Los días después son raros,
sin ti no hay rutina ni caos,
solo un espacio vacío que intento llenar
con todo lo que no supe pedirme.
A veces duele, otras ni siento,
pero es parte del proceso,
del arte de despedirse,
de aprender a estar solo sin miedo.
Los días después me enseñan,
que la ausencia puede ser libertad,
que no estar atada a alguien más,
es también encontrarme a mí.
Aprendo a respirar sin tu nombre,
a caminar sin mirar atrás,
a construir mi propio camino,
sin miedo a perder lo que ya no está.
Los días después son nuevos,
y aunque cuesta empezar de cero,
sé que cada paso es mío,
y que puedo elegir cómo seguir.