Realice unas preguntas, que no tenía intención al principio de responder en una página. Me anime, y una a una las contesté bromeando con un amigo. Al llegar a la última leí ¿qué es lo mejor de ti? jamás me realice esa pregunta. Mientras mi amigo hablaba, deje de escucharlo, perdiéndome en mis pensamientos. No sabía qué responder... en un segundo me plantee esa pregunta y luego de unos minutos, lo primero que vino a mi mente... la literatura, lo mejor de mí. En momentos tristes de mi vida, en donde me sentí en tinieblas y amargura, ahí ellos aguardaban en un rincón en la biblioteca, me esperaban. No solamente libros de grandes autores, mis propios escritos sin terminar, aguardaban para ser finalizados. Volcar mis penas y escribir ese dolor transformándolo en una historia positiva, llena de magia. Crear mi mundo de sentimientos, de personajes y vida a cada uno de ellos, o mis poesías. Mi desahogo emocional y la alegría de escribir. Una emoción inexplicable me invadía por completo y hasta el día de hoy ese sentimiento ocurre. Lo mejor de mí, es que gracias a la literatura, gracias a mis mundos mágicos acepto mi realidad. Trasformo lo malo en algo bueno. Lo mejor de mi es en épocas muy feas de mi vida, por ejemplo cuando me diagnosticaron epilepsia, mi cura fueron mis autores y realizar mis propias historias. En mi presente, comprendo que eso me hace única. Escribir me salvo de todas las formas posibles y me ayudó a aceptar mi realidad, aceptar mi enfermedad. Todos somos seres magníficos, todos desahogamos nuestras tristezas y todos podemos salir de esas amarguras, resplandeciendo en las cosas que nos gustan, que nos llenan el alma. Todos somos únicos, especiales y podemos sacar lo mejor de nosotros, porque siempre cuando sentimos que no hay salida, hallamos una puerta que es la luz en nuestro camino.