Después de tanto perderme en ti,
me encontré en el reflejo del espejo,
en las risas que había olvidado,
en las ganas de ser yo misma otra vez.
Volver a mí no fue fácil,
fue un camino con tropiezos,
con días de dudas y miedo,
pero también con muchas ganas de sanar.
Volver a mí es decir "ya basta",
de no dejar que nadie me apague,
de creer en mi propia fuerza,
de entender que puedo sola.
Volver a mí es un acto de amor,
un abrazo que me doy cada día,
una promesa de nunca perderme
por querer a alguien más.
Volver a mí es el verdadero triunfo,
el arte de despedirse sin miedo,
de abrir la puerta a lo que viene,
y dejar atrás lo que no vale la pena.