El Arcángel de Fuego

CAPÍTULO VI: ¿FIN?

PARTE 1: DUELO A MUERTE

Caronte atravesó a Stacy por completo, arrebatándole la vida accidentalmente. Una sensación corrompida surgió en el corazón de Greg, influenciando sus alas.

–¡Hey! No, no, no, no, no, no, no, no… no te vayas… no me dejes…

–Greg… –las lágrimas de su amigo limpiaban la sangre de su rostro.

–No, no, oye, ni se te ocurra… –su voz quebrada perdía volumen tras cada palabra–. Mierda, yo… lo siento…

–Qué pena… nunca pude decirte lo que sentía… –comenzó a toser y la sangre de su boca parecía cesar.

–No, no te esfuerces, solo espera –encendió su mano levemente con el fuego de Corany e intentó curar su herida con mucho empeño–… Estarás bien… lo prometo. Todo estará bien…

–Yo… te… –su vida se extinguió al instante, desatando una cólera insaciable en el corazón del arcángel.

“–Greg…  ¡Greg! ¡¡GREG!!”

Una voz familiar hizo eco en su cabeza, repitiendo su nombre. ¿Qué fue lo que pasó? Luego de un dolor de cabeza intenso; entró en razón para ver la realidad.

El chico cayó de rodillas, sangrando por la nariz y por los ojos. Sintió un fuerte zumbido en sus oídos, algo que le resultó muy conocido.

“Esta sensación… este dolor. ¿Dónde lo he sentido antes?”

–¡¡GREG!! –una voz lo meneaba de lado a lado para hacerlo reaccionar. Levantó un poco la cabeza y, ¡era Stacy!

–Greg, ¿qué pasó? ¿Estás bien? –de su bolsillo extrajo un pañuelo y limpió la sangre de su amigo con cuidado.

–¿Qué me –se puso de pie con esfuerzo–…  Qué me hiciste?

Noxius lo miró a la distancia.

–Lo que acabas de experimentar fue una pequeña prueba de un poder muy interesante de parte de alguien que conoces… –chasqueó los dedos y emergió un espejo fragmentado. Del otro lado se hicieron presentes dos siluetas. Caminaron un poco y salieron del espejo como si nada. Ahí estaban dos personas que Gregory no esperaba ver.

–Oh, cómo estás, querida. Gracias por traer a tu padre. –Mónica con la cabeza gacha, se puso a las espaldas de Noxius y su padre, el Filósofo, se colocó a su lado.

–Como verás, joven Arcángel –por alguna extraña razón, el cuerpo de Noxius y el del líder se movieron con una coordinación perfecta–, tengo un arsenal más grande que el tuyo…

Los ojos del Filósofo estaban completamente en blanco y se notaba como los músculos de Noxius y de él estaban de cierta manera conectados. Era la única explicación para entender que se movieran con una coordinación tan exacta.

–Mónica, tu… ¿qué haces con él? –la voz quebrada del arcángel perforó el corazón de la chica.

–Oh, ¿no lo sabes? –Noxius volteó a verla–. La señorita ha sido mi informante todo este tiempo. Fue gracias a ella que logramos hacer añicos este lugar. Ella es mi pieza maestra…

–Pero… también estuvo bajo una de tus ilusiones, ¿verdad? ¡¿Verdad?! –Mónica soltó unas cuantas lágrimas antes de caer de rodillas y suplicar perdón.

–No… yo jamás le haría algo así a la hija del Líder Supremo. Ella trabaja para mí por voluntad propia…

–Lo siento, yo…

–No hables. –Greg la interrumpió–. Tenía mis dudas, después de todo. Ahora ya tengo una excusa para matarte…

–Oye, ¿qué caraj…? –Stacy intentó jalarlo de la túnica pero el fuego que expulsaba se lo impidió.

–Tranquila. –susurró en voz muy baja.

Frunció el ceño y con una potente voz exclamó:

–Bueno, la verdad es que nunca esperé nada de esa escoria, pero ¿qué hay de ti, “Filósofo”? ¿Por qué estás con él?

–Para contestar a tu pregunta, –Noxius se adelantó a contestar–. Debemos remontar un tiempo atrás, cuando tenía mis episodios sonámbulos y me topé con cinco inservibles de tu legión.

–¿No será que…? –Gregory recordó una de las tantas historias que le contó Al y supo de inmediato a cual se refería su oponente.

–Estos crueles individuos atentaron contra la integridad de mi residencia. Yo actué en defensa personal, eso es todo. No es mi culpa que sean tan débiles.

–¿Qué fue lo que hiciste? –gritó el chico impaciente.

–Después de eliminar de la ecuación a una muchacha molesta, los otros cuatro quedaron inmovilizados, al borde de la muerte. Ese Polo impidió que tomara posesión de su cuerpo y de los otros dos pero no importa, logré controlar a Zavant, que resultó mucho más útil de lo que pensé.

–¿Y por qué no los mataste a todos en ese momento?

–Simple. Necesitaba información y control. Con su líder bajo mi mando, tenía a la entera legión a mis pies y ellos nunca se dieron cuenta. Además, este sujeto tiene un poder increíble; hubiera sido un pecado desperdiciarlo.

Se hizo un silencio sepulcral hasta que Zavant y Noxius dieron unos pasos lentos hacia adelante.

–Gracias a Zavant, adquirí esta impresionante habilidad. Ahora puedo matarlos sin contratiempos…




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