—¿Estás segura? ¿No hay una cámara oculta aquí? —Entró algo temerosa.—Es que pensé que me botarías...Ya sabes...
Hubo un incómodo silencio, pero hablé de inmediato.
—Thania, no creas que todo puede olvidarse fácilmente. Pero por primera vez me dices que quieres hablar conmigo tan seriamente, realmente confío que será así.
—Eh...Ok. Sólo te quiero preguntar algo antes.
—Dime.
—¿Está ese Dios, ahí?
Ella ahora teme tanto a Caelus, que vi su rostro tensarse al esperar mi respuesta. Ver una escena así, como sucedió en mi pueblo, puede hacer creer hasta la persona más escéptica
—No, no lo he visto toda la tarde.—Suspiré.—Relájate, no está aquí.
—Bien, ahora sí me sentaré más cómoda.—Se acomodó en todo el sillón.
Tras un breve silencio, habló luego de suspirar cinco veces, como si tuviera que hacer una prueba de valor y de las difíciles.
—Lo que hablaste esa vez, sobre que mi familia pensó casarme con un vejestorio.—Hizo una pausa.— Era verdad, yo insistí a que me dijeran la verdad. No sabía exactamente cómo reaccionar, pero me sentí traicionada. Y pensé, cómo te sentías tú cuando hablaban mal de ti y yo también lo hacía.
—Thania.
—¡Espera!—Estiró su mano hacia mí.—Tengo que desfogarme, si no lo digo ahora, nunca lo haré después.—Se sentó de manera recta y apretó sus manos.—Sé que me dejé llevar por el "amor" de mi familia, siempre fui la favorita, nunca pensé si te hacía daño o no. Al igual que mi familia, me sentí asustada de tu apariencia, me sentí muy triste porque la abuela murió. Y vi a ti como la culpable de su muerte, yo sentía envidia del amor tan puro que te ella te tenía, sólo por ser diferente. Tenía una vida sin preocupaciones, nadie me llevaba la contraria.—Dio una pausa incómoda y nerviosa.—Bueno, excepto ese Dios.—Siguió, tosiendo un poco.— Cuando te vi defenderme en vez de culparme, por primera vez sentí que estaba viendo a mi hermana. Y dije: ¿Ella cómo puede preocuparse por mi?, debe estar realmente loca. Y sí lo estás, hay que tener la suficiente locura para haber soportado todo ese resentimiento por tanto tiempo, me imaginé yo estar en tu lugar, realmente lo hice. Y no pude soportar aquello ni un segundo. Realmente me costó reconocer que mi hermana menor, era muy valiente y fuerte en voluntad. Y que la palabra hermana mayor, no la merecía.
Aspiré con fuerza y suspiré.
No sólo me enorgullecía ver por fin a Thania reconocer sus errores, sabía que en esos días en que no estuvo presente, una parte de ella había madurado. Mi familia siempre la tuvo a su merced, ella era como una hermosa ave enjaulada, llena de halagos, amor y aprecio. Pero nunca libre, ella nunca se dio cuenta de ese detalle. Pero por fin vio a sus captores sus verdaderas intenciones, sé que fue en ese momento que por fin pudo ver más allá de todo ese bello mundo. Sólo había un culpable, y era la codicia de mis padres.
—Si te dijera que te perdono, sólo te mentiría Thania.
Ella se sorprendió por mi respuesta algo apenada.
—Pero siempre hay una segunda oportunidad.—Alzó la mirada algo esperanzada.—El daño está hecho, el vaso fue roto, pero el tiempo y el calor lo moldeará como un nuevo recipiente. Usa ese tiempo para reivindicarte, nunca es tarde para empezar de nuevo.
Sus ojos parecieron cristalizarse de a poco, y por primera vez vi a Thania llorar. Ella se sintió vulnerable y yo sólo palmeé su cabeza con una sonrisa leve al acercarme a ella.
—Realmente lo siento, Alba.—Repitió.— Yo ya me separé de nuestros padres, en realidad hui de ellos. No porque las tierras se volvieron infértiles, ellos cambiaron tanto por lo que le sucedió a sus tierras, que incluso yo los desconocí. Estaba sola y perdida, aún con un poco de esperanza, volví a ti.—Se limpió su rostro lleno de lágrimas y pequeños mocos, con la manga de su ropa. Por lo que de inmediato le pasé papel higiénico que tenía en mi bolsillo.
Ahí mismo veía a una Thania pequeña, como si nada le importara, ni verse bien, ni comportarse como una señorita, ni ocultar sus pensamientos. Ella era Thania, mi hermana mayor. Un ser humano como cualquiera que se equivocaba y podía volver empezar, al igual que yo.
—¡¡Bien!!—La paré del sillón alzándola de las manos y provocando que ella dejara de llorar por la sorpresa.—Este va ser un duro trabajo y yo seré tu profesora personal. Las lágrimas se borrarán y mañana serás una nueva Thania. Prométeme que será así.— Estiré mi mano derecha.
—¿Enserio? Digo...Si...¡Sí!—Correspondió la estrechada de mano con una sonrisa.
—Primero, buscarás empleo.
El rostro de Thania pareció entrar en pánico, pero luego ella negó con sus rostro todos esos pensamientos negativos.
—¡S-sí!
Segundo, no habrá compras de ropa muy cara. Menos salidas con chicos por su dinero.
—Ah...¿Y si es guapo?
—Si trabajas, podrás encontrar buenos hombres. Mírate sin maquillaje, te ves mucho mejor así ¿No quieres que un hombre se enamore de ti por quien eres?
Aunque no sea la indicada de hablar de amor, si todo mi vida he evadido ese asunto de manera olímpica, por lo menos quiero que no vuelva a repetir el mismo error
—La verdad, a veces quería aquello. Ningún hombre con quien ande miró otra cosa que mis atributos, bueno, era lo único por lo que me miraban a parte de mi rostro...
—¡Eso ya no pasará!
A la nueva Thania, no.
—¡Sí! Creo...
—¡Tercero!, prométeme que serás constante con estas acciones.
—Lo haré, no se cómo, pero lo haré.—Alzó la mano derecha
—Y aprenderás a cocinar.—Los ojos de Thania se agrandaron por oír aquello.— No por hacer feliz a un hombre o el murmullo del que dirán las personas, tú misma te harás feliz por sentirte libre de ya no ser dependiente de alguien, de engreírte a ti misma.— Afirmé con seguridad.—Además de que sale más barato.— Reí brevemente.
Thania sentía que estaba dando vuelta a su vida en algo totalmente drástico. Estaba insegura, pero no tambaleaba al pesimismo.