El arte de querer volar

Capítulo 1

Desde muy pequeña siempre he querido volar, he soñado con convertirme en un ángel, si un ángel, con sus majestuosas alas y perderme entre las nubes, olvidarme de mi propio nombre y de todo lo que me rodea. Pero era un simple sueño, uno que jamás se podrá cumplir, esta fuera del alcance de todos, ni el más rico de este mundo podría conseguirlo.

La vida se resume en nacer, crecer y morir. Pasan uno cuántos años entre cada etapa. He escuchado que la infancia es la mejor etapa, pero ¿qué recordamos de ella? Por mi parte puedo decir que recuerdo muy poco, ni siquiera recuerdo lo que he hecho esta mañana, pero eso se debe a que tengo muy mala memoria. De lo cual ya hablaremos más adelante.

En la adolescencia definimos quien vamos a ser, a mi parecer eso no es verdad cuando tenia 15 años no sabia lo que quería hacer, aunque siempre he tenido claro que quería poder volar. Así de simple, había una profesora que cada primero de mes nos preguntaba que queríamos ser. Unos un mes querían ser futbolistas, médicos, fontaneros, madres, pilotos... Sus respuestas siempre cambiaban, creo que nos intentaba dar un lección. Aunque mes tras mes, año tras año, había una respuesta que nunca cambiaba. La mía, mi respuesta siempre era "Quiero volar" me imagino a que lo asociarían a piloto o azafata, pero lo que quería hacer.

Ya en la madurez, se supone que se van formando nuestras vidas, en los últimos años de la adolescencia, esos últimos años de instituto y los primeros de la universidad nos vamos convirtiendo en adultos, sin embargo para nuestros padres siempre seremos sus niños. Vamos forjando nuevas amistades, esas que nos acompañaran unos años, pero lo mas importante nos vamos forjando a nosotros mismo, vamos forjando nuestra coraza, esa que nos protegerá de la realidad de ser un adulto, creo. 

Y que puedo decir de la muerte, de pendiendo de la persona a la que preguntemos, obtenemos muchas respuestas y también dependiendo de la religión. Están los católicos que creen en el cielo y el infierno, los judíos que no creen en eso y por otro lado tenemos a los que creen en la reencarnación. Me imagino al perder a un ser querido uno quiere pensar que esta en un lugar mejor, dudo que alguien se ponga a pensar que lo están comiendo los gusanos, preferimos pensar que ahora están descansando en un lugar mejor. 



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En el texto hay: vida, love, deceptions

Editado: 07.10.2020

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