Gracias a mí,
por tener el valor de cerrar una puerta que me estaba apagando,
por no rendirme cuando lo más fácil era quedarme,
y por volver a elegirme, incluso con miedo.
Gracias a mis amigas,
las que me escucharon sin juzgar,
las que me abrazaron sin decir nada,
las que me ayudaron a reconstruirme, pedazo por pedazo.
Este libro también es suyo.
Gracias a quien me rompió,
porque sin esa historia,
no tendría esta versión más fuerte y más libre de mí.
Y gracias a ti, que estás leyendo esto.
Si alguna vez te sentiste atrapad@, confundid@ o rot@ por amor,
espero que estos poemas te den un poco de compañía,
y te recuerden que el final de algo puede ser el principio de TODO.
Nos leemos en la próxima despedida.
Con cariño,
Ale