Capítulo 13 Un Lirio blanco

La lluvia caía a cantaros, mi mirada sólo mostraba sorpresa y no era por la lluvia.

—Abuelita, abuelita. Un fantasma de un niño se está apareciendo en las tardes lluviosas.

—¿Fantasma? ¿Cómo es?

—Es pequeño y tiene ojos como el cielo. Pero no hace ningún gesto y no dice nada ¿Qué debería hacer? Ahora, tan sólo me dio está flor blanca. ¿Querrá ser ayudado?

—Es tan bonito, Alba, los fantasmas no pueden tocar nada, tal vez él sea tu ángel guardián. La flor que te dio es un Lirio blanco y tiene un significado muy especial.

Recordé esa parte pérdida de mi memoria. ¿Un Lirio? Me pregunto, ¿qué significará?

En la sala, junto a Sangel y Thania, nos sentamos y cenamos un pequeño refrigerio de galletas y jugo de naranja.

—Oh, así que eres su sirviente hace más de trescientos años. Ok, tengo envidia de tu juventud.—Suspiró Thania con cierta sorpresa.

—Soy bastante joven, mi señor tiene más de dos mil años.—Estiró dos dedos.

—¡¿Dos mil?!—Musité sorprendida.—¿Tanto tiempo? Es tan antiguo. No es posible que no se haya casado.

El pequeño peliblanco asintió con entusiasmo moviendo ambas piernas y se detuvo al seguir su anécdota.

—No, tuvo sus amoríos como cualquier Dios. Pero verán, los dioses son eternos, no morirán.

—¿Entonces que hay de una prometida humana?—Lo miré incrédula.—Moriré en un parpadeo de él, debe ver muchas Diosas en el cielo y es seguro que tienen mejor carácter que yo, como a él le gusta. Además, Caelus fue muy claro en decirme que me aceptó como su prometida, por que le desafié. Es una especie de venganza.

—¿Venganza?—Arrugó su entrecejo.—No se casará con ellas, él también ha desafiado todo, aún con ese rostro malhumorado que tiene, es muy popular ahí ¿Bueno, será por que es el rey?... Realmente no puedo decir más.—Dio una pausa de dos segundos y continuó.— Pero sabes, él no se casará con nadie, porque está decidido a...

La voz de Sangel no emitió ningún sonido a pesar de que aún movía su boca. Él tan sólo habló más alto, pero siguió sin decir nada. Su rostro sólo notaba cierto pánico.

—¿Se le acabó la energía o algo así?—Thania agitó su mano hacia él.

—¿Se quedó sin voz? Sangel, ¿estás bien? Pareciera que de verdad se le acabó la energía...

Después de un arduo esfuerzo de modular su boca, espiró con fuerza y volvió a emitir sonidos.

—¡Eso fue aterrador! Mi señor me lanzó un hechizo, de seguro para no dijera cosas importantes.

Caelus, eres en verdad un Dios y uno muy perspicaz, te diste cuenta de mis intenciones. Realmente listo.

—Sangel, una última pregunta. Te juro que no te volverá a pasar aquello.—Aspiré con fuerza y grité.—¡Ey Caelus! No le hagas eso a Sangel, sé que me escuchas por algún lugar de aquí, ¿no tienes consideración por alguien que se preocupa por ti? Si quieres culpar a alguien, ese debería ser yo por preguntarle.

—¡No tienes la culpa!, sólo que mi naturaleza es ser hablador.—Tomó una de las galletas con un buen ánimo debido a lo deliciosas que eran.— No te preocupes, ya estoy acostumbrado a ser castigado así.

Eso no es para estar tan aliviado.

—Que pequeño masoquista, los dioses son tan raros.—Thania rio un poco.

—No, no. Yo soy un animal espiritual del cielo

—Oh, ¿y qué es eso?

Estiró su dedo hacia el techo, siguiendo Thania aquello con la mirada.

—Un animal espiritual del cielo.

—Ok..., que gran dato.—Suspiró.

—Sangel. Te daré todas las galletas y a cambio dime una cosa más, con palabras en claves, para que Caelus no te haga nada.

—Dime, Dime.—Accedió sin titubear y asintió ante la buena idea.

—¿A qué te referías con "Cumplió tu deseo" De hecho, yo no recuerdo haberle pedido nada. Excepto el primer día, que involuntariamente pedí su ayuda para salvarme.

Sangel me miró fijamente y posó su mano en su mentón, como si una idea brillante se lo hubiese ocurrido, volvió a sonreír con entusiasmo.

—¡Ah!, haré mi mejor esfuerzo que me entiendas. Todo sea por las galletas.

—Un brote de flor se marchita en la juventud, al lado de ella, otra flor crece resplandeciente, pero el agua que absorbe ambas es distinta, ¿cómo es posible eso?, las raíces de ese brote flota en la hostilidad, mientras la otra apartándose de ella, absorbe agua pura, aunque ese líquido cristalino posee pequeñas sustancias de veneno a su alrededor. El brote se da cuenta de aquello, pero es débil y pequeña para cambiar tal destino de quien es de la misma raíz, así que no le queda de otra por confiar a su creador que cambie el futuro de esa flor. Plegaria que un día un Dios escuchó e hizo realidad.

—Que bonita historia, pero no entendí nada.—El rostro de Thania mostró frustración.—Digo, ¿qué tiene que ver flores en todo esto? Alba, ¿Entendiste?

—Sí, creo.—Asentí—
Es decir yo deseé aquello de pequeña.

—¡Exacto!—Afirmó Sangel alegre, por haber resultado ser entendida su historia.

—Creo que ahora está algo claro.
Mi mente aún no es clara.

Mientras más decía este pequeño ser, mi mente se aclaraba mucho más. Por lo que entendí, Caelus borró mi memoria de aquellos días, pero aunque me los devolvió, no todo es muy claro.

—Realmente no entendí, ¿a qué se refería Alba?

—El brote de flor, era yo. Y la flor, tú. Nos representa.

—Oh, ¡entiendo!...Espera, ¿nosotras que tenemos que ver con el agua? Oh eso es cosas de Dioses. Creo que es otro significado...

Por más que pensara Thania no tenía idea de lo que significaba, pero se rindió después al ser suficiente que yo lo entendiera.

—Es normal, es normal.—Repitió  Sangel—No es fácil resolverlo tan rápido, si no sabes los pensamientos de Alba. Pero lo importante es que cumplí mi promesa y Alba entendió.

—Puedes tenerlo. Te lo prometí.

—¡Muchas gracias!—Recibió la caja de galletas contento, como si de un premio se tratara.—Espero que te sirva de mucho lo que te dije. Mi señor es un Dios complicado, pero es un buen Dios. Yo lo sé porque conozco su amabilidad, ten en cuenta esto Alba. Gracias por todo, fue divertido. Nos vemos.—Desapareció en un destello.