¿te tenías que acostar con el incorrecto?
—En serio, solo fuimos por ropa.
—Y te lo tiraste en el proceso.
—No me lo... en serio. Deja de decir eso que ya sabemos luego lo que pasa —susurra mirando alrededor.
—¿Que deje de decir qué? ¡Tú deja de tirarte a quien no debes!