El Laberinto de Atenas.
Ariadne se movía con una gracia impresionante por los túneles olvidados bajo la Acrópolis, pasajes de mantenimiento y antiguas cloacas que se retorcían como un laberinto de mármol. Kira y Vance apenas podían seguir su ritmo.
Kira, sosteniendo la Reliquia del Cronista, se enfrentó a la mujer. 
—Tenemos que saber quién eres, Ariadne. ¿Trabajas para El Fénix?
Ariadne no se detuvo, su voz resonando en los túneles. —El Fénix es una distracción. Seraphina busca poder; yo busco la verdad.
Vance intervino. —El Cronista nos ayudó. Si tú no eres de El Cónclave, ¿quién eres?
Ariadne se detuvo en una escalera de caracol de piedra húmeda. Se giró hacia ellos, y la luz de una linterna reveló sus ojos penetrantes.
—Yo soy parte de la Orden de los Hijos de Teseo. Una organización creada hace milenios para contrarrestar la influencia del Cónclave. Ellos tejían el mapa; nosotros tejemos los hilos para desenmascararlos.
La Revelación de la 'Orden'.
Kira se mostró escéptica. —Otra organización secreta que dice ser 'la buena'.
—El Cónclave controlaba el conocimiento (los mapas, la tecnología). Los Hijos de Teseo controlábamos la historia (los nombres, las ubicaciones, las narrativas). Nos aseguramos de que los crímenes del Cónclave fueran registrados, aunque camuflados. La Cripta de los Cronistas es nuestro legado, no el de ellos.
Ariadne señaló la Reliquia del Cronista que Vance llevaba. —Esa reliquia no es una llave, profesor. Es un decodificador. La verdadera Cripta está oculta en los archivos de la Biblioteca Nacional de Grecia. La reliquia decodifica el índice de sus registros de influencia global.
Vance asintió con asombro. —Una bóveda de papel e influencia. Una amenaza mucho más sutil que el Archivo de Ícaro.
La Trampa de Seraphina.
Mientras ascendían, Nido se comunicó. —Kira, tengo una mala noticia. Seraphina se dio cuenta del engaño financiero. Está usando un jet privado militar. Llegará a Atenas en menos de dos horas.
—Tenemos que ir a la Biblioteca ahora —dijo Kira.
Ariadne negó con la cabeza. —No podemos entrar directamente. La Biblioteca Nacional de Atenas es el objetivo más obvio. Seraphina nos está esperando.
—¿Cómo lo sabes? —preguntó Vance.
—Porque El Fénix ya está dentro —dijo Ariadne, su voz grave—. Yo no fui la única informante del Cónclave. Un antiguo miembro de la Orden de Teseo, que creía en la 'nueva era' de Victoria, fue quien le dio la pista a Seraphina. Hay una doble agente dentro de la Biblioteca.
La Estrategia del Rescate.
La intriga se profundizó. No solo enfrentaban a Seraphina, sino a una traición interna.
—Necesitamos entrar sin alertar a la doble agente ni a Seraphina —dijo Kira, volviendo a su modo Capitana.
—Yo tengo el acceso a los archivos. Conozco cada rincón de esa biblioteca. Yo los guiaré —dijo Ariadne.
Vance miró la Reliquia del Cronista en su mano. —Si la Cripta es solo un índice, necesitamos un punto de acceso a la red de la biblioteca que no esté comprometido.
Nido intervino en la comunicación. —El sistema de catalogación de la Biblioteca Nacional usa servidores antiguos que no están conectados a la red moderna. Si puedo acceder a ese sistema, puedo enviarles la ubicación exacta del índice de la Cripta.
Kira se dirigió a Ariadne. —Usted nos lleva a la sala de servidores. Vance decodifica el índice. Nido nos da la ubicación. Y si la doble agente aparece... la neutralizamos.
Ariadne sonrió, una expresión de aprobación profesional. —Una estrategia digna de Teseo.
Salieron a la calle a pocos metros de la Biblioteca. El reloj marcaba menos de una hora hasta la llegada de Seraphina. La carrera final por el control de la información global había comenzado.