El arrogante Dios del cielo

Capítulo 30 Sentimientos encontrados

—Médico Higea, ¿tiene ella algo en su cuerpo?

—No, ya revisé su cuerpo, está completamente sana. No hay forma que mis ojos se equivoquen, Rey del Cielo.

Al contarle a Caelus sobre todo lo que podría ser muy posible, de inmediato él llamó a su médico más confiable para que revisara mi estado, no había forma que no se diera cuenta que mi cuerpo no poseía veneno. Y ahora estaba confirmando que estaba libre de aquello. 
Aunque ahora estaba más relajada, mi yo interno aún no estaba convencida ¡Era realmente extraño!

Luego que el médico espiritual se fuera, el Dios de acercó en donde estaba recostada.

—Alba, dime quién te dio ese postre.

—Pero no tengo nada, sólo eran especulaciones mías, ¿acaso la despedirás? ¿Oh castigarás? Me negaré.

—Tengo que intervenirla, es sospechosa.

—Ella realmente se está esforzando con sus tareas, así que no le digas nada. Pero, aún así seré cautelosa con ella, está bien Caelus, déjalo pasar por esta vez.

—Mandaré vigilar la cocina. A cada sirviente y Dios que se acerque a ti.

Eso es demasiada sobreprotección...
Aunque en mi situación actual, no es una idea tan mala.

Levantándome de la cama, me dispuse dar una conversación más profunda.

—Caelus, ¿en verdad me liberarás de este compromiso?
No es que no te crea, sólo que alguien como tú, un hombre tan obstinado, ¿haría algo así? Realmente, quiero saber lo que piensas.

El Dios me vio fijamente a los ojos y habló:

—¿Por qué crees que arrastré a varias generaciones de tu familia a todo esto?

—No sé...—Di una pausa.—Tal vez...¿Arrepentimiento?

—Sí, esa es la palabra. Cuando ella murió, jamás acepté su muerte, así que puse esa marca de flor en su hermana pequeña, luego de que me enteré de su existencia, la única que llevaría su linaje. Siempre creí que aquella marca era la única forma de proteger a su familia y esperar por ella, nunca supe cuando ella regresaría, era única forma de saber que ha regresado. Pero al final resultó que fue una maldición.—Arrugó su entrecejo.—Cuando te conocí, eras sólo una niña, pero a pesar de serlo sufriste mucho. Aún así eras más fuerte que yo. Me sentí más miserable.

—Entonces, eras tú, sabía que eras tú, ¡ese niño que dibujé!

Así que me protegió todo ese tiempo. Lo sabía, sólo que ahora, por alguna razón se siente nostálgico oírlo de él.

—Creí que si te llevaba conmigo a la fuerza, era única forma de protegerte y remediar el error del pasado. Ahora resulta que sólo te llevé a una muerte segura.—Su expresión mostró frustración.—¿Qué clase de Rey soy? ¡Incluso fui engañado por tanto tiempo! Soy patético siendo un Díos, lo crees también, ¿verdad?

Luego de la oleada de sinceridad, sentí por primera vez ver al verdadero Caelus, tal vez mi antepasado vio muchas veces a un amable Dios del cielo. Pero yo sentía que por primera vez podía verlo, se sentía como un ser humano, alguien que también sufre por dentro, tiene temores y miedos. Esto no es cuestión de posición, sino de compresión. Guardarse todo par él, todo giraba en torno de malentendidos. Todo hubiera sido diferente si se hubiera mostrado así la primera vez que lo conocí. Tal vez, el sólo quería eso, que alguien se de cuenta de su sufrimiento.

Respondí con sinceridad:

—Te mentiría si te dijera que no.—Asentí con una sonrisa.—Pero, decirme todo esto, es realmente todo lo que necesitaba. 
Sólo eso, sinceridad.
Caelus, es cierto que tuvimos un mal comienzo ¡Uno realmente malo! Mi carácter siempre ha sido duro cuando me sentía en peligro, desarrollé esa forma de ser para protegerme. No quiero acabar esto con rencores, ni más arrepentimientos.
Yo quiero comenzar siendo una amiga tuya y lograr conocerte más, mucho más. Así que espero también escuchar todo tus temores.—Extendí mi mano hacia él, con una sonrisa en mis labios.—¿Aceptas?

Por un momento ví que hizo un gesto de incomodidad y desilusión. Pero luego levantó la mirada.
Dando un suspiro, él para mí sorpresa asintió y extendió su mano.

En ese momento se veía tan indefenso y obediente, que pareciera haber sido iluminada por otro Caelus.

Pero, realmente no sé qué concepto tiene Caelus de ser amigos, aunque hoy no me amarró para dormir junto él, ¡estamos juntos en la misma cama nuevamente!

—Caelus..., sobre dormir juntos, los amigos no hacen esto, claro está que los amigos con derecho sí, pero esa clase de amistad no es a lo que me refería...

—Duerme. Es tarde.

Insistí.

—¿Puedo dormir en otra habitación?

Abrió sus ojos viéndome directamente a mi dirección, como si fuera un niño que no quiere hacer le quiten su dulce favorito, no estaba dispuesto dejarme ir, me respondió.

—Si te vas fuera de mi vista, no sería bueno...Sólo quédate donde pueda verte.

Yo no pude evitar soltar una pequeña risilla, era como si estuviera viendo a un niño, ¡uno muy grande! Era algo que definitivamente no se veía todos los días.

Él habló confundido.

—¿Qué es gracioso?

Aún conteniendo mi risa, respondí:

—Sólo que no pensé, que realmente pudieras decir algo que pueda considerar tierno.

—¿T-tierno? ¿Yo?

—Exactamente, creo que últimamente te has vuelto muy blando conmigo. El gran Rey Caelus se preocupa por mí. Estoy feliz. Aunque ahora que soy libre de dormir sin ser atada. ¡Prepárate para las consecuencias!

Cuando dije estas últimas palabras, sentí un rápido impulso sobre mi cuerpo, mis ojos lucieron sorprendidos de inmediato, Caelus había envuelto todo mi cuerpo con sus brazos, estaba siendo abrazada hasta estar muy cerca de él. Podía sentir su respiración sobre mi frente.

—Ahora, ya no podrás moverte.

Es cierto que antes lo hubiera pateado hasta liberarme de él, pero no sé si fue el frío del ambiente, pero se sintió muy reconfortante sentir el calor de alguien, nunca había sido abrazada mientras dormía, por otra persona antes. Así que di una única respuesta antes de cerrar mis ojos.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.