En sólo un instante pareciera haber viajado al pasado al sentarme al lado de Gabriel, el hecho de que hoy en día él tenga ya diecisiete años, realmente me hizo sentir vieja. Como si viera a un hijo que crie después de mucho tiempo, esa fue la sensación que tuve.
En cuanto a Caelus. Aunque ahora mismo está de mal humor viendo la pileta de colores, ya que le pedí un momento para conversar con Gabriel. Después de todo aceptó sin replicar nada.
Aprendió a controlarse, también estoy orgullosa de él.
—Maestra, ¿usted ya se ha casado?
Gabriel señaló con más precisión hacia la dirección Caelus.
—Primero, no me digas maestra. No me importa que seas informal, dime Alba.
Gabriel asintió con una sonrisa.
—Es difícil ser informal, cuando aún la sigo respetando. Pero ya que me lo permites, te llamaré Alba.
—Oh, ¡eso me hizo sentir halagada!—Miré detrás mío por un momento.—Bueno..., por ahora no estoy casada, pero tampoco puedo decir que estoy soltera.
Gabriel asintió de inmediato, al notar lo que trataba de decir.
—Le entiendo.
Había notado un cambio muy evidente en Gabriel, por supuesto que se había vuelto un joven apuesto, pero lo que más me llamaba la atención era lo fácil que era entablar una conversación con él, una sensación agradable y cómoda. Muy diferente a cuando era un niño, él realmente se esforzó mucho por cambiar.
—Maes... Alba. Voy aprovechar este momento para agradecerle.
—¿Um?
Gabriel tomó con suavidad mis manos, tomándome por sorpresa.
—Si no fuera por usted, probablemente seguiría siendo ese niño que le molestaba la gente alrededor suyo. Hoy en día muchas personas son cercanas a mi, agradecen que yo sea su amigo, no por mi posición o dinero. Sino por mi personalidad. Usted fue que me impulsó a ver la cosas de manera positiva. Incluso ahora he logrado muchas cosas por mi mismo, no dejándome llevar por las palabras de mi padre.—Dio un breve suspiro.—Así que agradezco haberla conocido.
En ese momento, probablemente mi rostro lucía muy feo, por las lágrimas que se me salían sin poder contenerlas. La edad me había hecho muy sensible definitivamente.
—¡¿Alba?! ¿Dije algo mal?
—Lo siento, es que oírte decir eso me conmovió mucho. De hecho, todo ese mérito es por tu esfuerzo, siempre has sido alguien tenaz.
Aún con mis lágrimas cayendo, le expresé una gran sonrisa.
El rostro de Gabriel por alguna razón se asustó al ver arriba suyo. El cielo se mostró repentinamente nublado con probabilidades de una fuerte tormenta.
¡Caelus!
Mi rostro volteó con rapidez hacia la dirección de Caelus, mandándole todos mis pensamientos internos con intensidad, las personas de nuestro alrededor estaban huyendo por su mal humor.
¡Detente Caelus él no me hizo llorar! ¡Además está prohibido usar tus poderes en el mundo mortal! ¡Sé que puedes escucharme!
Para alivio de mi corazón, el cielo se tornó estrellado nuevamente. Yo sólo solté un gran suspiro de alivio.
Tacho un poco lo anterior que mencioné de controlarse, por lo menos por completo...
Aún falta muchas décadas para que controle ese temperamento suyo, vamos Caelus sé que tienes fuerza de voluntad, yo también estoy haciendo mi mejor esfuerzo por merecer ser una Diosa en el futuro.
Gabriel también expresó aliviado.
—Eso sí que realmente me dio miedo.
—Ah... El tiempo está muy loco los últimos años... mucho antes de que nazca ya era así y ahora que ya estamos en el 2042...
—Está bien Alba, creo que primero te soltaré las manos, antes que tu novio mi mate con la mirada.
Alcé mi rostro al sentir un leve escalofrío arriba mío, yo sólo mostré una leve sonrisa.
—¿Caelus?
—Alba. El tiempo terminó. Es tarde.
—No, hace mucho tiempo que no lo veo, sólo un poco más.
Sabes que soy muy cabeza dura.—Medité por un momento.—¡Ah!, te lo recompensaré más tarde.
La mirada fija de Caelus de: "¿Qué recompensa me darás?", sólo me mostró que mis palabras sonaron muy indecentes, cuando esa no fue mi intención...
¡Gabriel tú tampoco me malentiendas!
La mirada de Gabriel, de inmediato tomó dirección hacia Caelus.
—Tu nombre es Caelus, ¿no es así?
—Sí.
—Así que eres ese hombre de cabello azul de esa vez. Ahora comprendo cuando te vi por segunda vez que te me hacías conocida.
Mi rostro reflejaba un gran signo de interrogación, con un leve shock de lo que estaba oyendo.
¡Era imposible que Gabriel lo recordara en su forma de Dios, cuando nadie que tuvo contacto o lo vio, incluso Thania, lo debería recordar!
Caelus preguntó con seriedad.
—¿Sabes que soy?
—No, pero tengo una leve sospecha que usted provocó ese repentino cambio de tiempo.
¡Estás totalmente acertado!
—¿Eres un humano especial?
—Puedo darme cuenta cuando alguien es humano o no, por el aura que emanan. Y parece que tú estás en otro nivel, tu aura es muy vistosa
Yo miré muy sorprendida hacia ambos.
—¿Es posible? ¡Suena increíble!
—Yo..., provengo de una familia extraña.
Caelus expresó con seriedad.
—Ya entiendo, aunque me viste una vez en mi forma de Dios, hay humanos como ustedes que no olvidan.
Cuando Gabriel oyó la palabra "Dios", pareciera su cuerpo haberse puesto en alerta.
—Ahora estoy más que decidido que nunca intentaré nada.—Expresó sonriendo.—Un Dios está fuera de lo que he visto hasta ahora...—Lo miró con firmeza.—Pero le voy a pedir que cuide muy bien a Alba, una mujer como ella no es fácil encontrar todos los días.
Caelus sonrió un poco.
—Lo sé.
—Gracias.—Su mirada se dirigió a mi.—Alba tengo que irme, espero que pueda contactarme pronto contigo. Mis amigos me están esperando, seguramente creen que me perdí.—Se levantó del asiento y me miró por un momento antes de despedirse.— Ah cierto, aún sigo creyendo que tienes unos hermosos ojos, de hecho eso fue lo que pensé la primera vez que la ví. Disculpa si te ofendí aquella vez.