El arte de fingir

07 | Ya no me sorprendo

CAPÍTULO 07 | Ya no me sorprendo.

"La vida es una composición inquebrantable de capítulos. Un mal capítulo, no significa el final de la historia"

 

***

Samantha

Había algo peor que vivir bajo una mentira, algo mucho peor que fingir estar enamorada de un completo idiota que me arrastraba a la cafetería con la brusquedad de un animal. Si, seguro que me fotografiaran recibiendo un beso de su parte era mi infierno personal.

En la mañana, Asher me había traído a la escuela y, como parecía gustarle, llegamos justo al mismo tiempo en el que Logan y Scarlett también lo hicieron. Lo siguiente que vi fue que Asher me había pegado a su auto y me había plantado un desgarrador beso en los labios al que me costó corresponder. Por supuesto, eso llamó la atención y en cuanto Scarlett se percató de lo que pasaba, soltó una maldición y entró furiosa a la escuela, dejando a un muy confundido Logan en medio del estacionamiento. Pero no, eso no fue lo terrible. Al parecer, alguien muy desocupado pasó por ahí y nos tomó una foto, que posteriormente fue publicada en el blog de chismes de la escuela.

Si, La tal Mancha Rosa había publicado encantada la foto con la frase «Y a ver cuánto le dura esta novia a Wesley» como descripción.

No sabía quién era esa persona, o porqué hacía lo que hacía, pero se dedicaba a subir fotos de los chismes más jugosos de la escuela y al alumnado entero le encantaba seguirla. Claro, hasta que ella subía un chisme sobre ellos.

Ahora, me encontraba en clase de literatura, sentada junto a Lucas que me mostraba la foto en el sitio web. Mientras él parecía encantado con lo que pasaba, yo quería atravesar a Asher con los ojos en cuanto lo viera. Detestaba que me besara así, de la nada y sin mi consentimiento. Yo era una persona, no una muñeca a la que podía mover a su antojo.

—Si veo otra función cuadrática, me voy a matar.

Levanté la cabeza para ver a Emily que, aun con lentes oscuros, dejaba en evidencia lo frustrada que estaba. Ese día no la había pasado muy bien, tenía una tremenda resaca por la noche anterior y en su horario de esa mañana tenía todas las clases que odiaba.

Pobre Emily.

—Creí que te encantaba la función cuadrática.

—Bien dicho, me encantaba, ahora la odio. Otro signo más que vea y vomitaré.

Si, esa era mi frase en cada clase de cálculo, pero yo no necesitaba resaca para eso.

—¿Por qué pareces querer matar a todos? —preguntó Lucas.

—Porque así es.

—Solo está de malas porque la salida de Asher le dejó una resaca de muerte —expliqué— Yo que tú, mantendría las distancias.

Si, Emily no era precisamente un ángel cuando estaba enojada.

El día anterior habíamos ido con los chicos al bar de su amigo John, un sujeto bastante simpático. Como prometí, invité a Emily y ella fue muy feliz porque no tenía muchas ganas de estar en casa con sus padres, que al parecer tenían problemas. En cuanto supo que los chicos invitarían los tragos, decidió perderse en alcohol.

Al final de la noche, no daba ni con ella misma, por lo que los chicos se ofrecieron a llevarla a casa. Lo que fue un caos, porque por un lado teníamos a Axel—quien estuvo pendiente de ella toda la noche— y luego estaba Ethan—a quien mi mejor amiga había conocido ese mismo día y que conectó con ella al instante, aunque seguro ambos estaban muy borrachos para recordarlo—. Como se podrán imaginar, al final ambos querían ser los afortunados que llevaran a mi amiga a casa.

Emily me dijo que no tenía de qué preocuparme y que me fuera porque ya era tarde y yo tenía toque de queda. Así que, al final, no supe con quién se fue, pero me llamó en cuanto llegó a su casa para decirme que estaba sana y salva. O al menos eso intentó, la verdad es que fueron diez minutos de escucharla diciendo incoherencias, pero la voz de su madre de fondo me informó que estaba segura en su hogar.

Le preguntaré luego por el chisme, si es que se acuerda.

—Pues me iré antes de que me arranque los ojos —sonrió Lucas— Las veo después.

—De acuerdo, adiós.

Sacudí la mano hacía Lucas y luego lo vi salir del salón. Él no tomaba esta clase con nosotras, pero no tuvo problema en colarse para mostrarme los últimos cotilleos escolares. Sacudiendo la cabeza con diversión, volví a mirar a Emily, que se masajeaba la sien con fastidio.

—No debiste venir hoy a la escuela si estabas tan mal.

—Prefiero aguantar estas materias, antes que quedarme en casa.

Fruncí el ceño al oírla hablar con tanto rencor respecto a su hogar. Emily siempre fue una chica de casa, pero últimamente parecía que las cosas no iban muy bien.

—¿Qué sucede, Em? ¿Por qué no quieres estar en casa?

—Yo...

Pero antes de que pudiera responder, sentí que alguien me tocaba el brazo, obligándome a llevar la atención en su dirección. Mis ojos se abrieron con completa sorpresa cuando logré identificar quién nos había interrumpido.

—Hola, Sam.

—Eh... H-Hola, Logan.

Me regaló una sonrisa encantadora, de esas que solo él sabía poner para desestabilizarme y hacer que me hormiguearan los dedos.

Diablos, estaba perdida.

—Lamento interrumpirlas. Pero quería saber si nos podíamos reunir mañana después de clase para hacer el trabajo de historia —asentí enseguida, sin pensármelo mucho— Perfecto, quería confírmalo. ¿Te parece si nos vemos en mi casa?

—Si, claro.

—Genial, te paso la dirección más tarde.

—De acuerdo.

—Nos vemos luego —se acercó para darme un sonoro beso en la mejilla como despedida y le hizo un gesto con la mano a Emily— Adiós, chicas.

Me quedé como una idiota, agitando la mano mientras lo veía irse y Emily tuvo que sacudirme el brazo para traerme de vuelta a la realidad.




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