Zean Zaldivar
Cuando era un niño, mis padres me decían: "Serás el dueño de esta riqueza". Estaba tan emocionado de acompañar a mi padre al trabajo y ver cómo serían los negocios de la familia.
Cuando fui a primero de primaria, tocó cambio. Lo que para mis padres era algo especial, para los niños era una causa de risa: mis ojos, diferentes a los de ellos, ofendiéndome como si yo no tuviese sentimientos. Era tan diferente a los demás que la diferencia me obligó a aislarme.
Estudiaba en casa; cuando había fiestas en casa, el olor a cugarro abundaba y por esa razón lo empecé a odiar y a odiar a todos los que vendían esa idiotez.
Al crecer, mi padre me dijo que abriera tiendas para tener dinero. No estaba interesado en el dinero, pero sí en evitar que los cigarros se extendieran. Vincent fue a quien ayudé y le di un trabajo hasta que me di cuenta de que yo nunca estaría satisfecho con todas las personas que me rodeaban.
Mi vida era tranquila; desde pequeño me gustaba marchar la ropa y las paredes, con lo que se convirtieron en lienzos y obras inmensas. Muchas personas me decían que un taller de arte para enseñarle a muchas personas el verdadero arte de la vida. Tenía miedo... creí que sería juzgado y negado por el mundo.
Cancelé ese plan... Me diagnosticaron cáncer en los pulmones; decían que me preparara, que debía cortarme el cabello, pero me negué.
Me rehusaba a hacerlo, y la negativa no ayudaba a que mejorara, y ahora estoy aquí... pidiéndole a un chico alto castaño de ojos grises que vayamos a casa.
Cuánto puedo pagar para estar con vida y estar a su lado. Caminábamos en silencio mientras me hundía en mis pensamientos; caminaba sin ver dónde mis pies pisaban porque pensaba cómo sería el mundo después de la muerte. Aunque quería morir, tenía miedo. Nadie sabía esta sensación; cuando narro mi versión, siento que hablo del cómo me hundo en un vacío yo mismo, pero es por la experiencia y el golpe que me da saber que no pude disfrutar la vida como yo quería.
Mi sueño era crear un museo donde mis pinturas estuvieran ahí y que las personas que las miraran hablaran del buen pintor que soy, demostrando que cada pintura tenía un sentimiento inalcanzable, que mis pinturas también tenían sueño.
Yo solamente quiero vivir feliz, olvidando que esta enfermedad no se apoderó de mí.
Si alguien está a mi lado es porque me ama, pero ¿como se sentirá él después que yo muera? Dareen tiene un futuro y lo puede lograr,pero,¿porqueédiosos...?or ¿porque no estoy en ese futuro?
—Cuando me vaya, quiero que seas feliz, Dareen Venturi. Quiero que te cases y que tengas hijos y que me guardes en tu corazón y que cuando digan mi nombre saques una sonrisa pensando en todo lo que hicimos juntos... Si me prometes que harás eso, quiero... pasar mis últimos días a tu lado.
Los muertos también tienen sueños; ellos están en ese sueño viendo la realidad... viendo si cumpliste tu promesa y así descansaré en paz.
Dareen comenzó a llorar. Me confundí, quería verlo a la cara para limpiar sus lágrimas, pero el desgraciado me robó un beso, un beso que nunca olvidaré. Nuestras miradas se conectaron tanto, el brillo de nuestros ojos era tan hermoso y llamativo.
De la alegría le dije que le pintaría algo especial, pero para eso tenía que comprar pintura.
Él llevó a la tienda y compramos muchas cosas. Vincent estaba muy feliz de verme y yo también lo estaba. Me dio un abrazo imprudente, pero lo acepté porque era mi único amigo.
Las personas nos miraban: yo sentado en la silla cargando las bolsas y Dareen empujando la silla. Hablamos de nuestros sueños y lo que queríamos comer esta noche.
No me pude no enamorar de alguien como él, tiene tantas cualidades que es un hombre de verdad.
Aunque el inicio del día era un sufrimiento, la tarde era magnífica; me reí como nunca hasta llegar a casa.
Y cuando llegamos, mis padres estaban en la sala esperándonos.
—¿¡Te vas temprano y llegas a esta hora!? —dijo mi padre—. Hablo de Dareen, hijo.
Menos mal que aclaró.
—Te llevas a Zean como rehén y he estado muy preocupado por él.
—No te preocupes, papá, estoy bien y mucho mejor.
Ellos no habían visto sonreír en tanto tiempo; de la nada empezaron a llorar... dramáticos. Mirando las lágrimas de ellos, Darreen puso su mano en mi hombro; lo vi de imprevisto y también estaba llorando de felicidad.
Con el agua que derramaron podría hacer un mar... En fin, subimos a mi habitación, mi mamá se ofreció a hacer la comida y para nosotros estuvo muy bien. Dareen se sentó en mi cama y yo sacaba los materiales de pintura; tomé el cuadro que estuvo en su mano por tanto tiempo.
—No eres malo en la anatomía, pero eres pésimo pintando.
—¡Oye!
—No te preocupes, Dareen. Yo te enseñaré. —Hice un boceto muy rápido— No necesitas un boceto exagerado porque la pintura lo tapa; siempre tienes que ubicar de dónde viene la luz.
Le expliqué despacio e iba pintando casi el mismo boceto que de su pintura. Es tan fácil pintar porque las pinturas tienen que ser entendibles, aunque su arte no fue el mejor, supe con qué sentimientos lo hizo.
Pasamos horas en esa pintura; él corregía los errores de su propia pintura guiándose del mío. Fue agradable tener un alumno que entendiera mi forma de explicar.
Dareen Venturi
Me encanta su forma de explicar, me encanta su sonrisa al hablar y sus manos junto al pincel creando arte; su madre nos trajo comida, que fue muy deliciosa. Cuando terminamos nuestras pinturas, nos sentamos a ver la luna.
—Quiero… llevarte al museo de Artes mañana, quiero que tu mundo se vuelva un color cuando estamos juntos.
—Mi vida volvió a tener color cuando te encontré a ti. No te preocupes por impresionar a alguien que ya está enamorado. ——Toquesu cara—. Es tarde, tu madre se enojará si apareces a medianoche.
—¿Quieres que me quede a dormir aquí? Mi madre me matará si no duermo en casa.
Editado: 21.12.2024