Azirabelle tose ahí atrás. Muriel también y cuando este se disipa ahí están: La chica en un rincón y la serpiente, que ahora tiene piernas de hombre pegadas a cada lado de su cadera, además de la cola, tirado en el suelo.
Miguel abre la boca IMPRESIONADO, pensando que una serpiente se ha comido al novio de Muriel que ha intentado huir sacando las piernas. Gabriel arruga la nariz con la visión porque qué clase de monstruo raro es este.
—O-Oh… ¿e-están bien? —pregunta Azirabelle, preocupado.
—¡Azirabelle! —Muriel se acerca a él porque estaba súper preocupada. El nombrado se le acerca, aliviado, a abrazarla.
Mientras los muebles… no sé, deben estar abajo tomando el té, aunque a ellos también les han salido miembros.
—¡Muriel! concéntrate —chilla Croulieau.
—Salid de aquí, nosotros nos encargamos del monstruo —Gabriel mira a los tres y sigue apuntando a la serpiente.
—No le…. Noooo! —Azirabelle nota lo que pasa y se planta frente a Croulieau, que le aparece un brazo humano con ello haciéndole gritar otra vez.
—Azirabelle, ¡aparta! —exige Gabriel.
—No, no…. ¡No! —abre los brazos enfrente a Gabriel, soltando a Muriel.
—¡Esto funciona, Muriel! —sigue Croulieau abriendo y cerrando los dedos de la mano, mirándosela y sonriendo.
—¡Baja el arma, Gabriel! Está… ¡algo está pasando! —pide Azirabelle girándose un poco a Croulieau.
—¡No! ¡Es una bestia asquerosa! ¡Tienes que cazarla para ponerla en tu colección! —suelta Miguel y Gabriel levanta las cejas con esa idea.
—¡Se está rompiendo la maldición! —exclama Croulieau y se va corriendo a intentar abrazar a Muriel, pero la verdad es que se cae y se tropieza porque no se acuerda de cómo se usan las piernas del todo.
—¡Ohh! ¡Muri! ¡Sigue con ello! —pide Aziraphale, sonriendo con eso, aunque un poco contrariado. Muriel levanta las cejas, porque ella… no está haciendo nada. Ya se lo ha dicho antes a Croulieau.
La verdad, Gabriel se asusta con esa caída y dispara, fallando afortunadamente. Miguel le dispara también a la vez, pero al caer Croulieau, evita que le dé.
¡Este se detiene antes de llegar con Muriel y decide largarse por el balcón porque joder con este par de bestias!
—NOOO! Croulieau! —chilla Azirabelle, asustándose.
La parte buena es que le siguen saliendo hum... miembros y desapareciendo los que sobran. Una media cajonera/medio persona se les cuela por la puerta y Gabriel se gira a intentar echarla y cerrar para que no entren más.
Miguel le dispara un par de veces a la cajonera, creo que la va a mandar a mejor vida.
Ahora que por fin tenía brazos.
Ya, lo sentimos cajonera, la verdad creo que no merecías este final.
—Tú ve por él, ¡yo me encargo! —le grita a Miguel a Gabriel señalando el balcón. Gabriel asiente a eso y se va tras Croulieau.
—Nooo! —Azirabelle grita otra vez intentando tomar a Gabriel del brazo, pero este se zafa del rubio con facilidad.
Croulieau le ve y es que ahora ya es prácticamente un hombre, aunque aún tiene la cola y la cabeza de serpiente. Cuando ve a Gabriel intenta subirse al tejado para huir y este levanta la escopeta para apuntarle a la cabeza.
Azirabelle sale torpemente detrás de Gabriel y va a empujarle un poco para que no le dé.
Gabriel dispara a una gárgola en vez de a Croulieau, que consigue acabar de trepar hasta el otro lado del tejadito a dos aguas a pesar de que se le desaparece la cola.
Azirabelle pega un GRITO AGUDO HISTÉRICO.
—Pero ¿qué haces? —Gabriel se zafa de Azirabelle otra vez de un movimiento de hombros mirándole, FURIOSO.
—No es a él al que tienes que atrapar, ¡son todos los demás! —chilla el rubio.
—¡Esa serpiente es lo que tenía a Muriel! —señala al tejado.
—No, no… Esa serpiente es…. Ella… é-él…. No es él al quien tienes que perseguir, ¿vale?
—No digas bobadas —frunce el ceño buscándole otra vez a través de la mira de la escopeta.
—¡Es verdad! Él es…. E-El… es una serpiente desde que era pequeño, pero es noble y de gran corazón —lloriquea un poco Azirabelle.
Gabriel no le escucha, va a ir a buscarle subiéndose por el tejado.
—CROULIEAUUU! ¡Ten cuidadoooo! —Azirabelle grita, intentando mirar.
La verdad, Croulieau, que ahora ya es un hombre completo... está un poco... habría preferido que esto pasara de otra manera. Ni siquiera ha podido probar sus piernas del todo y ¡va a acabar por matarse!
I No te matessssss. Azirabelle se tapa los ojos, asustado y lo que pasa es que cuando Gabriel llega a la parte de arriba de la cornisa, es que mira a todos lados porque sigue buscando la serpiente.
—Gabriel… por favor —insiste Azirabelle desde abajo.
—Tiene que estar por aquí... Serpienteeee no te escondaaas —canturrea un poco Gabriel de manera siniestra, mirando por la mirilla de la escopeta y buscando.
Croulieau camina un poco más por la cornisa para alejarse de Gabriel y este le nota cuando se mueve, así que ahí va, con cuidado, pero al notar que solo es un hombre desnudo y no la serpiente parpadea confundido
Muriel acaba por salir al balcón con Azirabelle porque Miguel le da mucho miedo. Con toda la razón, está matando a diestra y siniestra.
—¡Va a matarle! —Azirabelle toma la mano de Muriel, en pánico.
—Tenemos que irnos... —le urge la chica.
—No. Croulieau… tenemos que ayudarle —Azirabelle suplica.
—La gente ahí fuera... ya no son muebles y Miguel está matándolos. Son... son personas, Azirabelle —explica un poco bastante traumatizada con eso.
—¿Y los están matando? —el rubio levanta las cejas, incrédulo.
—¡Sí! Tenemos que irnos —Muriel tira de él, urgida, porque ya no quiere estar aquí y ver esto. Le da un poco igual Croulieau y los muebles, Miguel y Gabriel, solo no quiere que la maten a ella.
—Pero, Croulieau! —discute de nuevo—. Escapa tú, yo te alcanzaré con él.
—Tú eres quien... —Muriel levanta las cejas con eso porque no había caído en la cuenta.