Alara estaba viendo entrenar a su padawan todavía pensando en lo que había pasado en el templo. Kuro ya estaba en ruta a Coruscant, pero ellos todavía esperaban a Lyrian, que no aparecía por ningún lado.
"¿Lak te enseñó esa forma?" Preguntó de la nada la jedi.
"Sí, dice que es muy... alta, pero que sirve para oponentes que sean más lentos que uno." Respondió Shin mientras se sentaba frente a ella.
"Esa técnica es muy peligrosa..." Dijo ofuscada Alara. "Lamentablemente sabes lo que haces, así que no podría opinar mucho más que eso."
"¿Dónde está Lyrian? Hace como tres días que debería haber aparecido." Pensó al aire Shin.
"Conociendo a ese idiota debe estar en un burdel." Dijo ofuscada Alara. "Tal vez sea hora de que..."
De la nada un pequeño drall apareció por la rampa de la nave. El peludo y bípedo visitante se detuvo frente a ellos.
"¿Dónde está Lyrian?" Preguntó con su aguda voz.
"Mucho gusto." Dijo con seriedad Alara. "Caballera Alara Domo-Sareh."
"Lo siento, no estoy teniendo un buen día." Dijo apenado el drall mientras se rascaba la cabeza. "Todos me llaman Chup."
"Encantado." Dijo Shin mientras se ponía de pie.
"Este es mi padawan, Shin." Dijo con malicia Alara.
"Parece que el maleante de Lyrian tampoco está aquí." Dijo Chup mientras se cruzaba de brazos. "Supuestamente iba a llevar su nave a mi taller hace unos días."
"Nosotros también lo estamos esperando hace unos días." Dijo pensante Shin.
"Debe haberse metido en problemas... ese estúpido delincuente." Dijo al aire Chup. "No es fácil hacer lugar para esto..."
"Deberíamos buscarlo..." Opinó pensante Shin.
"Deberíamos..." Dijo ofuscada Alara. "¿Dónde podría estar?" Preguntó a su nuevo amigo.
"Hmm... lo escuché quejarse de Baros, así que supongo que habrá ido a pagarle una cuota de su deuda." Pensó en voz alta Chup. "Sino... siempre puede estar en lo de Farah..."
"¿Farah?" Preguntó con curiosidad Shin.
"Su bar favorito..." Dijo ofuscado Chup. "Más bien... es el único bar donde es bien recibido."
"Me lo imaginaba." Dijo al aire Alara mientras acomodaba su cinturón. "Shin... creo que esta es una buena ocasión para separarnos. No te metas en problemas, voy a ir a lo de este tal... Baros."
"Entendido, yo voy al bar." Respondió pensante Shin. "Luego te alcanzo..."
Alara vio a su aprendiz irse a cambiar para luego seguir a Chup, que tenía que esforzarse para ir delante de ella. Worlport era una ciudad viva e inquieta, Alara podía sentir la Fuerza fluir en ella como en tantas otras ciudades que había visitado. La zona a la cual llegaron estaba repleta de casinos y burdeles principalmente, cada uno de ellos tenía su propia seguridad privada y ella sabía muy bien donde se estaba metiendo. Los carteles luminosos se terminaron cuando entraron en un callejón entre dos casinos, este los dejó frente a una puerta protegida por dos chistori, ambos llevaban vibroblades en sus cinturones. Ninguno de los dos parecía tener mucha paciencia. Uno de los dos se interpuso en su camino.
"¿Por qué mierda traes a una jedi, Chup?" Dijo con pocas pulgas el chistori.
"Estamos buscando a Lyrian, Grak. La jedi tiene asuntos pendientes con él." Dijo con demasiada confianza Chup.
Grak se acercó a Alara apretando el mango de su espada.
"No tienen nada que temer..." Dijo Alara mientras pasaba su mano frente a su cara.
"Nada que temer." Dijeron ambos guardias para dejarlos pasar.
Chup no podía creer lo que estaba viendo, pero rápidamente estaba siguiendo a su nueva amiga hacia adentro del lugar. Alara se encontró con una gran sala, donde un bar parecía trabajar, pero ella sabía que todos esos monitores estaban para apostar en las carreras de swoopbikes que estaban pasando. Alara intentó hablar con poco éxito con el barman, su vestimenta no ayudaba mucho.
