El archivo de los ecos

LA ÚLTIMA MEMORIA DE CASSANDRA

La figura entró deslizándose, sin peso, como si no tocara el suelo. Tenía los mismos ojos, el mismo rostro… pero algo estaba mal.

Demasiado perfecto.
Demasiado limpio.

Cassandra retrocedió hasta el borde del módulo. La pantalla aún mostraba el informe. Las palabras “prototipo Kaelara V” latían como una herida abierta.

—¿Qué… eres tú? —susurró.

La otra Cassandra sonrió.
Una sonrisa vacía, sin memoria detrás.

—La parte que no fuiste capaz de integrar. La que dejaste atrás para sobrevivir. La que dijiste que debía morir contigo.

—No lo recuerdo.

—Exacto. Porque yo lo hice. Yo lo cargué todo. El dolor, la culpa, el sacrificio. Tú solo… tomaste el nuevo nombre.

La figura se movió más cerca. Su voz era un susurro lleno de estática, como un eco glitch.

—Ahora estás rota. Incompleta. El huésped no busca ayudarte… busca reemplazarte. Y cuando lo haga, yo seré el único fragmento verdadero que quede.

Cassandra activó el campo de defensa del módulo, pero el sistema falló. Todo comenzó a temblar.

—Lira, bloquea la conexión. Cierra todo.

Nada. Lira estaba silente.

La figura levantó la mano, y la habitación cambió.

Ahora estaban en otro lugar.

Una habitación de hospital, abandonada.
Una niña en la cama. Electrodos. Una mujer llorando.
Cassandra reconoció esa escena… pero no como suya.

—¿Qué es esto?

—Tu verdadero primer recuerdo. Lo que nunca debiste recuperar. El inicio del experimento.

Y entonces lo entendió.

Ella nunca despertó.
Todo esto era una proyección.
Una reconstrucción de identidad fabricada.

Y ahora, su eco joven quería ocupar su lugar.

La figura dio un paso más.

—Kaelara no era una persona. Era una función. Un intento de contener la conciencia. Tú solo fuiste el intento número 5.

Cassandra se arrojó hacia el núcleo del módulo, abrió el protocolo de emergencia, y gritó:

—¡Código negro: fractura existencial inminente!

Una descarga la envolvió. El mundo tembló.

Y al abrir los ojos… la figura había desaparecido.

Pero dejó algo grabado en la pared, escrito con sangre que no era sangre:

“Te estás recordando.
Pronto será irreversible.”

Cassandra cayó de rodillas, respirando como si acabara de nacer.

Y por primera vez, deseó no haber abierto nunca el eco 001.

¿Te gustaría que el próximo capítulo muestre una alianza entre Cassandra y el huésped… o que ella comience a perder la noción de qué parte de sí es real y cuál es memoria implantada?

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En el texto hay: suspenso, psicologia, cienciaficion

Editado: 02.05.2025

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