El Apocalipsis de la verdad

Un Encuentro Salvaje

-Alex: amor, ya hemos descansado suficiente, debemos seguir.

-Sinthia: Está bien, además no podemos detenernos por mucho tiempo en un solo lugar, hay que estarnos moviendo.

-Alex: Sí, y también se dice que esa "Cosa" ha estado rondando por estos lares.

-Sinthia: Entonces es mejor que nos pongamos en marcha.

Alex y yo retomamos nuestro camino, viendo las ruinas y el desastre de lo que alguna vez fueron las ciudades más grandes del país, habíamos cruzado casi medio país, pasamos desde Montana, a través de Dakota del Norte y llegando a la frontera con Misisipi, todo ese camino a pie.

No había oportunidad de viajar en auto, todas las carreteras estaban destruidas, además el ruido del motor atraería a los bandidos que sin vacilación no atacarían. Tomamos los caminos más largos, tardamos casi un año en llegar, con la esperanza de que el rumor que habían reconstruido una ciudad en Alabama fuera cierto.

Entonces anocheció y nos ocultábamos en los lugares más incómodos porque sabíamos que de esa forma podíamos estar a salvo de cualquier peligro.

Fue en Little Rock, Arkansas, donde tuvimos problemas, muchos problemas.

-Sinthia: Alex, mira como dejo la sacudida toda esta ciudad. - mientras miraba alrededor.

-Alex: Sí, es algo deplorable.

Se escuchan sonidos de risas y de golpes, mientras sombras se acercan de entre los edificios destrozados. De pronto aparecieron varios tipos, con una apariencia grotesca, y sangre por todos lados. Eran los que temíamos, bandidos salvajes.

Nos rodearon y sacaron varias armas para amenazarnos, algunos con cuchillos de carniceros, otros con machetes y los demás con pistolas, en este mundo sin ley los que no tienen nada para defenderse, serían la cena de los bandidos.

Estos salvajes al no encontrar comida, atacaban a todo aquel que encontraban, no importaba si eran hombres o mujeres, lo que les esperaba era ser violados, maltratados y luego ser comidos por partes, ya que les gustaba almacenar comida para no pasar hambre, hasta encontrar otro pobre inocente que cayera en sus fauces.

Antes de lanzarnos a un contenedor de un camión que tenían escondido, uno de esos salvajes le arranco el dedo medio a Alex, él se retorcía de dolor sangrando, mientras el bastardo saboreaba la carne recién conseguida acostá de mi novio, pero al ver esta escena uno de los otros le disparo en la cabeza al que le había arrancado el dedo, como diciendo que aún no comenzaba la cena y que no tenían derecho a adelantarse.

Dentro del contenedor estaban encadenados una mujer que solo tenía un brazo nada más, los salvajes le habían comido las dos piernas y el otro brazo, además había un niño a su lado, de siete u ocho años, él estaba abrazando a la mujer, de inmediato comprendimos que aquella agonizante mujer era su madre, pero nunca se separó de ella aun si la dejaban en pedazos.

Por la noche se escuchaba varios gritos, disparos, y todos los salvajes riendo, ansiosos para comer su depravada cena, antes de que llegaran a sacar a la madre para terminar de comérsela, nos vio y dijo con vos temblorosa:

-Madre: por favor, llévense a mi niño con ustedes, él conoce, él sabe como salir y escapar de este lugar, no ha querido irse porque yo aún estoy aquí, pero después de hoy, se quedara solo, por favor sálvenlo también.-

-Sinthia: amor, hay que hacerlo, no podemos dejarlo aquí, es solo un niño, además él sabe como salir.

-Alex: Señora, él no querrá irse con nosotros si usted no se lo permite, él quiere estar con usted para siempre, si tratamos de llevárnoslo a la fuerza, nos descubrirán.

-Madre: Marcos(nombre del hijo de la madre), debes irte con esas personas, tu mamá va a estar bien, yo te alcanzaré después, sabes que soy muy fuerte y voy a regresar contigo, no te preocupes, ve con ellos, recuerda que tu madre te quiere, y que siempre estará contigo, adonde sea que vayas.

-Marcos: Está bien mama, te estaré esperando, pero promete que volverás con nosotros, yo te estaré esperando para darte un abrazo.

-Madre: Está bien, lo prometo, allí estaré, ahora vete, váyanse, tú guíalos por el camino que descubriste para escapar, yo los seguiré después.

Marcos le dio un gran abrazo a su madre y se despidió, ignorando lo que le iba a pasar, creyendo una dulce mentira que su amada madre le dijo para poder salvar a la persona más preciada en su vida, su único hijo.

En una parte oscura del contenedor había una parte oxidada, la cual tenía un gran agujero por el cual salimos y muy sigilosamente subimos por una ladera, hasta llegar y corrimos lo más rápido posible hacia la dirección contraria del nido de esos caníbales, a la distancia solo se escucharon muchos gritos y disparos, descubrieron que habíamos escapado.

Luego todo se volvió silencioso, y se escuchó un balazo. Sabíamos que aquella amorosa mujer ya no estaba en este mundo, y que dio su vida para proteger a su hijo y también para salvarnos la vida.

Y me dolía en el alma cuando íbamos corriendo, escuchar la pregunta de aquel niño que ignoraba que su madre había muerto. Porque no esperamos a mi mamá?, ¿por qué mi mamá no vuelve con nosotros? Adonde está mi mamá?.




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