"Solo necesito encontrar a mi amigo." Dijo ofuscada la jedi.
"No conozco a ningún Lyrian." Dijo secamente el rodian.
"¿Ningún Baros tampoco?" Preguntó Alara usando su truco de la fuerza.
"Tampoco." Respondió con firmeza el barman.
El rodian tenía una gran fuerza de voluntad.
"Lo siento, Alara. No pensé que iban a reaccionar así a tu presencia." Dijo apenado Chup.
"Me pasa seguido en planetas como este." Respondió ofuscada la jedi mientras se sentaba en una mesa libre. "¿Qué sabes acerca de Baros?"
"No mucho, es un trandoshan con afinidad a los créditos... tengo entendido que despachó al líder anterior de este... establecimiento." Pensó en voz alta Chup. "Supuestamente lidera a su banda con mano dura."
"Necesito pensar..." Dijo al aire Alara.
Alara revisó sus alrededores buscando una manera de burlar a la seguridad, pero no parecía encontrar nada, ya que había cámaras y guardias por todos lados. Lejos de la barra había una puerta protegida por uno de estos guardias, lo que más la sorprendió fue ver a Shin saludarla desde sus espaldas. No tenía idea de cómo había pasado por allí. Junto a él estaba Lyrian en muy mal estado, su cara estaba morada y roja, pero su molesta sonrisa seguía allí. La jedi se acercó al guardia para usar su truco sobre él.
"Necesitas usar el tocador..." Dijo Alara mientras su mano pasaba frente a su cara.
"Maldita cerveza..." Dijo ofuscado el guardia mientras empezaba a caminar.
Alara repitió su truco en la entrada para luego marcharse hacia donde estaba la nave del capitán.
"¿Cómo hiciste eso?" Preguntó divertido Shin mientras llevaba a la rastra a Lyrian.
"¿Yo? ¿Cuándo entraste?" Preguntó ofuscada Alara.
"Pensé que me habías notado..." Dijo al aire Shin. "Estabas hablando con el barman, así que aproveché para colarme y buscar a Lyrian. Solo hice lo que me enseñaste y tuve confianza en mis habilidades..."
"Ni me percaté de tu presencia..." Dijo Alara mientras miraba a su padawan. "Y eso se llama truco mental, solo funciona con personas con mentes débiles..."
"¿Cuándo me vas a enseñar eso?" Preguntó divertido Shin.
"Luego..." Dijo ofuscada Alara. "¿Cómo está nuestro capitán?"
"Como nuevo..." Dijo para luego escupir sangre Lyrian. "Baros y yo... estábamos hablando con mucha tranquilidad, tenía todo bajo control, hasta que apareció el muchacho." Terminó jocoso.
Lyrian siempre sabía cómo molestarla.
"Los puños de Baros estaban hablando con tu cara..." Dijo divertido Shin.
"Así se habla en Worlport, chico." Dijo sonriente Lyrian.
"Vas a tener alguien con quien practicar tu sanación, padawan." Dijo con seriedad Alara. "¿Cómo te fue en el bar?"
"Parece que Lyrian tiene una... reputación en cada lugar que preguntas por él." Dijo al aire Shin. "Y Farah no quiere volverlo a ver..."
"Siempre dice eso, mi dulce Farah." Dijo sonriente Lyrian.
Shin sentó al capitán para luego arrodillarse frente a él, todo estaba como lo habían dejado.
"Podría llamar a un doctor..." Dijo pensante Chup. "No sería nada nuevo."
"No hay necesidad, mi padawan necesita la práctica." Dijo al aire Alara. "Recuerda las enseñanzas de la maestra Kysho..."
"Sanación... mediante cooperación." Dijo Shin mientras cerraba sus ojos.
Alara no podía creer lo talentoso que era su padawan. Podía sentir a la Fuerza atar a sus dos compañeros. Lyrian sintió un poco de calor, un poco de dolor, pero al cabo de un minuto estaba como nuevo. Chup no podía creer lo que veía.
"Buen trabajo, Shin." Dijo Alara mientras miraba el sudor en la frente de su alumno.
"Gracias..." Respondió Shin mientras se ponía de pie. "Voy a necesitar una siesta."
"Y yo que no creía en la magia jedi..." Dijo sonriente Lyrian mientras se tocaba la cara. "Gracias, chico."
