El árbol de navidad

Capítulo 9 – Boticas

Diciembre 15/2023

Luego de un día de spa y de salón de belleza, Tarana por fin llega a su casa.

El día había estado cálido, y ella lo había aprovechado al máximo. Hizo su rutina de ejercicios, abasteció la nevera, arregló su casa y fue al spa del pueblo a relajarse y por último acudió al salón de belleza de su tía Janny; ahí se cortó las puntas del cabello, se echó un masaje para nutrir en el cabello y se lo cepilló. Quedando, así como nueva.

Como mañana se iniciaban las novenas navideñas quería hacer todo hoy para mañana tener el día libre y no atarearse.

Entró a su habitación y se cambió de ropa, optando por ponerse el pijama ya que no saldría más de casa. Escogió su pijama blanco con estampado de mariposas azules, sus medias afelpadas y las pantuflas acolchadas. Bajó y fue directamente a la cocina a prepararse algo para cenar. Rebuscó en la nevera y al final sacó jamón y queso para hacerse un sándwich; de las canastas cogió tres naranjas y las exprimió para hacer jugo. Mientras los sándwiches se calentaban cogió la comida de Boticas y fue hasta su plato y le sirvió un poco.

– Boticas, bebé. Ven a comer –el aludido llegó y fue directamente a su plata. Olió el contenido y dio solo dos bocados de sus croquetas. Tarana le extrañó que no comiera mucho, pero no le prestó atención ya que él había comido unos bocadillos hace algunas horas.

Los sándwiches estuvieron, agarró el plato y el vaso y fue a la sala. Encendió el televisor y se sentó en el sofá, dejó la película de mi pobre angelito y se enfrascó en sus preciados panes y su jugo.

Al terminar de cenar encendió la chimenea y se calentó chocolate. Lo vertió en un pocillo y le echó cinco malvaviscos. Satisfecha volvió a la sala y acostó en el sofá de nuevo, esta vez tapándose con una manta.

Su celular sonó y lo desbloqueó, entró al chat del grupo de las novenas navideñas. Como eran ocho días de novena, a cada persona le toca hacer algo diferente para repartir cada día. Esta vez harían una pequeña rifa para darle a cada quien su respectivo día. Leyó algunos mensajes más y bloqueó el aparato para disfrutar de su noche de películas.

Tara miró el reloj pequeño que estaba arriba de la chimenea, el cual dictaba las diez y cuarenta y tres minutos de la noche. Ya había visto tres películas y la cuarta estaba apenas empezando; era una de sus favoritas. La había visto un millón de veces desde que era niña, se la había enseñado su abuela y la amaba tanto por eso. Subió el volumen y la película amor bajo el muérdago siguió su curso. Vio a Olivia y a Thomas tener su primer encuentro y chilló como loca. Hacia lo mismo cada vez que veía la película.

La película iba por la mitad cuando Tarana escuchó un quejido. Se incorporó rápidamente y siguió el sonido. Pasó el comedor y en un rincón del pasillo que llevaba al patio estaba Boticas acostado quejándose. La castaña al ver que el sonido provenía de su mascota corrió a él y se tiró al piso.

– Negrito, ¿qué pasa? –Lo cargó y fue hasta la sala. Se sentó en el sofá y comenzó a revisarlo detalladamente. Le cogió la patica derecha y el animalito se quejó más, la alzó y vio que tenía los deditos manchados de sangre. Al ver la gravedad dejó a Boticas en el mueble y subió a su habitación corriendo, cogió el abrigo y una manta y volvió a bajar. Arropó a su mascota y salió de la casa. Bajó el porche de su casa y camino lo más rápido posible a casa de sus padres, tocó la puerta desesperada y al segundo le abrió su madre; está al verla se asustó.

– Cielo, ¿qué pasa? ¿estás bien?

– No, mamá. Bo-boticas está sangrando por la pata –sollozó más duro–. ¿Dónde está, papá?

– En la sala, cariño. Pasa.

Tarana entró hecha un mar de lágrimas y caminó a la sala, ahí encontró a su padre viendo noticias de deporte.

– Papi.

– Tar, hija, ¿qué pasa?

– Boticas, tiene sangre.

Su padre saltó de la silla y se acercó a su hija, inspeccionó el animal y al encontrar la sangre cargó al perro y salieron de la casa. Se subieron al auto y se metieron en las calles de Colby.

Joan miró por el espejo retrovisor y al ver las gruesas lágrimas que corrían por las mejillas de su hija su pecho se comprimió; aun recuerda como hace dos años le dio de navidad a Boticas a su hija. Lo había encontrado a la orilla de la carreta cuando regresaba del trabajo en un día lluvioso y sin pensarlo dos veces lo cogió, lo llevó al veterinario y se lo regaló a su hija con un enorme lazo azul. Ese día fue uno de los más felices de su hija, y verla ahí, vulnerable y en llanto le partía el corazón. Quería curar él mismo a Boticas y quitarle el dolor a su hija.

Tara salió volando del auto apenas su padre lo parqueó. Entró en la veterinaria y caminó hasta recepción.

– Hola, Jake, necesito que revisen a Boticas por favor. ¿Hay alguien desocupado?

– Lo siento, Tara, pero los señores Emeric están en una operación de ultimo minuto y Dareck está en una revisión. Hay un cupo en media hora si te sir…

– No, Jake, por favor, es urgente –dijo ella entre llantos.

– No puedo hacer na…

– Lo siento, pero no puedo esperar –corrió apenas terminó de hablar y pasó las puertas que daban a las habitaciones de la veterinaria.

Jake corría detrás de ella llamándola por su nombre, pero ella no se detenía. Tara dobló a la izquierda y chocó con alguien.

– Pero…

– Lo sien…siento Dareck, ella corrió y no… no se detuvo –jadeaba Jake entre palabras.

– Dareck, por favor…

– ¿Qué pasa? ¿Por qué lloras, Tar? –La interrumpió al ver sus lágrimas y la blusa blanca empapada de sangre.

– Bo-Boticas, atiéndelo por favor.

Más lágrimas brotaron de sus ojos.

Dareck no esperó más y cogió el perro entre sus brazos y entró en la habitación. Lo acostó en la camilla y empezó con la revisión. Tara se puso al frente de él para ver todo lo que hacía con Boticas.

Pasaron algunos minutos entre la revisión y curaciones. Dareck estaba enfrascado cien por ciento en el perro; como siempre hacia cuando atendía a algún animalito. Su pasión por los animales era tanta que ni sus propios padres que también eran veterinarios no lo entendían. Y aunque lo explicara mil veces nadie jamás lo iba a hacer.




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