El arte de fingir

24 | De todo lo que no me esperaba

CAPÍTULO 24 | De todo lo que no me esperaba

"Si te rodeas de personas que son luz, lo verás todo más claro"

 

Samantha

Cuerpos rozándose, labios juntándose y mucho manoseo es todo lo que fui capaz de ver.

Reproduje el video una y otra vez sin terminar de creérmelo hasta que mi cerebro procesó correctamente que, en efecto, Amanda Morgan estaba besando a alguien que no era papá.

Casi se me cayó el móvil al suelo cuando caí en cuenta de ese hecho y, de repente, todo a mi alrededor parecía dar vueltas. Un viento frío me recorrió el cuello y la falta de aire me atacó de golpe, así como un pitido insoportable que no me dejó tranquila hasta que caí de rodillas junto a la cama, tapándome lo oídos.

Amanda estaba engañando a papá.

Asher se arrodilló a mi lado y me abrazó en un intento por calmarme, pero es que ni yo sabía por qué me alteraba tanto. No era a mí a quien habían engañado.

—Sam, ¿Estás bien?

—Ella lo engaña —fue lo único que pude decir. Miré el teléfono de nuevo, asimilándolo y fue entonces cuando noté lo que esto significaba— Mierda, lo engaña.

—Si, eso ya pudimos verlo, Sam.

—¿Debería decírselo?

Ni siquiera podía creer estármelo pensando. Por supuesto que debía decírselo, pero es que la perspectiva de ver a mi padre sufriendo por culpa de alguien que no supo valorarlo me parecía insoportable. No quería hacerle daño, pero tampoco era capaz de guardarme esa información.

—Si fuera él, me gustaría saberlo.

Me mordí el labio, nerviosa. ¿Por qué el universo le da información a personas que no saben manejarla? Era demasiada presión.

Fruncí el ceño de nuevo a la pantalla. ¿Quién era esta persona y por qué tenía ese vídeo?

—¿Cómo es que este sujeto tiene esto? —cuestioné.

Asher juntó las cejas, tan confundido como yo.

—Dijo que había sido cortesía de Ethan, ¿Crees que...?

—No —negué de inmediato— Lo sabría, me lo habría dicho o a ti, ¿Verdad?

—Es lo que quiero creer.

Se levantó enseguida y se sacó el móvil del bolsillo, tecleando algo con rapidez antes de ponérselo en la oreja. Me levanté también, un poco más calmada y me sequé las lágrimas que no sabía que habían empezado a rodar por mis mejillas.

—Ethan, cierra la boca un segundo —espetó Asher, una vez que el mencionado respondió a la llamada— ¿Qué sabes sobre un video de Amanda Morgan?

Apreté los labios y me crucé de brazos, esperando a que Asher me diera alguna señal sobre lo que estaba pasando, pero parecía tan frustrado, que supuse que Ethan no le estaba dando mucha información.

—¿Qué? No, ¿Cuándo? —cerró los ojos con fuerza— Joder, Ethan Collins, dime que no es cierto.

—¿Qué pasó? —pregunté, pero ni siquiera me prestó atención.

—Y entonces lo sabían y no nos dijeron una mierda —espetó, cerrando los ojos con fuerza— Tienes suerte de ser mi mejor amigo, podría ahorcarte en este momento.

—Asher... —susurré. No pareció bajarle el enojo, pero si calmarlo lo suficiente para suspirar y cortar lo que sea que Ethan estuviese diciéndole.

—Ya hablaremos, Collins, ya hablaremos.

Cortó la llamada y se pasó una mano por el cabello con frustración. Jugué distraídamente con mis dedos, mientras vacilaba mentalmente sobre lo que debía decir. ¿Qué más daba?, seguro que no podía ser peor.

—Lo sabía ¿Verdad?

—Él y Emily los vieron hace un par de días y grabaron el video —explicó— No saben cómo ha llegado a manos de la persona que te llamó, pero ellos sabían lo de Amanda.

Escuchar el nombre de Emily involucrado fue como recibir una bofetada de ida y vuelta. De Ethan, en el fondo, no esperaba demasiado, pero ¿De Emily? Ella era mi mejor amiga, era quien se suponía que, en caso de enterarse de cosas como esas, sería la primera persona en contármelo. Era lo que yo habría hecho por ella y no me explicaba por qué había preferido ocultármelo en vez de mantenerme al tanto.

Me pasé las manos por la cara, agobiada.

—Sam, respira, no te ves linda llorando.

—Oh, gracias, Romeo, siempre sabes qué decir.

—¡Sam!

Solté una risa carente de humor antes de separarme de él y girar hacia la pared, tratando de calmar mi respiración. No quería parecer débil, pero se me hacía más fácil centrarme en un punto cualquiera como una idiota que mirar a Asher a los ojos. Aun me ponía incomoda estar a su alrededor, no porque él estuviera ahí y pudiese hacerme daño, sino porque sentía esas insoportables ganas de lanzármele encima.

Dios, autocontrol, solo eso pido.

—Quiero ser dulce contigo, pero me lo pones difícil.

—No necesito palabras dulces, necesito respuestas.

—Sam...

—Esta persona te conoce, Asher y va más allá de que te siga en las redes sociales, ¿No es así? —no dijo nada, pero no hizo falta, su expresión me lo decía todo —¿Por qué te conoce?

—Es una larga historia.

—Tengo tiempo.

Asher no tuvo más remedio que revelarme la razón de sus angustias, porque ya hemos dejado en claro que, de los dos, la testaruda soy yo y no iba a dejarlo salir de esa habitación sin una explicación. La ventaja para él es que no era el único que debía explicarse.

La versión corta de la tragedia es que quien me llamaba no era más que la mismísima mancha rosa, algo más que una persona sola y desocupada publicando los cotilleos de la gente por internet, tal parecía que era una mente retorcida capaz de amenazar con revelar a la luz pública la intimidad de dos adolescentes cuyo único pecado había sido grabarse compartiendo un momento íntimo.

No voy a mentir diciendo que no se me removió el estómago de saber que había imágenes de Scarlett teniendo sexo con Asher por ahí, pero me lo tomé con calma porque la situación era más grave que un ataque de celos. Me lo contó todo, desde el encuentro con Andrés hasta la separación de Logan y Scarlett y enterarme no me dejó más tranquila, porque no era muy normal eso de enterarse que una busca chismes que antes parecía inofensiva, también ocupaba sus ratos libres en jodernos la vida por deporte.




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