Shin simplemente lo miró.
"¿Ya podemos partir?" Preguntó ofuscada Alara. "Estamos atrasados."
"Lo siento, preciosa, pero la nave necesita mantenimiento." Respondió Lyrian mientras se acercaba a ella.
"Si se van ahora van a tener el placer de viajar a sublight." Dijo ofuscado Chup.
Alara gruñó mirando a Lyrian.
"Shin necesita descansar..." Dijo al aire Alara.
"No pueden pagar un hotel por aquí, síganme." Agregó Lyrian mientras miraba a Chup. "Te la encargo, Chup."
"Déjamelo a mí." Dijo sonriente Chup. "Gracias por rescatar a este inútil."
"No hay problema." Respondió Shin para luego seguir a su maestra.
Alara caminaba junto a Lyrian y su alumno, que iba revisando los edificios con mucha atención. Lyrian tenía los ojos clavados en ella, cosa que siempre le molestaba. Al cabo de un rato llegaron a un pequeño vecindario entre dos gigantescos casinos, en el centro había un pequeño parque, donde diversos niños jugaban. Los apartamentos estaban se parados por pasillos donde el hardware de las cosas estaba ubicado, Lyrian era reconocido en el lugar y luego de saludar a algunas personas terminaron en lo que parecía ser su casa.
"Allí está el baño, chico." Dijo Lyrian mientras colgaba su chaqueta y cinturón en el perchero.
Alara notó que el lugar estaba limpio y ordenado, cosa que no esperaba del capitán.
"Permiso." Dijo Shin para meterse al baño.
"¿Qué pasa, preciosa? ¿Pensaste que iba a vivir en una pocilga?" Preguntó divertido Lyrian mientras se acercaba a una alacena. "Solo tengo cosas para beber..."
"Está más limpio de lo que esperaba." Aceptó con malicia Alara.
"Pensé que iba a traerte en otras circunstancias..." Dijo con una lujuriosa expresión el capitán.
"Soñar no cuesta nada." Dijo ofuscada la jedi mientras sentía unos violentos golpes en la puerta.
"¿Dónde está ese hijo de puta?" Escuchó Alara detrás de la puerta.
Una voz femenina estaba muy enojada.
"Buenos días, hermosa." Dijo con una sonrisa el capitán.
Instantáneamente recibió un cachetazo.
"Eres un bastardo, Lyrian. Me mentiste..." Dijo ofuscada la humana. "Todas van a saber el cerdo que eres." Terminó para marcharse a toda velocidad.
"Parece que eres famoso entre las mujeres, Lyrian." Dijo divertida Alara.
Luego de algunas conversaciones incómodas, Shin terminó durmiendo en un sofá mientras ella soportaba la incesante voz de Lyrian.
"Así que todavía busco a esa compañera especial, la que me saque de este... círculo vicioso." Decía el capitán.
Alara no había escuchado demasiado de lo último que había dicho y miraba a Shin, que dormía con un pie colgando del sofá.
"¿Cómo puede dormir así?" Preguntó al aire la jedi.
"Shin no me parece un jedi... tradicional." Opinó sonriente Lyrian.
"No lo es..." Dijo pensante Alara para luego mirar el frío té que tenía enfrente. "Hace poco tiempo era solo un muchacho."
"Pensé que no entrenaban adultos." Agregó pensante Lyrian.
"No es habitual." Respondió con simpleza la jedi. "Tampoco es habitual su talento..."
"No creo una sola palabra de lo que me contaste sobre el monstruo, pero... me costó notar... su presencia cuando entró a la habitación, nunca sabré cuanto tiempo estuvo ahí." Dijo el capitán.
"Es normal... Shin oculta su presencia naturalmente y cuando se esfuerza es como si no estuviera ahí." Respondió Alara.
"¿Por qué está tan cansado?" Preguntó con curiosidad Lyrian.
"Sanar es más difícil de lo que parece." Respondió con prestancia Alara.
"Ya veo..." Dijo divertido Lyrian. "¿Qué hacen los jedis para divertirse?" Preguntó para cambiar de tema.
Alara simplemente gruñó en silencio para luego ponerse de pie y sentarse junto al sofá donde estaba Shin. Seguido cerró los ojos para intentar dormir un rato.