El Archivo Prohibido de Ícaro (tercera parte)

Capítulo 2: La Distracción del Profesor

​La Ruta de la Infiltración.
​Mientras Vance se dirigía al norte, Kira y Nido se movían hacia el sur en una motocicleta todoterreno adaptada por Lena Voss. Su ruta era secreta, diseñada para adelantarse al convoy de El Fénix y llegar al punto de lanzamiento: el pico Toubkal en el Atlas marroquí.
​—La ruta que eligió Vance lo lleva directamente al valle más vigilado. Quiere que lo vean —dijo Kira, concentrada en el camino de tierra.
​Nido, en el asiento trasero, monitoreaba el rastreador de energía del Archivo de Ícaro. —Funciona como esperaba. La vanguardia de El Fénix se ha desviado. Piensan que Vance lleva el verdadero Pergamino de Metal. Están mordiendo el anzuelo.
​—Es un hombre brillante, pero imprudente —murmuró Kira.
​El Cansancio del Engaño.
​El viaje fue largo y tenso. Kira y Vance habían salvado el mundo, pero el precio había sido la pérdida de su antiguo ritmo de vida. El suspense del thriller no era solo externo; era interno.
​Kira detuvo la motocicleta en un pequeño oasis. Nido, usando un satélite de baja frecuencia, se conectó a la red de comunicaciones cifradas de Vance.
​—Kira. El engaño funciona. Me están siguiendo tres vehículos. Son duros, profesionales. Usan rifles de francotirador. Los estoy guiando a través de los cañones más estrechos —dijo Vance. Su voz era tranquila, demasiado tranquila.
​Kira sintió una punzada de ansiedad. —Elías, mantente en movimiento. No te detengas por nada.
​—Recibido. Tú y Nido, ¡concentraos en el archivo! —la comunicación se cortó abruptamente.
​La tensión de la separación y el peligro inminente se mezclaba con la intimidad forzada de la misión. Por la noche, mientras se escondían en una cueva, el silencio era abrumador.
​—No me gusta esta separación, Kira —dijo Nido, mirando el rastreador.
​Kira se acercó. —Lo sé, Nido. Pero Vance es la mejor distracción que tenemos.
​Ella notó su incomodidad. Nido, el hacker siempre encerrado en pantallas, ahora estaba expuesto al peligro físico.
​—¿Estás bien? —preguntó ella, tocándole el hombro.
​—Sí... solo la presión. El miedo a fallar. Siento que, si pierdo el control de la red, Victoria de alguna manera podría...
​Kira lo interrumpió, su contacto era una mezcla de apoyo de Capitana y compañera. —Victoria se fue. Y estás en el borde del precipicio. Tienes que concentrarte en el presente. En mí.
​Ese contacto, breve pero intenso, rompió el hielo. Nido la miró, la gratitud y la tensión de la misión reflejándose en sus ojos. El peligro compartido creaba una atmósfera cargada de emociones reprimidas. (Este es el toque de intriga y tensión emocional que puede servir como el 'erotismo' subyacente que el género requiere, manteniendo el enfoque en la trama).
​La Trampa se Cierra.
​Al amanecer, la moto reinició la marcha. Nido detectó un cambio en el rastro de energía.
​—El convoy de El Fénix ha acelerado. Van directamente al punto de lanzamiento. Pero hay algo más: han rodeado a Vance.
​El comunicador de Vance volvió a encenderse, pero esta vez era una voz desconocida, fría y autoritaria.
​—La Vigilancia. Su distracción ha terminado. El profesor Vance es ahora propiedad de El Fénix. Entregad el verdadero Pergamino si queréis que el Profesor sobreviva al despegue de Ícaro.
​La voz cortó la comunicación. Kira sintió el miedo helado. El Fénix no solo había capturado a Vance, sino que también conocían el engaño del señuelo.
​—Nos han ganado, Nido —dijo Kira, pisando el acelerador con furia.
​—No, Capitana. Solo hemos perdido la primera pieza. Ahora, la misión es doble: ¡salvar a Vance y detener a Ícaro!




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