El Arrecife (el nuevo mundo)

Rojo

En estos días planeando la huida eh pensado mucho en mi familia me tienen preocupado después de todo lo que he ocasionado y me pregunto cual será su destino, aunque los observadores me aseguran que se encuentran bien pues han jurado lealtad al régimen, a McKenzie y han roto cualquier vínculo que tenga que ver conmigo, es triste pero quizá sea lo mejor, no merecen que los arrastre en esta decisión que he tomado y los siga dañando mas de lo que ya lo he hecho pero no creo poder separarme de este sentimiento que siento hacia ellos aunque quizá ya jamás nos volveremos a ver.

A medida que nos preparamos para el gran dia, los serafines tambien lo hacen, han estado más alerta que ninguna otra ocasión como si supieran lo que estamos tramando, al igual que nosotros ellos también están trabajando y preparándose para una posible guerra, esto ha ocasionado que cada día se nos dificulte más avanzar y sobre todo a los observadores poderse mezclar entre ellos y averiguar más rápido todos los detalles necesarios que puedan servirnos de utilidad, los serafines han tomado todos los lugares, se encuentran en iglesias, escuelas, en las calles haciendo revisiones constantes a todo el que pase por enfrente, el régimen ha tomado medidas drásticas, ha alzado un toque de queda a partir de las nueve de la noche, esto ha ocasionado que muchos ciudadanos se muestren molestos ya que cualquier persona que se encuentre en la calle despues de la hora indicada es detenida y llevada al palacio esmeralda para ser intervenida aunque esta no tenga indicios de ser un Chéel solo por el hecho de desafiar las reglas del Arrecife, pero otros acceden orgullosos por el temor que les provoca que el virus los llegue a contagiar, por esta razón es que no podemos dejar de mantenernos informados de cada movimiento que haga Mackenzie, que estrategias está usando, es necesario conocer a nuestros enemigos, saber como se mueve contando con la posibilidad de que probablemente algún día nos lleguemos a encontrar.

Draco y Junio han pasado más tiempo conmigo en los últimos días, mostrándome toda clase de armas y enseñadome a usarlas, algunas son más complejas ya que requieren precisión y fuerza pero eh descubierto que para mi son faciles de utilizar sobre todo las tecnológicas que a mi ver son las más útiles, me siento familiarizado con ellas, aunque eh aprendido a entenderlas de manera nueva y distinta tomando en cuenta tambien para que serán utilizadas.

- Bien Jacobo –habla Draco –vamos a continuar con el entrenamiento cuerpo a cuerpo, en caso de no tener armas con nosotros debemos saber luchar y defendernos y haz estado muy alejado de esto, te mostraré unos movimientos con Junio para que observes.

No es que no sepa pelear, claro que puedo defenderme, pero no soy un experto en artes marciales ni defensa personal, ni mucho menos tengo la habilidad de luchar contra tres o cuatro sujetos a la vez como lo hacen ellos, eso me resulta fascinante y sería de mucha ayuda por eso deseo aprenderlo. Quizá me hubiera sentido más cómodo si Lucas me hubiera podido enseñar pero apenas y lo veo ya que está a cargo junto con Blue y otros de cavar el túnel, con eso y con las planeaciones que Nubetia nos explica dia con dia los momentos que hemos pasado juntos son pocos, eh comenzado a extrañarlo.

Junio y Draco se ponen en pocisión de combate y comienzan una serie de movimientos bruscos lanzando golpes el uno al otro, Draco gira sobre Junio y lo hace caer al suelo boca abajo llevando su brazo hacia atrás, sometiéndolo en una llave, lo ayuda a levantarse y de nuevo empiezan otro tipo de maniobra, en ese instante Darla se acerca a Draco y le dice algo al oído. Me mira sin decir palabra y hace una mueca en un intento de sonreírme. Aun no eh tenido la oportunidad de hablarle o quizá no estoy preparado para hacerlo

- Junio encárgate de enseñarle a Jacobo, Nubetia quiere verme.

Ambos se retiran y nos dejan solos.

- Bien Jacobo –se coloca en posición de lucha –enséñame lo que sabes, trata de golpearme.

- Bromeas –me parece graciosa la idea –no voy a golpearte.

- Sé que no lo harás, no podrías, ni aunque lo intentes. –sonríe tratando de molestarme.

- ¿Qué tratas de decir? – frunzo el entrecejo.

- Eres un niño mimado Jacobo –me llama con un movimiento de mano.

- Bien –trato de imitar su posición.

- Te advierto que no tendré compasión.

- No espero que la tengas.

- Novato.

Me abalanzo sobre él, estiro la mano para darle con el puño, pero lo esquiva, enseguida lo hago con la otro, combinando, puños y patadas, pero las detiene todas con su antebrazo y pantorrilla, en realidad es muy bueno, continúo los ataques y al propiciarle una patada a la altura de sus costillas la detiene con su mano, da un paso y me toma con la otra de la pierna, me alza con fuerza y da una media vuelta conmigo, lanzándome por el aire un par de metros con facilidad. Caigo al suelo sintiendo un golpe sordo en el tórax y doy unos giros sobre la roca volcánica sintiendo como perdí el aire.

- ¿Es todo? –sonríe y me indica que me ponga de pie esta vez con ambas manos. –arriba.

- Ya verás –me pongo de pie un poco más extasiado olvidando el dolor del reciente impacto y vuelvo a arremeter contra él.

- Eres lento Jacobo –dice mientras esquiva mis golpes –haces exactamente los mismos movimientos, es fácil estudiarte.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.